Tras el blindaje total del estado de salud de Kate Middleton que desató diversas teorías y especulaciones sobre el verdadero cuadro clínico de la royal, todo terminó con la princesa de Gales publicando un video el pasado viernes 22 de marzo donde reveló que padece de cáncer.
"Los exámenes posteriores a la operación descubrieron que había cáncer. Por lo tanto, mi equipo médico me recomendó que debería someterme a un tratamiento de quimioterapia preventiva y ahora estoy en las primeras etapas de ese tratamiento", explicó la futura reina de Inglaterra en un video de poco más de dos minutos.
Si bien su declaración pública permitió calmar las aguas y que el foco mediático sobre ella se rebajara; ahora, aprovechando las vacaciones de Semana Santa, los príncipes de Gales organizaron sus planes de forma muy minuciosa para desconectar de todo el escándalo y reponer fuerzas para esta nueva etapa.
Las vacaciones de Pascua de Kate Middleton y el príncipe William
En el anuncio de Kate Middleton quedó algo muy claro: la prioridad de la princesa había sido el bienestar de sus hijos. Es por eso que tanto ella como William quisieron esperar a que empezaran las vacaciones para poder contar la noticia de su enfermedad.
Una forma de proteger a George, Charlotte y Louis de los comentarios que podrían llegar a recibir en la escuela. Es por eso que, según trascendió en portales británicos, ahora los pequeños príncipes ya conocen la difícil noticia del estado de salud de su madre.
Sobre esa línea, en un intento de contener a sus hijos, William y Kate quieren pasar todo el tiempo del mundo con ellos, realizando planes tranquilos y hogareños en estos días de Semana Santa.
Para ello, toda la familia se desplazará hasta Anmer Hall, una casa de campo situada dentro de la finca de Sandringham del rey Carlos III, en Norfolk, al este de Inglaterra. Una vivienda del siglo XIX y de estilo gregoriano, que fue un regalo de la difunta reina Isabel II a su nieto tras contraer matrimonio con Kate Middleton.
Desde entonces, la finca se convirtió en su lugar de esparcimiento y relajación en vacaciones o días de descanso.
La residencia cuenta con diez habitaciones repartidas en dos pisos y cuenta con todos los lujos y comodidades que podrían necesitar. Aquí los tres hijos de los príncipes de Gales pueden disfrutar de la naturaleza gracias a los extensos jardines de los que dispone la mansión y aprovechar las instalaciones de la casa, como los hamacas, un rocódromo o una cancha de tenis.
Asimismo, George, Charlotte y Louis podrán disfrutar de convivir con sus animales: Orla, un cocker spaniel negro que forma parte de la familia desde hace varios años, el poni que la única hija de los príncipes de Gales recibió por su séptimo cumpleaños y otras mascotas como cobaya, gallinas o conejos.
Según afirmó el diario The Mirror, "la familia sólo quiere irse de vacaciones de Pascua, pasar tiempo juntos, los cinco, aislarse del mundo y seguir adelante con su rutina familiar".
Fotos: Fotonoticias.