Javier Milei, presidente de Argentina, se hizo presente mediante un contacto vía Zoom en la presentación del libro Diez lecciones para salir de la trampa del populismo, escrito por el periodista del mismo país Eduardo Feinmann
El evento, que se llevó a cabo en el hotel Sheraton, también contó con la presencia del presidente de la República, Santiago Peña, y fue transmitido por televisión a todo el país a través el canal GEN.
Sin embargo, se produjo un inesperado cruce entre Milei y un periodista paraguayo cuándo éste le consulto qué pasaría en caso de que sus políticas no prosperaran en el país vecino.
Eso enfureció de tal manera al presidente libertario que, fiel a su apodo, salió al paso como un león. “Jorge, me parece que tu apreciación es absolutamente desafortunada. Estás rayando la grosería. Vos me estás diciendo ‘ustedes describen muy bien, pero después pasan estos desastres’. Te aviso que yo recién ingresé en política hace dos años", sostuvo el mandatario.
Y agregó: "Y que llevo recién como Presidente de la Nación poco más de casi 120 días. Por lo tanto, esa apreciación es absolutamente fuera de lugar y no tiene ningún sentido. Justamente lo que estoy demostrando es que sí se puede hacer. He mandado el programa de reformas estructurales más grande de la historia de la humanidad”.
La respuesta del conductor no se hizo esperar y, lejos de achicarse, le volvió a reiterar la pregunta, asegurándole que no había entendido el cuestionamiento. En ese preciso momento, Milei, con un tono elevado de voz, le espetó: “Le pido por favor que no me insulte, lo entendí perfectamente. Que usted no esté al tanto y haga referencias inválidas no es que yo no lo entendí. Usted se comportó como un grosero”.
Nuevamente al verse interrumpido abruptamente por la cabeza de Estado de la Argentina el presentador intentó defenderse volviendo a reiterar la consulta e incluso en su defensa lo mencionó mencionó a Feinmann.
“Yo le decía al Presidente, con todo respeto, yo no me sulfuro, que cuento una realidad. Yo comparto cien por ciento las medidas económicas impulsadas por usted. Acá el colega Feinmann me decía que usted no tiene ambiciones de seguir o de potenciar o de construir capital político a futuro", afirmó el guaraní.
Y reforzó: "Mi consulta era si en cuatro años estas políticas o estas medidas necesarias y urgentes que plantea no dan resultados: ¿corremos el riesgo de repetir los problemas que pasó la Argentina 20 años y que le llevó a esta situación catastrófica? Es simplemente eso”.
Esta aclaración, lejos de calmar la disputa, le valió otra respuesta colérica del presidente argentino, quién le aseguró que desde que empezaron la entrevista le había faltado el respeto tres veces y hasta puso en duda la profesionalidad del conductor.
“No, ese es un planteo absolutamente distinto. Y además, si usted hace referencia a que me sulfuré, esa es otra falta de respeto, por lo cual acumula tres faltas de respeto. Tres. Parece que usted no está a la altura de poder dialogar con un presidente. Me faltó el respeto tres veces”, arremetió Milei y dio por finalizado el tema.
Además, durante el último tramo de su participación, declaró que lo que él prometió lo "está cumpliendo”.
¿De qué hablaron Santiago Peña y Javier Milei?
Durante su intervención Santiago Peña expresó: “Lucho contra el populismo, sea de izquierda o de derecha. Con Milei hablamos de la necesidad de luchar contra esta batalla cultural”.
En tanto Javier Milei mencionó por primera vez de su llegada al poder una posible reelección: “Yo estoy acá por cuatro años, podría llegar a estar por ocho, si la gente lo quisiera. La única forma de que no quede atado esto a una sola persona es con un proceso económico y político, pero también cultural", precisó.
Y concluyó. "Recurrentemente saco temas, planteo discusiones, que no se logran entender en primer momento y después se entiende que estoy hablando de batalla cultural. Si hay alguien comprometido con eso, soy yo”.
Ambos mandatarios coincidieron en la necesidad de trabajar juntos por el bien de ambos países, asegurando que se encuentran comprometidos para lograr el bien de las naciones.
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