Si de comida nacional hablamos, entre los primeros citados sin dudas estaría la sopa paraguaya, que incluso en su nombre lleva impregnado su indiscutible origen en tierras guaraníes.
Se sabe que en la historia gastronómica de nuestro país no ha hecho más que destacarse y trascender en el tiempo como uno de los alimentos más representativos de nuestra nación. Entonces, habiendo dicho esto, no resulta extraño que un periódico tan importante y prestigioso como lo es The New York Times haya escrito sobre este exquisito plato.
El medio estadounidense realizó una publicación sobre la sopa paraguaya bajo el título de "¿Qué delicioso error llevó a la creación de este plato nacional?", donde escarba en la historia del origen del icónico plato a través de testimonios de profesionales paraguayos e historiadores de la gastronomía radicados en Estados Unidos.
"Puede resultar un desafío para los cocineros paraguayo-estadounidenses asegurarse de que la textura húmeda del pan siga siendo la misma cuando utilizan ingredientes de este país", refiere el artículo asentando la complejidad de desarrollar la sopa paraguaya en donde actualmente viven unos 30.000 compatriotas.
Una de las entrevistadas fue Nancy Ojeda, la propietaria del restaurante I Love Paraguay, en Sunnyside, Queens, quien asegura que en su comedor vive el auténtico sabor de nuestra sopa.
Según escribe el Instituto de Alimentación y Nutrición, dependiente del Ministerio de salud pública y bienestar social, la sopa paraguaya es un bizcochuelo salado, esponjoso, con un importante aporte energético y proteico, producto alimenticio del sincretismo guaraní y español.
Por su parte la Secretaría Nacional de Cultura del Paraguay declaró la elaboración artesanal y tradicional de la sopa paraguaya como Patrimonio Cultural Inmaterial del Paraguay
Hay varias historias sobre el origen de esta comida tradicional, pero la más cocida habla de que a Don Carlos Antonio López, primer presidente constitucional del Paraguay, le gustaba mucho la sopa blanca, la cual era elaborada a partir de leche, queso, harina de maíz y huevo.
Sin embargo, un día la cocinera agregó demasiada harina de maíz resultando la preparación culinaria muy espesa y, al no contar con el tiempo suficiente para volver a elaborar el plato, decidió terminar la cocción en el horno, resultando en una sopa sólida. Cuando Don Carlos la probó, la encontró tan deliciosa que decidió nombrarla como “sopa paraguaya”.
Fotos: Gentileza/lanacionpy/historiadelparaguay/ñanderecetas