La actriz cuenta cómo sobrelleva la cuarentena en familia y dio detalles del temor por sus padres, que son población de riesgo y viven en Uruguay.
Por primera vez, Natalia Oreiro (43) contó detalles de cómo es el confinamiento en su casa, encuarentenada con Ricardo Mollo (62) y su hijo Atahualpa (8). La actriz reveló detalles acerca de cómo sobrellevan el encierro, detalló que cumplen el aislamiento a rajatabla y que la inquietan algunas actitudes de su pequeño respecto a las consecuencias del aislamiento.
"Estoy viviéndola con mucha paciencia, portándome bien, conteniendo a mi familia, a mi hijo que tiene 8 años, con alegría dentro de lo que se puede y manteniendo bien arriba la energía. No dejando entrar al miedo, informándome, pero no sobreinformándome porque la pandemia es algo peligroso, pero la sobreinformación y el miedo también", señaló.
En ese diálogo detalló sus principales preocupaciones: "Te agarra angustia, incertidumbre, hay mucha información dando vuelta. Al principio era algo que sucedía muy lejos, pero después se fue acercando. En mi caso me da miedo por mis padres, que son mayores de 70 y viven en Uruguay, aunque ellos se están cuidando".
Respecto de la información que le cuenta a su hijo Atahualpa, Oreiro explicó: "También es importante lo que uno le transmite a los niños y niñas. Mi hijo está informado de lo que está pasando". Y enseguida contó una anécdota que le sorprendió en relación a las consecuencias del aislamiento: "Un día lo encontré a mi hijo mirando por la cerradura del portón que da a la calle, con un largavista. Quería poner el largavista en la cerradura, y le digo... '¿Qué hacés?', y él me contesta, 'Me intriga saber lo que pasa en la calle", dijo en entrevista con Vivo por vos (elnueve).
Siempre comprometida con los que menos tienen, reflexionó acerca de cómo la desigualdad afecta a las poblaciones más vulnerables: "Nuestros hijos son privilegiados porque tienen entre otras cosas, algo tan básico como es el derecho al agua potable, a una buena alimentación... pero lamentablemente hoy en la Argentina hay 7 millones de niños pobres y se calcula que esa cifra va subir casi 1 millón. Es cierto que la pandemia nos afecta a todos, pero no de la misma manera".