La vida oculta de la familia real británica, según sus sirvientes: el anticipo del explosivo libro que cuenta las miserias y caprichos de Kate, William, Harry, Meghan, Carlos III y Camilla – GENTE Online
 

La vida oculta de la familia real británica, según sus sirvientes: el anticipo del explosivo libro que cuenta las miserias y caprichos de Kate, William, Harry, Meghan, Carlos III y Camilla

Los secretos de la familia real británica
Firmado por Tom Quinn y basado en testimonios de empleados del Palacio, revela los secretos de Buckingham. Desde por qué Kate Middleton trata a William “como a un hijo” y el despectivo apodo de la reina, a los royals con más berrinches y los snobismos puertas adentro.
Lifestyle
Lifestyle

A diferencia de las memorias del príncipe Harry (Spare), Yes Ma'am: The Secret Life of Royal Servants, el libro de Tom Quinn que saldrá la venta el 25 de febrero, promete sacudir a fondo a la monarquía británica. Es que las declaraciones que narran los dramas del Palacio de Buckingham esta vez entregan una visión desde “abajo”, ya que son los propios sirvientes y empleados que revelan todo lo que vieron.

Y son ellos mismos quienes exponen tensiones, snobismos, vanidades, conflictos de personalidad, caprichos, rebelión contra el protocolo y otros detalles polémicos que tienen a todo el Reino Unido hablando. Según un adelanto exclusivo al que GENTE accedió, compartimos innumerables detalles sobre la compleja relación entre Kate Middleton y el príncipe William, por ejemplo.

Tom Quinn, autor de Yes Ma'am: The Secret Life of Royal Servants, que "atemoriza" a la familia real británica. El periodista colaboró para medios como Times, The Telegraph y Daily Mail, y escribió decenas de libros, como Escándalos de los Palacios Reales.

¿Un breve spoiler del spoiler? Entre otras cosas, el libro revela la necesidad de la princesa de Gales de tratar a su marido “como su cuarto hijo”, el apodo despectivo que William y Harry le pusieron a Camilla Parker Bowles y el "inapropiado vínculo" que Meghan Markle mantenía con un miembro del staff.

Pero atención que las entrevistas con el personal de Buckingham no sólo se limitan al cotilleo frívolo, sino que exploran una amplia gama de anécdotas que incluyen que los royals dependen de los sirvientes para tareas básicas de su rutina diaria, y comportamientos muy poco conocidos de los miembros de la realeza.

A continuación, resumimos y adelantamos esas contradicciones que se dan en la vida dentro del palacio y contrastan la glamorosa imagen pública con su realidad más humana, cínica y hasta caótica.

El libro de Quinn, que saldrá a la venta el 25 de febrero, incluye testimonios anónimos del personal doméstico, criadas, doncellas, asistentes y guardias, entre otros empleados del Palacio de Buckingham.

Los secretos que esconden las paredes de Buckingham, según el nuevo libro de Tom Quinn

Las narrativas familiares que todos conocemos suelen filtrarse a través de expertos reales pero esta vez quienes tienen la palabra en Yes Ma'am: The Secret Life of Royal Servants son antiguos empleados domésticos del palacio que no tienen nada que perder y revelan los trapitos sucios y los detalles más sorprendentes de los Windsor puertas adentro.

“He hablado con numerosos miembros del personal real con la estricta condición de que se proteja la identidad de los informantes. Lo que surge es una visión de las vidas ocultas de la familia real, junto con las complejidades de ser miembro de la realeza en un mundo moderno”, confiesa el autor.

Los Windsor al descubierto, gracias a los empleados de la familia real británica. “Hay que lustrar los zapatos, dejar los trajes planchados y elegir las corbatas el día anterior”, mientras que los baños deben “realizarse exactamente a la misma hora todos los días”, detalla el autor.

Kate Middleton “materna” cuatro hijos, incluido el príncipe William

Según relatos del personal, Kate Middleton suele encontrarse en la posición de tener que bajarle el tono a su esposo durante sus momentos de frustración “hasta con las tareas cotidianas”.

Una exempleada del palacio comentó: “No sé dónde estaría William sin Kate. Ella no lo ha tenido todo servido en bandeja, así que lo calma cuando se pone un poco irritable. Dice que a veces tiene que tratarlo como a su cuarto hijo”.

Retrato nupcial de Kate Middleton y el príncipe William a cargo de su fotógrafa oficial, Millie Pilkington
Los exempleados de Buckingham aseguran que Kate debe tratar como a un hijo a William. En la imagen, uno de sus retratos nupciales, a cargo de su fotógrafa oficial, Millie Pilkington.

Por otro lado, una excriada del Palacio de Kensington también reveló algo impensado: “Kate tuvo que explicarles muchas de las cosas que los padres ajenos a la familia real hacen con sus hijos como algo normal. Por ejemplo cómo llevar a los niños a caballito".

Quiénes son los más caprichosos del Palacio y los que tienen peor carácter

“El rey Carlos le confesó una vez a un miembro de su personal que, si creces con gente que hace todo por ti, te invade una mentalidad de terror permanente de que, si tuvieras que hacerlo tú mismo, estarías completamente perdido. Dijo: 'Es el único beneficio de ser príncipe de Gales (como lo era Carlos en aquel entonces) las 24 horas del día y los 7 días de la semana’”, reproduce un fragmento del libro.

Carlos III y Camila Parker Bowles
Según el libro, el rey Carlos III es uno de los más propensos a hacer berrinches, junto a su hijo William. En la foto, en los jardines del palacio junto a Camilla Parker Bowles.

Las rutinas en Buckingham están más que scheduleadas. “Hay que lustrar los zapatos, dejar los trajes planchados y elegir las corbatas el día anterior”, mientras que los baños deben “realizarse exactamente a la misma hora todos los días”, detalla el autor.

En medio de la exposición de las rutinas, señaló que quienes más propensos son a los berrinches son el rey Carlos III y su hijo William. “Sobre todo si las cosas no se hacen como a ellos les gusta. Ambos se irritan muy rápido”, explica en el libro un exmiembro del staff real. Además de detallar que “son muy exigentes”, subraya que las quejas “les salen de manera natural”.

Los empleados que "todo lo ven" revelaron numerosos detalles íntimos de la familia real británica, como que no saben hacer casi nada solos, sus caprichos, desaires y obsesiones.

A la hora de hablar sobre el mal carácter que manejan algunos miembros de la realeza, un ex sirviente le recordó a Quinn “cómo el príncipe Andrés insistió en que un miembro del personal fuera transferido porque no le gustaba un lunar que tenía en la cara”.

Eso no fue todo: otro empleado cuenta en el libro al detalle la ocasión en la que Andrés se deshizo de un colaborador “por llevar una corbata con nailon" y cuando el príncipe Eduardo “una vez levantó en peso al chofer por mirar muy seguido por el espejo retrovisor”.

El príncipe Andrés (en la foto junto a la reina Isabell II) es marcado por los empleados de Buckingham como uno de los integrantes de la familia real británica con peor carácter.

Harry, otro nacido en cuna de oro complicado con lo más básico

Aunque exempleados de Buckingham coinciden que, en general, Harry “es uno de los tipos más agradables y fáciles de tratar”, un exmiembro contó que antes de mudarse a California era “propenso a sufrir arrebatos de irritación”.

Y en el libro es un antiguo sirviente del príncipe quien lo detalla así: “Recuerdo que una vez, en sus aposentos privados, se me estropeó algo, algunos de sus papeles sobre el escritorio o algo así. Se enojó de inmediato y la exageración no guardaba proporción con el problema, o al menos eso pensé”.

La broma interna sobre Harry que circulaba entre los empleados era que “se parecía mucho al príncipe regente de la serie de televisión Blackadder”. Básicamente, lo que se murmuraba era que “sin un sirviente, Harry tardaría dos semanas en ponerse los pantalones”.

El libro destaca el papel de Harry como un mediador a menudo indeciso, dividido entre la lealtad a Meghan y su familia.

El apodo despectivo que recibió internamente Camilla Parker Bowles

El libro también revela que los príncipes William y Harry se referían en privado a Camilla, la actual Reina Consorte, como “Cruella de Vil”, en referencia a la villana de 101 dálmatas. Sin dudas, un apodo que sugiere cierta tensión en el vínculo. Según exempleados había otros nombres que circulaban: "Lady Macbeth y la Bruja del Oeste".

Sobre ella, el personal doméstico tuvo mucho más que decir. Expusieron que alguna vez Camila odió la idea de ser reina y que calificó el protocolo real “como tonterías”, pero que Carlos le pidió: “Lo estás haciendo (convertirse en reina) por mí, cariño”. Y que su título inicialmente iba a ser “princesa Consorte”, no “reina Consorte”.

Carlos III y Camilla Parker Bowles, la foto oficial ya coronados
El retrato oficial de Carlos III y Camilla Parker Bowles, ya coronados. Según escribió Quinn, ella odiaba la idea de ser reina y consideraba que el protocolo real era "puras tonterías".

El ”inapropiado” vínculo de Meghan con un empleado del Palacio y su dificultad para amoldarse a las reglas

Según explica el autor de libro, “Meghan era una modernizadora por naturaleza. Era alguien que quería hacer las cosas y cambiar el status quo. De hecho, era muy buena para persuadir a algunos miembros del personal, incluso a los más jóvenes, para que se pusieran de su lado”.

Tanto es así, que al decir de Quinn, sus fuentes le revelaron que la esposa de Harry “se volvió especialmente amistosa y cercana con un miembro del personal en particular”. Se trataba de un “hombre bastante joven” y eso, como era de esperarse, “fue visto como inapropiado por los miembros de la realeza de mayor edad”.  

La llegada de Meghan a la familia real exacerbó las tensiones preexistentes entre William y Harry, "creando un ambiente de chismes y divisiones entre el personal".

Siempre siguiendo las revelaciones de la novedad editorial pronta a salir, se supo cuál era la lectura de un exmiembro del Palacio en relación al rol de Meghan: “Cuando alguien llega de los Estados Unidos y trata de cambiar las cosas, a la vieja guardia realmente no le gusta. Y la vieja guardia son unos snobs terribles”.

Eso sí: al referirse a la personalidad de Meghan, otra fuente le explicó a Quinn la incomodidad que generaba la duquesa en las primeras reuniones en Kensington. “Fue extraordinario porque estaba tan segura de sí misma que se notaba que quería dirigir la reunión en lugar de aprender sobre la familia real”, reveló un exempleado.

Y agregó: “Creo que esto fue típico de lo que sucedió durante su estancia en el Palacio de Kensington y luego en Windsor. Ella creía firmemente en agarrar al toro por las astas, excepto que la familia real no es realmente un toro”.

La mansión del Príncipe Harry y Meghan Markle
Según el libro de Quinn, Meghan tenía una visión idealizada de la vida real, lo que generó "una discrepancia con la realidad de la vida palaciega y la rigidez de las tradiciones".

“William estaba terriblemente incomodado por los abrazos de Meghan”

La llegada de Meghan Markle al seno de la familia real trajo consigo un choque cultural notable. Su naturaleza afectuosa y extrovertida y tendencia a los abrazos fueron vistas con recelo por algunos miembros del personal, quienes interpretaron su comportamiento como un intento de seducción hacia William.

Kate, William y Charles tendían a estremecerse cuando ella se acercaba para abrazarlos. Meghan se sintió comprensiblemente herida, ya que aparentemente todos abrazan a todos en California. Meghan incluso intentó abrazar a un escudero de Old Etonian singularmente rígido. Él también se estremeció como si ella hubiera tratado de pincharlo en el ojo”. Así lo expresa en el libro otro miembro del personal.

"Tienen peleas terribles en las que se tiran cosas el uno al otro. Kate puede parecer una persona muy tranquila, y William también. Pero no siempre es verdad. Porque el gran estrés de ambos es que están constantemente rodeados de ayudantes de palacio. Es como una novela de Jane Austen", aseguró Tom Quinn en otro de sus libros, titulado Gilded Youth: An Intimate History of Growing Up in the Royal Family.

Y agrega que esa confianza “hizo que William se sintiera incómodo, porque Meghan lo abrazaba prácticamente cada vez que se encontraban”. Según ese relato: “Los abrazos y los besos en las mejillas alimentaron los chismes entre el personal de que Meghan estaba coqueteando con William, lo que obviamente no era así. Pero la atmósfera tensa profundizó la grieta entre los hermanos”.

Y el choque era tanto que la propia Meghan se sorprendía por la inhibición de William. Un exempleado recordó la vez en que ella preguntó: “¿Por qué William y Carlos suenan tan serios todo el tiempo?”. Imaginemos la tormenta que generará en los aposentos reales ver las narrativas íntimas de los Windsor filtradas. Y esto tan sólo es un anticipo. ¡God save the gossip!

Más información en Gente

 

Más Revista Gente

 

Vínculo copiado al portapapeles.

3/9

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipisicing elit.

Ant Sig