"Casi me hago pis encima cuando me enteré de que mi casting para 100 días para enamorarse era con Juan Minujín”, admite con brutal honestidad Lola Morán (24), la diosa de Belgrano que debutó como actriz a los quince años en Consentidos –una tira teen de Ideas del Sur–, brilló durante dos años en Aliados –el último gran éxito de Cris Morena–, y hoy sorprende con su papel de Soledad en el boom televisivo que protagonizan también Carla Peterson, Nancy Duplaá y Luciano Castro.
–¿Era cuestión del destino que consiguieras este personaje?
–Puede ser, porque la primera vez que me llamaron para ir a la prueba de cámara yo estaba en Nueva York y no pude ir. No bien aterricé en Buenos Aires recibí una nueva llamada de Underground, diciéndome que seguían sin encontrar a la chica que necesitaban. Así que en un día estudié la letra y me presenté. Al entrar escuché la frase “estamos esperando a Juan”... ¡y me puse ultra nerviosa! No sólo no me lo esperaba, sino que además a él lo híper admiraba por haberlo visto en El marginal. Me acuerdo que hasta me empezaron a transpirar las manos.
–¡Y quedaste!
–Sí, al día siguiente me dijo: “Estuviste re bien”. Es increíble lo diferente que es cómo uno se siente en la previa, a cómo lo ves después. Un gran ejemplo de esto que digo fue mi primera escena oficial con él. Tenía que bailarle, hacerme la gata y chapármelo fogosamente... Pasó otra vez lo mismo: ¡estaba re nerviosa! No por el beso, sino por tener que seducirlo de la nada. ¡Me sentía tosca, como si fuera una fan bailándole espásticamente! Después vi en el monitor las tomas y estaban bien. A pesar de que me sentía un horror con patas, me veía como una mujer sensual vestida de rojo.
–¿Siempre quisiste actuar?
–La verdad que no (ríe). Quería ser jugadora de hockey; ése era mi sueño. Pero un día entré a Multitalent Agency para hacer publicidades y me preguntaron si me interesaba actuar... De puro caradura dije que sí. Me dijeron de un casting, ¡y quedé! A partir de ahí me di cuenta de que me gustaba y me puse a hacer todo: fonoaudiólogo, teatro, baile, canto... El hockey lo tuve que dejar, porque no podía llegar lastimada a trabajar.
–¿Qué te enseñó Cris Morena?
–¡Todo! Me educó en lo que es este trabajo. Desde cosas básicas, como que cuando terminás de grabar tenés que llevar la ropa al vestuario, hasta ser mega puntual y saber la letra a fondo.
–...Cosas que te deben haber servido en tu vuelta a Telefe.
–Totalmente. Hago un personaje muy justo para mí, porque estoy en una edad en la que no soy muy chica ni muy grande. Por un lado me encanta jugar y divertirme, y por otro vivo sola hace dos años y pago mis cuentas. Es una etapa intermedia. Mi personaje es el de una chica que va al colegio pero es repetidora: tiene diecinueve años. Y una historia con un compañero, y a la vez con el padre de él, de cuarenta y pico. Un quil... bárbaro.
–¿Te pasó que quieran conquistarte hombres mayores?
–No, nunca me pasó, y no me gustan los más grandes. Mi novio tiene veintisiete y ya me parece mucho (ríe). Si tienen barba, ya no me van...
–Juguemos a pensar a futuro. ¿Qué soñás? ¿A qué aspirás?
–Lo que más quiero con toda mi alma es hacer cine. ¡Es mi sueño! Lo tengo en la cabeza dando vueltas y anhelo filmar este año mi primera película. Me encantaría que fuera de acción... y no aceptaría dobles: me apasiona la idea de estar actuando mientras corro o disparo.
–¿Hay algo más que desees?
–¡Ir al Mundial! Soy apasionada del fútbol (N. de la R.: tanto, que tiene el tridente de Independiente tatuado en el antebrazo) y quiero ver a la Selección alzando la Copa.
Por Kari Araujo
