Juan Otero llegó el vienes 26 de septiembre, cerca de las ocho y media de la noche. Salió de la panza de su mamá, Florencia Peña (33), a través de una cesárea, igual que lo hizo su hermano, Toto, hace cinco años. El nuevo hijo de la actriz y el músico Mariano Otero (33) pesó 3,750 kilos.
Juan no se llama Juan Carlos, como se había informado hasta que su mamá abandonó el sanatorio, el martes 2 de octubre: “Ese era un chiste, una ocurrencia de su hermanito, que le hablaba a la panza y le decía: ‘Portáte bien, Juan Carlos’. Toto tiene un gran sentido del humor. No sé a quién habrá salido…”, explicaba.
Mamá actriz, papá músico de jazz… “¡Juan va a tener que hacerse cargo de los padres que tiene! Sabemos que no va crecer de una forma convencional”, bromea Flor que, entre las madres, se define lejos de los estereotipos. Ahí van algunos tips que lo demuestran:
- “No le hablaba a la panza, porque me siento una tarada, pero Mariano tocaba música para el bebé, como lo hizo en el primer embarazo”.
- “No ando por la vida publicitando la cesárea, pero no quería llegar a las contracciones: ‘Si es necesario, me cortan en cuatro’, les dije a los médicos”.
- “¿Charlas con otras madres o cursos de pre-parto? ¿Para qué…?”.
- “Fue un parto hermoso y me siento muy bien. La llegada del segundo hijo es más disfrutable que la primera vez; uno la espera sin miedos”.
Esta vez la actriz se tomó un post-parto casi sabático. Apenas tiene planes laborales para marzo y abril, cuando se vestirá de Roxie Hart, el personaje del musical Chicago que interpretan las celebrities más cotizadas de Hollywood.
–“La decisión de parar estos meses fue para hacerle un regalo a Toto, que se despidió de su ‘soltería’ como único hijo. Fue hermoso; compartimos muchas cosas”.
Juan Otero (Juan a secas, como aclaró su madre) entró por primera vez a su casa del barrio de Palermo el martes 1º de octubre, cerca de las dos y media de la tarde. Allí lo esperaba su hermano Toto, que ahora comparte su territorio. También, el otro nuevo integrante de la familia: Mingus, un canito boyero de Berna, adoptado por los Otero-Peña sobre el final del embarazo. Ya son cinco en la familia (perro incluido, claro), aunque Flor haría un último intento por una mujercita. “Necesito peinar a una nena y ponerle moños rosas en el pelo”, suele decir. ¿Habrá un nuevo capítulo en esta historia…?
Florencia con Juan y Mariano. Abandonaron el sanatorio Otamendi después de cinco días de internación. “Disfruté más de este embarazo que del primero”, contó ella.