Desde hace ocho días los 10 rugbiers que asesinaron a Fernando Báez Sosa están dentro de una cárcel de máxima seguridad. Acá te contamos en detalle cómo viven en una celda colectiva.
Cuando ingresaron a la cárcel de Dolores, nueve de los diez rugbiers se mostraron de la misma forma que lo habían echo en las comisarias de Villa Gesell primero, y luego en Pinamar: con mucha soberbia. El único que se mostró diferente fue Juan Pedro Guarino (19). “Evidentemente sintió el impacto de pasar de una comisaría a una cárcel de máxima seguridad. Cuando ingresó le preguntaron: ‘¿Juan, cual es su segundo nombre?’, y no sabía que contestar…”, cuentan fuentes directas del penal.
¿Cómo es la vida de los presos en la cárcel? En exclusivo, una radiografía para saber como viven Luciano Pertossi (18), Ayrton Viollaz (20), Matías Benicelli(20), Alejo Milanesi(20), Blas Cinalli (18) y Juan Pedro Guarino(19), Máximo Thomsen(20), Enzo Comelli (19),Ciro Pertossi (19) y Lucas Pertossi(20), quien hoy se supo fue el encargado de filmar con su celular iphone el asesinato de Fernando Báez Sosa(19).
Los detenidos están alojados en una celda que más se parece a una oficina de una comisaría, una especie de alcaldía que tiene el servicio penitenciario para estos casos en los que no se les dictó la prisión preventiva. Las paredes son marrones, el techo es de color blanco y las camas son unas cuchetas de hierro azul con colchones también blancos. Hay cinco de estas camas dobles y todos duermen juntos. Mirando la celda de frente, del lado derecho, tienen un cerramiento de uno por uno donde se encuentra un inodoro blanco sin tapa, por si necesitan ir al baño. Afuera del lado izquierdo se encuentra una pileta con una canilla para lavarse las manos.
Por su seguridad, se encuentran en un lugar bastante aislado en los pabellones nueve y diez. Estos son los pabellones evangelistas que tiene como características principales la buena conducta y evitar el conflicto. De esta forma están protegidos por todo lo que se dijo antes de su ingreso y principalmente por el video que circuló de unos presos de Florencio Varela. “Las autoridades del servicio penitenciario saben que tienen una lupa en la cabeza y que, si le pasa algo a algunos de estos chicos ellos, como máximos responsables, van a tener que dar respuestas. Por eso la orden que tienen los guardia cárceles es que ‘Los cuiden como si fueran sus familiares’, confiesan desde adentro del penal.
Es que todos saben que ahí en Dolores, están de paso. Cuando se les dicte la prisión preventiva, deberán pasar a un régimen de jóvenes-adultos de 18 a 20 años y esta cárcel no cuenta con eso. Tienen tres lugares para elegir: Campana, la cárcel de Florencio Varela –de acá salió el video de los presos y es la única a la que no irían– y la de Melchor Romero en La Plata. “La defensa habló con los familiares y con los chicos y ya decidimos: vamos a pedir que los trasladen a todos a la cárcel de Campana. La ley contempla que los presos no tienen que sufrir el desarraigo de la familia y amigos y por eso vamos a pedir campana”, aseguran los abogados que tienen a su cargo la defensa de los rugbiers. Allí, los espera un primo de los Pertossi, quien está cumpliendo una condena por varios años.
Hugo Tomei es quien está a cargo de la defensa y está esperando que presenten la carga probatoria que los imputa a cada uno de ellos y ahí sí, existe la posibilidad que alguno comience a declarar.Fuentes del servicio penitenciario aseguraran que “Es muy probable que estas declaraciones indagatorias se hagan a través de teleconferencias para evitar el traslado y el despliegue de seguridad y mediático que esto va a generar”
El día a día. A diferencia del resto de la población, los rugbiers pasan la mayor parte del tiempo en la habitación. Como la cárcel de Dolores está superpoblada, los presos están casi todo el día en los pabellones o en el patio porque las celdas tienen capacidad para tres y hay seis o siete juntos. Por este motivo, para que los chicos no se crucen con el resto de la población, pasan la mayor parte del tiempo en las celdas. Claro que, como todos, ellos también tienen acceso al patio y a las duchas, pero en horarios distintos a los que lo hacen el resto de la población carcelaria.
Uno de los requisitos que piden los pastores evangelistas es que “se garantice que estén aislados”. Lo mismo pasa con las visitas: tienen un régimen especial que es los jueves una sola hora. Este día, el que se ven con sus familiares, les pueden llevar ingresar artículos de limpieza, de higiene personal, alimentos y ropas. Después tienen otro día en el que también les alcanzan algunas cosas pero ahí no pueden tener contactos. Pero los familiares de los rugbiers, por los 310 kilómetros que separan a Zarate con Dolores, van solo una vez por semana.
Las comidas. Tanto en el almuerzo como en la cena, los diez tienen que alimentarse con lo que les brinda el servicio penitenciario. Si bien los familiares les llevan suministros, el lugar no está condicionado para que se preparen su propia comida. Tiene solamente una pequeña hornalla que le sirve para calentar agua para un mate, té o café; pero no para ponerse a cocinar. El resto de la población sí puede cocinarse porque dispone de lugares comunes y accesorios de cocina para hacerlo. Lo que más comen es arroz con pollo, el preferido de todos; y luego verduras con carne y fideos con tuco y carne.
Desde adentro del penal se les ofreció ayuda espiritual y contención psicológica. Y todos los días, por este cuidado especial que tienen que tener, reciben una revisión médica. Y mientras se encuentran a la espera del juicio oral, la situación de alguno de ellos se podría complicar con el correr de las horas. El año pasado, en el mes de noviembre, varios chicos de este grupo (no todos) le dieron una paliza a Federico, un chico de Zarate que debió ser hospitalizado. Y el 21 de enero de 2019, el mismo grupo hizo lo mismo con Pablo, otro pibe de la ciudad que permaneció dos semanas en la cama de un hospital.
Y como pasó con Fernando, uno de estos violentos se encargó de filmar la golpiza y luego la enviaron a un grupo de whasApp que tienen varios chicos de Zarate. Hay un fiscal de Campana que en estas horas evalúa la posibilidad de pedirle a los expertos de La División de Operaciones Técnicas de la Agencia Regional de la PFA, quienes tienen los nueve (seis iPhone, dos Huawei y un Motorola) teléfonos secuestrados en el chalet de Villa Gesell –el único que no tenía celular es Ayrton Viollaz–, que investiguen quienes fueron los que participaron de estas dos peleas anteriores para imputarlos también.
“Era un grupo de chicos violentos que golpeaba gente sin ningún tipo de remordimiento y que encima ponían a uno para que filme todo asi lo viralizaban. Con los otros tuvieron suerte porque no se murieron de milagro. Pero después de la muerte de Fernando,y de enterarnos que estuvieron hasta las seis de la mañana mandando mensajes a sus amigos por whastApp contando como habían matado a ese ‘Negro de mierda’, es hora de que paguen por todo lo que hicieron”, aseguran desde una fiscalía de Campana mientras escriben y preparan el pedido para rastrear, un año atrás, los mensajes de los rugbiers.
Informe desde Dolores: Betiana Isaurralde