Pocas entradas son tan triunfales como las que hace Lady Gaga (38) cuando está decidida a llamar la atención.
Y el jueves 23 de mayo, en el estreno de su película Chromatica Ball, la cantante que revolucionó la moda con su estilo avant-garde decidió causa impacto. Con las cejas decoloradas y un outfit tan extravagante y disruptivo como ella, se hizo presente en el Teatro de Los Ángeles y los paparazzi enloquecieron.
El detalle que rápidamente se viralizó en nuestro país es que la mente creativa detrás de semejante obra de arte es la de un argentino radicado en Berlín. Más precisamente, la de Cristian "Selva" Huygens (36).
¿Quién es Cristian? Información fehaciente de él en la web figura poco y nada, menos aún considerando su flamante logro. Es por eso que desde GENTE decidimos que era hora de dar a conocer su historia. Lo que no imaginamos es todo lo que descubriríamos.
La primera entrevista nacional de Cristian Huygens
A las 00:15 hs de Berlín (Alemania), el misterioso artista se conectó por Zoom desde su estudio para charlar con GENTE.
–¿Hace cuánto tiempo te fuiste de la Argentina?
–Y... ya pasaron siete años desde la última vez que estuve allá.
–¿Te formaste en Buenos Aires?
–Sí. O sea, hice dos años de Diseño Industrial y después me cambié a Arquitectura en la FADU (Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA) mientras trabajaba en Ezeiza con la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Era una locura realmente porque viajaba cinco horas por día... y por eso también no llegué a terminar la carrera, porque en un momento sentí que estaba metiendo muchísimo esfuerzo trabajando y yendo a la facultad y aún así no conseguía ni un peso. Así que en un momento agarre y dije: "Ya fue, ¡me voy a Europa!", y me fui a Dinamarca.
–¿Ya sabías qué ibas a hacer allá o te fuiste sin saber adónde te iba a llevar al destino?
–Nah. El primer año trabajé limpiando casas, baños, gimnasios... Y después cuando llegué a Alemania fue lo mismo, estuve limpiando casas hasta que conseguí hace seis años el trabajo que aún mantengo.
–¡¿Tenés un trabajo full time que no es el de diseñador?!
–(Ríe) Sí. Es todo muy raro ahora, pero yo trabajo haciendo esculturas de hierro para una galería bastante importante de Berlín. Soy escultor de hierro. Es un 'full time job' que me demanda todo el día y después, aparte, me puse a desarrollar esto que se está visibilizando ahora. Probablemente ahora mismo esté cambiando todo...
–Es que vestir a Lady Gaga no es algo cotidiano o habitual. ¿Cómo surgió la oportunidad?
–La cosa fue así: hace dos semanas me llamó el estilista de Gaga, Nicola Formichetti, y me dijo "vi tu perfil en Instagram" y yo aluciné. ¡Igual en esa primera llamada no me dijo nada de Gaga, eh!, eso era muy top secret, sólo me comentó que "estaba buscando algo para una artista muy importante y que no me podía decir mucho". Ese mismo domingo le empecé a mostrar mis piezas y arrancamos un ida y vuelta en que me decía "vamos por esta dirección", "esto puede llegar a funcionar y esto no" y así, y al otro día me llamó diciéndome que le habían presentado una carpeta a Lady Gaga con diseños de Balenciaga, Gucci, Alexander McQueen y la marca que te puedas imaginar, ¡y que la mina eligió Selva sin dudar! Fue perfecto porque ella buscaba algo medio industrial y brutalista, y lo nuestro fue un match. También fue cuestión de suerte, ¿no?, porque en otro momento ella buscó otros estilos, pero ahora buscaba esto y no le importó que yo no sea un diseñador de alta gama, que sea un emergente.
–Hoy, ¿te auto-definís como un diseñador emergente?
–No... Sí... O sea, me pasa que tampoco estudié Diseño de indumentaria o Confección.
–¿Y hace cuánto abriste el Instagram que te abrió las puertas de esta oportunidad?
–Bueno, todo esto arrancó hace dos años. Es que yo estaba haciendo mobiliario –porque trabajé un poco con una compañía de muebles holandesa– y pintura hasta que decidí empezar a mostrar mi propio trabajo.
Un ejemplo de que "cuando se quiere, se puede"
"Como no habían galerías interesadas en mostrar lo que hacía, yo iba a los cajeros automáticos de Berlín y armaba mi propia exposición ahí. Ponía mis mesas, mis sillas y mis canvas –mis pinturas–, y la gente veía. Así empezó todo", cuenta con aplomo y casi sin darse cuenta de la gran iniciativa y audacia que requirieron sus acciones.
"Después, como se me ocurrió involucrar artistas que interactúen con el mobiliario, pensé que necesitaba hacerles un outfit, algo que sea diferente. Así que empecé a hacerlo aunque yo no sabía ni cocer, sólo pegaba pedazos de plásticos, etc. Y todo lo que siguió fue casi vertiginoso: en dos años hice como siete fashion shows en Berlín y, bueno, ahora esto, pero realmente no me siento a la altura de lo que está pasando ahora. ¡Ni sé cómo surgió!", comenta con honestidad sacudiendo la cabeza de lado a lado desde el otro lado del mundo.
–A tu marca le pusiste "Selva" por tu apodo. ¿Cómo surgió?
–Me empezaron a decir así porque de adolescente me comportaba en la ciudad como en la selva. Fui medio brutalista siempre. O sea, no es que hacía cosas malas, pero vivía colgado de las paredes y esas cosas.
"No pude ir a vestir a Lady Gaga porque no tengo VISA"
Más de uno imaginaría que cuando las grandes oportunidades se presentan, la mesa está servida. Pero no es así, y así nos lo detalla Cristian con lujo de detalles:
"Los primeros looks que eligieron a la distancia para Lady Gaga los mandé por shipping express. Estaban todos en una caja gigante que tenía que viajar desde Berlín hasta Los Ángeles, y su equipo se encargó de afrontar todos los gastos porque yo –te digo la verdad– tenía veinte centavos de dólar en la cuenta...", confiesa el argentino antes de revelar el revés que casi tira por tierra su sueño: "¡Y la caja no llegó!, ¡quedó estancada en Berlín! De eso me enteré el sábado 18 de mayo a las 3 de la mañana, cuando me llamó el estilista para preguntarme qué más tenía disponible".
–Esa llamada la recibiste apenas cinco días antes de la premier de la nueva película de Lady Gaga ¡y estando en otro continente!
–Sí (Se muerde el labio recordándolo). Así que al toque me puse a armar de cero todo lo que había hecho antes. Habitualmente las piezas que uso me las encuentro en la calle, pero ese mismo sábado estuve dos horas dando vueltas por la ciudad y no encontré nada, así que decidí que era hora de ir a un desarmadero.
–Los fashionistas no van a poder creer esta imagen.
–(Ríe) Tampoco me creyó el dueño del desarmadero cuando le dije que la pieza que buscaba era para el vestido de Lady Gaga. Se me murió de risa. Pero por cincuenta euros me dio la pieza del Mercedes Benz y yo me la lleve en mi bici.
–Impresionante. ¿Cómo siguió ese rally?
–Volví al estudio y me puse a armar de vuelta toda la estructura más el vestido. En sólo dos días hice todo de nuevo y el estilista me dijo 'te venís para Los Ángeles y me lo traes en persona porque no quiero arriesgar que no llegue', y le respondí que no tenía VISA. Así que le pedí a Natalia, que es una chica que empezó modelando para mí y que hace poquito me hace el brand management, que viaje con todas las piezas. ¡Pero eso no es todo! El mismo martes 21 del vuelo, a las dos de la mañana, estábamos acá en el estudio y todo estaba chorreando pintura cuando a las 6 de la mañana, es decir, sólo cuatro horas más tarde, salía el avión. Una lo-cu-ra.
–¿Y llegó a secarse?
–(Cierra los ojos) No, el vestido no llegó a secar, así que sumé varias piezas más que tenía. De hecho, a último momento, antes de que Lady Gaga tenga que entrar a la alfombra roja le dijeron 'No se puede hacer esto, estás chorreando pintura'. Y le dieron la opción de ponerse un vestido de Alexander McQueen que era increíble o de armar otro con todas las piezas extra que yo había mandado. Y podría haber agarrado cualquiera, pero ella estaba tan enloquecida por usar algo mío que decidió no cambiar y entre los estilistas le armaron este vestido con todas piezas mías.
–¿Qué sentiste cuando la viste aparecer?
–Eran las cinco de la mañana de acá, y yo me tenía que ir a trabajar a las tres horas. Honestamente, estaba en shock, ¡muy nervioso!, porque hasta que no la vi en escena sabía que todo esto podía pasar. De hecho no se lo conté a nadie antes. Creo que sólo lo sabían dos personas y yo, porque si se pinchaba no pasaba nada... Que haya salido fue mérito de su equipo y de ella misma, porque se puso una parte de un auto arriba, algo bastante arriesgado, y creo que le salió bien.
–¿Y qué pasó cuando te arrobó en Instagram Lady Gaga (que tiene 56 millones de seguidores)?
–Tanto que sigo sin creerlo, ¡todavía estoy en shock! Además escucharla a ella diciendo "Me gusta mucho el diseño de Selva...". Nada, es lo más, mi heroína de ahora en más. Me puso ahí arriba.
–¿Cómo fue la repercusión familiar en Argentina?
–Mi familia está enloquecida. No entienden nada. Están emocionados porque conocen mi historia, el esfuerzo que hice y todo lo que me costó. Fue un largo camino...
–¿Cómo está compuesta tu familia?
–Tengo dos hermanas, una más chica y una más grande. La más chica hace diseño de interior y se casa el año que viene, y la más grande trabaja en una inmobiliaria y tiene dos hijas –que a la menor todavía no la conozco en persona–. Después está mi papá que es carpintero pero que a los cuarenta años viró a lo artístico. Por cierto, en la familia pasamos un momento un poco áspero en aquel entonces porque decidir ser artista a los cuarenta años con una familia detrás es medio complicado... pero bueno, salió y mi rama artística estoy seguro de que viene mucho de él.
–¿Y tu mamá?
–Falleció cuando yo tenía diecisiete años y estaba terminando el colegio... Fue un momento medio bisagra. Por eso también que nadie apostaba mucho por mí. Cuando pasó me fui a viajar un año por Latinoamérica solo y todos pensaban "adónde va a terminar". Era el 2007 y yo me comunicaba sólo por email, así que tampoco se sabía mucho de lo que hacía. Pero en ese viaje hice un click y me di cuenta de que quería estudiar arquitectura... hasta que volví, colapsé, y me quise ir a la miércoles de nuevo porque trabajaba demasiado y no juntaba ni un peso.
–Quizás ahora tu suerte monetaria cambie...
–Sí, creo que sí. Estos días cambió todo. Y no lo digo solo por Gaga, sino porque tengo muchas oportunidades de trabajo. Es una locura como un acontecimiento así te puede abrir puertas en todos lados. Y me refiero a poder hacer visible mi trabajo en el mundo, no sólo en el circuito pequeño que era mi entorno de Berlín. A veces un toque mágico lo cambia todo.
Diseño de portada: Darío Alvarellos
Fotos: Redes sociales