Imán Kaumann (23) parece haber tomado Manhattan y los Hamptons como si fueran su propio patio de recreo. Supermodelo y música argentina, hija de la diseñadora vanguardista Miuki Madelaire, no sólo deslumbra en las pasarelas de Schiaparelli, Versace y Valentino sino que ahora explora su faceta de productora de su incipiente y ascendente carrera musical.
Sumergida en la escena neoyorkina, y después de cuatro intensos meses de vivir en Brooklyn, volvió a Buenos Aires “sólo por un rato”. Viene de protagonizar una descomunal campaña global con Ariana Grande (que estrena en Navidad) y se prepara para lanzar su segundo álbum solista.
En charla con GENTE, desnuda sus anécdotas en la Gran Manzana, desanda su exitoso periplo hasta acá y cuenta el lado B de su experiencia en la industria estadounidense, muy distinta de la escena europea que viene de hipnotizar gracias a su encanto, rebeldía y creatividad.
Desde su divertido verano en los Hamptons a su show en el icónico The Bowery Electric, así es su vida entre flashes, fittings, días de grabación y castings virtuales.
Diario de una supermodelo argentina y cantante en New York
Europa ya es un terreno conquistado. Desfiló para todos los grandes nombres de la moda. Enamoró al director creativo de Schiaparelli, a Donatella Versace y Marc Jacobs, que no sólo la eligen para desfilar sus diseños, sino para protagonizar campañas de alto valor. Pero New York es un nuevo mercado en el que pisa en puntas de pie y está explorando, con curiosidad y audacia, desde hace cuatro meses.
Sin embargo, harta del frío, volvió con su familia para vivir el verano porteño, pasar tiempo con su sobrinito (hijo de su hermana, la artista plástica Iara Kaumann) y disfrutar del departamento que logró comprarse en el barrio de Recoleta. Muy cerca de donde nos juntamos para charlar mientras tomamos un obligado café de especialidad.
Llueve a cántaros. Viste un piloto verde inglés comprado en un vintage y estrena una flamante cabellera rubia que debió retocar en Buenos Aires a pesar de haber pasado por dos peluquerías carísimas de Nueva York. De esas en las que cobran… ¡cien dólares la hora!
–¿Cómo es para vos un día típico en Nueva York?
–Es la primera vez que vivo la experiencia de estar tanto tiempo, porque yo soy muy de extrañar mi casa y volver al toque. Lo máximo que me fui siempre fueron dos meses, capaz un poquito más. Pero esta vez dije ‘voy a intentar aguantar y quedarme lo máximo que pueda’. Cumplí cuatro meses y la verdad es que me tocó el mejor clima, porque el invierno es imbancable. Empezó a hacer mucho frío y me volví a Argentina.
Mis días allá no eran tan distintos a estar en Buenos Aires. Las dos ciudades tienen mucha cultura. Además, como estoy muy acostumbrada a estar viajando de un lado al otro (de París a Milán, o de Milán a Korea, por caso), me adapto muy rápidamente. Pero algo que hago siempre es poner lindo mi cuarto, ya sea de un hotel o en un Airbnb, o donde esté viviendo. Cuelgo acuarelas mías, compro flores y hago todo lo que me haga sentir parte. Es casi un ritual.
–¿Qué actividades te conectan con la ciudad y con tu vida en Brooklyn?
–Lo que amo de New York es que es una ciudad espectacular en la que pasan cosas constantemente, hay gente de todos los países y se genera una cosa de pertenencia que se da fácilmente, porque están todos en la misma.
–¿En cuál?
–Y… son casi todos inmigrantes intentando cumplir sus sueños y sus proyectos. Por eso es tan fácil socializar allá. Eso me permitió sentirme súper suelta, incluso con el idioma. Porque en Europa capaz se me complica un poco más con el francés o el italiano. La gente está muy abierta a conocer personas nuevas, y te sentís siempre bienvenida.
Hay cosas que hago siempre, como ir a museos… Para mí cuando uno está en otra ciudad lo mejor es nutrir el cerebro al máximo con sus cultura e historia. Y New York tiene unos museos hermosos, a los que vuelvo más de una vez, porque siempre que voy observo cosas distintas. También me gusta mucho caminar sin rumbo y ver qué me sorprende.
Una de las cosas que más amo son los locales vintage. Casi toda mi ropa la compro en locales es súper chiquititos. Viste que tal vez ves la ropa así nomás y pensás que es horrible, pero buscando y buscando encontrás joyas. Y me encanta dar con cosas increíbles súper baratas. Nadie le da mucho valor a encontrar una prenda que estuvo abandonada por un tiempo, y a mí me encanta eso de revivirla.
–También estás haciendo más canciones (al momento lanzó un disco solista; su último tema estrenado se llama Arroyo Dorado)
–¡Sí! Hago música todos los días. Prácticamente vivo intentando escribiendo alguna letra, cantar y componer. Al estar sola en otro país es un momento de muchísima inspiración y la música se vuelve mi mayor compañera.
Así que eso estuvo súper presente. También me encanta entrenar y ver amigas, ya que tengo un montón allí. Así que no paré un segundo. Tengo amigas de todos los países, muchas de ellas, modelos y artistas.
De compartir desfiles con Gigi Hadid a un verano atípico en los Hamptons
En tren de derribar mitos, cuenta que, excepto que seas Gigi Hadid, con quien desfiló infinidad de veces, a las modelos no les pagan fortunas por los desfiles. “Pero es una ventana para que te vean los grandes diseñadores”, dice quien de esa forma fue fichada para protagonizar la campaña de Schiaparelli, por ejemplo.
Eso sí: aunque precisamente no lluevan los euros tras un catwalk, las marcas de lujo siempre le regalan preciados objetos. Como los bolsos Celine que ya colecciona. “Son ultra generosos y tengo como seis de estas”, dice al señalar la que lleva puesta.
–¿Cómo son los castings hoy para una supermodelo de agenda completa?
–La mayoría de los castings por lo general son virtuales, es algo que quedó tras la pandemia. Lo que por un lado está bueno, porque no implica tanta dedicación al tener que trasladarte al lugar, entonces tenía bastante tiempo libre. Solo iba al trabajo una vez que me bookeaban, pero lo que hablábamos con mi agencia es que también esa modalidad hace que pierdas la esencia de conocer a los diseñadores en persona, lo que te puede jugar muy a favor.
Pero bueno, eso también me permitió conocer más la ciudad. Y al estar en pleno verano pude disfrutar un poco de los Hamptons, zona que no conocía. Es algo muy común en New York que se vayan los fines de semana allí, que queda a cuatro horas de Manhattan. Y quedé fascinada, estuve en unas playas hermosas y fui a un montón de fiestas con amigas. La verdad que viví un verano inolvidable y súper atípico. Me súper sorprendió, porque uno no suele asociar New York con la playa, y terminé disfrutando muchísimo del mar, así que fue una sorpresa súper linda.
Si bien cuenta que el mercado en New York “es mucho más comercial que en Europa”, también es más competitivo, “porque están centrados en vender y, por lo tanto, los presupuestos son más grandes”. Enseguida asegura que su idea es explorar todas las escenas, y destaca la buena energía que tienen los equipos norteamericanos: “Suelen ser muy agradables para trabajar y hay una cosa de amistad muy linda”.
De lo que le sorprendió de New York y su primer show en la Gran Manzana a cómo influye su argentinidad en su identidad artística
–¿Qué te motiva a quedarte y seguir explorando la vida en Nueva York, aunque signifique lidiar con una competencia más intensa?
–Que haya tantas culturas de distintos países, porque se sea un mix que está muy bueno, y además New York está muy abierto a toda la industria musical. Eso me dio muchas ganas de probar, de hacer mi música y conocer a un montón de artistas interesantes. También me pasó de descubrir lo mucho que se valora la industria artística argentina en general y eso me incentivó muchísimo. Me encanta que Argentina continúe representando tan bien a Latinoamérica.
–¿Cómo fue tu primer show en vivo en NY, cómo viviste ese día y qué significó presentarte en un venue tan icónico como The Bowery Electric?
–Este viaje fue súper especial porque me propuse, además de trabajar como modelo, crecer en mi carrera musical en New York. Estuve buscando lugares para tocar y se me dio que de una semana a la otra me llamaran para tocar en The Bowery Electric, que queda en el Soho, una zona soñada.
Esa cosa repentina fue increíble, porque al ser todo a último momento también fue un poco estresante. Si bien en Argentina tengo a mi banda, en New York estaba sola, pero era algo que quería hacer desde hace un montón. No me animaba por el miedo a tocar sola, pero hice un set un poco más electrónico, en el que disparé algunos sonidos con sintetizadores y además toqué el bajo y el piano. Salir ahí como multi instrumentista además de cantar fue un desafío del que estoy súper orgullosa.
El show salió impecable y me sorprendió que hubo un montón de gente, así que me dejó con ganas de seguir tocando. Además tocar ahí para mí representa un paso muy grande en lo personal, porque obvio que fantaseaba con tocar en un lugar como ese en el que se presentaron los Talking Heads o Blondie, que son artistas de New York a los que admiro un montón. Así que fue doblemente mágico.
–¿Qué rol juega Argentina en tu identidad artística, especialmente cuando te presentás en escenarios internacionales?
–Como viajo un montón y suelo estar lejos de Argentina durante mucho tiempo, me pasa que me vuelvo súper patriota y me agarra como un fanatismo y amor increíbles por mi país. A veces cuesta darse cuenta que muchos no son conscientes de todo lo genial que hay a nivel musical y artístico, y darme cuenta de eso estando allá me llenó de orgullo.
Y también al estar allá, como mi música es en español, me pasaron dos cosas. Una fue pensar que tal vez no entendían mis letras en el show, pero que era hermoso llevar nuestra cultura a otros lugares. Y la otra fue que, como escribo canciones constantemente, me salió componer algunas en inglés. También al estar tanto allá, mis pensamientos se dan más en ese idioma, así que decidí sacar dos temas en inglés. Más allá de eso, me encanta la idea de llevar nuestro lenguaje tan lindo a otros lugares.
–¿Qué es lo que sentís que nos hacen tan únicos como argentinos en el mundo?
–Siento que siempre esa forma única de ser argentinos nos hace distintos siempre. También pasa que venimos de familias de inmigrantes, que hace que tengamos una mezcla de muchas culturas, lo que nos termina haciendo más interesantes culturalmente. Lo que más me gusta es ese acento tan nuestro y la musicalidad que tenemos al hablar que, sin dudas, sorprende.
También me pasa algo que suelen decirme “ay, no parece ser argentina”, y yo les explico que acá somos una mezcla de todo, que no existe e la vez un argentino típico; somos una gran mezcla de todas las culturas. Y en mi caso es una ventaja ser argentina, porque como modelo les resulto interesante. Me parece gracioso que no entiendan mucho mi origen pero está buenísimo representar a nuestro país, me genera mucho orgullo.
De sus diseñadores favoritos a su proceso como productora de su música y las artistas que más la influyen
–¿Cuál es tu diseñador o diseñadora favorita en este momento, y cómo influye en tus estilismos?
–Me gusta muchísimo Schiaparelli. Soy muy fanática de Elsa Schiaparelli (1890-1973), que fue la diseñadora original. Ella fue parte del movimiento surrealista, amiga de Salvador Dalí y fue la primera en hacer que el vestuario sea una obra de arte y que comunique tanto.
Hoy me puedo dar el lujo de decir que yo trabajé para Schiaparelli un montón, y además me encanta que el director creativo, Daniel Roseberry, esté haciendo un gran trabajo al crear con la misma idea que tenía ella. Siempre fui muy fanática de las joyas súper grandes que tienen, bien surrealistas. Eso me inspira un montón.
A la hora de dar un show, el vestuario tiene un rol súper importante porque estás contando una historia. Me encanta que sea algo súper teatral y exagerado, y que tenga gran tamaño para rendirle honor a lo que es el escenario. En mi caso tengo a mi madre diseñadora (Miuki), que tiene un archivo espectacular y con quien siempre me divierto armando looks.
–¿Cuál es el camino que estás investigando ahora en pleno proceso de creación de tu nuevo álbum, en el que sos tu propia productora?
–Me pasó que en este último tiempo tomé la decisión de producir absolutamente todo yo. Quise tomar el control de todo y es un desafío muy grande. Ya estoy preparando mi segundo álbum, que podría sacarlo este año, pero prefiero tomarme más tiempo. Lo que más me divierte es experimentar tanto con y jugar tanto con lo sonoro; me permite expresar absolutamente todo. Además, me hace sentir muy fuerte y empoderada no depender de nadie más. Puedo producirme mis discos y hacer mis shows sola, algo que me pone muy contenta.
–¿A la evolución de qué artistas musicales les prestás más atención y por qué?
–Me siento muy inspirada por artistas mujeres que se autoproducen, admiro esa libertad y que puedan hacer todo ellas. Por ejemplo la Grimes de los inicios, cuando hizo su álbum Visions, que se encerró dos meses a terminar un disco. Todo este año fue así para mí, de mucha instrospección y de estar metida en la búsqueda personal de encerrarme a hacer mis canciones.
También me gusta muchísimo Juana Molina, que en sus comienzos tocaba sola y loopeando voces. Ambas creo que lograron un sonido súper único y me inspiraron muchísimo. La verdad es que me gustaría lograr un sonido que sea único y hoy me siento más cerca de mi meta.
Su gran campaña junto a Ariana Grande, su reencuentro con la familia, su separación y su idea respecto de la maternidad
–¿Cómo fue trabajar con Ariana Grande en una campaña global de joyas?
–Wow, fue tremendo. Este año tuve un trabajo súper grande en Londres, que fue hacer la campaña de Swarovski para las Fiestas. Y hay algo que me juega muy a favor, que es que les gusta que las modelos tengan sensibilidad artística o una conexión con la música.
Y como en este comercial teníamos que bailar y expresarnos, cuando hice el casting me preguntaban por mi proyecto musical, algo que sumó un montón. Fue un súper spot, cuya temática era una fiesta de los años 60’s en la que cada una interpretaba un personaje fashion de aquel entonces.
–¿Y cuál te tocó a vos?
–Yo era una periodista que se llamaba Isabella Blow (1958-2007), que fue muy icónica y usaba unos tocados muy extravagantes. Eso me encantó, porque me sentí un poco identificada. (N.d.R: además, Blow era una aristócrata, descubridora de talentos y fue directora de Vogue).
–¿Y qué aspecto te sorprendió de Ariana como colega?
–Literal fue jugar a estar en una fiesta en la que cantaba Ariana Grande. Fue muy divertido y ella me pareció súper agradable, muy bajo perfil, cero creída y súper simpática, así que fue muy lindo trabajar con ella. Me pareció amorosa.
–¿Cómo fue tu reencuentro con tu familia y qué planes tenés en mente en este tiempo que vas a pasar en Argentina?
–Después de estar cuatro meses afuera estaba súper entusiasmada con volver a casa, volver a ver a mi familia, estar con mis instrumentos y volver a la comodidad del idioma, entre otras cosas. Por ahora no tengo confirmada ninguna fecha, probablemente viaje en febrero para el Fashion Week. Así que ahora que volví al rubio (estuvo cinco años con el colorado) voy a estrenar el cambio de look en la pasarela.
Estoy súper contenta de estar de vuelta; mis planes son tocar y cerrar el disco. Además, mi hermana está embarazada nuevamente, estoy disfrutando con mi sobrinito y de mi reencuentro con mi mamá. La verdad es que se valora mucho tener a la familia cerca.
–En tu vida hubo varios cambios personales, ¿cómo te encontrás hoy en tu nueva etapa “soltera”? ¿En pareja con vos misma?
–Sí, este año me separé de mi pareja, con quien estuve cinco años y la verdad que no fue fácil. Pero debo admitir que me sirvió mucho para escribir un montón de canciones e inspirarme a montones.
Está súper bueno descubrirse a uno mismo, así que sí, estoy en pareja conmigo misma y descubriendo cómo es tener el tiempo solo para mí.
–Sos súper chica, pero ¿te verías siendo madre? ¿Es una idea con la que conectes o es algo en lo que ni siquiera pensás?
–¡Me encantaría ser madre! Pero… necesito encontrar al padre (Risas). No me imagino sin ser madre. Además, más ahora que veo que mi hermana tuvo a su bebé, siento aún más hermosa esa conexión tan especial que tienen madres e hijos. Siento que es una experiencia que hay que vivir y que es el amor más puro y grande que hay. Será en el momento que tenga que ser, cuando esté todo alineado. Todavía me quedan hacer muchas otras cosas antes de ser madre, así que tendrá que esperar un poquito.
Fotos: gentileza IK.