¿Son conscientes de que al que le toque ganar va a quedar registrado como el presidente que consiguió el título más importante de la historia del club?
D’Onofrio: Yo no opino eso. Acá se está hablando de “la Tercera Guerra Mundial” y esto es simplemente un partido de fútbol. El ganador va a estar muy feliz, y el perdedor sentirá una enorme tristeza, pero tiene que estar orgulloso por haber llegado a esta instancia. Somos un país futbolero, con dos equipos argentinos jugando la final.
Angelici: Como dice Rodolfo, es un encuentro futbolístico, un juego, no más que eso. Si lo entendemos, podremos terminar con gran parte de la violencia en nuestro deporte.
Daniel Angelici –54 años, abogado, esposo de María Inés desde hace 26 años y papá de tres hijos, Leandro (18), Daniela (16) y Victoria (12)– tiene la mirada tranquila y transmite la paz de un monje tibetano. Rodolfo Raúl D’Onofrio –71 años, licenciado en Ciencias Económicas, esposo de Patricia, papá de Mercedes (41), Rodolfo (44) y Clara (32), con yerno italiano llamado Lorenzo y nuera colombiana, Natalia; y abuelo de cinco nietos: Tiago, Felipe, Isabel, Rodolfo y Máximo– luce un tostado caribeño que adquirió el fin de semana mientras jugaba al golf en el Jockey Club.
Hoy, lunes 5 de noviembre, a cinco días del primer partido de esta gran final de Copa Libertadores entre Boca y River, los dos presidentes de los clubes más importantes de la Argentina lucen calmos. Eligen mostrarse tranquilos y serenos. Seguro que la procesión va por dentro: sólo ellos lo saben. Para el afuera dan la imagen que el mundo del fútbol necesita. El domingo 4 fueron juntos al programa Debo decir, que conduce Luis Novaresio. Al día siguiente se juntaron en el tercer piso de la AFA con el titular de esa entidad, Claudio “Chiqui” Tapia. Ahora dialogan con GENTE. “Boca y River tienen la oportunidad histórica de dar un gran paso para terminar con la violencia en el fútbol”, dicen casi a coro.
–¿Cómo está hoy la relación entre ustedes?
Angelici: Bien. No somos enemigos. Coincidimos en muchas cosas y en otras no. Discutimos a menudo y también nos pusimos de acuerdo. Tenemos la obligación de trabajar juntos por el fútbol argentino.
D’Onofrio: Nos llevamos muy bien, aunque opinemos distinto en el tema fútbol, no es para que nos enojemos.
–¿La declaración de Mauricio Macri en la que dijo que le gustaría que se juegue con público visitante fue desacertada?
A: No, Mauricio dijo lo que le gustaría como Presidente de la Nación: dar al mundo el mensaje de que estamos capacitados para organizar una final con las dos hinchadas. Claro que después, cuando intentás llevarlo adelante, no es sencillo. Las entradas son cada vez menos, y si recibimos público visitante hay que dejar un pulmón (espacio) y la capacidad se reduce mucho.
D: Hoy firmamos el acuerdo de jugar sin público visitante, porque nos genera más problemas que soluciones. Ojalá que algún día podamos hacerlo, aunque ahora es más una cuestión de capacidad que de seguridad. Hay que trabajar mucho para lograrlo.
–Angelici, ¿cómo va a recibir a D’Onofrio el sábado?
A: Bien, como siempre. Soy el responsable de garantizar su seguridad desde que llegue hasta que se vaya. Siempre me he preocupado y ocupado de que así fuera.
–¿Y usted a Daniel en el Monumental, Rodolfo?
–Como lo recibo siempre cuando nos visita. Intento, cuando ninguno de los dos es local, que lo veamos juntos. En este caso no se puede, porque los argentinos no estamos preparados todavía para algo así.
–¿Por qué River le puede ganar a Boca, D’Onofrio?
–En los dos está la capacidad para ganar: tenemos buenos jugadores y grandes técnicos. A mi equipo le tengo confianza, porque es un grupo humano muy unido y sabe jugar este tipo de partidos. Y en el banco hay un DT líder excelente, con muy buenas ideas. Pero el adversario también juega...
–¿Por qué Boca le puede ganar a River, Angelici?
A: Tenemos un buen plantel, y fuimos de menor a mayor. Ahora, el cuerpo técnico y los jugadores le tienen que mostrar al mundo por qué llegaron a esta final. Está la posibilidad de quedar en la historia grande de este club, y eso no tiene precio.
–Marcelo Gallardo es el técnico con más títulos en la historia de River, pero no podrá estar en el banco en ninguno de los dos partidos: ¿Fue justa la sanción que le aplicaron?
D: Una locura. Contra Gremio en el Monumental ingresó un minuto tarde, porque Mayada se resbaló en el túnel y tuvieron que atenderlo; por eso tardaron en salir. La sanción debería ser para el club, no para el técnico.
A: Aunque hay muchos puntos del reglamento con los que no coincido, como éste, es verdad que los cuatro finalistas lo firmamos antes de participar y lo conocíamos. Si se violó una norma, hay que cumplir la sanción.
–¿Tienen cábalas para ese día?
A: Ninguna...
D: Sí, un suéter rojo que llevo a todos lados. Es para estar bien yo, para no sentirme en falta. Si alguien cree que porque lo traigo los muchachos van a jugar mejor o peor, es una tontería. Sin embargo, los hinchas me dicen: “¡No te olvides el suéter!”.
–Con todo un país pensando en este partido, ¿disfrutan algo de lo que están viviendo?
D: Me hago mi tiempo para hacerlo. La vida es la suma de momentos y hay que gozarlos. Hoy llegué a River y me fui caminando solo hasta el centro de la cancha. Levanté la cabeza y miré hacia el sector donde me llevaba Raúl, mi papá. Nunca pudimos ver juntos una final de Libertadores. Por eso quiero disfrutarlo con mi querido club, orgulloso, sin que haya violencia, como debe ser.
A: Yo también lo disfruto. Estoy feliz porque otra vez Boca está en una final. Es un orgullo para el fútbol argentino y para nuestros clubes alcanzar esta instancia. Que sea en paz: es un partido que el mundo quiere ver.
Por Sergio Oviedo. Fotos: Maximiliano Vernazza y Fabián Uset.
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