Patricia Pita Gago, primera mujer piloto de rally en Uruguay y única latina en participar del Dakar este 2024, es la protagonista de la Tapa Digital de revista GENTE Uruguay, edición mayo. Su tenacidad, perseverancia y resiliencia son algunas de las varias cualidades que connota su vertiginosa historia en el mundo del automovilismo, un deporte históricamente masculino.
"En el automovilismo tu género no condiciona lo que puedas hacer dentro del auto", remarca la deportista uruguaya, que desde chica sus ídolos y referentes pilotos eran todo hombres. Hoy, tras poco más de una década de carrera y un sinfín de hazañas inimaginables para una piloto mujer que comenzó a correr recién a los 22 años, Pita cuestiona en estos tiempos la "falta de fomentación" en la visibilidad de la mujer en el deporte en general.
En una tarde nubosa y cálida, desde el Hotel Savoy, en pleno centro porteño, el equipo de revista GENTE aguarda a la llegada de la famosa piloto uruguaya, quien cruzó el río desde Montevideo y se reservó el día completo para participar de una exclusiva producción de fotos de tapa, en la que reavivó viejas pasiones con el mundo del modelaje y la moda.
"Toda esta instancia de la preparación, el maquillaje, las pruebas de vestuario y armado de looks es algo que siempre me gustó. Cuando fui adolescente hice una pequeña incursión en el mundo del modelaje. Desde los 16-19 años que no me ponía en este rol de 'modelo'", recuerda entre risas Pato, mientras se entrega por completo para mostrar su faceta más fashionista.
Ante el desconocimiento de esta faceta desconocida, y tras ser consultada por ello, Pita detalla con orgullo: "Hice cursos, estuve en una agencia y por unos años desfilaba para Cynthia Bosch en Punta del Este, de hecho hago el curso con ella y de ahí quedo en el staff de modelos. Después en Montevideo seguí tomando cursos".
Así, la piloto sorprendió con sus poses, su postura y su conocimiento de moda, dejando ver su cara menos conocida. "Mamá me inculcó esto de la moda. Ella tenía una marca cuando yo era chica. Siempre me gustó la moda y encontré en ella una forma de expresión. Pasé por todo tipo de cortes de pelo y estilos", cuenta mientras se reposa sobre las escaleras del icónico hotel porteño cual modelo profesional.
A su vez, la piloto remarca que durante su último impasse en el automovilismo encontró en la moda un hobbie que la llenaba: "En 2007 y 2008 con 20 años empecé con mi primera marca de ropa y en paralelo con la ropa vintage. Luego en el garage de casa abrí una tienda pequeña vintage que funcionaba una vez al mes pero bueno con el Dakar este último año quedó parada, pero pienso reactivarla pronto porque también me completa".
Patricia Pita: la piloto que estaba destinada a ser y que no dejó que su sueño se le escape de las manos
-¿Entonces vos arrancaste siendo modelo o esto fue en paralelo con el automovilismo para vos?
-Fue en paralelo. Yo cuando era chiquita crecí en este ambiente de rally por papá. Nosotros tenemos un taller mecánico, Pita Motors, que tiene mi edad, y mi viejo que es un apasionado del automovilismo, del rally, él corrió toda la vida. Desde mucho antes que yo naciera papá ya era piloto. Entonces yo crecí acompañando a mi mamá, que es quien lo acompañó toda su vida, era como su directora deportiva.
-¿Trabajaban juntos?
-Llegaron a formar un equipo increíble, ella le aportó toda la organización y de llevar adelante toda la logística, un pilar muy importante en este deporte, porque para poder pelear un campeonato hay que tener un montón de cosas organizadas que van por fuera de lo que pasa arriba de un auto. Creo que ella fue una pieza clave para que mi viejo pudiera ganar la cantidad de campeonatos que ganó tanto a nivel nacional como sudamericano.
-Claro, fue parte de tu infancia…
-Yo crecí acompañando a mis padres todas las carreras. Para nosotros el rally es un estilo de vida, no es un simple deporte. Es lo que se habla en el mes preparando las carreras, y cuando estábamos más cerca de las fechas, medio que nos instalábamos en el taller hasta tarde, pedíamos pizza y ahí nos quedábamos.
-Se tornó en un proyecto familiar. ¿Tu mamá siempre estuvo involucrada en el automovilismo o cómo se da esta sinergia?
-Mamá es una mujer bien citadina, cero vinculación con lo que era el automovilismo. Pero conoció a mi papá, y de él uno de sus amores era el rally y vio que o lo acompañaba o daba un paso al costado. Por cosas que hablé con ella, sé que para mamá era importante acompañar a mi papá y formar parte de este sueño. Eso para mí fue todo un ejemplo, porque sea tu marido o tus hijos, el poder acompañar y ayudar a esa persona a llevar adelante su sueño es de lo más lindo que podemos hacer.
-Lo potenció…
-Lo re potenció. Como te digo, para mamá este era un mundo completamente desconocido, eran todos locos corriendo. Pero después fue aprendiendo, de hecho ella es socia de papá en el taller y entre los dos lo arrancaron de cero, 8 meses antes de que nazca, y se volvió en una pequeña empresa familiar.
-¿Tenés otros hermanos o sos hija única?
-Sí, tengo otros hermanos pero yo sería la única de padre y madre. Mis padres tuvieron otros matrimonios antes de conocerse. Por parte de mamá tengo un hermano y una hermana y por papá otra hermana.
-¿Qué recuerdo tenés marcado de tu infancia?
-Yo desde chiquita veía a mi papá, y él era mi ídolo, lo veía bajar del auto con esa adrenalina que desbordaba, aparte que él era loco, mi viejo tenía hinchada de lo loco que era, donde todos pasaban recto papá pasaba de costado, le decían ‘El loco Pita’.
-¿Ahí empezó tu amor por este deporte?
-Yo soñaba ser como papá. Yo quería ser como él y sentir esto que me transmitía a mí y a la gente. Pero la realidad es que yo no pude comenzar a correr de chica, por varias razones: mi papá tenía muchos miedos, no había mujeres, a él le asustaba que su hija, la nena, la más chiquitita esté metida en este mundo que es un deporte de alto riesgo y en ese entonces algo de hombres…
-¿Qué te decía cuando veía que vos estabas detrás de sus pasos?
-Como que yo quería correr, y haber, generalmente los pilotos, seas hombre o mujer, arrancás de base en el karting.... Entonces en el taller yo veía a los chicos que incursionaban irse al karting que había detrás del taller y largaban, papá me dejaba correr entre carrera y carrera de ellos, más grande si pude correr con ellos pero nunca hubo esta iniciativa de fomentarme correr plan empezar a prepararme profesional. También habían otros miedos o trabas.
-¿Qué lo hacía dudar, más allá de lo peligroso?
-Tenía mucho miedo por lo económico. Él hizo un esfuerzo gigante, toda la familia hizo un esfuerzo enorme para que él pueda correr. Es un deporte carísimo. Papá de cierto modo fue cauto y espero a ver si era algo real o momentáneo. Pero yo siempre fui muy apasionada del deporte…
-¿Tuviste otras pasiones u hobbies?
-Mi primer pasión desde el punto de vista deportivo fue el atletismo, empecé desde muy chiquita. Mi profesora de educación física, Olga, enseguida me vió aptitudes de atleta, y me recomendó que vaya a un campus a entrenar que es donde estaba el plantel nacional de atletismo, y después de un año terminé formando parte de la selección. Empecé ahí desde chica hasta las 15 años, y mi vida consistía en ir al colegio y entrenar…
-Veo que siempre estuviste abocada al deporte, porque no es fácil la vida de un atleta, es otro estilo de vida.
-Totalmente, yo creo que esto lo heredé de mis padres. Soy como muy pasional de las cosas. De niña era muy imperactiva, y en el deporte encontraba mi lugar, era buena en todos los deportes, pero mi pasión fue el atletismo.
-¿Y en qué momento das el volantazo y aparecés en un auto corriendo en rallys?
-Llegó un momento en el que esta búsqueda de buscar ser mejor, me di cuenta que si quería vivir de esto o crecer en el atletismo, tenía que irme de Uruguay. Tenía que conseguir una beca en Estados Unidos e irme en temprano a edad, si de verdad quería que esa fuera mi vida. Pero la verdad que ahora mirándolo con perspectiva, me doy cuenta que esta decisión, que la tome yo sola con 14-15 años, porque yo sola fui y hablé con mis padres y les dije que no sabía si era la vida que quería, fue la correcta. Me dolió un montón tomarla, de hecho tuve años que no podía ver las olimpiadas porque me ponía a llorar (se ríe).
-¿Pero no te apasionaba tanto como para dejarlo todo?
-En el fondo mi sueño siempre fue correr autos. Cuando pensaba en el futuro me veía arriba de un auto de carreras. Siempre supe que mi vida estaba ligada al deporte, pero los sacrificios que tenía que hacer para seguir el atletismo eran muy duros…
-Por lo que me contaste de tu infancia, intuyo que el factor de dejar a tu familia debió ser clave en tu decisión…
-Exactamente, yo soy muy pegada a mi familia y no me veía teniendo una vida en el exterior, eso era un camino de ida. Además que también quería vivir mi adolescencia. Y luego de vuelta empezó a picarme el bichito de querer correr y pedirle a mi papá correr.
-¿Tu mamá qué decía cuando te escuchaba pedir correr y veía esta pasión por los autos?
-Mirá, mamá trabajo toda la vida en una ONG que lucha por los derechos de la niñas en todo el mundo. Así que ella me brindó toda esa educación de género en una época en la que estos temas no estaban sobre la mesa. Y su educación siempre fue que yo tuviera la convicción de que mi género no tenía porque limitar mis sueños. Nada de lo que yo me planteara en la vida iba a estar condicionado por mi género, pero bueno, esa puerta primero tenía que abrirse por mi papá. Eran muchos factores a tomar en cuenta, especialmente en lo económico.
-¿Tendría miedo de no poder costearlo y frustrarte?
-Claro, porque todo implicaba un costo y ellos tenían miedo de no poder afrontar esa realidad. Pero algo que les destaco es que mis padres siempre me brindaron mucho tiempo y me acompañaban a todas mis competencias deportivas que tuve durante mi infancia. Yo lo valoro mucho, porque no teniendo tiempo se hacían tiempo. Y creo que fomentarme eso es algo muy importante en la vida de los niños, porque el deporte te ayuda a lidiar con la frustración y con la superación. Yo siento que hoy el deporte está muy desvalorizada en la educación de los niños, muy dejado de lado.
-¿Sentís que las nuevas generaciones son más sedentarias?
-Creo que hoy hay que fomentar a los más chicos a hacer más deporte y apoyarlos en todo. Porque lo que veo en las nuevas generaciones de deportistas es que se pinchan muy rápido, hoy estamos más acostumbrados a que todo llegue rápido y los más chicos no saben lidiar con las frustraciones, por eso también es ideal hacer deporte desde chicos porque te enseña a lidiar con todo eso(…)
-¿En qué momento tu papá te abre finalmente las puertas del automovilismo?
-Pasó un tiempo, ya tenía 21 años. Me había mudado a Montevideo a estudiar Comunicación, pero no terminé, y luego quise irme a España y conocer un poco del mundo, después de un año vuelvo y ya más grande y madura decido que quería probar.
-Volviste decidida y tu papá termina resignándose entonces…
-Y… me puse re intensa y habrá dicho: "Esta ya está rompiendo las pelotas de vuelta" (se ríe).
Patricia Pita sobre sus inicios: "Después de mi primera carrera me di cuenta de que era lo que me hacía feliz"
-Retomaste tu pasión bastante más grande de cuando la adquiriste. ¿Nunca dudaste o sentiste que ya estabas grande como para incursionar o arrancar lo que te gustaba hacer en realidad?
-No, yo creo que nunca es tarde para empezar algo que uno soñó toda la vida. Te pongo un ejemplo, Andrea Lafarja, una piloto paraguaya excelente, que ganó campeonatos y corrió el Dakar, comenzó su carrera a los 40 años. Nunca es tarde, cuando uno tiene un sueño pendiente, hay que intentar hacerlo en algún momento de tu vida.
-Convengamos que ese mundo nunca dejó de formar parte de tu vida.
-Sí, también jugó eso como factor. Porque de cierto modo siempre fue algo que estuvo alrededor, porque mi papá seguía corriendo, tenía el taller, y todos seguíamos acompañándolo. Era parte de mi día a día.
-Entonces, ¿cuándo se te da finalmente arrancar esta travesía del automovilismo?
-Arranqué en 2012, corrí con una copiloto mujer Bea Icardi, la idea era ser el primer equipo de dupla femenina en el rally nacional. Pero bueno, desde mis inicios, hasta la fecha, te puedo decir que la frustración siempre fue mi gran compañera (se ríe).
-¿Fue un camino con muchos obstáculos?
-Para hacerte la historia corta, el auto que mi tío me prestó para correr en mi primera competencia se rompió la noche anterior, así que la que iba a ser mi primera carrera y eso que yo soñé por mucho tiempo se truncó en un segundo. Así que ya mi primera experiencia fue como esto de intentar dar el paso y tener un palo en la rueda.
-¿Entonces cuándo fue la revancha?
-No bueno, papá arregló el auto, y cuando fui a correr, el auto se rompió en la largada (se ríe). Después de eso, mi papá se puso serio en cuanto a la preparación para llegar lista a la que considero fue mi primera carrera en un rally, el de Minas, a los 24 años, que encima era fecha de rally sudamericano. Me emociono de tan sólo recordar.
-¿Qué te emociona?
-Esa fue la carrera que me hizo dar cuenta de que este era mi sueño y que era donde yo quería estar. Cometí muchísimos errores esa vez, pero creo que tiene que ver con estas desventajas que tenemos las mujeres de comenzar tarde en este deporte. Esta era mi primera carrera con 24 años y una preparación casi nula. Me acuerdo que fue mi mamá la que me aconsejó que no me preocupara por los tiempos o por lo que diga la gente, sino que vea cada tramo como una carrera, y a medida que iba pasando los tramos iba aprendiendo y mejorando.
-Fue como una MasterClass para vos...
-¡Exactamente!l Y en el último tramo experimenté algo sensacional, que le comenté a la copiloto cuánto lo disfruté, que sentí que iba flotando en el auto como si estuviera escuchando una música clásica, power. Cuestión que terminamos el tramo del rally de Minas, que es uno de los más difíciles de Uruguay, y viene mi tío y me dice "Pato, ganaron el tramo", me tuvieron que traer los tiempos porque no lo creía. Fuimos la primera dupla femenina en ganar un tramo en ese rally sudamericano…
-Ahí comenzó tu gran hazaña en el automovilismo…
-Mirá, ese rally duró dos días, empecé para probar y me acuerdo que terminamos peleando el podio. Quedamos en cuarto lugar. Pero lo que sí tuve claro ahí, fue que quería correr, que lo que me hacía feliz era esto, y ahí arranqué con mi carrera.
Prejuicios, depresión y pérdida de la esencia: las sombras del automovilismo en pilotos mujeres
-¿Ustedes fueron las únicas mujeres en ese rally? ¿Ahí es que marcan un hito en el automovilismo uruguayo?
-Sí, Bea ya corría, lo que habían eran mujeres copilotos pero no pilotos. Y esa fue la primera vez que hubo una dupla femenina.
-Fue un arranque que costó pero llegó. De ahí en más cómo fue tu inserción en este deporte históricamente de hombres…
-Bueno, al siguiente año empecé a sentir como que se me juzgaba de otra manera que a los pilotos hombres. Empecé a sentir ciertas presiones. Era como que tenía que demostrar que una mujer podía estar ahí y andar bien, pero yo no tenía la preparación que tenían los pilotos hombres…
-Tenías una desventaja de años en cuanto a tu preparación...
-Totalmente. Encima yo arranqué cuando el rally en Uruguay estaba en su auge, en su mejor momento. Crecí rodeada de los mejores y aprendiendo de ellos.
-¿Te sentiste validada por tus colegas?
-Había de todo, si hubo personas que me hicieron sentir muy cómoda y también muchas otras que no. Habían muchos prejuicios, los prejuicios con la mujer detrás del volante lo vemos en la calle, imaginate llevarlo a una competencia históricamente masculina, obviamente que la guillotina la tenés siempre. A eso sumale que soy la hija de Jorge Pita, así que tenía que ser igual de buena que él (…).
-¿Sentís que tu género fue el principal palo de tu rueda?
-De algún modo fue un gran obstáculo. Yo soy súper femenina y cuando empecé a correr en algún punto no me sentía parte de. Había mucha gente que no me tomaba en serio, sentía que veían a la nena de papá jugando a correr, a hacerse fotitos.
-¿Sentís que la mirada cambió en todos estos años?
-Mirá, es mucho más difícil que una mujer en este deporte tenga su reconocimiento que un piloto hombre. Pero no sólo en Uruguay, en todo el mundo. Te pongo un ejemplo, este año el Dakar en la categoría Challenger lo ganó una mujer y si vos vas a ver los comentarios en el posteo de redes, vas a ver infinitos comentarios señalando que ganó porque al piloto con el que competía se le rompió el auto. Si fuese un hombre, nadie lo hubiese cuestionado. Avanzamos en muchas cosas pero los prejuicios siguen estando.
-Tu lucha no es sólo con el prejuicio que hay en este deporte sino también con los prejuicios sociales…
-Siento que tenemos que romper con los prejuicios. Pero bueno, al no sentirme aceptada, el sentir que ser tan femenina era algo que no cuadraba mucho, como que me masculinicé. Toda esa parte mía de la moda y lo femenino lo fui dejando inconscientemente, porque también está ese prejuicio de que la mujer que corre en el automovilismo es más machona. Como que si te mostrás femenina es como que sos débil o vulnerable…
-¿Cómo te terminás dando cuenta de esto? ¿Buscaste ayuda profesional en algún punto?
-Yo no dejé que esto me afectara y decidí ver por mi crecimiento, así es como termino yéndome a Cordoba, Argentina, que es la cuna del rally de Sudamérica, los mejores pilotos salen de los equipos de allá. Y allá empecé a ir con un psicólogo deportivo, Pepe Bisconti, y él me cambió la cabeza, me hizo ver que la única manera de ser feliz haciendo lo que amo era siendo yo. Pero cuesta mucho mantener tu esencia con estos prejuicios y con esto de querer pertenecer.
-¿Cómo fue tu experiencia en un país que no es el tuyo, lejos de casa de la familia(…)?
-Me acuerdo que mi familia y amigos me decían que estaba loca por dejar todo por irme a correr rallys, pero yo bien terca y perseverante que soy no deje que me condicione (se ríe). Pero en Córdoba me sentí muy bien recibida, en cierto punto en Argentina estaban más acostumbrados a tener la presencia de la mujer en los deportes, había prejuicios y todo pero fue distinto. Córdoba es como mi segunda casa, le tengo mucho cariño porque me ayudó mucho en cuanto a mi crecimiento profesional.
-¿En qué momento aparece el Dakar en tus pensamientos?
-Pasaron algunos años hasta que empecé a ver el Dakar como meta. En ese momento, en 2016, cuando arranqué en el rally argentino veo por primera vez mujeres en este deporte. En ese entonces éramos 3 mujeres, y fue la primera vez que pude hablar de las cosas que me pasaban como mujer en esta carrera. Me acuerdo que con una de ellas formé el primer equipo liderado por dos mujeres pilotos en Sudamérica.
-Empezaste a tener esa contención femenina en un deporte sobrepoblado de hombres…
-La verdad que este deporte me acercó a mujeres que me acogieron y que me enseñaron mucho. Siento que es el mundo al que hay que apuntar. Volviendo a tu pregunta anterior, durante mi paso por Córdoba tuve un momento de tocar fondo y pasar por depresiones. Pasé por una etapa muy oscura antes de focalizar el Dakar.
-¿En qué encontraste consuelo o sostén?
-Fue mamá, mamá. Tenía como 4-5 meses que no veía a mi familia, y cuando fueron a visitarme se encontraron con una Pato más gorda que tenía problemas alimenticios por lo mal que estaba. Y ahí tuve una charla con mi madre que me hizo volver a mi eje. Me hizo recordar que mi sueño es correr, no ser la #1, sino correr. Le estoy completamente agradecida porque si no hubiese sido por ella yo creo que hubiese dejado el automovilismo.
Patricia Pita: "Corro por las nuevas generaciones de niñas que quieren ser pilotos"
-¿Cuándo empezaste a verte como un referente para las nuevas generaciones de niñas pilotos?
-Cuando volví a Punta del Este a correr en un rally, y me pasó de encontrarme con una fila de niñas, adolescentes, que venían a pedirme una foto y sus madres me contaban que el sueño de ellas era ser piloto. Para mí eso fue como un antes y un después, porque yo por mucho tiempo estuve enfocada en demostrar que podía estar ahí, y no me había dado cuenta de lo que se estaba generando por el solo hecho de formar parte de este deporte. Mis ídolos eran todos hombres cuando era chica, y en ese momento entendí que yo estaba siendo ese referente para esas niñas, que era una luz de ese faro que las marcaba.
-¿Sentís que esto cambió de algún modo tus objetivos en el automovilismo?
-Y.. de algún modo senti que dejé de correr por mí. Estoy corriendo y siguiendo mi camino porque detrás vienen más mujeres. A mí me tocó ir abriendo el camino porque me tocó y sigo gracias a mi familia y a mi entorno.
-En tu línea cronológica pasaron casi 10 años. ¿En algún punto sentiste que capaz era tiempo de dejar y seguir en el automovilismo pero desde otro lugar?
-En 2018-2019 yo paré de competir por temas familiares, y retomé en pandemia. Claro que hubo momentos que uno quiere poner en marcha sus conocimientos y a veces los objetivos o metas son poco claras o te llevan a la frustración o pensar en el retiro. Fue una charla con mi psicólogo, en la que dedujimos que capaz tenía que ponerme una meta alta, y ahí es la primera vez que aparece el Dakar a carcomerme la cabeza.
-¿Siempre te gustó el Dakar?
-Siempre, de hecho, me acuerdo de una entrevista que di en 2016 en la que me preguntaban cuál era mi sueño en este deporte, y yo dije ‘correr en el Dakar’, que es algo loco porque por lo general el piloto suele decir que correr en Europa, en un mundial de rally (…).
-Así, en 2022 arranca tu nueva hazaña…
-Sí, una hazaña bastante difícil te digo, porque no sólo tiene que ver con la aptitud sino que hay un gran trabajo para recaudar la parte económica. Pero bueno, yo arranqué con esto claro y me dije que si no se da es porque no se pudo y no porque no lo intenté. Ahí empecé a hablar con mil personas, empresas, organizaciones a nivel mundial que apoyaban mujeres en el deporte (…).
-Me imagino que tuviste mucho apoyo pero también muchos no…
-Sí, me empecé a topar con muchos no, cuestionamientos por mi género, dudas, pero me agarraron en otro momento, más armada, segura y fortalecida. Además de contar con la ayuda de mi psicólogo deportivo, esa contención profesional ideal y muy necesaria en este tipo de vida.
-Leí que fue un camino muy difícil y de mucha incertidumbre tu participación en el primer Dakar…
-Sí, llegué a mi primer Dakar con todo muy encima, además que nunca había corrido en arena, tuve que irme a Chile a correr en arena por primera vez, me pedí un préstamo para hacerlo. De ahí volví con mucho conocimiento y apareció mi primer sponsor. Fueron meses muy estresantes pero sabía que iba a ir y que de alguna manera todo iba a fluir(…).
-Tuviste un gran debut en el Dakar y quedaste a nada de poder terminarlo. Entiendo que hay factores como el económico que interfieren en tu preparación. Este año tuviste que abandonar el Dakar mucho antes. ¿Cómo lidiás con esto que sobrepasa de tus aptitudes y conocimiento?
-Bueno, es algo horrible porque encima no tenés a la familia cerca. Mi meta es tener la medalla de Dakar finisher, y es duro ver como se trunca por cuestiones que me exceden, pero bueno, trato de quedarme con lo bueno y de aprovechar al máximo la experiencia, aunque no te miento que en ese momento que me dicen que no puedo seguir, se me derrumbó el mundo y son cosas que desmotivan y te hacen cuestionar si seguir, por el desgaste emocional que implica. Pero lo que me saca adelante siempre es el amor por lo que hago. Así que voy a volver por la revancha y hacerlo lo mejor que pueda de acuerdo a mi realidad y a mis recursos(…).
-Tomando dimensión de las cosas y viendo hacia atrás. ¿Te imaginaste estar en donde estás ahora?
-Lo imaginaba pero era algo que veía recién de acá en 5 años con suerte. No me creo que esté formando parte de un equipo como en el que estoy ahora, Astara Team, que apuesta por mí para acompañarme en el Dakar. Es un sueño hecho realidad.
-¿Sentís que ya viviste tu mejor momento en este deporte o sentís que tenés mucho más para dar?
-No, no. Siento que he vivido muchas cosas, muchas muy buenas y otras muy difíciles. Soy una persona muy ansiosa, y hoy estoy aprendiendo a enfocarme en el presente, en el ahora. El automovilismo es mi pasión y el gran amor de mi vida. Es el motor que me ha ayudado a crecer como persona, no solo como deportista. Hoy vivo cada carrera como única. Quiero vivir el camino.
-Te ves en el automovilismo hasta el final…
-Siento que el automovilismo va a ser parte de mi vida siempre. Me cuesta mucho ver el momento de decir que no me voy a subir nunca más a un auto. En algún punto no tan lejano si voy a querer poner foco en otra cosa, yo ya no tengo 20 años y también quiero ser madre, que es un tema tabú en este deporte. Porque es otra realidad, no es lo mismo para una mujer que un hombre, porque de verdad tenés que parar como mujer al estar embarazada.
-A eso sumale el riesgo de lo que implica este deporte.
-Totalmente, si bien no te subís al auto pensando que podés morirte, no se cómo va a ser mi reacción una vez que sea madre. Capaz que a los 6 meses me subo a uno y corro pero no lo sé. Nunca tuve ese pensamiento de ser madre como prioridad, de hecho siempre me vi siendo mamá de más grande, pero bueno, ya tengo 35-36 años.
-¿Con qué realidad crees que se toparía tu bebé en este momento en cuanto al automovilismo? ¿Sentís que la presencia femenina creció?
-Mirá, desde que yo estaba en el rally argentino éramos 3 mujeres pilotos. En la actualidad sólo queda una mujer que siga compitiendo. En Uruguay, hoy, en el rally nacional no hay una sola mujer piloto compitiendo. En el plano internacional: Fórmula 1, no hay mujeres, Rally Mundial no hay mujeres, Rally Europeo, solo una (…). Cuesta que las mujeres permanezcan al encontrarse con tantos obstáculos, no solo económicos o de recursos sino también sociales.
-¿Y en el Dakar?
-Bueno, eso también me gusta del Dakar, porque es la carrera con mayor participación de mujeres: 48 pilotos, sin contar copilotos y todas las mujeres que forman parte del equipo técnico.
Fotos: Chris Beliera
Producción y estilismo: Caro Gagliardini
Diseño de portada: Gustavo Ramírez y Filmmaker: Mailén Ascui
Dirección creativa: Sebastian Vaca Mur
Maquillaje y peinado: Natali Flor para Sebastián Correa
Looks: Blue Sheep y Clara Ibarguren. Agradecemos por la locación a: Hotel Savoy.