La residencia real británica Royal Lodge estuvo en boca de la prensa europea durante toda la semana luego de cobrar interés público tras la medida que tomó el rey Carlos III que afecta directamente a su hermano el príncipe Andrés, y que muchos tomaron como parte de su plan maestro para concretar su desalojo de la propiedad.
Es que, según trascendió, se le comunicó al servicio privado de seguridad del Duque de York que su trabajo dejará de ser necesario a partir de noviembre. Medida real que reflotó una vieja disputa inmobiliaria entre el primogénito de la difunta reina Isabel II y el hijo que supo ser el favorito de Buckingham e Inglaterra.
Además de las muchas especulaciones que empezaron a circular sobre los motivos del Rey para desalojar a su hermano, también empezaron a circular las fotos de la imponente casona cuyo interior verde mente deslumbra a todo aquel que la habita o visita.
Sobre la principal causa que motiva a Carlos III a recuperar dicha propiedad, se dice que la idea sería habilitar el inmueble para que Kate Middleton y el príncipe William se trasladen desde su modesta vivienda, Adelaide Cottage. Ya que la actual residencia de los príncipes de Gales está ubicada dentro del castillo de Windsor y es una de las residencias reales más pequeñas, ya que cuenta con tan solo cuatro habitaciones y no tiene espacio para el personal de limpieza y de seguridad.
Esto podría significar un problema para la atención especial que necesita Middleton durante su tratamiento, además del personal que la ayuda con sus tres hijos: los príncipes George, Charlotte y Louis de Gales.
Ante dichos rumores, personas del entorno de los herederos al trono desmintieron las versiones del supuesto deseo de la pareja de mudarse a la imponente propiedad.
Así es la casona real de Royal Lodge, característica por su interior verde menta
Royal Lodge es una de las propiedades más costosas de la corona inglesa: cuenta con 30 habitaciones y está valuada en 30 millones de libras esterlinas (38 millones de dólares).
El inmueble es característico por sus paredes verde menta, además de contar con techos altos, majestuosas alfombras e imponentes arañas de cristal que forman parte de la decoración de la residencia real.
La historia de la imponente propiedad empieza a mediados del siglo XVII cuando la casa de campo empezó a tener varias transformaciones, seguido de una demolición, que culminó finalmente en una lujosa obra del arquitecto John Nash, responsable del urbanismo de Londres durante la Regencia.
Príncipes y miembros de la realeza supieron desfilar y habitar el Royal Lodge. Asimismo, se convirtió en un lugar de encuentro de la reina Isabel II.
Posteriormente fue la residencia oficial de la reina madre. De hecho, fue la última residencia de la difunta monarca, donde falleció acompañada de su hija Isabel.
Según data en los libros de historia, tras el fallecimiento de la reina madre, se convirtió en la residencia real oficial del príncipe Andrés.
Fotos: Redes y sitios web oficial
