Fiel a su estilo, Juliana Awada (44) apostó por el look sobrio. Creados por nuestra compatriota Graciela Zito, lució un vestido gris ceñido con un pequeño cinto y un tapado abierto sobre los hombros, que acompañó con unos clásicos stilettos grises.
Además, sumó dos accesorios que se robaron los comentarios: en la solapa, una escarapela con turquesas, perlas y mostacillas de oro, realizada por el joyero argentino Celedonio Lohidoy (también elegido por la reina Máxima y por el diseñador japonés Kenzo Takada); y en sus manos, un clutch (sobre transparente diseñado por la lujosa firma inglesa Charlotte Olympia), en cuyo interior se veía una bandera argentina.
Así, sin estridencias, la primera dama se volvió a ganar las miradas el viernes 25 de mayo. Un día de fiesta para nuestra Argentina, que inició en la Catedral Metropolitana con la homilía brindada por el cardenal Mario Poli, y continuó al mediodía, cuando vecinos, jubilados, bomberos, representantes de las fuerzas armadas y de seguridad de la Nación, y ministros recibieron en su plato la porción de locro que la propia Juliana Awada y el presidente Mauricio Macri (59) les sirvieron.
Así, cucharón en mano, la familia presidencial –Antonia, su hija de 6 años también presente– compartió en la Quinta de Olivos el guiso con el que se celebró el 208º aniversario de la Revolución de Mayo. “Hoy es un día para que nos reunamos y le agradezcamos a Dios el país y la Patria que tenemos”, dijo Macri, mientras Juliana escuchaba en silencio. Sobria, fiel a su estilo.
Por Sergio Oviedo
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