Corría el año 2014 cuando un enorme camión se detuvo en la plazoleta Ginestera y un grupo de operarios dejó al descubierto un curioso huevo macizo de amplias dimensiones: 4.50 x 2.60 metros. Al verlo, muchos vecinos pensaron que sería una atracción pasajera, que prontamente se iría, pero no. Desde entonces el voluminoso objeto de hormigón permanece allí.
Ese primer objeto ovoideo es una réplica de la obra "Nosotros afuera", de 1965, y le rinde homenaje a su creador, el excéntrico artista porteño Federico Peralta Ramos (1939-1993).
Lo que nadie sospechaba es que su incorporación en el agitado paisaje de la Ciudad de Buenos Aires le abriría la puerta a varios huevos más. Lentamente, pero sin pausa, otros fueron instalándose en los espacios verdes de Vicente López, Olivos, La Lucila, Villa Martelli y Munro.
"Son una obra de arte"
Aseguran quienes defienden a ultranza la multiplicación de las estructuras de 1.71 x 1.28 metros, y 3,3 toneladas de peso. Su creador es el diseñador industrial Juan Blas Doberti, y la intervención se llama "VIDA: conciencia planetaria".
"Cada huevo constituye un símbolo de vida y establece un registro perdurable de una emergente conciencia planetaria", grabó el artista sobre una placa de acero inoxidable que está instalada en el Paseo del Viento, Vicente López.
"La finalidad de estas esculturas urbanas territoriales es establecer un registro perdurable del deseo universal de preservación de la vida planetaria", comenta con suma naturalidad el autor que egresó de la Universidad de Buenos Aires, y detalla: "Elegí hacer huevos porque encontré en ellos la representación más contundente de la idea de la vida. Es un diseño que refiere a la universalidad de una forma primaria de vida que el mundo entero reconoce a través de los tiempos y sus civilizaciones".
Dónde están ubicados
"La elección de los lugares en los que están emplazados tiene que ver con el espíritu de la obra. Son lugares libres donde se integran a la sociedad sin alterarla", comenta Doberti sobre la intervención escultórica.
El spin-off de los huevos
OVO es el nombre del particular equipamiento público giratorio que tiene un metro de altura y también está en algunos espacios verdes del país.
"Desde su concepción, el diseño evidencia el valor natural de una forma absoluta, destinada a ser siempre pregnante. Trasciende toda cultura o momento en particular, no es moda. Su connotación resulta amigable en cualquier sitio y representa universalmente el origen del ciclo de la vida y el alimento", definen en la página web en la que se exhiben los asientos de hormigón con forma de huevo de gallina que, a diferencia de las esculturas, están en forma vertical.
Fotos: @concienciaplanetaria.vida y redes sociales.