Hugo Lescano miró y desmenuzó la entrevista a Leo. "Se siente responsable y con vergüenza y culpa", dice respecto a la situación con Barcelona, club en el que finalmente se quedará.
La noticia del año (que finalmente no fue la noticia del año) sigue entregando sus repercusiones a lo largo del mundo. Para pena de los equipos que querían contar con Lionel Messi (33), en especial el Manchester City y el Paris Saint-Germain, pero para beneplácito del Fútbol Club Barcelona, donde el argentino transitó toda su carrera de 2000 a la fecha, y del cual pretendía partir para continuarla en otro equipo.
A las repercusiones se le suma la pregunta: ¿Dijo Messi lo que quería decir o sólo lo que creía que debía decir? Para responder tal interrogante acudimos a Hugo Lescano (52, porteño), quien dirige en Buenos Aires el Laboratorio de Investigación en Comunicación No Verbal y es conocido en los medios como el "detector humano de mentiras" por su amplia experiencia y trayectoria en el análisis de figuras políticas y de la actualidad en los medios de comunicación.
Aquí, el análisis de Lescano sobre el reportaje que le realizara Goal.com a nuestro crack:
"Al analizar el lenguaje corporal de una persona lo hacemos desde distintas variantes. Una es su postura. Cuando vemos el comienzo de la entrevista con Rubén Uría, encontramos a un Messi tapando sus zonas genitales, como si estuviera frente a un tiro libre rival y debiera protegerse de algo. Es una postura típica de una persona que se siente en una situación de vulnerabilidad. Cuando nos sentimos amenazados tendemos a tapar la zona púbica, y eso es lo que revela el cuerpo de Messi. Sí , frente al periodista, Lionel siente que puede venir un pelotazo desde cualquier lugar, que podría sentir las preguntas como un ataque hacia su persona".
"Leo se encuentra en una situación defensiva. La punta de sus pies apoyadas en el piso surge cuando alguien no se encuentra estable. Él también juega de manera sutil con su ojota izquierda, un movimiento involuntario relacionado con tensión. Cuando el periodista le pregunta por qué esperó tanto para hablar, Messi agacha la cabeza, se toca la sien y mira hacia abajo: significa que se siente responsable y con vergüenza por lo que tiene que decir en ese momento".
"Otro indicador a tener en cuenta son los movimientos pendulares, oscilatorios del cuerpo. Cuando el periodista le pregunta a Messi por qué le dijo al club que deseaba irse, inmediatamente produjo en él un movimiento pendular, de izquierda a derecha y viceversa, que refleja la inestabilidad, inquietud, los nervios que le produce hablar de esta situación".
"Al enumerar algunas circunstancias por las que quería irse del Barcelona, el argentino afirma que pretendía nuevas experiencias fuera del club. Allí es cuando toma aire, inspira y su pecho se infla: es un código de la comunicación no verbal según el cual, ante cierto contexto de interrogación, surge ocultamiento de la información. De acuerdo a su lenguaje corporal, la salida del club no está relacionada a buscar nuevas experiencias".
"Apenas el cronista le pregunta si se sintió un poco solo, Messi nuevamente respira con intensidad, afinando el labio de abajo y estirando la comisura de los labios. Es un conjunto de músculos que solemos poner en juego cuando algo nos shockea y nos coloca en un estado de sorpresa y de temor".
"Al mencionar que esta delicada situación le sirvió a Lionel para saber quién es quién, habla de personas que se comportaron mal con él en tal situación, pero sin nombrarlas. En ese momento su mano derecha se rasca encima de la boca, tapándola parcialmente: lo que está diciendo con este gesto, sin decirlo, es que tiene mucha más información para decir pero prefiere auto censurarse".
"Cuando el periodista intenta ahondar en cómo se sintió frente a la injusticia de las críticas luego de que Messi se entregara durante dos décadas a la camiseta, Leo volvió a hacer otro gesto de auto censura (se tapa un poco la boca, como para no decir todo lo que quisiera) y a acariciarse la cara (el gesto de auto consuelo típico de cuando tenemos pena sobre nosotros mismos".
"Al referirse a su familia y los cambios que hubiese generado la partida, el futbolista se arremanga el short y acaricia sus piernas, como cuando nos golpeamos y frotamos para consolarnos. Es un gesto propio de nuestra especie ante esta clase de situaciones que nos duelen".
"Al consultarle sobre su carrera en Barcelona, Messi se rasca la cabeza y va cerrando sus ojos: hoy no quiere terminar su carrera allí. Su cuerpo en este momento dice claramente: 'Me quiero ir'. Cuando mentimos nos agarran pequeños picores en el cuero cabelludo o en la nariz, las orejas o la frente. Y cuando decimos algo comprometedor hacemos un movimiento para rascarnos".
"Cuando la cuestión es el juicio que pudo y no le hará al Barcelona, se toma las manos, sobre los genitales, mientras señala que el club le dio todo y él al club. Y mira hacia abajo: recordemos que, ante la vergüenza, uno por lo general mira hacia abajo y al centro, pero cuando miramos abajo y a uno de los dos costados, lo que expresamos es culpa. Ahí visualizamos a las personas que estamos dañando con nuestra decisión. Messi se siente culpable, y al mismo tiempo entristecido por esta situación".
"Cuando llega la pregunta sobre lo que se viene ahora, que se queda en el Barcelona, el cuerpo de Messi mientras escucha la pregunta ya habla: pasa la mano izquierda otra vez por la boca con el gesto de autocensura, como expresando que quiere decir muchas cosas pero prefiere evitarlas. Al mismo tiempo se pasa los dedos por las comisuras, como sise acariciase los bigotes que no tiene. Conclusión: opina muy mal de su propio equipo".
"El tema familiar también da para analizar. Allí él se frota un brazo con la punta de los dedos de la otra mano. Otra vez el gesto de auto consuelo, ahora en realidad dirigido a sus hijos, porque a Messi le pesa lo que le dicen ellos respecto a su decisión de irse de España. Le aumenta el nivel de estrés. Acto siguiente se rasca la cabeza con la mano derecha. Otra vez su cuerpo contradice lo que señalan sus palabras. Es decir, Leo todavía no tiene muy claro si lo que quiere es quedarse o no".
"Como conclusión del reportaje que le hicieron a Messi –arriesga Hugo Lescano para cerrar–, diría que en los gestos de Messi preponderaron sentimientos de tristeza, vergüenza, culpa y pena por sí mismo, y una mala opinión actual de su club. También se notó que no quiso decir lo que piensa del presidente y su actitud de no dejarlo partir. Tenemos a Lionel contrariado y dentro de un valle de incertidumbres, que ha expresado frases que no son ciertas y sentimientos que no tiene. Dijo con su cuerpo lo contrario a lo que dijo con sus palabras... Y yo tendría en cuenta esta mirada, porque las palabras de los seres humanos pueden mentir, pero sus cuerpos no saben hacerlo".