Después de ocho años de amor, Paula Chaves (34) y Pedro Alfonso (39) se preparan para volver a trabajar juntos en la obra de teatro "Locos por Luisa". Aquí cuentan cómo es su vínculo sobre el escenario y detallan los motivos por los que Antonio Gasalla no los acompañará
–¿Qué se odian y qué se admiran uno de otro sobre el escenario?
Pedro: Lo que odié en su momento fue que Paula llevase a escena nuestras peleas de novios. Si ese día habíamos discutido, la cachetada en el sketch era más intensa y el beso final era una porquería. En ese momento éramos Peter y Paula. Hoy todo será un redescubrimiento. Porque nuestra relación –y hasta la manera de pelearnos– es otra. El gran defecto de Pau es la ansiedad: no te respeta los tiempos de ensayo, y todo le da inseguridad. Por otro lado es una gran comediante: suelta, graciosa y con matices. Porque no sólo atiende el texto: está dispuesta a jugar. No le tiene miedo al ridículo, y eso me vuelve loco.
Paula: Siempre me acuerdo de la primera vez que hicimos teatro. Habíamos empezado el ensayo general de Despedida de solteros (2011/12). Se sentó en un rincón y se puso a llorar. La presión de haber pasado de ser un productor de tele a un protagonista de temporada era demasiada. ¡Y mirá ahora...! Tiene un imperio. Y lo admiro tanto no sólo por su garra, sino también por el don de ser cabeza de equipo. Se encarga de generar un espíritu de compañerismo tanto abajo como arriba del escenario. Aunque esa obsesión de que todo sea perfecto también es jodida. Para él cada función es única: te modifica líneas y escenas hasta el último telón. Lo vi corriendo a actores en pata para explicarles qué y cómo mejorar para la próxima vez. Y yo, que soy bastante caprichosa con esas cosas, tenía que fumarme que me cambiase el chiste veinte veces.
–Respuesta libre: lo que Gasalla dejó. Del entusiasmo (el cómico, contento con el guión, quiso intervenir el libro de Locos por Luisa con sus personajes) a la desilusión (días antes de firmar contrato decidió apartarse, porque sintió que la trama no lo necesitaba).
Pedro: Muchos diálogos, más admiración y la promesa de un encuentro en algún otro escenario. Visité a Antonio tres veces para trabajar el guión. Fueron días inolvidables. Su casa es historia viva. Es coleccionista, y cada uno de sus objetos cuenta algo. En uno de los pasillos tiene cientos de fotos de su trayectoria. Es como un gran documental de gran parte de la vida del teatro y la televisión nacionales. Nos mostró videos de sus trabajos y pensábamos ponerlos en la función, a modo de homenaje. De esas visitas me llevé miles de anécdotas, un consejo que me dio de cómo proyectar la voz y un lujazo: grabamos juntos veinticinco minutos de un mano a mano improvisado entre la abuela y yo.
Paula: ¡Yo ni llegué a verlo! (risas)
–Así en el escenario como en la tele... ¿Volverían juntos a la pantalla chica?
Pedro: Siempre hablamos sobre esa idea. Hemos recibido propuestas muy concretas (N.d.R: como la de Telefe para la conducción de Despedida de solteros, 2017). Me gustaría hace una tira con Pau...
Paula: ...¡pero no como pareja! Ya mostramos demasiado amor. Me divertiría mucho más que fueses mi amigo gay, por ejemplo.
Pedro: Mi cuenta pendiente es hacer con Pau un formato que una entrevistas y sketches, algo muy lúdico.
Paula: ¡Como un reality con entretenimiento! Un programa que no nos exija ser la dupla de conductores, sino que fluya con naturalidad, así, muy nosotros. Sería una bomba, porque nos entendemos mejor que nadie.
Por redacción Gente.
Fotos: Christian Beliera.
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