El famoso insulto misógino “andá a lavar los platos” acá no rige. Porque ellas deciden que su “lugar está en la casa” y que no está nada mal “someterse a sus maridos como si fuera 1959”, como dijo Alena Kate Pettitt, una de las figuras más prominentes del movimiento tradwife que ha puesto el tema (y el plato recién servido) en el centro del debate cultural.
El término tradwife es la contracción de la expresión inglesa “traditional wife” y se refiere a la nueva ola de mujeres que son amas de casa por elección y que, al son del rechazo a la igualdad de derechos (¿o simplemente por comodidad?), reivindican los valores tradicionales con los que se identificaban antaño las “buenas mujeres” que, después de resolver con diligencia las tareas del hogar, esperaban maquilladas a que sus maridos regresaran del trabajo.
“Hoy es el cuarto aniversario con mi esposo, así que decidí levantarme súper temprano y prepararle bagels y queso crema desde cero”, asegura con su voz delicada Nara Smith, que en TikTok documenta las recetas que le prepara a su marido, de religión mormona, y a sus tres hijos. Y lo hace, claro, bajo el standard de lo “deseable” (al servicio de su hombre y bajo la tiranía del algorimo): maquillaje contorneado, outfits de moda y peinados trendy.
A simple life: El regreso de la vida doméstica como bandera
Casi como una reacción o contracorriente al feminismo contemporáneo, las tradwives parecen decirles a las pioneras de la lucha por la igualdad: “Gracias por los pantalones, pero vemos la vida de un modo diferente”. Incluso, muchas de ellas aseguran que son “feministas” porque eligen que su rol sea la crianza de los hijos y la entrega incondicional al servicio de sus hombres.
Además, venden un estilo de vida que busca “encontrar mayor satisfacción en la vida”, lejos del complejo entramado del empoderamiento y las presiones de la realización personal. Las mujeres que representan al movimiento argumentan que el feminismo ha llevado a las mujeres a sentirse obligadas a equilibrar carrera y familia y que de este modo llevan una rutina “menos estresante”.
Mientras las críticas apuntan a que las tradwives refuerzan estereotipos que han oprimido a las mujeres durante siglos, ellas dicen que su elección “es un modo de asegurarse la felicidad que anhelan en el matrimonio”, como resalta el libro The Proper Care and Feeding of Husbands (El cuidado y la alimentación adecuados para esposos), de Laura Schelessinger.
La polémica de redes surgió por la viralidad de los videos de cocina de RoRo, una española de 22 años que arranca todas sus recetas así: “A Pablo (su novio) le ha apetecido comer…”. En su denodada tarea, la influencer prepara desde cero quesos varios, pasta y hasta pappardelle con ragoût de pato a la naranja. No es todo: también encuaderna libros, muestra cómo cose un vestido o hace protector solar “para que Pablo no se queme”.
Aunque en la calle le griten “esclava” y en las redes le preguntan “si también sale a cazar el pato”, la tiktoker asegura que no es una mujer sumisa, que es “parte de un personaje” y que no vive para y por Pablo. Es más, se considera feminista “siempre que eso signifique la igualdad de derechos entre hombres y mujeres”.
Pasa que en los sesenta la voz aniñada que ella parecería llevar a la exageración justamente era una de las cosas que se ponderaban en libros como Fascinating Womanhood, que era un clásico para la derecha ultraconservadora. Su autora, Helen Andelin, aclaraba: “A ningún hombre le gusta un tono grosero, fuerte o vulgar en una mujer, así como a una mujer no le gusta un tono afeminado en un hombre”. El libro publicado en 1963 se enfoca en que, en contra de la corriente de la “segunda ola” feminista, las mujeres desarrollen “relaciones profundas con sus maridos y consigan hogares estables”.
La “revolución” que tomó las redes: ¿añoranza por un tiempo en el que todo parecía más simple?
Acerca de la fascinación que genera el fenómeno que nos tiene por horas scrolleando en las redes opina María Arranz, escritora de El delantal y la maza (un análisis del vínculo que existe entre la teoría feminista y la cocina). La también periodista manifiesta que es un tipo de contenido que conquista porque es “una mezcla de escapismo y añoranza de un tiempo en el que todo parecía más simple”.
Además, la especialista hace foco en que todo este movimiento de alguna manera representa “un hogar idílico que no tenemos, ni parece que vayamos a tener próximamente si los precios de las viviendas siguen subiendo sin control”.
Las tradwives se valen de las plataformas sociales para compartir sus consejos de hogar, elaboradas recetas y reflexiones sobre el matrimonio a la par que muchas de ellas exhiben una estética inspirada en los 40 y los 50, que también se refleja en sus estilismos, la decoración del hogar y las costumbres sociales.
Instagram, YouTube y especialmente TikTok se convirtieron en el vehículo en el que estos mensajes que parecen salidos de revistas femeninas de los cincuenta cobran mayor protagonismo. Vale recordar cómo han crecido asesorías de mujeres que enseñan a programarse como “mujer magnética”, hablar suavemente y ser solícita para conseguir candidatos proveedores y conseguir “trato VIP”. Uno de los ejemplos lo conforma Mindi (Mindiexplica en la app china), quien compila sus tips bajo el “Marilyn effect”, que se puede "activar y desactivar". Ella explica que para conseguir lo que una quiera es preferible decir que no sabemos cómo resolver las cosas y, por supuesto, hablar con un timbre de voz suave y dulce.
Las más destacadas representantes del "movimiento tradwife"
Hannah Neeleman (@ballerinafarm): la representante perfecta de “La familia Ingalls”
La vida de la exbailarina profesional Hannah Neeleman capturó la atención de una audiencia global cuando relató ante sus millones de seguidores en redes cómo era pasárselo en una granja, al servicio de su marido y en atención permanente de sus ocho hijos.
Hannah produce alimentos artesanales, como pan casero y productos lácteos, mientras carga a sus hijos y recibe por parte de su esposo regalos de cumpleaños como un… ¡delantal para transportar los huevos del gallinero! Claro que con su contenido rústico evoca el tradicionalismo de una vida rural, que resalta el trabajo duro y los valores familiares como estandarte.
Además de mostrarse como una emprendedora (vende algunos productos de su granja, entre ellos carne y leche) y simbolizar para muchos el retorno a las raíces, Ballerina Farm, que en una nota en The Times la catalogaron como “la reina de las tradwives”, generó debate hasta cuando habló sobre sus partos.
Desde el nacimiento de su primer hijo, cada nueve meses vuelve a quedar embarazada. A la hora de dar a luz, asegura, “una sola vez tomé epidural” y fue porque se había pasado dos semanas de la fecha de parto.
Alena Kate Pettitt (@darlingacademy): la británica que enseña etiqueta para ser buena esposa
“El matrimonio es una sociedad, pero siempre hay alguien que manda y ese alguien es el padre”. Desde su Plataforma, The Darling Academy, Alena Kate Pettitt promueve la vida ideal como ama de casa y esposa dedicada. En sus redes difunde los valores tradicionales británicos, habla sobre etiqueta y da lecciones sobre cómo es la mejor manera de ser una “lady”.
Autora de libros como Ladies like us, fue entrevistada por medios como la BBC y The Guardian. Además de utilizar “los principios bíblicos y la enseñanza práctica de la sabiduría antigua” para explorar el potencial de feminidad “disponible para todas nosotras”, asegura que vale la pena “someterse y mimar a su marido como si fuera 1959”.
La pionera británica del movimiento enfatiza que tanto la carrera profesional como ser ama de casa son elecciones válidas y dignas de respeto. Pettitt asegura que “los roles de género tradicionales pueden ser empoderadores para las mujeres, si se eligen de manera voluntaria y consciente”. Desde su perspectiva, su rol en el hogar es más significativo y satisfactorio que cualquier carrera que podría tener.
Estee Williams (@esteecwilliams): una vida dedicada al hogar y a verse linda para cuando regrese su marido
"Hay una cierta fuerza en la suavidad, en elegir nutrir y cuidar a quienes amamos. No se trata de sumisión, sino de encontrar poder en nuestros roles como mujeres", plantea Estee Williams, quien en Instagram da cátedra sobre su tradicional enfoque de la vida, muestra sus looks vintage y defiende la feminidad clásica a ultranza.
Además de compartir recetas de cocina, y consejos sobre cómo mantener una casa acogedora y bien organizada, la influencer con base en el estado norteamericano de Virginia alienta a otras mujeres a considerar este camino. Y su argumento lo tiene muy claro: "Para mí, el verdadero empoderamiento proviene de aceptar mi papel natural en el hogar. Se trata de crear un santuario para mi familia, donde el amor y la tradición prosperan".
Nara Smith (@naraaziza): la tradwife más fashionista
Con 4 millones de seguidores en Instagram y 9,2M en TikTok, Nara Smith es la más fashionista entre las tradwives. La alemana de origen sudafricano se destaca con sus súper platos que prepara para su marido, Lucky Blue Smith, y sus tres hijos. ¿Su diferencial? Los mega outfits con los que se muestra en la cocina.
Nara y su pareja muestran su idílica vida en Texas. Y, claro, también posan para publicaciones como GQ, donde los catalogaron como "la pareja más hot de Internet". “Cuando les pregunté a mis hijos qué querían para el almuerzo, los dos dijeron que querían un sándwich de queso a la parrilla. Así que eso fue exactamente lo que comencé a hacer”, suele decir la chica de familia mormona que se luce con preparaciones como pan de masa madre, queso "desde cero" o chicle. Sí, leyeron bien.
Arte de portada: Darío Alvarellos.