Hace veinte años, Telma Ortiz Rocasolano (50) era una cooperante anónima que trabajaba fuera de España, mientras su hermana mayor, la reina Letizia, presentaba el telediario nocturno tras haber hecho algunos reportajes de impacto en la televisión como la irrupción del euro, el conflicto de Bosnia y el desastre del Prestige.
Sin embargo, el compromiso sorpresa de su hermana con el príncipe heredero español aquel 6 de noviembre de 2003 en el palacio del Pardo dio un vuelco sustancial a la vida de Telma, que en cuestión de días pasó de verse en campos de refugiados y viajes de paz a posar entre la familia real española.
En aquel entonces, la cuñada del rey Felipe VI acababa de cumplir 30 años y era licenciada en Económicas y en estudios internacionales, y tenía una vida lejos de las cámaras. No obstante, a partir de allí, Telma comenzó una lucha casi obsesiva por mantener su privacidad y al mismo tiempo dar imagen de unidad familiar -sus padres, Jesús y Paloma, estaban separados-.
El perfil "anónimo" de Telma Ortiz, la hermana de Letizia Ortiz que huyó de la realeza
Tras el anuncio de boda, los Ortiz Rocasolano se enfrentaron a meses frenéticos de preparativos y de tener que verse en periódicos, revistas y televisiones gracias a la gran boda del siglo, la de su propia hermana e hija, Letizia, quien contrajo nupcias el 22 de mayo de 2004.
Telma, soltera, estética, de enorme parecido físico con su madre, se convirtió en la hermana Ortiz más perseguida por la prensa. Es que, la otra hermana del clan Ortiz Rocasolano, Erica (+2007), estaba casada con el escultor Antonio Vigo y ya era madre de una niña, la pequeña Carla. Un perfil poco interesante para la prensa.
No fue hasta el día de la boda de la ahora reina Letizia, que la mediana de las Ortiz fue fotografiada hasta el agotamiento en el enlace real junto a ministros, reyes, aristócratas, príncipes, políticos. Según relataron, un mundo para ella desconocido, del que huyó en cuanto pudo y al que no quiso regresar nunca.
La vida amorosa de Telma Ortiz
Telma y su entonces novio, el abogado Enrique Martín-Llop tuvieron una hija, Amanda, en 2008, como todo, siempre bajo total hermetismo: ella regresó de Filipinas, se instaló en la ciudad de él, Toledo, hasta que el parto la trajo a Madrid.
Fue luego de dar a luz que inició una guerra contra la prensa, a quien le abrió una guerra judicial por hostigamiento público, del que no salió airosa, y tuvo que pagar costos por hasta 45 mil euros. Dicha acción le valió el repudio de la prensa española, con quien, según hace eco la prensa, parece haber hecho las pases.
Tras su divorcio con Llop, Telma se casó en 2012, por sorpresa, con Jaime del Burgo, amigo personal de Letizia e hijo de políticos de Navarra. Años después, en 2018, trascendió su relación sentimental con el abogado irlandés Robert Gavin Bonnar, con quien tuvo una hija, Erin.
Pese a su vida lejos de España, sobre su vínculo con su familia, se sabe que Telma adora a su madre, Paloma Rocasolano, que se lleva estupendamente con su padre, Jesús Ortiz y con la mujer de este, Ana Togores, y sentía debilidad absoluta por su abuela Menchu Álvarez del Valle, madre de su padre, que era una conocida periodista asturiana y que falleció el verano del 2021.
La prensa la describe como tímida, pero sonriente, elegante, deportista -ama el esquí-, familiar, reservada y eficaz, a quien suelen notar cierto parecida a la reina Letizia, cuando usa alguno de sus vestidos.
Actualmente, la cuñada de Felipe es Associate Manager de Relaciones Externas y Estrategia de Concordia, una ONG que trabaja con Naciones Unidas, cuyos miembros del Consejo de Liderazgo se encuentran desde Rania de Jordania a exjefes de Estado, líderes de la industria y expertos en políticas empresariales y sociales. Motivo por el que maneja cuatro idiomas perfectamente: inglés, francés, alemán e italiano y algo de árabe.
Fotos: Fotonoticias.
