Fiel a su estilo vanguardista, Máxima Zorreguieta (52) volvió a demostrar por qué la catalogan dentro de las monarcas más fashionistas y arriesgadas. Es que la reina de Holanda no le tiene miedo a nada: ni a los colores más llamativos, ni a los tocados maximalistas, ni a los diseños que abusan de los grandes volúmenes, ni a las siluetas rupturistas y los modelos arriesgados.
Así lo dejó ver en la gala del quinto aniversario del 'Princess Máxima Centro de oncología pediátrica', evento solidario al que asistió con uno de sus looks más audaces y disruptivos en cuanto al código de vestimenta de una monarca.
El vestido de Máxima Zorreguieta que marca un hito en su legado fashionista
La esposa de Guillermo de los Países Bajos se robó todas las miradas al lucir el outfit más disruptivo de la temporada: un vestido que tenía grandes agujeros realzados con unos aros dorados de distintos tamaños que permitían ver partes de su cuerpo a través de la prenda.
El diseño hizo recordar aquel trench beige firmado por el diseñador danés Claes Iversen con el que reinventó la prenda aliada del otoño, aunque esta vez mediante un vestido largo y recto de color celeste con mangas largas.
Lejos de escandalizar al público, Zorreguieta acaparó la atención de los presentes, especialmente cuando tuvo los reflectores encima, al subir al escenario a recibir la estatua que le entregó Rob Pieters, miembro de la junta, en forma de agradecimiento por su constante participación en el centro.
Según la prensa especializada en moda europea, este es el outfit más disruptivo y atrevido que una monarca holandesa, y tal vez de todas las casas reales europeas, haya lucido. Está por fuera de todo tipo de protocolo de vestimenta real.
El 'Princess Máxima Centrum de Utrecht' es el mayor centro de cáncer infantil de Europa y tiene la misión "de curar a todos los niños con cáncer, con una calidad de vida óptima". Cada año, alrededor de 600 niños en los Países Bajos padecen cáncer, y uno de cada cuatro fallece.