Brasil comenzará a solicitar a partir de esta semana el pase sanitario a todos los extranjeros que ingresen al país. La medida fue dictaminada por un juez del Tribunal Supremo del país, invalidando de este modo la normativa emitida previamente en la que agencia nacional de salud tan solo solicitaba a los turistas una prueba de PCR negativa.
La medida sanitaria buscará evitar aún más la propagación de la nueva variante ómicron, en un país que ha sido devastado en estos dos años por la pandemia, con más de 616 mil muertos y más de 22 millones de infectados.
El avance del covid en la región en vísperas de las fiestas y temporada de verano, en la que se produce la mayor cantidad de ingresos al país hace peligrar un nuevo rebrote masivo y un disparo en el número de muertos. Es por esto que las celebraciones populares como el carnaval peligran en su realización por segundo año consecutivo.
La medida sanitaria impuesta a partir de esta semana es por otra parte un duro golpe para el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien continua manteniendo un discurso de descreimiento ante la mortalidad y peligrosidad de la enfermedad. Según ha declarado en numerosas apariciones en vivo aún continúa sin haber recibido ninguna dosis contra el virus del coronavirus y rechazó contundentemente las peticiones de la agencia sanitaria Anvisa de exigir pruebas de vacunación a los visitantes.
Los viajeros que no hayan recibido ninguna dosis de la vacuna contra el coronavirus deberán ingresar al país con una prueba negativa de PCR y luego realizar en Brasil una cuarentena estricta de cinco días en el lugar de destino. Al terminar los días de aislamiento serán sometidos a una nueva prueba diagnóstica y se les tomaran todos los datos para ser controlados durante toda su estadía en el país.