Emily puede estar en París, o en Roma, ahora que se estrenó la segunda parte de la última temporada de la exitosa serie de Netflix, que lleva a la ejecutiva de marketing a recorrer la bella Italia, pero Lily Collins está en el lado este de Los Ángeles.
Sí, es que, la carismática actriz norteamericana sentó base en una casa de mediados de siglo rodeada de sicómoros -árbol del género de las higueras de gran importancia en el Antiguo Egipto-, en una de las partes más tranquilas de la ciudad de La-La Land. Se trata de su casa experimental de la era de la posguerra.
Collins y su esposo Charlie McDowell siempre supieron que no se trataba de una vivienda cualquiera. La placa del Registro Nacional de Lugares Históricos que hay en la puerta lo confirma: viven en una Case Study House, una de las pocas casas construidas como un raro experimento residencial en la era de la posguerra, donde se le había pedido a los mejores arquitectos de la época que construyeran modelos de casas económicas para los millones de soldados que regresaban del frente.
Según contó la también ella, un día lluvioso de 2021, cuando la pareja recién comprometida cruzó el umbral de la casa por primera vez y vio una chimenea encendida, supo que ésa sería "su" casa. "Nos miramos y fue una experiencia emocional abrumadora en la que no necesitábamos decir más", detalló en una entrevista a Vogue, sobre el día que inmediatamente presentaron una oferta para adquirir el inmueble, en el que sedimentó su amado hogar.
El diseño de interiores de la casa de Lily Collins en Los Ángeles
De la mano de la diseñadora de interiores Emily Farnham, Lily renovó la casa histórica y, al mismo tiempo, la hizo suya.
Entre los artículos de gran valor histórico y sentimental para la pareja, la vivienda cuenta en su interior con un cartel de la 20th Century Fox, regalo de la madre de Lily. Mientras que Charlie colgó un reloj antiguo, regalo de la mejor amiga de su madre.
A su vez, los pasillos se encuentran copados por estanterías llenas de libros infantiles antiguos, primeras ediciones de novelas de Steinbeck y monografías de moda: "Soy una mujer obsesionada con la moda", remarca un dato que no nos sorprendería de Emily, el personaje que Lily da vida en la famosa serie de Netflix.
Por su parte, Charlie monopolizó la sala de estar con sillas de diseñador. De hecho, según describe Vogue: "La familia Collins-McDowell tiene un juego de sillas muy buenos, de Hans Wegners hasta Finn Juhls".
De inspiración escandinava y con una historia detrás de cada detalle
Tal y como describen los expertos en diseño de interiores, la pareja adoptó acentos de inspiración escandinava a la hora de decorar su hogar. Ya sea con aquellos libros de cocina del restó Noma (uno de los mejores del mundo, situado en Copenhague, Dinamarca) que se encuentran en la cocina, como con las alfombras de mediados de siglo de Marta Maas-Fjetterstrom.
Según cuenta la estrella de Hollywood, lo que más le gusta a su esposo son las sillas y las alfombras, "pasa incontables horas clasificándolas en Instagram o en sitios web de casas de subastas".
Ahora bien, en palabras de Lily Collins, el estilo interior de su hogar sería “una fusión entre California de mediados de siglo y Escandinavia”, una filosofía que se extiende también al entorno de la casa, ya que en el exterior se encuentra un jardín inspirado en Piet Oudolf, diseñador de los famosos jardines de Noma.
En cuanto a ese ambiente californiano que menciona la actriz, la pareja volvió a instalar suelos de hormigón en la casa, la elección del arquitecto original, y adoptó tonos tierra cálidos. Fuera de la entrada principal hay un bonsái perfectamente esculpido.
Más allá del estilo o el trabajado diseño de interiores de la casa de Collins, la artista y modelo remarca que puede estar diseñada con el mejor gusto, "pero cada detalle tiene un significado, una historia" que sus ocupantes atesoran como pareja.
Fotos: Justin Chung