«En la Argentina todos vivimos en una cárcel» – GENTE Online
 

"En la Argentina todos vivimos en una cárcel"

Producción fotográfica. Charly (García) se sube a un triciclo. Está "contento como un chico con un juguete
nuevo
", como antaño solían decir las abuelas (y también las tías). Contento por las
500 mil personas que juntó con Nito Mestre, sumados los recitales de Boca y Parque Sarmiento y las giras por el interior y Latinoamérica. Contento por su último disco, recién salido de fábrica: Si
("Si, por la nota musical…"). Contento porque…

-¿Por qué?
-Porque cuando era un nene no fui nada feliz. Pasé momentos muy tristes. ¡Terribles!

-Pero lo superaste…

-No sé. Cuando uno es chico, el mundo parece de colores. Y cuando uno crece, ese mismo mundo se vuelve blanco y negro. Por eso inventé mi propia técnica. Para mi vida y para mis discos…

-¿Qué técnica?
-La maravillización de las cosas. Empecé a hacer las mismas cosas que hacía cuando era chico: le pasaba el parlante del televisor al tocadiscos, cambiaba los estéreos, etcétera.
Una especie de maquillaje de la vida. La hago más linda. La pinto para que deje de ser blanca y negra (lo dice mientras se prueba unas medias de red).

-¿También componés un personaje?
-Siento que tengo un superhéroe dentro de mí. Es una mujer. Se llama Gabriela. Me sale, y ataca como una fiera. Y eso me salva cuando me atacan. En lugar de salirme el monstruo verde del Increíble Hulk , me sale Gabriela la Topadora. Es devastadora. Me di cuenta de que a Charly le pueden negar cosas, pero no a Gabriela.

(Se ríe a carcajadas. Pero de pronto se pone serio y pregunta por el ex presidente Menem.)

-¿Cómo está Carlos? ¿Bien? Por lo menos está con su chica. Eso lo debe ayudar. Yo quiero ir a visitarlo. Todavía no lo pude ver. Pero hablamos por teléfono.

-¿Qué se dijeron?
-Le dije que lo acompañaba en el sentimiento. Que le dedicaba el nuevo disco de Sui Generis en vivo: Si. Y él sabe que lo digo y lo grito: ¡Yo a Menem le hago el aguante! Cuando fui preso en Rosario, él me llamó para darme ánimo. Y de eso no me olvido más. A Carlos lo escuché bien, entero, como es él. Nos vimos solo cinco veces, y siempre en momentos importantes. Por eso ahora voy a ir a alentarlo…

-¿Cómo vivís la crisis de los piquetes?

-Por un lado, lo justifico. Si no tenés ni laburo ni para comer, está todo mal, y si está todo mal y ves corrupción en el gobierno…
¡no da para más! Pero por otro lado me parece que todos estamos esperando que vengan políticos o economistas a salvarnos del desastre. Y veo políticos que se pasan de bando como si estuvieran haciendo un trabajo profesional, como el trabajo de un publicista. Y
que a ellos la gente no les importa nada. Tampoco sé si alguno se mete a poner bombas para hacer desastres. Porque antes estaban los militares, pero ahora no. Entonces, ¿la violencia asesina contra quién se vuelve?

-¿Creés que ya no es cuestión de ideologías?

-Las ideologías ya no existen. Cada lugar tiene sus propias miserias. Porque en un recital en Chile yo decía "Videla" y los insultos y los chiflidos eran terribles. Y después decía "Pinochet" y se quedaban todos en silencio. Estaban culposos. No sabían qué decir. En Cuba, Fidel es un Dios, pero hay muchos que prefieren tirarse a los tiburones antes que vivir en su paraíso…

-¿Qué solución ves?
-Yo, a la clase media le diría que se deje de pensar solamente en ella todo el tiempo. Que se deje de esperar que otros le resuelvan el problema. Acá están todo el tiempo pensando en salvarse solos.
Son chantas. Y los gobernantes vienen de la clase media. Es un feedback interminable…

-¿Hoy, qué mensaje das (vos y Sui Generis) con tus canciones?

-Yo quería cambiarle la cabeza a la gente, y lo hice. Hice el nuevo aprendizaje (se refiere a su mítico tema Aprendizaje, en la versión de su nuevo disco). A veces tenemos la felicidad al lado y no nos damos cuenta.
Nos acostumbramos a ser muy mentirosos y quejosos. El ejemplo son los ñoquis. Todos acomodan a su familia y a sus amigos cuando llegan al poder. Es más:
yo también fui ñoqui cuando era joven. Era inspector de restaurantes. Tenía que averiguar quién era el dueño, cuántas mesas y mozos había, todo eso… Pero como me daba vergüenza, miraba de afuera, calculaba y anotaba. Era un ñoqui total. Bien numerario de la clase media…

-Charly, Nito dice que sos un talentoso en esencia, y que cuando estás "loco" les podés causar mucha gracia a tus fans, pero que en realidad eso sirve para lastimar y ocultar tu verdadero talento, y que no te beneficia en lo más mínimo. ¿Estás de acuerdo?
-Nito tiene razón. Pero el problema lo tiene él. Es más: el problema (se refiere al alcohol) lo tuvo él y no yo. Entonces tuvo que hacer un esfuerzo muy grande para superarlo. El, no yo…

-Das la imagen de que nunca nada te afecta, y eso puede ser un mensaje peligroso para tus fans. ¿O tenés un físico imbatible?
-No sé. Creo que tengo un metabolismo distinto. No soporto cuando hablan de los entornos… ¿Qué entornos, qué tornos, de qué hablan? Eso de hacer la diferencia tipo
"Vos sos bueno…, el otro es malo"… ¡Qué es eso!. Es como que si hago la vida de Nito soy bueno. ¡Nada que ver!
Es un consuelo de tontos. Imaginate. Dice que dejó de fumar y de tomar. ¡Pero no se puede dejar todo! Cada uno tiene que hacer lo que le gusta. Que todo el mundo tome vino, whisky, que haga el amor. ¿Cómo puede ser que el verdadero sentido de la vida sea no tener nada de eso? Debe ser jod… Todo lo que nos gusta está prohibido o es ilegal. Por eso este disco es mi testamento…

-Suena un poco dramático. Podés asustar a tus fans. Se van a preguntar qué locura estás por hacer…
-Sí, es cierto. Mejor digo "aquí está mi esencia". Tengo 49 años y me gustaría tener 15. Estoy en la etapa de ganar toda la plata. La verdad es que
no tengo un peso. Cuando era chico y veía a los viejos con el Mercedes-Benz, pensaba: "Tenés el Mercedes-Benz, sí. Pero… ¿para qué te sirve a esa edad?". Yo tuve una visión del futuro que es como un cuadrado: abajo es mar y arriba es cielo. Y a su lado hay dos personas. Y pensé: "Con Menem todavía tenemos el Charly-Charlie pendiente".

-¿La fórmula presidencial?

-No. Primero el disco. Y después sí, la fórmula. De ser presidente -porque yo sería el presidente, no el vice de Menem-, echaría a todos los críticos de música por decreto. Haría un montón de decretos…

-¿Te entristece ver a Menem preso?
-En la Argentina todos vivimos en una cárcel. Algunos están adentro y otros en un patio. Pero los argentinos nos olvidamos de la alegría. Y me da bronca. Es preferible reír que llorar. Y ojo, que yo odio a la gente que está alegre todo el tiempo. Yo tengo a mi gente, a mis seguidores, y soy
el Mussolini del rock and roll. Tengo un ejército de gente que me sigue. Y Say no More se convirtió, de un chiste o una cosa íntima, en una frase popular entre los chicos. Es un territorio virtual donde cada uno lo usa como puede. Y yo soy el rey de ese mundo virtual, y me la banco. Me lo tomo con humor. Como se lo tendría que tomar Menem…

-¿Creés en la inocencia de Menem?
-El que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Que levante la mano. Nadie es inocente del todo ni nadie es un hijo de p… absoluto. Cuando fui a cenar a Olivos -mirá todo el quilombo que se armó porque fui a comer a Olivos- me pareció un personaje real… de la política.
La política es una bola de corrupción. Siempre lo ha sido y siempre lo será. Yo soy amigo de Menem. Y él se portó como un amigo conmigo. No creo que la culpa sea de él solo. Quizá la culpa la tenemos todos.

-¿Qué sentís cuando ves tanta gente -sobre todo jóvenes- que se van a vivir afuera?
-Y… empiezo a gritar: "¡Chupete, ponete el brazalete!" Siento esa misma tristeza que sentís cuando llegás a un pueblo del interior donde los que viven allí sienten que no tienen futuro, y sus jóvenes se vienen a Buenos Aires. No les quedan jóvenes. Yo no podría vivir en otro país. Yo soy de acá. Nací, viví y hasta cambié mi vida acá. Me gusta como hablo y no me gusta cambiar mi forma de vida. Y creo que a la mayoría que se va le pasa lo mismo que a mí, pero igual se van. Y sin embargo hay extranjeros que se vienen acá buscando un futuro.

-¿Quiénes?
-Los coreanos, los europeos orientales… Se ponen su localcito y se la rebuscan. Pero como los argentinos nos creemos los mejores, para nosotros los coreanos son unos bol…, los bolivianos, unos pel…, ¡y siguen los nombres! Y al final ellos son los que se van quedar con este increíble país. Los yanquis ya vieron la que se les viene: en la película Blade Runner, la ciudad de Los Angeles estaba llena de chinos y de japoneses. Y además dicen que con Internet, en el futuro todo el mundo se va a conocer con todo el mundo. ¡Qué asco! Pero yo siento que evolucioné.

-¿En qué sentido?

-Este es el primer disco que termino sin deprimirme. Al contrario: me siento feliz. Yo, cuando toco, me siento feliz. Soy músico, y los músicos hacen música. Son muy pocos los músicos que cuando vas a la casa están dándole a la guitarrita. Sólo tocan cuando les dicen
"dale que empezó el show". Por eso cuando empieza un show… yo la rompo. ¡Si me la paso tocando todo el día!

-Entonces lo tuyo es más sudor que inspiración…
-Por supuesto. Durante la edición del disco surgió un problema: los sistemas en que se grabó no eran compatibles con los estudios. Era para morirse. Entonces lo llevamos a un aparato que se llama Protul, y que armoniza todo. Me volví loco durante días al lado de los técnicos y mirando una pantalla de computadora. Pero por primera vez hice algo increíble en algo que no es enteramente mi especialidad. Creo que los argentinos necesitamos un Protul para solucionar todo. Pero sobre todo para demostrarnos a nosotros mismos que podemos trabajar a full y como Dios manda.

-Dios, dijiste. ¿Creés en Dios?

-Yo creo en Dios, sí. Pero la idea de Dios es tan complicada como tratar de explicarle a un chico qué es la Teoría de la Relatividad.

-Hablemos de mujeres…
-Hay muchos hombres que les tienen miedo a las mujeres. Hoy, la idea de una pareja se me hace más real. A mí me gustan la mujer y la mezcla de razas. Pero a veces me pregunto qué pasará si uno nace y no está condicionado a nada. Sin educación en el espacio ni nada… ¿Qué dirá?

-Bueno, si alguien se toma la mitad del whisky que estás tomando durante esta nota, se cae redondo…

-Es que estoy mejor hecho… (se ríe). No, mentira… Pero la verdad es que el metabolismo me ayuda. Y bueno: mi testamento ya quedó hecho con este disco. Dios dirá.

Alejandro Sangenis
[email protected]



fotos: Santiago Turienzo
producción: Gabriela Diaz e Inés Azumendi
(Agradecemos a Librería Krausse, La Casa del Mago y Olivia Ropa Usada)

Estoy volviendo a la infancia. Estoy en la ‘maravillización’ de las cosas. ¿Qué es eso? Es maquillar la vida. Ponerla en colores, y no en blanco y negro".
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"Estoy volviendo a la infancia. Estoy en la ‘maravillización’ de las cosas. ¿Qué es eso? Es maquillar la vida. Ponerla en colores, y no en blanco y negro".

Se viene la fórmula Charly-Charlie. Yo y Menem, que es mi amigo. Eso sí: yo voy a ser el presidente. Mientras, ¡le hago el aguante a Carlos!".
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"Se viene la fórmula Charly-Charlie. Yo y Menem, que es mi amigo. Eso sí: yo voy a ser el presidente. Mientras, ¡le hago el aguante a Carlos!".

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