Así lo contó GENTE. Las fotos de uno de los vestidos más copiados por las argentinas a fines de los Ochenta.
"Un día, viene Susana y me dice: 'Me caso el 4 de diciembre'. Yo me iba el 22 de noviembre por tres días y me dice, 'No, a mí me agarra un ataque, no te podés ir'. Pero le digo: 'No puedo no viajar, pero quedate tranquila, mañana nos encontramos en tu casa o en Mansilla y lo hablamos'", así contaba Elsa Serrano (1947-2020) la intimidad de la creación del icónico vestido de casamiento de Susana para su boda con Huberto Roviralta, en 1988.
La creadora italiana, nacida en Calabria, contó que Susana le había dicho: "Me gusta ese vestido con pico, bien apretado y la pollera ancha". La diseñadora le respondió: "Ya está, quedate tranquila, vengo el 28 y el 29 te pruebo". Así, con celeridad y una sola charla de feedback, Serrano confeccionó un vestido en tafeta de seda natural color tiza con tres enaguas, que quedó en la historia.
"Le probé, le agregué un gran cuello, los dos moños, la flor, pero debajo del vestido, que no se ve, llevó una gran pollera de encaje chantilly. Sólo era visible cuando se lo levanta y cuando baila", señaló la creadora, quien vistió a Susana doce años seguidos para su clásico ciclo Hola, Susana.
“Recuerdo que iba a ser una fiesta espectacular en el Hotel Alvear, con más de 500 invitados. Por lo que había mucha presión. Por suerte yo siempre vestía a Susana y ya sabía qué le gustaba y qué no", contó Elsa, quien se inspiró en el diseño que lució Scarlett O’Hara en la película Lo Que El Viento se Llevó".
El día del casamiento de la conductora, Elsa la acompañó desde temprano en su hotel. "Estuvimos desde la mañana, pero ella tenía un dolor de cabeza tremendo, seguramente por los nervios", recordó Serrano. "Estaba hecha una diosa. Cuando se lo vi puesto no podía creer que lo había hecho yo", dijo emocionada al recordar un diseño que fue replicado por varias argentinas a fines de la década de los Ochenta.