Una noche caliente – GENTE Online
 

Una noche caliente

Todo comenzó en la noche del viernes14 de abril de 2000 en uno de los
restaurantes-boliche de los Arcos del Sol. Rodrigo por esos días ya
estaba consagrado como El Potro y disfrutaba del éxito de sus recitales
en el Luna Park. Tamara Paganini, en cambio, era solo una bailarina más
de la disco, todavía desconocida para la gente, que luego la identificó como
la India de Gran Hermano. Aquella noche, el destino -o no, ya se verá-
los cruzó arriba del escenario. El Potro -con su pelo teñido
de celeste turquesa y una remera que tenía estampada la caricatura del boxeador
Rodrigo la Hiena Barrios- tomaba de la cintura a la rubia de diminuta tanga
de cuero negra
y la hacía girar mientras la comía con su mirada. Hubo
baile, risas cómplices y miradas más que seductoras. Dicen que al Potro le
gustó la carita perfecta de Tamara y su estilo suelto. Dicen también que ella
moría por Rodrigo, que era una de sus fans incondicionales, que ya lo conocía
de un encuentro anterior y que esa noche subió al escenario sólo para verlo y
bailar con él. Dicen…

¿Verdad o pura ilusión? ¿Pasó algo entre ellos? ¿Cómo terminó la
fiesta? Esta es la historia del fogozo encuentro que reveló Jorge Rial en su
programa Intrusos.

CENA & ENCUENTROS. Esa noche, Pepe Gozalo, manager de
Rodrigo, había llamado a Valentino para reservar una mesa para el Potro, que
iría a cenar con un grupo de amigos después de uno de sus recitales. Tal vez
por eso ya había fotógrafos cuando el cordobés llegó al lugar. Rodrigo
estaba con su manager, con Pipo Cipolatti y con el boxeador la Hiena
Barrios. Y hay quienes dicen que también estaba su novia, Alejandra Romero. El
grupo se sentó a comer en una mesa cerca del escenario. Y por ahí, Pata
Villanueva festejaba el cumpleaños de su hija Bernardita junto con la actriz
Gigi Rua, su marido y un grupo de amigos. "Me acuerdo muy bien de esa
noche -relata Pata-, porque yo recién llegaba de México, y como saludé a
Pipo Cipolatti me adjudicaron un romance con él, lo cual me generó una gran
pelea con mi marido de aquel entonces. Cuando lo vi a Rodrigo, me acerqué a
saludarlo
, pero no de cholula ni para colgarme del éxito arrasador que
tenía en ese momento, sino porque nos conocíamos de la época de Córdoba,
cuando él todavía no era tan famoso. Nos quedamos charlando un rato y me
acuerdo que hasta me dijo que en los dos últimos años había ganado diez
palos verdes
-dice Pata-. Estábamos muy contentos y de pronto
empezamos todos a bailar.
"

Ahora es Pipo Cipolatti quien sigue con el relato: "Veníamos del Luna y nos sentamos a comer. Antes del postre, a Rodrigo lo invitaron a bailar arriba del escenario. Y ahí se enganchó esta bailarina, que ahora resultó ser Tamara, pero que en ese momento no era conocida. Pasó lo típico: en esos boliches, las bailarinas son parte de la fantasía del lugar. Y siempre hacen subir a un famoso para levantar la noche. Así sucedió entonces. Qué pasó después, no sé porque yo me fui a eso de las tres de la madrugada,
cuando ellos todavía estaban bailando
", dice.

BAILE Y DESCONTROL. Pero parece que no todo fue tan tranquilo aquella noche. Rodrigo subió al escenario, y con él lo hicieron la Hiena Barrios y también Pata. Bailaron todos juntos. En un momento, en medio del show, el Potro pidió tocar los timbales. Y de repente, cuando nadie se lo esperaba, Tamara subió al escenario. Al menos así lo cuenta Pata hoy: "Esta chica, Tamara, llegó con un tapado porque venía del boliche donde realmente bailaba, Hanoi, en los Arcos del Sol. El Potro y Tamara en pleno <i>dancing</i>. El, con su pelo celeste-turquesa y la simpatía de siempre. Ella, con una tanga diminuta, el pelo más corto y una sensualidad que cautivó al cuartetero. Se los veía ajenos a lo que pasaba abajo", sintetizó uno de los testigos de aquella noche.">

El Potro y Tamara en pleno dancing. El, con su pelo celeste-turquesa y la simpatía de siempre. Ella, con una tanga diminuta, el pelo más corto y una sensualidad que cautivó al cuartetero. "Se los veía ajenos a lo que pasaba abajo", sintetizó uno de los testigos de aquella noche.

Rodrigo y Tamara en el centro de la escena, con un baile <i>superhot</i>.

Rodrigo y Tamara en el centro de la escena, con un baile superhot.

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