“Máxima joven” es un clásico repetitivo en las búsquedas de Google: allí se suceden muchas de las imágenes del archivo de Grupo Atlántida, que custodia placas de su vida como niña, la adolescente del Northlands convertida en princesa y finalmente, la reina de los Países Bajos.
Pero hubo una foto inédita, que aún no habíamos publicado, que retrata a la perfección la niñez campestre de Máxima Zorreguieta (53), su actitud rea y toda esa simplicidad que aún se ve en su sonrisa de dentífrico. Con amigas de su infancia y súper simple, una pequeña Máxima maneja una carreta tirada por un caballo. Años después, un verdadero salto cuántico en su vida: una carroza de oro sería uno de los vehículos históricos que la pasearían tantas veces entre el agitado pueblo holandés que se enamoró de su carisma.
El escenario de ese paseo en esa carreta roja en el campo de Jorge Zorreguieta, que queda a unos cuarenta minutos en auto pasando Pergamino, Provincia de Buenos Aires, fue uno de los lugares preferidos de la infancia de Máxima.
Según recuerda Marcia Luyten, autora del libro Madre Patria –en el que está basada la serie protagonizada por Delfina Chaves–, a ese campo toda la familia lo llamaba Las Escobas. La autora recordó cómo la hija de María del Carmen Cerruti y Jorge amaba sacarse el uniforme del Northlands y al llegar a la estancia –como lo hacía toda la familia toda la familia– se vestía como la gente de campo sin más.
De la chica que vestía looks gauchescos en el campo a su transgresiones como princesa de los Países Bajos
¿En qué consistía su vestuario de fines de semana en el refugio perfecto de los Zorreguieta? Máxima solía vestir las tradicionales bombachas gauchescas metidas en botas altas de cuero y usaba boinas ladeadas, en rojo o negro. Si se trataba de verano, la elección eran unas modestas alpargatas con suela de yute.
Luyten refuerza cómo Máxima siempre todo lo hizo distinto la futura royal: “Más adelante, va a desafiar más de una vez las normas de cómo debe vestir una princesa de los Países Bajos: lo hará al presentarse con un vestido de cuero negro y botas altas o al ponerse la banda real parcialmente por debajo en lugar de por encima de la ropa”.
Otro tanto ocurrió en 2004, “cuando Máxima apareció el Día de la Rey en Groninga con una campera de jean y una boina rojo bermellón en la cabeza”. Los Orange nunca se habían tan informales como ella… Más acá en el tiempo, retomó la vieja tradición con la que había sorprendido a más de un experto en protocolo: en 2023 volvió a vestir jeans y zapatillas en un evento deportivo mundial.
“Siempre tuvo un tipo de personalidad muy fuerte. Es de ese tipo de personas de la que se siente su presencia; no es una más”, relató la diseñadora Graciela Naum, otra de las couturiers argentinas que tuvo el placer de vestirla en plena transición rumbo al trono.
La madre de Máxima, también conocida como María Pame, era una de las más fieles clientas de la diseñadora. La futura reina recurriría a la modista durante su paso por New York, donde brilló en las finanzas y debió vestirse bien formal, sin dudas parte de la construcción de su empoderamiento. En relación al sentido de la moda de Máxima, Naum agregó: “Tiene una sensibilidad extra al ser latina”.
Cómo era la vida de Máxima en el campo: sus actividades entre graneros y fogatas
En el campo de Pergamino, los Zorreguieta recibían a amigos, andaban a caballo o estaban hasta tarde conversando y escuchando música alrededor de una fogata. Tal como describió a la estancia la autora de Madre Patria, “está llena de muebles europeos, libros y arte, y es una manifestación de la civilización occidental”.
Ese mismo bestseller de la periodista holandesa relata que Máxima y su hermano Martín solían ayudar a arrear las vacas de un lugar al otro o “cuando había algún ternero lastimado”. También “cuidaban a los caballos que pastaban cerca de la casa”.
El estilo low cost, su vida en Pergamino y su costado reo y malhablado
"Cuando era chica, Máxima heredaba toda la ropa de las hermanas mayores; eran siete hermanos y se cuidaban con el dinero, no eran millonarios", agrega Soledad Ferrari, autora de Máxima, una historia real. Sin embargo, siempre se movieron en un círculo de elite e "iban a esquiar". Ese estilo low cost, basado en el reciclaje, aún marca a la reina.
Lo cierto es que aunque se codeaban con familias de grandes fortunas, los Zorreguieta era una familia acomodada pero también “un poco venida a menos”. La periodista lo explica así: “Mientras pagaban el Northlands, Máxima llevaba un tupper al colegio”. Era de las pocas que no almorzaba el catering del establecimiento.
Otros ejemplos que dan cuenta de su “austero” estilo de vida, cuenta, tienen que ver con que el padre de Máxima no tenía problemas con tomarse un colectivo, y además “siempre vivieron en el mismo departamento de Recoleta”. Además, dato no menor, mientras Máxima era chica, Jorge Zorreguieta, su padre, manejaba simplemente un Ford Taunus.
Durante sus escapadas a Pergamino, hay una anécdota muy graciosa que surgió en las visitas a la casa de una de sus tías. "A su prima Luciana, le decían Mínima", dispara la citada biógrafa.
¿Pero cómo cambió Máxima desde que se convirtiera en reina consorte de los Países Bajos? “Ahora es mucho menos espontánea y habla poco. Está paranoica por todo y siempre es muy mamá, pero antes era una rea, iba al campo y se ensuciaba como todos”, recuerda Ferrari.
“La madre puteaba porque Máxima no cuidaba nada. De hecho, una vez, el perro le terminó comiendo los aparatos de ortodoncia”, señala la autora, a quien todas sus fuentes consultadas calificaron a la reina como "mal hablada y con mucho carisma”.
La educación exclusiva de Máxima Zorreguieta: el colegio Northlands y su legado aristocrático
Antes de que el destino la llevara a convertirse en reina de los Países Bajos, Máxima recibió una educación tan distinguida como su posterior reinado. Estudió en el prestigioso colegio Northlands, una institución bilingüe y laica situada entre las más exclusivas de Argentina, célebre tanto por su rigurosa formación académica como por su selecta lista de egresados.
Entre los antiguos alumnos de Northlands se encuentran figuras como la periodista Mónica Cahen D'Anvers, la cantante Sandra Mihanovich, Nelly Arrieta de Blaquier y hasta las hermanas Silvina y Vanina Escudero.
Para Máxima, esta institución no solo representó una sólida base educativa, sino también una primera inmersión en el tipo de entorno cosmopolita y sofisticado que marcaría su carrera en el mundo de las finanzas y, posteriormente, su vida en la realeza europea.
Fotos: Archivo Grupo Atlántida.