Sofi Martínez : de la “crisis” que le permitió descubrir su vocación y de su alegato “contra el machismo” en el periodismo deportivo, a su gran desembarco en Telefe – GENTE Online
 

Sofi Martínez : de la “crisis” que le permitió descubrir su vocación y de su alegato “contra el machismo” en el periodismo deportivo, a su gran desembarco en Telefe

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Movilizó a Messi y al país antes de la final y se ganó la identificación general con su cobertura en el Mundial 2022. A los 31 años y mientras brilla en Urbana Play y ESPN, anuncia en exclusiva para Revista GENTE su impactante nueva gran apuesta profesional en el canal líder de Argentina: "Me tiene emocionada".
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-… ¿En serio? -le preguntamos tras escuchar la frase que finalmente se robaría el título de la tapa de Revista GENTE.

-¡Seguro, de verdad! -contesta Sofía Martínez (31) sin dudarlo-. Lo mismo te hubiese respondido de chica. Es que yo siempre fui apegada a mis afectos -añade dándonos pie a un pequeño prólogo que le permita entender al lector el camino que condujo la entrevista hacia allí.

Sofi Martínez by Revista GENTE.

La cosa fue más o menos así…

Comenzamos pidiéndole un recorrido como enviada especial y ella arrancó mencionando que cubrió los Juegos Panamericanos Perú 2019 (su debut), las Copas América Brasil 2021 y Estados Unidos 2023 (que encaminó al Seleccionado argentino de fútbol a la mejor seguidilla de títulos de su historia), la Finalissima y el Mundial Qatar 2022 (donde vencimos a Italia -en Londres, y obtuvimos nuestra tercera estrella tras treinta y seis años -en medio Oriente-) y la final de la UEFA Europa League (con Liverpool celebrando en Estambul).

Continuó comentando que presenció y difundió la entrega del Balón de Oro 2023 (se llevó Lionel Messi en Francia, al tiempo que Emiliano Martínez logró el Trofeo Yashin como Mejor arquero del planeta), la primera Copa NBA (que tuvo a Los Ángeles Lakers de Lebrón James en el podio de Las Vegas), la FIFA Women’s World Cup de Australia y Nueva Zelanda (donde emocionó siguiendo cada paso del plantel argentino) y los Juegos Olímpicos de Japón 2024 (con la medalla dorada para Maligno Torres, el último partido entre Novak Djokovic y Rafa Nadal, etcétera, etcétera…).

Y finalizó su raid memorioso señalando su experiencia en las finales de la Champions League masculina y femenina (que, desde Wembley, Real Madrid y Barcelona, se llevaron respectivamente a sus vitrinas), los Grandes Premios de Fórmula 1 de México y Brasil (que viralizó internacionalmente a la promesa Franco Colapinto) y el All Star 2025 en San Francisco (donde no le quedó basquetbolista de élite sin entrevistar).

Nuestra nueva tapa semanal.

Fue allí cuando llegó la pregunta casi obligada de Revista GENTE a la periodista de Urbana Play (Perros de la calle) y ESPN:

-¿Y cuál es entonces ahora el gran sueño de su vida?

-Antes de contestarte, ¿te puedo contar algo que no conoce nadie?

-¿Una primicia?

-Digamos.

-Preguntarle a un periodista si quiere una primicia, es como a Drácula si quiere visitar un banco de sangre, lo sabe.

-(Suspira) Cierto... Entonces te cuento algo nuevo, calentito, que acabo de concretar: me voy a trabajar a Telefe, a sumarme a sus transmisiones deportivas (Copa Libertadores, Eliminatorias y demás). Y probablemente para encabezar un programa deportivo semanal de entrevistas.

-Bombazo.

-¿Viste? Una posibilidad hermosa, que me encanta.

-¿Entonces ya cumplió el gran sueño de su vida?

-Éste es un increíble objetivo cumplido, como los otros, los de las coberturas. Pero...

-¿Pero?

-El gran sueño de mi vida, el recontra (término de su cosecha que reiterará en varias oportunidades) sueño de mi vida, el más grande, es formar una familia.

-¿No lo dice con el diario del lunes, porque ya cumplió montones de ellos, incluyendo ahora lo de pasar al canal líder de la televisión nacional?

-¿Diario del lunes? Para mí la familia es lo más importante. Escuchá -se envalentona-. Antes del Mundial 2022, cierto día me llamaron: “Sofi, vas a ir a cubrir el sorteo de Qatar para la TV Pública”. Una noticia espectacular, la mejor que podrían haberme dado. “No te lo dijimos antes por miedo a que se cayera la posibilidad, pero ya se emitió el pasaje. Volás con el Goyco (Sergio Goycochea)”… Pasa que había un enoooorme inconveniente personal para mí: se casaba mi hermano, y no dejaba de pensar en ello. Es que nunca se me cruzó por la cabeza faltar precisamente en el casamiento de mi hermano. Imaginaba: “¿Cómo le digo a mi jefe, que había confiado en mí, que no puedo ir, más allá de que además era un paso profesional gigante, tocar el cielo con las manos, porque significaba estar cerca de cubrir un Mundial, que es lo máximo a lo que puede aspirar un periodista deportivo”. O sea, de lo único que no dudaba yo era de que iba a estar ese día con mi hermano. Por suerte….

-¿Convenció a su jefe?

-Conseguí un cambio de ticket -de una mañana al día siguiente-, pagué la diferencia de dinero de mi bolsillo, y llegué. Dije “por suerte” porque yo pongo en riesgo toda mi carrera por la familia. Para el caso, cuando me iba al Mundial, en la reunión de despedida, dije levantando el vaso: “Tengo la profunda tranquilidad de que el éxito real de la vida está ahora acá, enfrente mío, y es que que me quiera y apoye mi familia, que mis amigas, mis afectos, se pongan contentos por lo que me está pasando a mí. Si me va bien, lo compartiremos. Si me va mal, guardo la tranquilidad de que el amor que me acompaña no se modificará”.

-¿Conclusión?

-Soy una fanática de mi trabajo, me encanta viajar, tengo la ambición bien puesta, pero también la profunda sensación de que la felicidad más intensa y real la creás con tu familia y tus amigos. Te juro -respondía quien ya dejó de ser la periodista deportiva de moda para convertir en moda su forma de ejercer el periodismo deportivo: a pura espontaneidad y sentido común. Atributos que acaba de exponer con su respuesta.

Sofi Martínez
"Si bien de chica me costaba tener amistades porque era insoportablemente apegada a mamá y algo antisocial, de estar sola en los recreos, a partir de quinto grado el deporte fue mi herramienta para socializar. O sea, no era la que mejor bailaba en las fiestas, pero me las rebuscaba bastante en el deporte".

Nacida el 7 de mayo de 1993 en el Sanatorio de la Trinidad de Palermo (“aunque criada en San Isidro, cerca del Hipódromo”); hija de Alejandro (64) y Fernanda (60, profesora de Ciencias económicas, “aunque no ejerció) y hermana de Tomás (38, licenciado en Administración de Empresas) y Agostina (35, licenciada en Comunicación), la infancia de la menor de la familia -y ahora la entrevistada continúa el relato- “siempre estuvo muy ligada a los deportes en general. Sólo quería ponerme mi bermuda azul favorita, la remera de Las Leonas (la de la generación de Lucha Aymar, Sole García, Magui Aicega, Mechi Margalot) y salir a divertirme. Vivía de deportista”, ilustra.

-¿Nada de vestidos de princesas de Disney?

-No. Yo veía a mis compañeras que los usaban, como algo ajeno. A mí me gustaba quedarme a dormir en lo de mi abuela, juntarme con mis primos e ir al club para ver a mis hermanos jugar hockey y fútbol, mientras yo corría detrás de la pelota afuera de la cancha; prenderme al tenis con papá. Si querés que recuerde mi infancia, me veo vestida de deportista, no de princesa. Por eso coincido cuando Hernán Casciari afirma que uno debe dedicarse a lo que de chico lo obsesionaba. Bueno, yo me dedico al deporte, que es lo que me obsesionaba de chica.

-¿Esa obsesión la ayudaba o le complicaba la existencia en el colegio?

-Iba al Dardo Rocha, en Catamarca al 800, Martínez. Una escuela muy familiar, bastante pequeña, destinada a los dos niveles de enseñanza y con el inglés como segunda lengua. Y bueno, si bien de chica me costaba tener amistades porque era insoportablemente apegada a mamá y algo antisocial, de estar sola en los recreos, a partir de quinto grado el deporte fue mi herramienta para socializar. O sea, no era la que mejor bailaba en las fiestas, pero me las rebuscaba bastante en el deporte. Y se abrió una puerta importante. La crisis volvió cuando mis mejores amigas cambiaron de colegio y yo lo intenté. Ocurrió que mis padres, mis profesores y hasta el director me abrazaron como para apoyarme y que continuará ahí. Gracias a mi hermana, que me ayudó a hacer nuevas amigas, fui armándome otro grupo. Hasta que terminé la secundaria.

-¿Un momento clave?

-Súper. Empecé dos carreras, ¡y las dejé (posa su palma derecha en la frente)!… ¿No es muy difícil a los 18 años conocerse tanto como para elegir una profesión? ¿No es una gran presión para alguien decidir a tal edad qué va a hacer el resto de tu viaje? En mi caso, por lo menos, no tenía idea. Fui a una orientadora vocacional y, como yo pretendía algo relacionado a la utopía de buscar justicia y una sociedad y un mundo mejores, me sugirió ir por el lado Relaciones institucionales. Me metí en Derecho. Terminé bien el CBC (Ciclo Básico Común), pero a los 19, cuando me tocó ir al edificio de su facultad, sobre la Avenida Figueroa Alcorta al 2200, en Capital, me costó. Luego de que me fuera mal en Civil I, el profesor adelantó: “Esta materia es filtro; la va a terminar la mitad de los que están acá”. Automáticamente supe que no sería una de esas personas. No llegué ni al segundo parcial. Mucha teoría, muchos fallos para leer. Apenas me imaginé yendo aburrida todos los días del resto de mi existencia a Tribunales, me levanté, salí caminando, bajé las famosas escalinatas de la entrada, cruce la flor gigante (Floralis Genérica), llegué a la Televisión Pública y me metí. No no sé por qué, ya que aún no pensaba trabajar en la tele. Se me había cruzado la idea del periodismo, lo admito, pero no lo tenía presente en ese momento.

Sofi Martínez
"Lo mío es ir tras las historias, contar cómo el deporte es capaz de cambiarle la vida a la gente, y no solamente a quien lo practica sino también al que lo consume. Lo siento en carne propia. Representa una pasión muy difícil de poner en palabras. El deporte te da un lugar de pertenencia, un propósito, un acompañamiento que en los momentos más dolorosos o difíciles no conseguís en otro lado. Ése es el deporte que siempre me interesó. A mí más que relatar o comentar siempre me gustó contar lo que ocurría alrededor de él".

-¿Entró como si nada?

-Intenté. Le pedí al señor de seguridad hablar con Recursos Humanos. “¡Yo no te puedo dejar ingresar!”, me alertó. Aaaaaaah, en plena crisis existencial vocacional, me senté en el piso y me largué a llorar. Lógico, venía de ser escolta de bandera en el colegio, por lo que sacarme un 2 en el primer práctico de la universidad resultaba un fuerte revés para mí. De repente el buen hombre me sorprendió: “Es tu día de suerte, ella es de Recursos Humanos”, y me señaló a una chica que pasaba caminando. No recuerdo su nombre. Me explicó que esos puestos eran por concurso público. Apunté un site para anotarme, entré, cargué mi currículo, y terminó la experiencia. Lo loco fue que años más tarde consumé mi primera experiencia como periodista deportiva en la TV Pública, y que la mayoría de los torneos que cubriría serían ahí. Aunque en el medio…

-¿Hubo otra carrera?

-Cursé Ciencias políticas.

-¿Por qué Ciencia políticas?

-Seguía con lo de la utopía, me interpelaba poder cambiar algo, ayudar a alguien. ¿Y sabés cuánto duré?

-No nos animamos a suponer.

-Un día. Cursando, en un momento me di cuenta de que estaba en la clase equivocada. Tardé en asimilarlo, salí y entré en el aula correcta. Al sentarme escuché que hablaban de Platón y Aristóteles. “¡Qué embole esto!”, me vino a la mente. Miré alrededor y descubrí a toda una clase copada. Volví a reflexionar, a mi estilo: “Quiero estudiar Ciencias políticas, y me resultan aburridos Platón y Aristóteles... Me parece que la que sigue estando en el lugar equivocado soy yo”. Y otra vez me sentí desorientada y amargada.

Sofi Martínez
"Para mí era duro porque transitaba el segundo año desde que había terminado la secundaria y no encontraba el rumbo, qué carrera seguir. 'Si me encuentro a un conocido en la calle y me pregunta, ¿qué le digo, que estoy en Narnia, que estoy perdida?', maquinaba en mi bocho".

“Aquella desilusión no me hizo llorar, pero casi -acelera su relato-. Salí de la sede de Ciencias de la comunicación de la UBA (Universidad de Buenos Aires), en Santiago del Estero al 1200, Constitución, y volví a casa en tren. Hablé con mi hermana, que estudiaba ahí. “Tampoco es esta carrera, tampoco”, le repetía. Ya cenando, mi padre me preguntó: “¿No será miedo ante el nuevo desafío?”. “No, yo he sentido miedo ante exámenes y demás, ¡esto es otra cosa!” Confiá en mí, ya voy a saber hacia dónde ir”, le pedí. Para mí era duro porque transitaba el segundo año desde que había terminado la secundaria y no encontraba el rumbo. “Si me encuentro a un conocido en la calle y me pregunta, ¿qué le digo, que estoy en Narnia, que estoy perdida?”, maquinaba en mi bocho. Hasta que papá me dijo algo que me recargó de confianza: “Sofi, vos no le tenés que demostrar nada a nadie. Tómate tu tiempo. Ya va a aparecer lo que te guste de verdad”. Ahí me relajé un poco. Pronto salió un laburo en un diario online cuyo nombre no recuerdo, desde el cual debía cubrir noticias políticas de Vicente López y de San Fernando. Mi padre me atajó: “Pará , ¿vas a hacer un trabajo de algo que no estudiaste?, ¿si te frustrás de nuevo?”. “Tengo fe, dejame intentarlo”, le contesté. Lo hice, me encantó, gané en seguridad y ahí sí me anoté en Periodismo.

-¡Bien! Encontró finalmente qué estudiar.

-Pero…

-¿Perdón?

-Me salió un laburo en A todo o nada, el programa que hacía Guido Kaczka. Es que había mandado un millón de mails y a partir de ellos un chabón me respondió: “Ahora no hay lugar, igual me quedo con tu CV”. Durante un verano varios productores se fueron de vacaciones, me escribió, le respondí “recontra sí” y empecé a ir a Canal 13…, cerca de donde había probado Ciencias políticas. Me gustó un montón. Sin embargo, como se trataba del horario tarde-noche me impedía estudiar Periodismo. Quedaba la mañana. Pregunté, ¿por qué no hay Periodismo temprano? “A la mañana hay Periodismo deportivo”. Subí al auto, puse música y me fui para casa luego del día laboral haciendo conjeturas. “Yo quería periodismo general -me planteaba-, y sólo me da el tiempo para cursar Periodismo deportivo… ¡¿Y por qué no?!” Había pensado en ser preparadora física o profesora de Educación física, jamás periodista deportiva, pero se me conectaron definitivamente los cables, me cayó la ficha, me sacaron la venda de los ojos, y convencida, me fui a anotar.

-Excelente. ¿Y todo bárbaro?

-No había cupos y desesperé.

Sofi Martínez
"Guido Kaczka es una escuela. Me mandaba a hablar con una fila de personas para que él, al grabar, contara historias interesantes que le permitieran hacer más ricos sus programas. ¡Súper periodístico! Era incomparable lo que aprendía trabajando tantas horas en un canal de televisión".

-¿A qué punto?

-Un punto intenso. Empecé a quemarles la cabeza a los periodistas deportivos que me cruzaba en el canal para que me dieran una mano. Aunque no los conociera, los encaraba igual. En esa mezcla de insistencia-entusiasmo empecé a sentir que había algo que me movilizaba como nunca. Entre que había taladrado a media DeporTEA, el pedido ayuda por todos lados y que de repente algún inscripto no apareció, quedé. Me recibí en cuatro años en lugar de tres. Me costaba ir a las clases debido a que laburaba mucho: en A todo o nada, el Especial perros, Los 8 escalones. Sin embargo, con horarios tan demandantes y metiéndole pilas, crecí un montón en la producción.

-¿Su primer aprendizaje en terreno periodístico fue con Kaczka, entonces?

-Sí. Guido es una escuela. Me mandaba a hablar con una fila de personas para que él, al grabar, contara historias interesantes que le permitieran hacer más ricos sus programas. ¡Súper periodístico! Era incomparable lo que aprendía trabajando tantas horas en un canal de televisión. Cuando me recibí y tuve un título terciario en mis manos, fue como confirmar por dónde vendría mi futuro. Porque mi hermana estudió Comunicación, y era algo más amplio y difícil para mí. Claro, necesitás disciplina, leer Marx una y otra vez. El periodismo deportivo que estudié yo resultaba menos teórico y más práctico, y como a mí, para serte sincera, me gusta mucho más trabajar que estudiar, me funcionaba más. Admiro mucho a la gente que estudia, aunque no es para mí. Nadie podría recomendar no estudiar, pero no todas las personalidades son iguales. En mi caso estudié Periodismo deportivo, se me fueron las dudas y acá estamos.

-¿Qué hubiese pasado si no aparecía el periodismo deportivo en su horizonte?

-¿La verdad?

-La verdad.

­-No sé. Lo que sé es que mi papá tenía razón: “Ya va a aparecer lo que te guste de verdad” (sonríe).

Sofi Martínez
"Creo que dentro de algo tan grande como lo del Mundial me tocó romper con algunas estructuras, igual que en otro momento han roto periodistas que admiro. Por ejemplo, trasladándoles a los futbolistas lo que los hinchas sentían. Ante tan poca presencia femenina, que lo mío quizá haya salido bien ayuda a que muchas mujeres y nenas puedan convencerse de que es posible estudiar periodismo deportivo, dedicarse al mismo y estar en lugares de relevancia".

“Soy muy mala con la música, mala con la cocina y más o menos con la organización, salvo dentro de mi coche, que parece un placard con ruedas”, admite Martínez, quien se mudó sola “a los 24, 25 años. Cuando lo hice me fui a Victoria, un lugar más barato y más moderno. Y ahí sigo. Vivo cerca de la cancha de Tigre. Pensé en adoptar un perro, pero por mis viajes y tiempo afuera sería poco responsable obligar a alguien conocido a que lo cuide. A cambio, me acompañan algunas plantas. Son más sencillas de mantener. Alguna todavía me guante aguanta”, resopla al tiempo que describe rincones de su departamento. “En un cesto conservo credenciales. Hace poco limpié y dejé las principales. Y en el placard guardo un buzo del Dibu Martínez, del Seleccionado, y una camiseta del Manchester United -la que usa Lisandro Martínez, firmada por él- y otra muy especial: la de Argentina, autografiada y dedicada por los diecisiete jugadores que visité y entrevisté en distintas ciudades del planeta para el ciclo Llave a la eternidad”, redondea mientras le da un mordisco a su tostada con huevo, sal y aceite de oliva, que tiene la gentileza de convidar.

-Esa “llave” abrió la puerta de muchas historias desconocidas…

–Fue lo mejor, desde lo laboral, que me pasó en la vida. No fui a charlar con ellos, sino a contar cómo se prepararon desde los emocional para afrontar Qatar 2022.

-¿Usted se siente un referente en lo suyo?

-No. Sí, creo que dentro de algo tan grande como lo del Mundial me tocó romper con algunas estructuras, igual que en otro momento han roto periodistas que admiro. Por ejemplo, trasladándoles a los futbolistas lo que los hinchas sentían. Ante tan poca presencia femenina, que lo mío quizá haya salido bien, ayuda a que muchas mujeres y nenas puedan convencerse de que es posible estudiar periodismo deportivo, dedicarse al mismo y estar en lugares de relevancia. Mirá a Ángela Lerena, comentando partidos en la tele; a Morena Beltrán, informando desde la línea de cal; a Lola del Carril, relatando… Todas se van convirtiendo en cierta manera en referentes, porque van rompiendo esa pared que existía. Quizá desde ahí aporto lo mío. Hay mucho para modificar. Si me toca ir al frente con eso, lo hago, aunque no sé si eso te convierte en referente.

-¿Va naturalizándose la presencia de las periodistas cubriendo deportes?

-Un poco, no en un cien por ciento. Hay conductoras en programas de deporte, hablamos de deporte, estamos ocupando lugares de mayor importancia en el deporte, perfecto, sin embargo, todavía falta. Si te ponés a comparar la cantidad de conductores, relatores, comentaristas en campo de juego, periodistas en la zona mixta, lo notarás. Se ha mejorado, vale la pena ver el lado positivo de la cuestión, pero hay que seguir empujando. Es parte del proceso. Lo mismo a la hora de juzgar…

Sofi Martínez
"Nunca se superan los nervios al entrevistar a Leo Messi. Tener la oportunidad de preguntarle es indescriptible, una de las cosas más poderosas o zarpadas que me han pasado. Y el antídoto para superar esos nervios proviene justamente de él y de su simpleza a la hora de contestarte".

-¿Juzgar?

-Sí, los comentarios machistas. Me pasa, sigue habiendo. Y los medios de comunicación son parte. A mí me vincularon con Messi. ¿Por qué a mí y no a otros periodistas? Si Leo me mira de la misma manera que a mí que a otro periodista que le cae bien. Sin embargo, conmigo hace muchísimo ruido y con otros no. Me saqué una foto con (Pablo) Aimar sólo porque lo admiro, como se sacaron fotos con otros jugadores innumerables periodistas, y salió que yo estaba con él. Lo mismo cuando entré al vestuario de la cancha de Boca (en la despedida de Juan Román Riquelme: el Coco Basile le pidió que se retirara), y a Tití Fernández no le dijeron nada. O entrevisto a (Franco) Colapinto y surge, “che, le tiró onda a la rubia, ¿no?” ¡Si el flaco es agradable con todos! A mí, que siempre me dolieron las injusticias, veo que ahí hay una grande. Amaría decirte “me chupa un huevo”, aunque en lo profundo pienso, “¡qué injusto!”. Me da pena y bronca… En fin, es con lo que le toca lidiar a una en medio de un montón de cosas buenas.

-¿Comparte grupo de WhatsApp con periodistas deportivas?

-Sí, uno con Lola (del Carril) y con More (Beltrán), las más cercanas, y otro que se llama Nosotras.

-¿Puedo ver?

-Mirá -acerca la pantalla de su celular para que husmeenos y tomemos nota-. Somos -cuenta nombre a nombre-, 38. Las Agos Larocca y Scalise, Gaby Previtera, Juli, Ángela (Lerena), Lola del Carril, Luciana Rubinska, Nari Senra, Romi Sacher, Malena Solari, Anto Valderrey, Ale Martínez, Viviana Vila…

-¿Cuál es la periodista deportiva argentina que mejor juega al fútbol?

-Lola del Carril juega bárbaro. Entrena futsal, está muy entrenada, tiene mucha calidad, fabulosa.

-¿Usted?

-Cuando era más chica era buena jugando al rugby y al fútbol, y hoy soy la muestra de que con el tiempo el talento se te va. Yo voy alternando entre el puesto de 5 y de volante. Soy más de armar que de marca. Ahora juego en El Farsa, el team que comparto con mi hermana, mi prima (Soledad) y amigas de siempre… Che, ¿vos sos periodista deportivo, no?

-Sí, ¿cómo se dio cuenta?

-Es que te pasa lo mismo que a mí: ¡no parás de preguntar curiosidades, detallecitos (risas)!

Sofi Martínez
"Mi primera cobertura fueron los Juegos Panamericanos Perú 2019. Me sentía en Disney para mí: quería hablar con cada participante, asistir a las competencias de cada deporte, cargaba eso de novato de no parar y pretender cubrirlo todo. El cameraman me odiaba... Luego de los primeros días entendí que yo era insoportable (lanza una carcajada)".

Entiende que los nacidos en nuestra bendita patria solemos dejar las cosas para último momento y buscarle flexibilidad a las reglas para modificar algo a favor, y que a la vez somos extremistas, “aunque en lo personal me veo más reflejada en las dos primeras características que en la última”, desanda la porteña, antes de definir en palabras puntuales a los argentinos. “Somos familieros, amigueros, cálidos, solidarios y a veces somos un poco soberbios -enumera-. Y nos buscamos, estemos donde estemos. Cuando me toca cubrir algo, me enfoco en los compatriotas, me acerco, hago grupo. Ser argentina me encanta, me inspira alegría. ¿Viste que hay gente que reniega de cosas así? Yo no: cuando estoy en otro lugar del mundo y me cruzo con compatriotas, me da esa sensación de familia”, se le redondean sus ojos, de iris tan celestes y escleróticas tan blancas como los colores de nuestra bandera.

-¿El deporte es un gran medio de comunicación?

-A mí me maravilla cuando le encuentro sentido al deporte. Si bien en el resultado y la táctica hay algo re lindo para observar y analizar, cuando hablo de sentido apunto a cómo de repente el deporte une para siempre un lazo de padre e hijo, a cómo un recuerdo tipo el festejo de Qatar 2022 permanecerá marcado a fuego en la memoria de todos, a cómo en un Juego Paralímpico los chicos con discapacidad que asisten encuentran en el deporte un motivo para levantarse a la mañana, porque ahí, en el campo, son unos competidores más. Hay algo muy mágico en el deporte y es lo que a mí más me gusta descubrir. Por eso en el deporte encontré el entusiasmo que no hallaba en otras carreras.

-¿Cuál fue la cobertura en la que ratificó: “Mi carrera viene por acá”?

-Los Panamericanos Perú 2019. Me había recibido y venía trabajando como productora de Guido y también de Pampita online y en distintos realities (en uno conocí a Marley). El Rifle Varela me vio y me propuso hacer una prueba de cámara para la TV Pública. Quedé, aparecí en el aire y me ofrecieron viajar a los Juegos Panamericanos. Era Disney para mí: quería hablar con cada participante, asistir a las competencias de cada deporte, cargaba eso de novato de no parar y pretender cubrirlo todo. El cameraman me odiaba. Luego de los primeros días entendí que yo era insoportable (lanza una carcajada). Cuando me tocó viajar a los Juegos Olímpicos Tokio 2020 ratifiqué la potencia de esta tipo de encuentros: son el deporte en su máxima expresión. Para el espíritu deportivo no hay nada parecido.

Sofi Martínez
"¿En qué soy brava y en qué divina? Por ahí me gusta encontrarle el sentido a las cosas, en especial respecto al trabajo. Ir tras una búsqueda, una idea clara, un objetivo, un formato, más allá de lo divertido que pueda ser viajar a hacer notas por el mundo. ¿Cuál es la vuelta de rosca, qué es lo diferente que puedo generar? ¿Por qué esa nota va a ser diferente a las diez anteriores que a tal o cual le hicieron? Resolverlo me completa. Ahí soy jodida sí: en la búsqueda de la identidad".

-Desde el lado popular, ¿Qatar 2022 Mundial fue un antes y un después para usted, verdad?

-Seguro. No tengo medida para comparar con otros Mundiales, pero me da la sensación que lo que generó éste fue especial, algo difícil de repetir. Tuvo muchísimos condimentos. Por nombrar uno, la mochila que se sacó Leo después de tantos años. Y también fue un antes y después para mí desde lo personal. Me he cruzado en lugares alejados del país con personas que me siguen preguntando si soy la periodista que lo cubrió, o me repiten: “Vos le dijiste a Messi lo que todos le queríamos decir”. Siento que fui como un puente entre la gente y Leo antes de un momento tan sagrado como ir por su gran final. Nada puede generar lo que generó ese Mundial. Ni una elección presidencial ni el evento más grande que te puedas imaginar. Fue algo irrepetible en lo profesional.

-En estos tiempos de tantas tremendas coberturas pese a su juventud, ¿no se le viene a la mente el tema de los Ratones Paranoicos que dice “quisiera que esto dure para siempre”-?

-Síííí (sube y baja la cabeza). De repente te preguntás ¿hasta cuándo podré hacer este trabajo que disfruto tanto? Ya me tocó cubrir los eventos deportivos más importantes del planeta. A veces me pongo a pensar en las ciudades a las que viajé durante los últimos cinco años, y me cuesta creerlo. En definitiva, será un momento de mi vida, porque a mí también me gustaría ser madre, tener una familia. Yo creo que hay momentos de la vida para todo. Éste es de mucho viaje…, si bien a veces me cuesta irme, porque también adoro estar acá con los míos.

Sofi Martínez
"Con las redes sociales guardo una relación natural. Hay a quienes por ahí le cuesta saber qué subir o no le gusta compartir nada y se ven obligados a colar algo para mantener la presencia. A mí me sale natural: muestro a mi familia, a mis amigas, mi fútbol, lo laboral. Y siento que soy querida. Igual, odio cuando se ensañan con una persona. Más allá de que cada uno hace lo que quiere con su vida, es muy fácil subirse a la onda cancelación u opinar sin ningún grado de certeza por algo que se lee en una red social y nadie sabe si es cierto. A veces la gente cree algo que no es verdadero. Ahí yo empatizo, pensando en lo que puede llegar a estar sintiendo el otro".

“¿Cómo me llevo con mi edad? Perfecto”, señala Sofia tras repetir el interrogante del periodista, y antes de extenderse: “Es una edad espectacular. Las cosas son un poco más claras. Me encuentro parada en otro lado de la vida que a los 20. A los 20 vivía con mis viejos, era mucho más nena, estaba llena de dudas. Ahora soy más mujer. A los 30 me siento más cerca de la maternidad, de armar mi propia familia, y me gusta. En una edad en la que me imagino siendo madre. Porque, lógico, hay una cuestión de edad de por medio, y siento que me conviene pensar ahora en el asunto para que después no se complique, considerando que en cuestiones así el cuerpo tiene una fecha de vencimiento. Así que planteármelo ahora me parece válido a partir de las herramientas y los avances actuales, que te permiten poder llegar al objetivo de ser madre”, manifiesta.

-¿Habla de iniciar un tratamiento para congelar óvulos?

-Tal cual. Es algo que vengo charlando con mis amigas. Incluso algunas ya dieron ese paso.

-¿Ya visitó alguna clínica para informarse e iniciar el proceso?

-Creo que va a ser pronto. Yo lo quiero hacer. Con todos mis viajes no pude detenerme en el tema, pero claro que quiero ser madre. Hoy, a mis 31 años, te aseguro que me gustaría formar una familia con un padre o sin él. Si no sucede que haya un padre, será una opción a evaluar en su momento. Recontra admiro a las madres solteras.

-¿Cómo terminó todo con Diego Leuco, pareja a lo largo de dos años?

-Muy bien. Seguimos en contacto una vez que nos separamos y dejamos de vivir juntos. La distancia, que a veces nos pesa, forma parte de algo que termina siendo lindo y bueno: podés dejar de verte seguido o hablarte con alguien e igual seguir queriéndolo.

-Hace unos días se los vio juntos. ¿Barajaron la palabra "reconciliación"?

-No hay noviazgo. Nos llevamos bien, nos queremos, de vez en cuando nos vemos sí, pero nada más. Acordate de los Personajes del Año de GENTE, en diciembre: nos cruzamos y nos dimos un abrazo, ¿viste? Eso habla bien de los dos, de la relación, de lo que compartimos. Ambos tenemos muy claro que nos queremos.

Sofi Martínez
Sofi Martínez hoy.
Sofi Martínez ayer.

-Entre octubre de 2023, cuando se distanciaron, y la actualidad transcurrió un año y medio. ¿Sigue sola?

-Sí.

-Entonces le podemos preguntar cuál es su arma de seducción…

-No creo que exista algo así, al menos en mí. Si bien siempre al principio uno busca gustar de alguien que le atrae, entiendo que lo que garpa en definitiva es ser uno mismo. Obvio que cuando estás conociendo a alguien tomás mini decisiones, de qué decir y qué no, pero yo recomiendo presentarse lo más natural posible. Si le vas a gustar será como sos. Si no te mostrás como sos, mañana o pasado se va a terminar dando cuenta. Así que mejor no perdamos tiempo.

-¿Es enamoradiza?

-Nunca me consideré una persona enamoradiza. Sin embargo, me atrae la parte romántica. Soy de acompañarnos uno al otro, de la familia feliz. Para serte sincera...

-¿Sí?

-Tengo un poco idealizado el amor.

Fotos: Chris Beliera
Videos: Martina Cretella
Producción: Jazmín Ochoa

Arte de tapa: Darío Alvarellos
Portada y retoques: Gustavo Ramírez
Redes sociales: Juan Rostirolla
Peinados: Mercedes Sanz (@mechita111)
Make up: Binca Desimone (@biandesimonemakeup)
Agradecemos a Adidas (@adidasar), Maria C (@mariac.clothes), Wanama (@wanamaoficial), Valdez (@valdezshoes), @by.chini (joyas)
y a Victoria Fera, de Urban Grupo de Comunicación

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