Nada más lindo que los contrastes. Pía Slapka (40) está en el estudio de Grupo Atlántida desplegando su encanto mientras posa con un vestido glamoroso y destellante, pero hace tan solo 36 horas, su sonrisa se expandía en la parte de atrás de una camioneta colmada de cajas de cartón que contenían donaciones, frazadas, abrigos y viandas con abundantes guisos de lentejas y reconfortantes bizcochitos de grasa elaborados por Sami Casais, la cocinera de Bake Off que es su compañera por la pantalla de La tarde del nueve (Canal9).
–En plena ola de frío, decidiste salir a ayudar a quienes lo necesitan.
–Sí. ¡Y fue una experiencia alucinante! Surgió conversando con un amigo sobre la realidad que veíamos en la Ciudad de Buenos Aires: gente buscando comida, chicos durmiendo en la calle… Es tal el panorama que decidimos activar y conseguimos que un catering nos done viandas, y que muchos de mis seguidores y amigos nos acerquen prendas y mantas. Eso sí, fue duro, porque el mundo y la vida se sienten duras e injustas, pero al mismo tiempo me sentí bien por poder ayudar. Es toda una dicotomía.
–¿Hubo algún encuentro en particular que te marcó?
–Estuvimos dando vueltas por Retiro, Microcentro y San Telmo, y lo que me quedó en el corazón es el agradecimiento de las personas, porque sintieron que alguien los buscó, que alguien los tuvo en cuenta. Igual, obvio que el cambio tiene que ser estructural. Esto pasa por otro lado.
–Es un año electoral, ¿percibís que puede haber un cambio estructural dentro de poco?
–Lo veo difícil. No me gusta perder las esperanzas, porque creo que cuando hay vida la esperanza siempre está, pero lo veo complicado. Lamentablemente, estoy bastante descreída.
–¿De un tiempo a esta parte, o desde siempre?
–A medida que uno va creciendo, va tomando más conciencia y puede entender un poco más. Tampoco es que entiendo mucho ahora, pero la realidad habla por sí sola. Lo que más desearía es que la realidad no sea tan hostil para tantas personas. Y, para las que no tenemos una realidad tan hostil, pero también trabajamos a morir también es como…
–¿…Que no ves los frutos de tanto trabajo?
–¡¡¡Exacto!!! O sea, mis necesidades básicas están recontra cubiertas, y tengo un montón de privilegios, pero lo que uno hace no se ve reflejado en lo que uno tiene. Igual, aclaro que amo a la Argentina y que todo lo que tengo es gracias a mi país.
Lleva veintisiete apostando a la Argentina
–¿Te tentaron en algún momento a irte a vivir afuera?
–Sí, cuando apenas empecé a trabajar como modelo me ofrecieron ir a Europa y a Estados Unidos. Pero para hacer carrera tenía que instalarme afuera, y yo sabía que no lo iba a hacer. Así que preferí quedarme acá, que ya tenía mi nombre. Aparte, la mayoría tampoco es que "ganaban plata” afuera, ya que invertían bastante.
–En la última entrega de los Martín Fierro, Pampita le estuvo recomendando a Julieta Poggio, la finalista de Gran Hermano, que piense en su futuro y que, en lugar de gastar en ropa, invierta invertir en cosas más duraderas como un departamento. A vos, ¿alguien te dio algún consejo del estilo cuando empezaste?
–No, a mí nadie me lo dijo ¡y es un muy buen consejo! Estuvo muy genia Pampita diciéndolo porque, a veces, cuando recién arrancás, pegás un montón de laburos, empezás a facturar y querés comprarte todo lo que antes no podías, cosa que está bien, porque uno tiene que poder hacer eso también, pero tiene que ser de una forma medida.
–¿Cómo fue en tu caso?
–Fue medido… pero porque a mí no me quedaba otra: yo necesitaba la plata, así que no podía despilfarrarla ni aunque quisiera.
–En algún momento contaste que tuviste que mantener a una parte de tu familia teniendo tan solo trece años.
–Sí… así fue, y agradezco haber sido capaz de hacerlo.
¿Cuál es el verdadero “mal de estos tiempos” para Pía como madre?
“Quiero aclarar que yo nunca fui despilfarradora: ni antes ni ahora. De hecho, el último gran gusto que me di fue irme de viaje con mis hijos, que son dos varones divinos, a Brasil”, aclara la madre de Benjamín (15) y Gerónimo (11), que también es figura de Multitalent Agency y host tv de La tarde del Nueve (Canal9), programa del que se está despidiendo junto a Tomás Dente, y de El Planeta Urbano (iP Noticias).
–Teniendo un pre teen y un adolescente en tu casa, ¿cómo ves a las nuevas generaciones?
–Yo me divierto mucho con su vocabulario, sus palabras y conceptos. De repente me tiran un “ah, ¡es God esto!”, “gede”, y otras cosas del estilo. Ellos, como todos los de su edad, hablan mucho de la diversidad y del feminismo, porque que en su generación el tema ya está instalado y naturalizado. De hecho, tienen compañeros que les gustan hombres, y compañeras que gustan de mujeres, y eso está incorporado. Por ahí lo que me sorprende, que no sé si está tan bueno, es el exceso de información que viene por el lado de las redes sociales.
–¿Qué quisieses que les llegue menos?
–Algunos reels políticos y ciertos temas relacionados a la diversidad... O sea, hay contenidos informativos que están buenísimos. De hecho, ellos tienen educación sexual en el colegio y es fantástico porque les aporta información concisa, clara y certera, y acorde a su edad. Eso en las redes sociales es mucho más difícil... pero creo que ese es el mal de estos tiempos.
–¿Hacés algo para tratar de combatirlo?
–Charlo, los escucho. El más chiquito no tiene Instagram, sólo ve YouTube en el iPad. Y el más grande ya está más en otra y tiene más ganas de estar con sus amigos que conmigo, pero lo entiendo, y hasta me parece saludable. Igual, a la noche siempre comemos juntos, y ese momento sagrado es sin teléfonos ni televisión.
–¿Cocinás vos?
–No, tengo una persona que me ayuda en casa, pero yo estoy detrás de la alimentación y del menú diario. Hoy, por ejemplo, vamos a comer pollo al horno con ensalada. Bah, ellos, porque yo pollo casi que no como, así que supongo que lo reemplazaré por otra cosa.
El padecimiento desconocido de Pía Slapka
–¿Sos vegana o vegetariana?
–Ninguna de las dos. Es por un tema de salud: tengo candidiasis intestinal y eso me llevó a ir eliminando un montón de alimentos. Es algo que padezco desde la adolescencia y que me tomó muchos años diagnosticar. Me hice estudios de celiaquía, de diabetes, de intolerancia a la lactosa, pero todo me daba negativo hasta que una nutricionista, durante la pandemia, lo descubrió.
–¿Qué síntomas tenías?
–Náuseas… o sea, no llegaba a vomitar, pero el cuerpo no toleraba ciertos alimentos. Tenía irritación en la piel, sobre todo en la nariz; se me inflama mucho la panza; sentía fatiga, como si de repente se me apagara la tele y necesitara acostarme; se me caía el pelo; se me descamaban las uñas… y otros síntomas que prefiero no detallar.
–¿Vas a llevar una dieta especial de por vida?
–No. Me dijeron que se cura, que se va. La cándida es un hongo que todos tenemos en el intestino, y ese hongo se alimenta de ciertos alimentos. Es decir que, si le das ciertos alimentos, crece. Bueno, una vez me tuvieron que dar un Decadron por un champagne que tomé y me dio alergia. Es raro, porque si huelo un huevo caliente me da muchísimo asco. Es muy radical.
–¿Te sentís mejor desde que modificaste tu alimentación?
–Re. Fue un cambio de vida. O sea, ¡es increíble lo importante que es tener un diagnóstico!
Un anhelo inesperado
“Recién, en la producción de fotos, escuchábamos a María Becerra pero yo escucho de todo: desde Vivaldi y el pianista chino Lang Lang, porque me gusta mucho la música clásica, hasta Karina La Princesita, Gilda y los Totora”, nos cuenta Pía Slapka, la figura de la televisión que ya sacó sus entradas para ir a ver a Sam Smith y que, cuando viaja en el auto, disfruta las voces de Rosalía, Adele, The Rolling Stones, Creedence, Duki y Bizarrap, entre otros.
“Es que a mí a música me parece uno de los mejores inventos de la historia por cómo nos transporta, lo que nos hace vivir y lo que nos transmite. Me parece alucinante”, asegura con total convicción y lanza: “Incluso, a mí me gustaría estudiar o aprender música. Siento que tengo el oído bastante finito y entrenado, y que me doy cuenta de varias cuestiones”.
–En el 2017 nos contaste que estabas estudiando Locución integral de radio y televisión en el ETER, ¿terminaste la carrera?
–No, no la termine. Cursé tres años y medio… me divorcié en el medio, y se me dio vuelta la vida. La verdad no pude. Me demandaba mucho tiempo. La cursada era cuatro veces por semana, cuatro horas por día, en San Telmo y Villa Crespo, cuando yo vivo en Zona Norte, tengo dos hijos y trabajo. ¡Imaginate! No tenía ni el tiempo ni la cabeza, así que llegó un momento en el que dije “ya está” y agradecí todo lo aprendido.
Soltera y muy risueña
–Desde que te separaste, Google dice que estuviste en pareja con Benjamín Vicuña, con Juan Martín del Potro y con un periodista… ¿qué tanta verdad hay?
–(Ladea la cabeza y ríe)
–¿Tuviste noviazgos de los que nadie se enteró y serían una re tapa de revista?
–(Lanza una carcajada estridente) Desde que me separé empecé a experimentar esto de los romances porque yo estuve casada muchísimo tiempo. Es todo bastante nuevo para mí, y todos esos supuestos romances yo los desmentí en su momento… (Más risas).
–¿Hay algún otro romance que no se haya filtrado?
–(Se incorpora en el asiento) Soy bastante celosa de mi vida privada, me resguardo bastante. No suelo contar mucho de esas cuestiones.
–Pero no es necesario dar nombres…
–Hubo algunas personas de la que no se enteraron, eso sí puedo decirlo. Siendo madre tomo ciertos resguardos, ¡y también por mi profesión! A mí no me interesa que se hable de mí por mis romances. O sea, sé que a veces suma profesionalmente porque tiene un marketing, pero no me gusta ser ni “la novia de” ni que digan “está de novio con”. Entiendo el juego, y hoy que estoy frente de La tarde del Nueve, participo en una sección de espectáculos en la que hablamos del tema, pero prefiero que se me conozca por mi trabajo.
–Es decir que cuando presentes a alguien va a ser porque va en serio.
–¡Tampoco quiero decirlo así porque es muy difícil! (Risas). Es que hoy en día con los teléfonos cualquiera te saca una foto…
–¿Te provocan cierta paranoia los teléfonos ajenos cuando estás en una cita?
–No, pero sí cuido mucho el tema de antemano y, si me proponen salir a un lugar, quizás digo “mejor no salgamos” o “mejor vayamos a un lugar donde no pase nada”. Es que hay lugares donde es más probable que me conozcan que en otros. Eso solo cuando 'ando en una', con mis amigas voy a cualquier lado.
–Dejaste esta pregunta servida en bandeja: ¿'andás en una'?
–(Risas) Una siempre anda en una… Cuando las mujeres estamos solteras, siempre algo anda dando vueltas por ahí.
–Muchos dirían que tenés la edad justa para disfrutarlo.
–A mí me gustaría disfrutar a cualquier edad: a los 50, a los 60, a los 70. No hay edad para disfrutar del amor. Está bueno romper con ese mito. Quiero pensar que uno también puede tener un buen romance a los 70. Imagino que debe pasar por otro lado… Pero está bueno divertirse, y a mí, el juego de la conquista me seduce.
Los cuarenta: ¿un peso o una liberación?
–Te casaste a los veinte (con Paul García Navarro) y el matrimonio duró quince años, ¿sentís que hay un montón de etapas que viviste de una manera distinta?
–Re. Sin dudas. Igual, no es que hoy estoy haciendo lo que no hice a los veintidós eh, porque no, no estoy en la Bresh. ¡Y tampoco me da la energía! (Risas). Hay cosas que ya me dan fiaca. Siento que hice tantas cosas en mi vida que hoy estoy cansada. Y trabajando de miércoles a domingo a full, yendo y viniendo de Zona Norte –donde vivo– a Capital, intento tomarme los lunes y los martes como fin de semana, así que estoy a contramano. Pero no, no es eso. Es que estoy cansada. Los cuarenta me llegaron en abril y decidí que tengo ganas de bajar un cambio, de estar tranquila.
–¿La nueva década te volcó para el lado introspectivo?
–Siempre fui introspectiva. Diría que me pegó para el lado de bajar un cambio: ya no tengo ganas de estar corriendo de un lado para el otro si no es necesario. Quiero decir “este trabajo sí, este no”, “este evento sí, este no”, ir regulando, porque eso me demandaba muchísima energía. O sea, me encanta y si no tuviera hijos lo haría, pero mis hijos son un gran freno para mí en el buen sentido. En parte, creo que me vinieron a enseñar a bajar, a no devorarme la vida, a ir ‘tranca’.
Pía Slapka revela cómo le gustaría que se llame su programa de televisión
–En este momento de autoanálisis, ¿qué te gustaría hacer a nivel laboral?
–Hay momentos en que digo “chau, me dedico a otra cosa”. Bueno, esta declaración puede ser perjudicial para mi trabajo… (Risas). No sé, son momentos en que uno agarra y dice “ay, no quiero más estar expuesta”, y eso que yo tengo un perfil re bajo y no me creo nada, pero la demanda energética es fuerte. Y al mismo tiempo me pasa que mi trabajo me apasiona.
–Esa dualidad se debe dar en todas las profesiones.
–Creo que es parte de la dicotomía humana. Igual, hace un par de años que estoy abocada a la televisión y a la conducción, que es lo que me copa. Pero por momentos es como que digo “no, chau, quiero andar de jeans y remera blanca y no tener todo esto que tengo”. Bien simple y sencillo. Estar en otra. Y a la vez tengo mi lado por el que se me prenden las luces internas y siento adrenalina por afrontar desafíos y probarme a mí misma. Volviendo a tu pregunta de qué me gustaría hacer, me gustaría seguir creciendo como conductora, y poder entrevistar y entretener.
–¿Sabés cómo te gustaría que se llame tu propio programa? Damián Betular, cuando trabajaba en el Four Seasons, nos dijo que quería que su pastelería se llamase “Betular”, y lo consiguió.
–(Levanta la mirada el cielo) El nombre, nace de un juego con el mío. Se llamaría: “Es-Pía”.
–¿Ya se lo propusiste a algún productor?
–Todavía no, pero puedo imaginarlo: quisiera que sea en vivo y que tengo algo de coyuntura, cocina, humor, música y entrevistas, ¡un poquito de todo!, porque a mí me gusta la variedad, esa cosa ecléctica, y porque a mí, personalmente, me gusta ser un poco de todo (Sonríe).
Fotos: Fabián Uset
Productora y vestuarista: Caro Gagliardini
Filmación y edición de video: Mailen Ascui
Make up: Shuli Juarez (@shulijuarez)
Pelo: Cristian Rey (@cristianreystyle)
Agradecemos a Joti Harriague (@joti.harriague), Mono Fuk (@mono.fuk) y joyas @floboskis.stad