Benito Fernández encontró en su hogar el verdadero lugar en el mundo. Ubicado en el corazón de Palermo, el coqueto departamento hizo de refugio en dos momentos clave de su vida: durante la pandemia, momento en que como todos se vio obligado a hacer cuarentena; y en los últimos meses cuando se encerró -según el mismo contó- en medio de su cuadro de depresión.
“Cuando me mudé a esta casa pensé mucho en José Antonio -su perro, que lamentablemente murió hace pocos días- y en tener un espacio para poder quedarme en casa con todo lo necesario”, comienza contando en una nueva edición de Puertas Adentro de Revista GENTE.
“En la pandemia este lugar fue importantísimo: me liberó la cabeza. Pero te confieso que ahora no lo usamos tanto, tampoco la pileta. Mi perro era medio fino y no estaba mucho en el jardín”, cuenta entre risas.
No sólo eso. "En esta misma casa me encerraba los fines de semana, vivía a oscuras y con las persianas bajas mientras estaba atravesando el cuadro de depresión. Cuando venían mis hijos, hacía que estaba viendo tele. Careteaba una cosa que no era. No les decía nada para no cargarlos. Me daba culpa. Pero con el tiempo me di cuenta de que era error, porque hay que hablar las cosas. Por eso cuando ahora doy una nota siempre recomiendo que, en un caso así, se hable con quien sea y a no tener ningún prejuicio en pedir ayuda a un médico. Yo me interné voluntariamente. Cuando me dijeron en el Otamendi que debía hacerlo, acepté enseguida. Sabía que necesitaba adquirir las herramientas ya que, cuando me dieran el alta, debía enfrentar muchas cosas. La internación me brindó justamente esas herramientas", admite Benito.
"El arte tiene que ver con momentos de mi vida. Francisco Travieso, por ejemplo, es un pintor clásico argentino que admiro. Les hice vestidos a sus cuatro hijas, así que en el ida y vuelta terminó siendo como un canje. También cuento con obras de artistas colombianos, entre otros", comenta.
Cómo decoró Benito Fernández su casa de Palermo
“Todo lo que se ve en casa tiene que ver con viajes y regalos que me han hecho, todo tiene un porqué. Desde el cuadro de Marta Minujín hasta la máquina de coser que era de mi abuela”, explica el diseñador, hoy uno de los participantes del Cantando 2024.
“Me acuerdo que de chiquito observaba a mi abuela todo el día sentada adelante de esta máquina de coser: era una mujer de clase media con seis hijas mujeres difícil de vestir. Se me viene a la mente el ruido que la máquina hacía y su olor al aceite. Cuando la heredé ya no funcionaba y era difícil arreglarla”, cuenta.
Y recalca: “No tengo objetos decorativos por el simple hecho de que se usan. Me gusta estar en casa y necesito que sea muy mía, no un lugar decorado con elementos que no tienen que ver conmigo”.
El lugar favorito de Benito Fernández
Pocos metros antes de salir al gran patio, la casa de Benito Fernández cuenta con su lugar favorito: un playroom.
“Acá me gusta sentarme para leer o tirarme un rato a ver televisión. Es un lugar en donde me relajo”, señala mientras se apoya cómodamente en uno de los sillones estilo cama que hay en ese sector.
Así es la casa de Benito Fernández por dentro
Las perlitas de la decoración de la casa de Benito Fernández
Fotos: Chris Beliera
Video: Miranda Lucena y Ramiro Palais
Retoque digital y portada: Darío Alvarellos
Agradecemos muy especialmente a Mariana Metzger