Máxima Zorreguieta es una de las royals con mejor imagen alrededor del mundo. Su figura vino a transformar ciertos aspectos de las monarquías, gracias a su frescura y espontaneidad. Pero justamente esta idea de mostrarse activa y tener un rol preponderante con una agenda independiente a la del rey parece que le está dando algunos dolores de cabeza.
“Ser pobre es muy caro”. Esa es la frase que se le viene a la mente a Rodolfo Vera Calderón. En diálogo con Revista GENTE, el especialista en realeza recuerda una entrevista que la esposa de Guillermo Alejandro le brindó hace unos años a Marcelo Longobardi sobre sus labores en el área de la educación financiera.
Pero, ¿por qué ese textual quedó grabada a fuego en la mente de quien escribió junto a Paula Galloni el libro Máxima, la construcción de una reina? “Ella es una persona sumamente educada, acertada a la hora de comunicar y empática, por lo que esa referencia me pareció desafortunada y llamativa”, contesta.
“En estas misiones humanitarias hay un negocio con los créditos. Le vendés un producto a una persona que tiene comisiones. Bancarizar a la gente no es la panacea para potenciar el desarrollo, antes hay factores más importantes como la educación. Eso se le critica, pero su interés viene por ese lado y el poder es algo que la seduce”, comenta Vera Calderón.
Éste es un tema que vienen abordando académicos y que también genera una mirada celosa desde el poder político local, si bien abiertamente y hasta el momento ningún funcionario se ha expresado al respecto. “Ella acciona desde Naciones Unidas para beneficiar a la corona. Ahí hay conflicto de intereses”, dice sin vueltas Vera Calderón.
“El gobierno lo elige el pueblo y a Máxima la eligió el príncipe heredero. Nadie pone en duda que no sea una mujer inteligente, pero este rol no es para ella. No es Ministra de Economía y no es Primera Ministra. Como reina consorte hace lo que su marido le permite. Rara vez se la ve en roles humanitarios, como si se la ve a otras de su categoría”, sigue.
Máxima Zorreguieta habló de su trabajo
Dejando en evidencia de que sus tareas son una pasión para ella, Zorreguieta concedió una entrevista en octubre en la que definió que su “corazón se madre se rompe” cada vez que tiene que alejarse de sus hijos por los compromisos que tiene con Naciones Unidas.
“En ocasiones he tomado decisiones difíciles cuando debí salir de casa como mujer trabajadora. Dejé atrás a mi marido, dejé atrás a los niños. Especialmente cuando eran pequeños. Cada vez que viajaba tenía que dejarlos atrás. Es el corazón de tu madre el que se rompe un poco”, manifestaba por aquel entonces a Vorsten.
“No podría haber hecho nada sin él (sobre William Alexander). Mi marido y mis tres hijas han sido un gran apoyo para mí”, agregaba.
Lo cierto es que la argentina lleva quince años trabajando para ese organismo, asumiendo este año como defensora especial del Secretario General de la ONU para la salud financiera.
Refiriéndonos a datos concretos, hay que recordar que en 1988 Máxima se graduó en la carrera de Economía de la Universidad Católica Argentina y que uno de sus primeros grandes triunfos en materia laboral dentro del ámbito privado se dio en 1996 cuando se sumó a las filas de HSBC James Capel INC y en Dresdner Kleinwort Benson.
"Mi trabajo como defensora de las finanzas inclusivas ha terminado. Es hora de que me dedique a otra cosa. Aunque no significa que el trabajo por las finanzas inclusivas haya terminado. Todavía hay que llegar a mucha gente, hablo de 1.500 millones de personas, pero otras organizaciones continuarán con esta labor. Mi valor añadido reside en otra parte", consignó la royal en otra entrevista reciente, en este caso a Hola.
Y definió sobre su futuro cercano: "Tenemos que examinar con gran atención cómo se pueden desarrollar los servicios financieros de tal manera que beneficien directamente a la salud financiera de las personas, de modo que puedan crear un colchón para resistir los choques financieros, seguros para protegerse de los riesgos y préstamos asequibles para invertir en sus objetivos futuros”.
Al respecto, Vera Calderón opina en contacto con Revista GENTE: “Que una reina consorte esté vinculada a temas que tienen que ver con la agenda de un gobierno no está bien visto. Letizia Ortiz se dedica a temas de salud, Silvia de Suecia a cuestiones vinculadas a abuso sexual infantil y demencia, María de Dinamarca a la inclusión de las personas de la tercera edad. Todas tienen una agenda, pero la única que se mete en una pata del Gobierno es Máxima y esto no causa mucha gracia en las altas esferas del poder político local”.
E insiste con que una reina consorte toca temas que la política no toca. Son las encargadas de visibilizar cosas que la política no pone en agenda porque no traen votos”.
La visión de Máxima Zorreguieta sobre la economía argentina
Apelando a su área de interés, la reina se refirió al crecimiento de la inclusión financiera en Argentina y aseguró: “Están ahora en el 73 por ciento, cuando empecé estaban en el 40, así que el progreso está ahí: vamos a seguir a trabajando con todas las presidencias”.
En uno de sus últimos viajes latinoamericanos tuvo como objetivo apoyar los esfuerzos de inclusión y fortalecer la salud financiera en todo el país en los grupos tradicionalmente carentes de servicios como personas pobres, pequeños agricultores y empresas y poblaciones rurales.
“La cuestión del ahorro se queda muy atrás, nos hemos enfocado mucho en el tema del crédito mientras que la gente también necesita ahorrar. Solamente un 13 por ciento de la población en Colombia ahorra de manera formal. Cuando uno ahorra de manera formal, va a tener más acceso a créditos”, afirmó ejemplificando.
Un caso testigo de la polémica vinculación entre la realeza y el poder político
Rodolfo Vera Calderón trae a la charla el nombre de Bernardo, esposo de la reina Juliana, la abuela de Guillermo de Orange y madre de la ex reina Beatriz, fallecido en 2004. Si bien dice que Máxima no va a llegar a tal extremo, lo pone en debate por lo que significó para la corona esa delgada línea entre el poder político y el monárquico.
En 1976, mientras se desempeñaba como inspector general de las Fuerzas Armadas, se descubrió que recibió un millón de dólares de la empresa estadounidense de aviación Lockheed Martin.
“Hacía negociados con las fuerzas armadas locales. Él cobraba comisiones para que el gobierno comprara aviones. Fue tal el escándalo que le retiraron sus títulos y la asignación. Se trataba de un hombre ambicioso que le trajo muchos problemas a la corona”, rememora el especialista a GENTE.
Y aclara: “Claramente Máxima no llega a ese punto, pero se inmiscuye en temas del gobierno. Esto es algo noble que tiene que ver con ayudar a los pobres bancarizándolos, pero roza la relación con la corona”.
Por qué Máxima Zorreguieta marcó un antes y un después en la momarquía mundial
Quienes siguen de cerca el avance y la transformación de la monarquía de Europa son claros a la hora de sostener que Máxima llegó para hacer un cambio trascendental en la misma y su relación con el pueblo. Ha conseguido que el pueblo neerlandés la quiera y la adopte, aunque fuera a costa de resignar varias cuestiones. ¿Alentar al Seleccionado Argentina en un Mundial, por ejemplo? Algo absolutamente prohibido.
“Lo que pasó con Máxima fue un punto de inflexión. Se trataba de un futuro rey que se estaba relacionando con una mujer que no pertenecía a la realeza ni la nobleza (como el caso de Diana Spencer) y era extranjera”, explica el experto en realeza, ceremonial y protocolo Rubén de Gavaldá y Castro.
“Máxima trajo nuevos aires, un resurgir y un nuevo posicionamiento. Después de eso, muchas otras casas reales -entre las cuales se encuentra la de España, con Letizia Ortiz- avanzaron con matrimonios morganáticos (como se llama a las parejas que son de disparidad de condición) que fueron aceptados”, añade De Gavaldá.
La potente historia de amor de Máxima Zorreguieta y Guillermo Akejandro
Corría 1999 cuando Máxima Zorreguieta conoció al entonces príncipe Guillermo Alejandro de Orange en la Feria de Abril de Sevilla. Desde ese entonces su vida cambió para siempre. Pero para hablar de su esencia como plebeya, esa que le dio un toque distintivo entre la realeza y con la que se ganó el cariño de gran parte de la sociedad de Países Bajos, hay que contar quién era esa mujer que caminaba las calles de Buenos Aires sin imaginar -¿o sí?- este presente.
El 2 de febrero de este año se cumplieron veintidós años del casamiento de Máxima Zorreguieta y Guillermo Alejandro de los Países Bajos. La historia de amor de la pareja fue desde el comienzo como un cuento de hadas en el que por cuestiones de la existencia una joven argentina plebeya asistió a una fiesta en Sevilla y con su sensual baile enamoró perdidamente a un príncipe.
En tan solo dos años de noviazgo el príncipe y su amada descubrieron que serían inseparables, por lo que, a pesar de todas las miradas críticas, decidieron dar un gran paso en sus vidas, unirse en matrimonio.