Fue hoy miércoles, al abandonar la Ciudad Deportiva. Las cámaras de televisión captaron al goleador uruguayo emocionado tras despedirse de sus compañeros en el último entrenamiento y vaciar su casillero
“¿Estás llorando?”, se escucha una voz de fondo. Luego, otra lo certifica: “Sí, está llorando”. Y es lógico: tras seis años en el club Barcelona, el artillero uruguayo Luis Suárez ( 33) dejó, hoy miércoles y para siempre, el equipo que lo consagrara entre los mejores delanteros de la historia catalana.
Todo comenzó después de que el holandés Ronald Koeman, flamante director técnico de su team, decidiera no contar con él en su próximo equipo. Entonces Suárez comenzó a buscar un nuevo destino.
Por ello no sorprende que haya partido emocionado del último entrenamiento en la Ciudad Deportiva, tras despedirse de sus compañeros y de su gran amigo y compinche Lionel Messi (de su misma edad), con quien no sólo integró una dupla mortífera para las redes rivales: además, entablaron una fuerte amistad, que incluyó vacaciones, fines de semana y salidas de todo tipo en familia.
Ahora lo espera un nuevo desafío, también en la elite del fútbol ibérico. En pocas horas se sumaría al Atlético de Madrid (conducido por nuestro Diego Simeone), tras un principio de acuerdo entre los abogados del jugador y los del club. Se comenta que las cifras del pase oscilarían entre dos a tres millones de euros por temporada y que el Atlético le pagará a Lucho 7,5 millones por cada vez que luzca su camiseta.
Las estadísticas contarán que desde 2014 a la fecha Luis Suárez disputó 283 partidos oficiales, ganó 13 títulos, convirtió 198 goles (ya es el tercer máximo artillero de la historia del Barcelona) y que entregó 109 asistencias para que marcaran sus compañeros. Lo que nunca dejarán registrado son las lágrimas derramadas a la hora de su partida.
