La cantante, que decidió pasar la cuarentena junto a su ex, reflexionó acerca de dos importantes reconocimientos: "Mier... que necesitaba este mimo"
En medio de sus dos nominaciones a La cobra como Mejor Álbum Pop y Canción del Año en los Premios Gardel, Jimena Barón (33) rompió en llanto y reflexionó acerca de la transformación que supuso para ella esa canción.
Ya lejos de pensar "que el 2020 es un año de mierda", la cantante escribió en Instagram un largo posteo en el que analizó este momento, "que clavó los frenos sin aviso y nos cerró el telón de una cachetada".
Instalada desde hace un mes en la casa de su ex y padre de su hijo Momo, Daniel Osvaldo (34), con quien cumple la cuarentena estricta y coquetea con una reconciliación –tan esperada por los seguidores de ese reality íntimo lleno de views en sus stories–, llegó el momento en que esa buena noticia laboral la hizo repensar en las "hermosas cicatrices" que le dejó el momento en el que se convirtió en La Cobra.
"Me agarra sensible, en plena cientena donde todo se valora más, se añora con amor pero melancolía. Cobra de mi corazón, mi piel y mis entrañas que me cambiaste para siempre: gracias", escribió la cantante.
Y se explayó acerca de todo lo que le costó cambiar la piel: "Me costaste vida, años de desenredo, lagunas de lágrimas, zambullidas al vacío, desilusión, enojo, de ese que duele en el pecho, ilusión de papel, más enredo en el alma, murallas en el corazón, alarmas, alertas, amor, mío, propio, aceptación, perdón, a mí, por no quererme lo suficiente y promesas, a mí, nunca más".
"No sos ni un premio, ni el reconocimiento, ni la gira de mis sueños, ni el público perfecto, ni los viajes, ni nada de eso", continuó. Y reconoció lo que significó para ella esa conversión: "Sos mi más hermosa cicatriz. Sos el recuerdo de lo que dolió, dolió tanto, que sí, tuvimos que enojarnos y defendernos con colmillos".
"Jamás se vuelve donde se dejó de brillar, donde el alma se opaca, tanto, que cuando te mirás al espejo, ya no estás", dejó en claro Barón, para luego pasar a un mensaje inspirador: "Que no haya jefe, colega, hermano, padre, hijo, amigo, novio, ex novio, marido, ex marido, que te apague, que te cambie, que te diga quién sos o quién no sos. Sos tuya, sé tuya, siempre".
Al finalizar, contó: "Yo me pedí perdón y ya me perdoné", y agradeció las dos nominaciones que le devolvieron la fe y fueron para ella "el mimo que necesitaba".