En el intrigante universo de la realeza europea, pocas figuras capturan la atención como la princesa Alexia de Orange-Nassau (19). La segunda hija de los reyes Máxima Zorreguieta (53) y Guillermo Alejandro (57) supo ser foco de los medios por su rebeldía, que quedó sellada cuando se filtraron fotos suyas fumando y bebiendo alcohol en público o vestida con un sugerente body lencero durante una fiesta LGBTQI+.
Pero esta vez la hermana de Ariane –ayer cumplió 18 años– y Amalia –la heredera al trono de Países Bajos– es noticia por ejercer de celestina en una atrapante historia que combina amistad, nobleza y romance e incluye a dos personas muy importantes en su vida.
La "chica fiestera" que sentó cabeza y ahora se jacta de sus dotes como Cupido
En el último tiempo, Alexia Juliana Marcela Laurentien –ese su nombre real– sumó a su vida una nueva BFF (best friend for ever). Se trata de Joan Bessem, a quien conoció durante su estadía en el UWC Atlantic de Gales y con quien comparte tiempo en Londres. Si bien Alexia había empezado a estudiar para la licenciatura en Ciencias e Ingeniera para el Cambio Social en la University College, ha pasado a convertirse en alumna de Ingeniería Civil. Es allí donde ambas comparten cursada.

Resulta que Alexia se convirtió en el Cupido de Joan al presentarle nada menos que a su adorado primo hermano, el conde Claus-Casimir (21, hijo del hermano del rey Guillermo Alejandro, el príncipe Constantino, de 55 años, y su esposa, la princesa Laurentien, de 58), quien pasa mucho tiempo en la capital de Inglaterra.
Desde el otoño de 2022, el nieto de la princesa Beatriz (87) asiste a la Escuela de Negocios ESPC, donde estudia Gestión de Empresas. Es el único varón entre sus hermanos y ocupa el sexto lugar en la línea de sucesión al trono neerlandés. Si bien mantiene un perfil bajo, está muy activo en redes sociales y no evita compartir eventos públicos con su padrino y sus primas, como cuando el año pasado asistió con ellos al Gran Premio de Fórmula Uno.

El nacimiento de un romance aristocrático
Luego de que Alexia los presentara, Joan y Claus comenzaron una aparente relación romántica. Desde hace unas semanas que los rumores están más que instalados. No sólo se los vio juntos en varios eventos en Londres: en enero, el conde compartió la primera foto con la mejor amiga de Alexia.
El ahijado de Guillermo Alejandro tomó sus historias de Instagram y subió una sonriente imagen de Joan en The Wallace Collection, un museo de arte en Londres. En la postal, la joven posó junto a un cuadro del pintor holandés Michiel van Mierevelt (1567-1641).

Según medios holandeses, Joan Bessem recompartió la imagen en su cuenta privada de Instagram. Además, hubo otro reciente paso que confirmaría la relación: Joan ya habría conocido a la hermana mayor de Claus, Eloise (22).
Los escándalos de Alexia que llevaron a Holanda a los titulares más sensacionalistas
Si bien no es heredera al trono, cada paso que da fuera del guion afecta directamente a la imagen de la Casa Real de Orange-Nassau. Su nombre ha sido protagonista de numerosos escándalos, algunos desmentidos y otros confirmados con el correr del tiempo, que la consolidan como el rostro más rebelde de la monarquía neerlandesa.
Desde muy chica, Alexia demostró una actitud diferente a la de su hermana mayor, la princesa Amalia, mucho más apegada al deber institucional. A Alexia, en cambio, se la ha señalado por su gusto por la moda de lujo, sus amistades polémicas y su estilo de vida menos discreto.

No son pocos los difíciles asuntos públicos que superó la corona holandesa: por ejemplo, lograron bajar la difusión mediática del bullying que sufría Amalia y salieron ilesos de las osadas fiestas escolares de Alexia, quien revolucionó el colegio UWC Atlantic College de Gales en una fiesta queer durante su graduación del bachillerato.
Fue precisamente en 2021, cuando ingresó a la misma escuela a la que asistió la princesa Leonor de España, cuando los medios comenzaron a seguir a Alexia con mayor intensidad. Por entonces, el diario De Telegraaf, uno de los medios más influyentes del país, llegó a publicar que la princesa se encontraba "demasiado expuesta a ambientes que pueden afectar la reputación real".

Ese año, se viralizaron unas provocativas imágenes de Alexia luciendo un body rojo durante una fiesta queer con sus compañeros de colegio. Para más, en 2023 volvió a ser centro de la polémica cuando se filtraron imágenes de una fiesta privada en Ibiza en la que la hija del medio de Máxima aparecía bailando y fumando junto a un grupo de amigos.
Aunque la Casa Real nunca emitió un comunicado oficial, la imagen generó revuelo en redes sociales y alimentó el debate sobre el rol de los miembros “secundarios” de las monarquías en tiempos de exposición constante. El periodista Rick Evers, especializado en realeza europea, señaló al respecto: “La generación Z real ya no responde al mismo molde. Alexia lo deja claro: quiere vivir a su manera, aunque eso incomode a La Haya”.

La pregunta que circula en los pasillos del Binnenhof –la sede del gobierno neerlandés– es cuánto margen tiene la princesa para seguir explorando su individualidad sin socavar la estabilidad simbólica de la monarquía. Si bien no tiene funciones institucionales asignadas, su rol como hija del rey y nieta de la difunta Juliana la coloca en una vidriera constante.
En defensa de Alexia, algunos analistas sugieren que está simplemente atravesando una juventud más libre, en un país progresista donde la monarquía cumple un papel ceremonial y la tolerancia social es elevada. Sin embargo, otros alertan que las figuras reales, por más que renuncien a cargos oficiales, “no pueden dejar de ser símbolos”, como afirmó el historiador Gerard Aalders.

Los manejos de Máxima con los escándalos reales en Holanda, la construcción de su reputación pública y su punto fuerte: "Es una mamá gallina"
La experta en realeza Eugenia Garavani señala en diálogo con Revista GENTE por qué Máxima se ganó a todo el mundo: "Por su carácter, por su forma de ser tan cercana y tan abierta. A ella no le importan demasiado los protocolos, da entrevistas y si llegás con un micrófono te habla igual. Además, conquista a las mujeres de su país por cómo se muestra con sus hijas, Amalia, Ariane y Alexia".
Garavani continúa: "Es una mamá muy latina, una 'mamá gallina', que comparte con ellas, las defiende, se muestra protectora y no duda en hacerles muestras de cariño en público, muy diferente a lo que pasa con la reina Letizia Ortiz, a quien se la ve fría y poco afectiva con Leonor y Sofía".

La también escritora fantasma enfatiza que en el caso de Holanda "eran puras mujeres en un verdadero matriarcado, hasta que de repente Beatriz tiene tres hijos varones y el mayor (Guillermo Alejandro) eligió a una latina para casarse". No es noticia que el carisma de las mujeres de la monarquía es vital para conquistar a la opinión pública y seducir a los medios de comunicación.
El "efecto Máxima", en ese sentido, se puso a los holandeses en el bolsillo. La periodista expone las máximas cualidades de la porteña criada en Recoleta y que se educó en el Northlands: "Ella es muy carismática, es toda risa, y es una persona que todo el tiempo sonríe con la mirada. No teme a estallar en carcajadas o bailar salsa en el Caribe. Le pone sabor a todo, algo que no es menor".

Cómo el casamiento de Guillermo con Máxima logró dejar de lado el polémico pasado de Jorge Zorreguieta
La redefinición de la identidad de la Casa de Orange, asegura Garavani, tuvo como partida "cuando el foco del mundo estuvo puesto en ellos con el compromiso de Guillermo con Máxima". Lo explica así: "Fijate que les importó muy poco lo que pasaba con el papá de ella, Jorge Zorreguieta (1928-2017). Realmente fue un tema muy serio y muy rasposo".
Recordemos que el padre de Máxima –fallecido en 2017 como consecuencia de un linfoma complicado con una infección respiratoria– fue funcionario de la dictadura militar en Argentina. A raíz de eso no pudo presenciar el casamiento de su hija, celebrado el 2 de febrero de 2022. A fines del año anterior, el Parlamento holandés determinó que Jorge Zorreguieta no participara de la boda tras el reclamo de organismos de derechos humanos.

Aunque hubo "suficientes motivos para abrirle una causa", la corona holandesa decidió no investigar el rol que el funcionario durante la represión. Según comunicó en 2012 un portavoz del Ministerio Público holandés, entre las pruebas aportadas "no se hallaron indicios lo suficientemente sólidos como para afirmar que el padre de la princesa Máxima estuvo implicado de manera concreta en desapariciones de personas durante el régimen de la dictadura presidida por Jorge Rafael Videla".
Recordemos que el parlamento de ese país estuvo a punto de no aprobar la boda y Máxima fue sometida durante meses a una rigurosa investigación por orden de la reina Beatriz. Un gran escándalo que los de Orange pudieron dejar atrás sin mayores consecuencias. Garavani lo explica así: "Aún con algo tan fuerte, dijeron 'vamos a arreglar esto de la mejor forma posible, porque esta chica nos está trayendo mucha atención a la corona'. Como dice Brian Tracy en su libro, lograron convertir lo negativo en positivo".
