Aunque todavía le quedan 20 días al 2024, éste es el momento del año en que uno comienza a analizar qué fue lo positivo y negativo que nos ocurrió en estos 12 meses. "Reflexionar sobre lo que nos pasa en nuestro mundo emocional no es una tarea a la que estemos acostumbrados y, muchas veces, hasta nos resulta incómodo. Es más, si no existen motivos puntuales, se desestima o se posterga para otra ocasión. Eso nos da cierto alivio", explicó el Doctor Walter Ghedín -psiquiatra Y psicoterapeuta- a GENTE.
Siempre que un año se cierra se nos presenta la triple-y a veces ardua tarea- de hacer un balance del año que se aleja, evaluar el presente, y planear el porvenir. Demasiadas cosas para tan pocos días. Sobre todo cuando uno desea relajarse, descansar, dejar las preocupaciones para otra ocasión.
“Yo suelo decirle a mis pacientes que dejen el balance de fin de año para el nuevo año. ¿Cómo es esto? En vez de hacerlo ahora, en diciembre, que estamos todos corriendo y organizando las fiestas, un buen momento para abrir la percepción a todo aquello que pasamos por alto a lo largo de año es cuando estamos de vacaciones”, asegura el especialista.
“Mientras contemplamos un hermoso paisaje, escuchamos música y estamos con gente querida podemos hacer una pequeña pausa para analizar cómo fue el 2024, que pasó y qué esperamos del 2025”, continúa el doctor Ghedín.
“Las vacaciones son el momento perfecto para incentivar la imaginación con la lectura, entregarnos al sexo sin apuros, probar nuevas formas de comunicación en la pareja y disfrutar de todo aquello que, en época laboral, no se nos permite. Todas estas acciones y muchas más, estimulan el mundo emocional”, asegura el psicoterapeuta.
Es clave eliminar los "pensamientos automáticos" y analizar, con profundidad, cómo nos sentimos
El Doctor Ghedín propone que, antes de sumergirnos en los clásicos “pensamientos automáticos” que guían estos días de cierre de año, nos detengamos a pensar “cómo estamos” con nosotros mismos y con los demás, no para evaluar los objetivos alcanzados, ni reprocharnos por los postergados; sólo para preguntarnos por nuestra humanidad, si estamos siendo congruentes con nuestros deseos más profundos.
"Es un gran compromiso intentar saber si nuestro mundo emocional se ha enriquecido o, por el contrario, se ha convertido en un subordinado de la vida cotidiana. No dejemos de hacer un balance porque consideramos que el 2024 ha sido un año malo. Hasta de lo más negativo se puede sacar un buen aprendizaje", concluye el psiquiatra.
Asesoró: Doctor Walter Ghedín, psiquiatra y psicoterapeuta.