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Por qué este crimen todavía sigue impune

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El gordo Carrascosa está destruido. Dicen que camina como un alma en pena.

Desde hace meses, pese a que está procesado como coautor del homicidio de su
esposa, María Marta, goza de una prisión morigerada, una especie de libertad
bajo fianza por la que debió pagar nada menos que 100.000 pesos. Pero no tiene
paz. Hoy vive junto a un amigo en el barrio privado CUBE, un anexo del Náutico
Escobar Country Club.
En la misma casa donde lo detuvieron el 11 de abril de
2003. Allí goza de la tranquilidad del río Luján. Pero la mayoría del tiempo, su
mirada está perdida en el cielo. Dicen que mira un punto fijo y no para de
llorar, que habla en voz baja con su mujer ausente y se conmueve. Piensa que
ella debe estar sufriendo por todo lo que le tocó enfrentar a su familia y le
agradece por los años de felicidad vividos. Sus íntimos lo notan perdido,
desconcentrado, triste. Y está tan ansioso, que no para de comer. Desde la
muerte de su mujer engordó doce kilos. Y cada noche reza por ella y le dice: "Te
necesito más que nunca, no veo la hora de volver a encontrarte".

LAS PRUEBAS CONTRA CARRASCOSA. El viudo está procesado por ser considerado
coautor del crimen de su mujer, María Marta García Belsunce. El fiscal, Diego
Molina Pico, se basó en dos cuestiones para sostener su dictamen:

1) La existencia de pegamento en el cráneo de María Marta. El fiscal está
convencido de que la familia tapó los orificios con la gotita para disfrazar el
crimen. Sin embargo, los dos médicos forenses que se encargaron de la autopsia
determinaron que no había pegamento. El doctor Carlos Alejandro Flores dice
textualmente en el expediente judicial: "Ni de los exámenes realizados por el
dicente en la cabeza de la occisa, como de los realizados posteriormente por los
laboratorios respectivos, se determinó la presencia de alguna forma de pegamento
en las heridas que aquélla presentaba, es decir, que está seguro de que los
orificios no estaban pegados con ningún tipo de pegamento"
. Su colega Héctor
Horacio Moreira también es contundente: "Preguntado para que diga si notó la
presencia de algún pegamento o químico que pudiera haber provocado el
cerramiento de las lesiones, responde que no. Reitera que afirma no haber
detectado la presencia de pegamento, ya que de haber notado algún elemento
distinto al tacto o la visión, lo hubiese dejado asentado en el protocolo y lo
hubiera remitido al Laboratorio Químico Judicial para investigarlo".

2) Los testimonios de la encargada del club house del Carmel y de dos mozos que
trabajan allí. Estos aseguran que Carrascosa estuvo después de las 18:15 en ese
lugar, mientras el viudo jura y perjura que permaneció en la casa de su cuñado
Guillermo Bártoli viendo Boca-River, y los primeros 31 minutos del partido entre
Independiente y Rosario Central. Uno de esos mozos es Guillermo Verona, cuyo
ingreso ese día a Carmel está registrado por las cámaras de video a las 18:59.
Lo que significa que es imposible que haya sido testigo de la presencia de
Carrascosa en el club, simplemente porque no estaba.

¿PACHELO MINTIO? Nicolás Pachelo es el vecino cuestionado por los García
Belsunce. Concretamente, la familia está convencida de que tuvo participación en
el asesinato. El declaró que se había retirado del country durante los últimos
cinco minutos del Boca-River o los primeros de Independiente-Central. Esto lo
ubicaría entre las 18:05 y 18:20. Sin embargo, aparece en el video yéndose por
la puerta de los no socios a las 18:59:51 en el Fiat Siena de su esposa. No son
las únicas contradicciones que mostró. También dijo haber estado a las 19:40 en
el Paseo Alcorta, en Palermo, comprando junto a su madre -que se suicidó hace
unos meses-, pero a las 19:32 recibió un llamado mientras se encontraba en la
zona del Parque Industrial de Pilar. ¿Cómo hizo para recorrer ese trayecto en
ocho minutos? ¿Por qué mintió? Las respuestas las tendría el fiscal si lo
hubiese interrogado por tantas contradicciones. Sin embargo, no lo hizo.

VIGILADORES VIGILADOS. Por iniciativa de Alejandro Novak, defensor de Guillermo
Bártoli, fueron citados a declarar varios vigiladores. El rumor que corrió en
Carmel hablaba de que algunos de ellos se "dedicaban a robar en el country".
Casi todos admitieron que lo hacían. La mayoría aceptó que uno de ellos, Ramón
Alejandro Ortiz, era el más pesado. Este fue el primero en llegar a la casa
después del crimen porque se encontraba de recorrida. Sobre la frente de María
Marta apareció un golpe, y a su alrededor, minúsculos restos de plata que "provendrían de un anillo", según los peritos. Cuando Ortiz habló por primera
vez, lo hizo con GENTE. Ese día lucía un anillo que él llamó "de lata, no de
plata, porque está todo rayado"
. Sin embargo, negó cualquier vinculación con el
crimen, y dijo que la familia se encargó de tapar todo para encubrir el crimen.
El fiscal dijo en la conferencia de prensa que brindó la semana pasada en La
Plata, que él no investiga robos, sino quién mató a María Marta. Aquellos que
saben sobre temas judiciales, dicen que si creía que él no tenía que hacerse
cargo de ese tema, debió haber remitido las declaraciones al fiscal de turno.

PALABRA DE FISCAL. Diego Molina Pico aseguró que la causa está parada. Está
convencido de que los García Belsunce encubrieron el crimen y que la pista más
firme es la que apunta a Carlos Carrascosa y sus parientes. "Como podemos ver,
tiene muy poco para tenerlo procesado. Los dichos de los testigos que lo vieron
a Carrascosa en el club house son bastante inconsistentes. Y encima los peritos
afirmaron que no hay pegamento en los orificios de bala. Si llega con eso sólo
al juicio oral va a hacer un papelón"
, explicó un experto en cuestiones tribunalicias. Si hasta el abogado de Pachelo, el prestigioso doctor Roberto
Ribas, admitió, pese a estar enfrentado con los Belsunce, que no había elementos
suficientes para que el viudo estuviera procesado como coautor del homicidio.

Quienes conocen bien a Molina Pico afirman que ahora irá por Guillermo Bártoli,
el cuñado de María Marta, que acaba de ser procesado por la falsificación del
certificado de defunción. El fiscal sospecha de Bártoli y busca detenerlo. "Si
tuviera algunas cosas más claras, lo hubiese calificado como coautor"
, afirmó.
Según se rumorea, Molina Pico hasta llegó a pensar que Carrascosa podría haber
encargado el crimen. Y no niega que Bártoli haya sido el posible brazo ejecutor
del delito. El fiscal se apoya en un testigo -Inés Ongay, amiga de la infancia
de María Marta-, quien, dijo, le relató: "Carrascosa les había pedido dos cosas:
que la enterraran lo más tarde posible"
. Y algo más que a él lo hace sospechar:
"Que no se le hiciera autopsia".

Según Ongay, esta charla se dio en la casa de la familia Taylor, y ella estuvo
presente. Los García Belsunce la cuestionan porque piensan que si escuchó que
iban a hacer semejante cosa con su amiga, por qué no se lo dijo a la policía o a
la justicia.

ESCRITO CON SANGRE.
Molina Pico asegura que los García Belsunce se niegan a
sacarse sangre, la que se utilizaría para comparar con las manchas encontradas
hasta el momento en la casa de la víctima. Pero la familia dice que no accede a
esa pericia porque los estudios no están terminados. Y temen que si prestan a la
extracción sin todas las garantías, después pase algo parecido a lo del
pegamento, y les digan que las manchas coinciden con los ADN de algunos de
ellos, y terminen presos. Esto demuestra que la guerra entre Molina Pico y los
García Belsunce está desatada desde el principio.

Muchos se preguntan por qué el fiscal apartó a la policía del caso. Y afirman
que si se la hubiera dejado intervenir, ya habrían encontrado el culpable. Los
investigadores apartados del caso le dijeron a GENTE que el fiscal cometió
serios errores:

- No pidió la autopsia inmediata. Tratándose de una muerte accidental, debió
haber interrumpido el velatorio.
- No citó a todos los testigos a declarar, sólo eligió a los que a él le
parecían importantes.
- No escribió una sola línea de la causa hasta el 30 de octubre, tres días
después del crimen.
- Aunque diga lo contrario, desechó los videos que registran toda la zona
perimetral del country. Tardó diez meses en verlos, argumentando que no eran
claros.
- De entrada no citó a todos los vigiladores a declarar.
- No investigó a fondo a Nicolás Pachelo, tampoco a la masajista Michelini,
quien le habría comentado a una colega: "Los Carrascosa guardan un millón de
dólares en la casa".

Los investigadores policiales insisten en que la información que brindaron a
GENTE es estricto off the record. Pidieron reserva de identidad. Y concluyeron:
"Así va a ser muy difícil encontrar al asesino. O, mejor dicho, será imposible".

1990: Carlos Carrascosa mimado por María Marta en su hogar. Hoy se la pasa recluido en la casa de un amigo en un country de Escobar. Llora, mira hacia el cielo, y trata de hablar con su mujer ausente.

1990: Carlos Carrascosa mimado por María Marta en su hogar. Hoy se la pasa recluido en la casa de un amigo en un country de Escobar. Llora, mira hacia el cielo, y trata de hablar con su mujer ausente.

María Marta -la Negrita, como el viudo la llamaba- era una mujer muy solidaria. Le encantaba la vida al aire libre.

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