El cristal del aloe contiene 75 minerales, 18 aminoácidos y 12 vitaminas. El secreto de la belleza no lo tiene nadie, pero la forma de poder potenciarla parece que sí y cautivó a figuras de la realeza alrededor de todo el mundo. Desde Cleopatra hasta Máxima Zorreguieta que, el año pasado, en el marco de una visita a la plantación de Aloe Aruba Real quedó impactada por el poder de estos productos.
La reina de nacionalidad argentina recorrió junto al rey Guillermo de Países Bajos y Amalia, la heredera del trono, la plantación que es un verdadero emblema de la isla caribeña: en sus seis hectáreas contiene unas 35 mil plantas que pueden vivir hasta 25 años regenerándose desde el centro hacia afuera.
“Tiene un poder que ayuda a curar cicatrices o quemaduras, regenerando rápidamente la piel. El gran beneficio es ayudar a hidratarla y disminuir paulatinamente las manchas. Hay personas que hasta lo consumen para disminuir el impacto de la diabetes, gastritis, anemia o los problemas estomacales”, arranca contando Linda Nieves, una de las empleadas de la fábrica que invita a Revista GENTE a un detallado recorrido por las instalaciones que supo visitar la monarca de Países Bajos meses atrás.
Fue Cristóbal Colón el que promocionó la planta por sus propiedades y Alejandro Magno justamente conquistó Socotra por su aloe y para fortificar sus tropas. Y sin ir más lejos, otros dos nombres emblemáticos aparecen: el de la reina Nefertiti y el de Cleopatra, que potenciaron su belleza a través de este vegetal. Fue en 1840 cuando llegó a Aruba, revolucionando a los pobladores.
“La historia cuenta que los holandeses trajeron esta planta desde Socotra (Yemén, en África) a la isla para ayudar a la economía. Su expansión fue tal que dos tercios de Aruba están cubiertos de aloe, algo que en su momento los invitó a explotar empresarialmente”, afirma.
En un inicio desde Aruba Aloe Real se enfocaron en el liquido amarillo que salía con el primer corte, que es el yodo. Lo hervían de ocho a diez horas para que tomara una consistencia sólida que llamaron “la goma del aloe” o el “oro negro de Aruba”. Era más fácil de exportar en ese estado para venderlo a industrias farmacéuticas que fabricaban laxantes, aunque se dejó de fabricar.
“No se recomendaba usar en la piel porque generaba reacciones alérgicas”, cuenta. Todo cambió en 1968 ya que para ese tipo de medicamento se empezaron a usar productos sintéticos y ahí se decidió darle un giro el uso de la planta para tomar lo que es el cristal, que está en el centro de la hoja. Desde allí se preparan todos los productos de la industria cosmética que generan múltiples beneficios en la piel.
Todo el proceso en la fábrica es artesanal, a través del uso de herramientas que facilitan la obtención del material. “Lo que buscamos es la parte babosa de la planta, que sacamos con un cuchillo y luego enjuagamos para sacar cualquier excedente yodo porque, además de las reacciones alérgicas, genera manchas”, detalla sobre el procedimiento.
Cada uno de los pasos de la fábrica está seguido detalladamente por personal que evidencia cómo la producción va cambiando en base a la necesidad del mercado. Es así como un día pueden estar creando una crema medicinal, al otro jabones o luego enfocándose en la línea productiva.
Y todo parece correr contra el tiempo del reloj. Es que se puede decir que los efectos de oxidación -tal como pasa con la manzana- van reduciendo el poder de las vitaminas, por lo que entre que se corta la hoja hasta que se la procesa debe pasar muy poco tiempo.
Los productos favoritos
La reina probó la famosa loción Aruba Aloe Special Care, ideal para piel seca y se llevó una nutrida variedad de productos que incorporó a sus rutinas diarias, según cuentan.
Crema para ojos que mantiene la piel elástica y combate la hiperpigmentación, brindando una hidratación intensa. Además del jugo de aloe contiene aceite de coco Nucifera, aceite de semilla de Simmondsia Chinensis (jojoba), ácido ascórbico (vitamina C), palmitato de cetilo, entre otros componentes.
Skin care gel que tiene una consistencia similar a una loción que nutre y energiza la piel y se puede usar en la cara y el cuerpo. Esta fabricada sin aceite contiene una alta concentración de gel fresco de aloe y su fórmula ultraligera sin alcohol también la hace muy adecuada para pieles propensas a imperfecciones.
Mantequilla exfoliante que le aporta una textura sedosa a la piel gracias a su gran poder de exfoliación.
Crema de manos y pies que reparan la piel seca y mejoran las cualidades de barrera. El gel nutritivo puro de aloe vera de Aruba se mezcla con vitamina E, aceite de jojoba y silicona para suavizar y dar protección en las horas del día.
Barra de jabón sin sulfatos, sin ser testeado en animales y vegano. Con un fresco aroma ananá, kiwi y manzana verde, los sentidos se transportan a un ámbito tropical y los efectos en la piel son muy fuertes ya que rápidamente la deja suave y tersa.
La economía, al ritmo del aloe
A la que ahora llaman como “una isla feliz”, en aquel entonces era denominada como “la isla del aloe”. Tal es así que una planta encontró su lugar en el escudo del país como símbolo de la prosperidad.
Si bien en la actualidad el turismo tiene un rol central, Nieves destaca que “un sesenta por ciento de la economía de la isla se mueve por el aloe” y cuenta que “los arubianos más antiguos consideran a esta fábrica como el inicio de la economía local”. En la actualidad la fábrica le da trabajo a 150 personas en Aruba, tiene 18 locales y una cadena de comercialización en Europa, Estados Unidos, Canadá y Puerto Rico.
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Fotos: Gianni Bulacio, gentileza Aruba Tourism Authority y Fotonoticias.