La torta rusa o riwwel kuchen, el strudel y el streusel de manzana, las salchichas con chucrut, cerveza y los kreppel. Todas estas delicias típicas de la cocina alemana se pueden disfrutar a cuatro horas de la Ciudad de Buenos Aires.
Como si fuese un pedacito de Alemania, la localidad de Colonia Hinojo, ubicada en el partido de Olavarría, mantiene vivas las tradiciones de aquellos inmigrantes europeos que la fundaron en 1878.
Este pintoresco pueblo bonaerense resulta una hermosa escapada para conocer la historia del primer asentamiento de los alemanes del Volga en el país y deleitarse con las recetas que han trascendido generaciones y aún se preparan con orgullo en las cocinas de sus habitantes.
Con casonas de ladrillo a la vista y entradas traseras -algo típico de la época de malones como forma de protección-, para sus pobladores sus raíces son muy importantes. Reflejo de esto es el Museo de los Alemanes del Volga "Ariel Chierico" que posee una exposición permanente de expedientes, ordenanzas, resoluciones y leyes de los años fundacionales. Además, en una de sus salas, tiene una réplica de una típica cocina de sus primeros habitantes.
La gastronomía es, sin dudas, una de las tradiciones que más se disfrutan. “Lo de Graciela” (calle 7 N°950) es uno de esos lugares cálidos donde tanto la atención como la comida valen la pena. Allí se puede disfrutar del streusel de manzana, del strudel, de un esponjoso pan alemán y de unas famosas salchichas con chucrut, entre algunas de sus opciones. Todo preparado por Graciela, su dueña.
“En alemán es ‘sauerkraut’, que significa ‘verdura ácida’. Su elaboración se realiza a partir de repollo finamente cortado, sal, vinagre, ají molido y laurel, más un proceso natural de fermentación que puede durar entre 30 y 40 días”, cuenta Graciela en su Instagram (@lodegraciela).
La torta rusa o riwwel kuchen es otra de las protagonistas de Colonia Hinojo y Alicia Steinbach las prepara por encargo en su cuenta de Instagram (@tortas_alemanas). Ideales para pasar la tarde y hacer un poco de cocina fusión, acompañando este típico dulce alemán con el mate argentino.
“Cocino en mi casa por encargo, en un espacio que acomodamos con mucho esfuerzo. Primero lo hago para vecinos y familiares. También, por el boca en boca se hacen conocidas y las buscan, cuando vienen a conocer el pueblo”, cuenta a GENTE Alicia y explica que se las piden porque “sus abuelas antes hacían y nunca más comieron o por curiosidad de probar”.
“Es una torta de masa de levadura que por arriba lleva un dulce hecho con caramelo y leche. Encima, lleva una mezcla de harina, manteca y azúcar”, dice sobre su versión y aclara: “Nadie hace la misma receta”.
Imposible que falte la cerveza en una colonia alemana y para eso está la fábrica Fenchel (Sara Álvarez 1610), que hace poco ganó una medalla de bronce por su IPA en la Copa Argentina de Cerveza.
Sin embargo, esta localidad tiene una estrella en su abanico gastronómico: el kreppel. Se trata de una especie de torta frita (en realidad, esta es herencia de la cocina alemana), cuya fama es tal que tiene su propia fiesta.
La Kreppel Fest se realiza cada marzo, desde 2011, y convoca a miles de personas que bailan, beben y comen y viven la cultura alemana. Ese día, esta delicia espolvoreada con azúcar se cocina en grandes ollas para alegría de los paladares de locales y visitantes.
Hay muchas recetas y cada casa las prepara según sus costumbres. Para quienes quieran intentar hacerla en casa, GENTE comparte la de Norma Palerden Urban, pobladora del lugar.
Cómo hacer el kreppel
Ingredientes
1 kilo harina 0000
50 gramos levadura
3 huevos
250 gramos azúcar
Leche o crema
Aceite para freír o grasa de cerdo
Preparación
Mezclar el azúcar, la harina, los huevos, la levadura y la leche o crema. Formar una masa elástica y dejar reposar 3 horas. Estirarla lo más finita posible. Cortar rectángulos de 20 por 10 centímetros y a cada uno hacerle 2 tajos en el medio. Tomar por las puntas y doblarlo. Freír en grasa bien caliente. Espolvorear con azúcar.