Trabaja en cruceros desde 2016 cuando apenas tenía 21 años y estudiaba diseño gráfico. Su gran pasión es la fotografía, pero lo que nunca se imaginó es que podría dedicarse a eso mientras recorre el mundo navegando, .
Ahora no sólo está viviendo al máximo su experiencia a bordo, además muestra el lado B en sus redes sociales y ayuda a otros que como ella sueñan con llegar algún día a conocer nuevos destinos mientras ejercen profesionalmente.
La joven que nació en Entre Ríos ya estuvo en Taiwán, Corea del Sur, Grecia, Nueva Zelanda, Australia, Turquía, Hawái, Finlandia y Alaska; además de México, Estados Unidos y República Dominicana, por mencionar algunas de sus paradas. Si bien no tenía experiencia previa, el saber hablar inglés fue un requisito clave para su paso a esta aventura.
"Inocentemente busqué trabajo de fotografía en internet y no habían muchas ofertas, ya que es un trabajo que se hace más independientemente. Pero encontré dos que me gustaron: una era para trabajar de fotógrafa en hoteles en México, Costa Rica y Guatemala, y la otra era para trabajar de lo mismo en cruceros", comienza contando Luciana "Luli" Bertelotti en diálogo con GENTE desde su diminuta pero interesante cabina.
Y sigue: "Yo no tenía mucha idea de cómo eran los cruceros, pero no podía no intentarlo y averiguar un poco más de qué se trataba. Quedé seleccionada en ambos trabajos y decidí ir por los cruceros porque me llamaba mucho la atención estar arriba de un barco y conocer el mundo mientras trabajaba de lo que amaba".
-¿Cómo es vivir en un crucero?
-Vivir en cruceros es una dinámica y un ritmo muy intenso y único, nada se le puede comparar. Trabajamos todos los días, y no existen los francos, los fines de semana o los días de la semana en lo absoluto. Nosotros nos manejamos por día de embarcación, día de navegación, día de puerto.
-¿Con qué lo compararías?
-Por momentos se siente como un viaje de estudios, ya que convivís en una cabina que no es muy grande con otra persona de tu misma área de trabajo, en un pasillo con más compañeros de trabajo, y compartimos las horas trabajando y las horas libres también (risas).
-¿Qué curiosidades no podés contar de la vida en crucero, más allá de lo que ven los pasajeros?
-Nunca te desconectás del trabajo por completo, porque estamos todos en el mismo lugar. Todo lo que necesitás lo encontrás a bordo: desde la comida a cualquier hora, gimnasio, lavandería, áreas de recreación, un bar para juntarte a tomar algo con amigos. Es un mundo dentro del crucero.
-¿Y cómo es la convivencia entre los tripulante de cruceros?
-Al estar todos en un mismo lugar te obliga a ser maduro en los vínculos, ya que compartís las horas de trabajo con personas que después ves en el tiempo libre y que además, son de otras culturas. Así que toca ser abierto de mente, entender que todos somos diferentes y aceptarnos como somos. Obviamente uno después elige con quién pasar el tiempo libre y no hay nada más lindo que coincidir con personas que jamás imaginarías, de países super lejanos, pero que conectás al punto de formar una gran amistad. Los amigos a bordo es de lo más lindo y necesario para poder llevar este estilo de vida intenso, se hacen tu sostén y tu familia temporal.
Lo que no se sabe de la vida en un crucero: el lado B
-¿Qué ha sido lo más significante para vos de esta experiencia?
-Lo más lindo es la posibilidad de conectar con tantas personas de diferentes lados del mundo, tanto tripulantes como huéspedes. No puedo contar la cantidad de amigos que he hecho en cruceros, que por más que no nos volvamos a ver, lo que compartimos y vivimos queda para siempre en uno. Algo que me encanta también es que los huéspedes vienen de vacaciones y esa es una energía hermosa que recibimos cada semana cuando suben nuevos huéspedes, nunca te aburrís.
-¿Y lo más duro? Si es que lo hay...
-Lo duro sería el desapego obligado. Dejar mi país, mi gente, mis momentitos sagrados que tengo en casa. Subís a un barco y cada contrato es como empezar una nueva vida. Y dentro de esta vida nueva que creás, hacés amigos que luego les toca irse a casa, porque terminan su contrato y ahí llega el desapego una vez más. En la primera instancia lo más dificil el adaptarse al nuevo barco, ambiente y gente. Es como cambiar de vida de un día para el otro. Todo nuestro alrededor es diferente, es nuevo.
-¿Y con tu familia cómo lo manejás?
-Algo que siempre es difícil para mí, es perderme de eventos importantes que ocurren en casa, desde nacimientos, festejos, y fallecimientos también. Son momentos en los que quisiera estar presente. Y otra de las cosas que suele pasarle a todo tripulante, es que a mitad de contrato uno empieza a sentir el cansancio, porque trabajamos todos los días y es agotador. Ya no tenemos toda la energía con la que vinimos de casa y todavía se ve lejos la fecha de vuelta.
-¿Te cuesta?
-Toca aprender a soltar. Saber apreciar el momento, lo que tenés, quienes te rodean, porque no sabés cuánto dura. Esta experiencia te obliga a vivir el presente al máximo... Ahí es cuando hay que cuidarse mucho, y priorizar lo que a uno le hace bien para seguir. Cuando se acerca el final del contrato yo suelo tener más energía porque ya empiezo a sentir que me estoy por ir y que voy a extrañar el barco y las personas. Quiero disfrutar al máximo el tiempo que me queda a bordo ya que después no se si volveré a ver esas personas con las que me encariñé a bordo.
El precio de estar lejos de casa y recorrer el mundo a bordo de un barco
-¿Cada cuánto tenés descansos o cada cuánto ves a tu familia?
-Mis contratos suelen ser de 6 meses a bordo y luego 2 meses en casa. Con los años ya nos acostumbramos a esta dinámica con mi familia y amigas, y por suerte me acompañan siempre a la distancia, y desde que comparto mi vida en redes sociales pueden seguir así mi día a día. De vez en cuando hacemos videollamada para ponernos al tanto, pero nada como cuando vuelvo y es como si el tiempo no hubiese pasado, y nos disfrutamos al máximo.
-¿Qué tan bien ganan quienes trabajan en un crucero?
-Depende mucho del puesto de trabajo. Diría que hay 3 tipos de sueldos: los que tienen un sueldo básico y luego pueden hasta duplicar ese monto con las propinas. Están quienes tienen sueldo básico y luego suman con las comisiones de ventas. Y quienes no tienen posibilidad de propina o comisión y tienen sólo un sueldo fijo que suele ser mayor.
-¿Cómo se traduce eso en números?
-A bordo tenemos desde personal de limpieza, como vendedores, artistas en los shows, técnicos, ingenieros, oficiales de navegación, hay muchísima variedad de puestos y por ende variedad de sueldos también. Si alguien quiere postular recomendaría averiguar bien los salarios de antemano ya que si bien un estimativo puede ser 2000 dólares por mes, hay puestos que ganan 4000 como puestos que ganan 800 de básico. Conclusión: hay de todo y depende del puesto y qué tanta propina o comisión se pueda llegar hacer según el rol de cada uno.
-¿Te imaginás toda tu vida viviendo mientras navegás o tenés un objetivo en particular con este empleo?
-Mirá, jamas soñé con un trabajo así hasta que lo encontré y no pude no animarme a probarlo. Muy rápidamente me adapté, y me encantó este estilo de vida. Si bien se vuelve un poco repetitivo luego de años, desde que lo comparto en redes sociales tiene otro gustito y es más divertido ahora. Pero no pienso seguir muchos años más porque se vuelve un poco agotador este ritmo y quisiera tener otras experiencias en mi vida. Me gustaría vivir en algún lugar en la naturaleza, a un ritmo lento para probar totalmente lo opuesto a lo que los cruceros me han dado.
-¿Coincidís con muchos argentinos laburando en los cruceros?
-Depende de cada contrato. A veces hay argentinos pero no nos juntamos, no conectamos o tenemos diferentes grupos de amigos abordo. Y a veces nos unimos y se hace un grupo hermoso como tuve en mi último barco. Cuando se da un grupo como el que tengo ahora, es hermoso, porque no importa en qué parte del mundo estamos, cuando nos juntamos es como estar en casa, nuestras charlas, nuestro humor, los mates, la música, el afecto. Es como tener un poquito de casa a bordo.
-¿Hay un requisito obligatorio que deban cumplir las personas para poder ingresar a un trabajo en cruceros?
-Si bien hay requisitos como tener estudios o experiencia en el campo que uno postula, saber hablar inglés y pasar los estudios médicos es lo más importante. Además, creo que para poder tener una buena experiencia es requisito ser abierto de mente y positivo. A bordo se trabaja con personas de muchas culturas, diferentes valores, diferentes personalidades. No siempre te va a gustar pero toca adaptarse.
-¿Y sobre la dinámica diaria?
-También a bordo hay muchas reglas, protocolos, pueden ser muy estrictos y uno no siempre se siente libre. Uno está a bordo para trabajar y se trabaja todos los días y a veces muchas horas, lo cual no siempre es fácil. Hay que ser muy fuerte mentalmente y queda en uno mantenerse positivo y hacer lo mejor del tiempo libre para que toda esta experiencia lo valga.
Ig: @lulideloscruceros