La ex participante de Gran Hermano Argentina, Rosina Beltrán, se encuentra disfrutando del verano europeo. Si bien el principal motivo de su visita fue por cuestiones laborales en el ámbito del modelaje, la ex GH disfrutó de una breve estadía en Roma e Italia.
Ahora, la joven uruguaya trasladó sus aventuras en el viejo continente a París, Francia, desde donde viene reportando el minuto a minuto en sus historias de Instagram.
Haciendo base en el popular barrio latino de la capital francesa, desde allí, la chica reality del momento inicia sus recorridas por la ciudad de la luz, visitando, frecuentemente, la Torre Eiffel y el Museo del Louvre.
A su vez, el desembarco de Rosina en el viejo continente ha dejado sentado que es una referente indiscutida de la tendencia juvenil que revolucionó las calles del mundo: athleisure, un estilo que combina prendas deportivas con ítems de moda casual.
En los últimos días, hemos visto a la ex GH recorrer las calles parisinas con tops deportivos, buzos, calzas y zapatillas deportivas, con camperas de jean, carteras de mano o accesorios. Dos mundos que la joven amante del deporte, a quien solemos ver siempre con un estilo deportivo entrenando, combina con prendas que le aportan lo chic.
Rosina y un reencuentro anhelado que demoró 5 años
En las últimas horas, la ex GH relató a través de su cuenta de Instagram un anhelado reencuentro que tardó cinco años en poder darse. "Quiero contarles que estoy muy contenta porque voy a reencontrarme con una de mis mejores amigas desde que soy chiquita", expresó emocionada.
"La última vez que ella fue a Uruguay fue hace 5 años, y no puedo creer que ahora viene a visitarme a París para pasar todo el día juntas", explicó Beltrán sobre su gran amiga que radica en Lille, ciudad francesa a dos horas y media de distancia de la capital en tren.
En una próxima historia de Instagram, podemos ver el momento en el que Rosina se reencuentra con su amiga Luna Figueroa: "No lo puedo creer, loco. Te amo".
La complicada llegada de Rosina a París
Luego de visitar la paradisíaca isla de Capri, en la que disfrutó del paisaje, del mar y del calorcito del sur italiano, Rosina voló a París y como no podía faltar, presentó algunas complicaciones en su arribo, que quedarán como anécdotas en un futuro.
“Me están por dar diez ataques. En Francia, nadie entiende inglés, nadie entiende español. No me puedo comunicar”, expresó angustiada la uruguaya. Y detalló: “El estrés que me agarré en el taxi. El taxista se perdió y yo no sabía ni un pomelo dónde estaba y quería llegar al hotel”.
“Me hablaba en francés y yo no entendía nada. Yo le hablaba en inglés, no entendía inglés. Le hablaba en español, no entendía español. Estuvimos una hora y cuarto buscando el hotel”, le contó a sus seguidores, sobre el minuto a minuto de su aventura por Francia.