La decisión de ser madre no es una cuestión simple, más aún cuando se tiene que resolver de forma monoparental. El caso de Débora D’Amato es uno de ellos ya que encaró esta tarea de dar a luz en dos oportunidades bajo un método de transferencia embrionaria, a todos los interrogantes que se plantean internamente en el proceso hay que sumarle lo que pasa cuando hay que hablar de esto con los mejores.
“En mi caso con Lola fue de forma natural ya que le conté cómo se dio su búsqueda y gestación. Lo que más me ayudó fue el embarazo de Charo”, comienza explicando a Revista GENTE sobre esta famosa charla en la que la comunicadora le dio detalles de su llegada al mundo a la pequeña que hoy tiene seis años.
“Le pregunté si quería tener una hermana y me dijo que sí, que quería una hermanita. Obvio que le contesté que no se podía elegir el sexo. Pero fue parte de la decisión desde un inicio. Siempre le conté lo que iba a pasar. Estaba enloquecida, me acompañó en el tratamiento y vio como eran las cosas. Eso la ayudó de terminar de cerrar algo que ya tenía entendido. Venía a las ecografías conmigo, todo”, completa.
Lo cierto es que Lola se encuentra inmersa en una escuela diversa en donde a diario convive con compañeros que tienen a sus padres separados, dos papás, dos mamás y otra familia monoparental. “Lo vive con total normalidad, por suerte”, celebra.
“Uno de mis temores era cómo trabajar y compartir tiempos con mis hijas. Cuando empezaron a complicarse las cosas en materia económica, lejos de quejarme, tuve la suerte de que los laburos se dieron de una forma en la que puedo dejar a las nenas en el colegio, cumplir con mis tres trabajos y pasarlas a buscar después de las 17. No nos vemos tanto porque están en pleno proceso de colegio, disfrutando y haciendo amigos. Distinto sería tener que dejarlas en casa”, cuenta al respecto sobre el día a día.
El consejo de Débora D’Amato para las mujeres que quieren tener una familia monoparental
Teniendo en cuenta todos los aspectos que no hay que dejar pasar por alto a la hora de decidir formar una familia monoparental, la periodista lo primero que dice es que “no hay que romantizar la maternidad”.
“El grado de colores en el abanico es del blanco al negro, pasando por todos los existentes. Que piensen en que se van a meter en un mundo en donde van a ser cuestionadas, pero la decisión es suya”, sostiene.
Y completa al respecto: “La única forma de encarar una maternidad monoparental es con la decisión absoluta de hacerlo. Si hay dudas, mejor no dar el paso. Está bárbaro tener miedo porque te da prudencia, pero ese miedo no se tiene que transformar en pánico. El nacimiento y la crianza de mis hijas no las puedo comparar con nada. Hay que animarse”.
Por otro lado, también se refiere a cómo avanzó con la noticia con otros seres queridos. En su caso, mantener máxima reserva fue la clave, y solamente se lo contó a una amiga que había atravesado por un proceso similar ya que no podía ser mamá.
“Fue loco. Yo no le avisé a nadie de mi tratamiento, solo a Fanny porque era la que podía contenerme ya que había hecho el mismo tratamiento. En la recta final se lo conté a Sofía, mi sobrina. Recién cuando estaba todo listo, se lo dije a mamá: cuando le conté que iba a ser abuela se emocionó. Lo tengo grabado porque quería conservar ese momento. ‘Por si me preguntan mis amigas… No hay papá, ¿no?’, fue la pregunta que me hizo. Re tierna. Le expliqué cómo eran las cosas y me dijo ‘no me importa. Yo quiero que vos seas feliz. La vamos a amar locamente’. Todas en la familia estaban enloquecidas”, recuerda entre risas.
Fotos: Alejandro Carra
Retoque digital: Darío Alvarellos
Producción: Jazmín Ochoa
Makeup: Luana Clemente (@luani.makeup), del equipo de Sebastián Correa (@sebastiancorreaestudio)
Agradecemos a Kill Indumentaria (@kill.indumentaria) y Pitti Bimbo (@Pittibimbo)