Moria Casán se confiesa: la intimidad de su relación con Pato Galmarini, qué le genera el paso del tiempo y el particular apodo que le pusieron sus nietos – GENTE Online
 

Moria Casán se confiesa: la intimidad de su relación con Pato Galmarini, qué le genera el paso del tiempo y el particular apodo que le pusieron sus nietos

"La One" se instaló en "La Feliz" para pasar el verano mientras se despide de Brujas. Allí habla con GENTE como nunca sobre su noviazgo con el dirigente político y el crecimiento de Helena y Dante. También revela cómo se lleva hoy con Sofía Gala y responde si tiene en mente un retiro de la actuación.
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Enviada especial a Mar del Plata

Apenas el reloj marca las tres de la tarde de un día de enero, Moria Casán hace su aparición triunfal en la terraza del Hotel Hermitage. Maquillajada, peinada, en traje de baño y con una túnica con toques animal print, la actriz se acomoda en una de las barandas de lugar, con Mar del Plata de fondo.

Casi de inmediato, comienzan a escucharse gritos, bocinazos y pedidos de saludos. Son los turistas y locales que advierten su presencia desde la calle. En simultáneo los balcones del edificio contiguo al icónico hotel se llenan y desde allí corean: "¡Moria! ¡Moria!". Halagada por esta muestra de afecto y reconocimiento, saluda y tira besos a todos sus fanáticos. Es que "La One", en "La Feliz", genera un efecto similar al de Diego Maradona en Nápoles.

Desde esta ciudad, no sólo enalteció al teatro nacional, sino que también realizó incontables móviles periodísticos que quedaron para siempre en la memoria popular de todos los argentinos. Es por eso que hoy se debe en primer lugar a ella misma y a la gente que la acompañó durante toda su extensa carrera: "El público fue quien decidió que yo fuera Moria Casán y quienes me mantienen hace 50 años vigente".

Moria Casán es la figura de tapa de revista GENTE.

Al momento de sentarse a hablar, la diva argentina se muestra calma y sin sobresaltos. Sin nostalgia ni dramatismo, a sus 78 años destaca: "Pude haber tenido más o menos éxito, pero soy tan genial que si tuve un fracaso, triunfé en él".

En este momento de su vida, que cataloga como "adultez extrema", la artista se encuentra súper activa y feliz con su presente que cuenta con una excelente relación con su hija Sofía Gala, el fin de Brujas, dos nietos maravillosos y un amor puro con Fernando "Pato" Galmarini.

Moria Casán habla con revista GENTE sobre su fabuloso presente.

"Brujas", la obra de teatro que se convirtió en un suceso

Corría el 3 de enero de 1991 cuando Brujas debutó en el Teatro Atlas de Mar del Plata. Moria Casán, que hasta entonces era una gran actriz humorística y exponente del teatro de revista, se ganó de inmediato el respeto y reconocimiento por parte de sus colegas y del público por su actuación en esta comedia dramática que se convirtió en un hit teatral.

A más de tres décadas de ese estreno, y con miles de cambios en su vida en el medio, la diva y sus compañeras se enfrentan a la despedida en la misma sala en la que todo inició. Tal como lo cuenta ella, las funciones a sala llena, el público enardecido y la conexión inigualable entre las actrices convirtieron a esta obra en un suceso que se mantiene vigente hasta la actualidad.

—¿Cómo te encuentra estar realizando esta última temporada de Brujas luego de 34 años?

—Me genera muchas cosas. Hay mucha mística. Es una obra que nos interpela a todas. Nosotras vinimos acá cuando mi hija Sofía tenía 4 años y ahora ella ya tiene dos hijos... Pasó algo muy especial en el teatro con Brujas porque hay una especie de arenga tipo rockstar. Nosotras nos presentamos de a una y se cae la tribuna. A veces freno los aplausos porque si no paran, no hay manera de poder empezar. Además, el argentino es muy nostálgico. Vienen muchos espectadores que te cuentan que la obra la vio su papá, su abuelo y también su hijo... 

La diva habla de Brujas a 34 años de su estreno y de cara a la última temporada.

—¿Qué sentís cuando caminás en esos pasillos del Teatros Atlas en donde empezó todo en el año 1991?

—Cuando entramos el otro día con Nora Cárpena nos emocionamos. Ella está conmovida porque ya no tiene a su marido. Guillermo Bredeston me llamó cuando yo me estaba por ir a Miami de vacaciones y me dijo que tenía esta obra y que ella había pensado en este papel para mí. Corté y acepté. Sentí que iba a ser un suceso como el que fue...

—Y sigue siendo...

—No se puede despedir... A Nora la vi muy emocionada. Es una mujer que trabaja desde los 12 años y tiene un oficio impresionante. Es raro de definir porque es un evento mágico y performático que ocurre cada noche. Rompemos la cuarta pared con el público. No es una obra de teatro más. 

"Brujas es un evento mágico y performático", dice la actriz sobre el suceso teatral.

Moria Casán es actriz, conductora y "abuelo"

Al hablar de sus nietos, la diva se transforma y se entusiasma. Si bien ambos -Dante Della Paolera (10) y Helena Tuñón (16)- mantienen un bajo perfil mediático y público, su "abuelo", como decidieron llamarla, se atreve a dar detalles de sus vidas y sus respectivos crecimientos bajo el ala de Sofía Gala.

—¿Dante y Helena vinieron a verte en Mar del Plata?

—¡Obvio! Estuvieron en el debut de Brujas. Dante la vio completa y le encantó. Cuando terminó le dio a todas las chicas una devolución. Él es muy observador. Fuimos a comer después de la función y le dijo a Nora: "Qué graciosa que sos".

"Dante es muy observador", revela Moria Casán sobre la personalidad de su nieto menor.

—¿Es tímido?

—¡No! Dante es súper lanzado. Más metida para adentro es Helena. Tiene 16 años, pero de todos modos de tranquila no tiene nada. Tiene una intensidad de adolescente... 

—¿Algunos de los dos seguirá el camino artístico tuyo y de Sofía?

—Dante en lo que haga será un líder. Ambos son hijos de músicos. Diego Tuñón, tecladista de Babasónicos, es el papá de Helena y Julián Della Paolera es el papá de Dante. La madre es una melómana total... Ellos aman el arte.

—¿En qué rama artística los imaginás?

—Creo que Helena quiere seguir dirección cinematográfica y Dante quiere ser famoso. Todavía no sabemos... No es que quiere ser famoso por la fama, sino que él quiere ser algo...

—¿Les darías un consejo?

—No, no... Consejos yo no puedo dar. Yo creo que los chicos se manejan de acuerdo a las experiencias y a lo que ven en el hogar. Yo creo que Dante será un líder en lo que elija porque tiene una personalidad impresionante. El pibe tiene un vuelo y una sensibilidad... Tiene ironía y magia. Helena es una bomba de belleza... Algo con el arte van a hacer, pero se tienen que desarrollar. Lo que les diría a ellos es que no sigan lo que uno hace porque cada uno es independiente, pero les remarcaría que no negocien su libertad. Que hagan lo que sientan lo que tienen que hacer. La madre no es una mujer que mete mandatos…

"La One" les dejó un mensaje a sus nietos: "No negocien su libertad".

—¿Cómo te sienta el rol de abuela?

—Los chicos me dicen "abuelo". Me gusta ser lo que ellos quieran para ellos...

—¿Sos de pasar tiempo con ellos?

—¡Siempre! Sobre todo con Dante porque Helena es más de ir a la casa del padre o de sus amigas.

Moria posa para la fotógrafa de GENTE, con Mar del Plata de fondo.

"La pareja más sexy": Moria Casán relata cómo es su cotidianeidad con Fernando "Pato" Galmarini

A la hora de hablar de Fernando "Pato" Galmarini, la diva se enciende como si fuera una adolescente que transita su primer amor. A casi 4 años del inicio de este noviazgo decide destacar la admiración y el respeto mutuo que se tienen como el gran motor.

—El año pasado incursionaste en el stream en tu programa Nave Nodriza (Picnic Extraterrestre) y te hiciste viral con tu entrevista a Fernando "Pato" Galmarini porque terminaron llorando de la emoción...

—Cómo pegó eso con los chicos jóvenes. Fue impresionante porque somos dos adultos extremos con una vida hecha y mostramos como esta adolescencia que vivimos. Dejamos en claro el respeto entre nosotros... 

—¿Creés que son un ejemplo como pareja?

—Creo que damos cierta motivación. Muchísima gente nos para en la calle. Muchos son adolescentes y nos dicen: "¡Los amamos! ¡Son la pareja más sexy".

La mirada firme de Moria Casán sobre el cielo de Mar del Plata.

—¿Te sorprende esa repercusión?

—Nos permitimos eso... Él es un regio que cumplió 82 años. Es un hombre hecho que tiene su propia individualidad.

—Y cuando están juntos la pasan más que bien...

—¡Totalmente! También tenemos sesiones de lecturas. Yo estuve leyendo sobre la sociedad líquida que plantea (Zygmunt) Bauman. Él, sin saberlo, estaba leyendo lo mismo. Él tiene su pensamiento y yo el mío. Él tiene su lealtad hacia Perón y Evita que es inmodificable y que por supuesto tampoco lo pienso modificar. Amo su lealtad y su militancia constante... Compartimos opiniones, pero no hablamos mucho de política porque no queremos.

—De todos modos, en las últimas elecciones presidenciales tomaste un rol súper activo por la candidatura de Sergio Massa, ¿no temiste que te encasillen un partido o candidato político?

—¡No, mi amor! No hay manera de que nadie me encasille. Yo nunca dependí de nadie... 

—Pero así y todo decidiste posicionarte

—¡Sí! Yo creo en Sergio Massa como un hombre de familia y por el trabajo que está haciendo. Pato no me dijo nada de nada. Lo que me pasa con la gente en general es que cada vez es más fuerte su amor hacia mí. Me impresiona.

—¿Qué planes comparten con Pato?

—Él empezó a ver series conmigo porque sino se la pasa viendo deportes todo el día. Yo empecé a ver un poco porque además todos sus nietos juegan al rugby. Igual, él es un loco del fútbol...

"Nos tenemos mucho respeto mutuo", confiesa sobre su sólido vínculo con su Galmarini.

—¿Qué es lo que más te gusta de él? 

—Su nobleza. Tiene mucha luminosidad... Es un hombre que pasó de todo en esta vida y no se enoja... No es un tipo resentido ni está enroscado con la vida...

—¿Te acompaña durante tu temporada en Mar del Plata?

—¡Sí! Estuvo conmigo... Va y viene. Le encanta la playa y tomar sol... Es un loco... Me dice: "Negra, ¿qué hacés en la pileta? Vamos a la playa". Tenemos que ir a lugares tranquilos porque sino no puedo estar. He cruzado frente al Hermitage, pero me tengo que ir porque la gente se me tira encima...

—¿Cómo vive él la euforia de la gente con vos?

—¡A él le encanta! Cuando termina la función de Brujas se ponen vallas de seguridad porque nos espera mucha gente. No sabés lo que es la salida... Cuestión es que dos chicas lo reconocieron y le dijeron: "Galmarini, queremos verla a Moria". Él le dijo que esperaran porque les iba a conseguir una foto conmigo. Cuando salí del teatro él me dijo: "Son mis primas". Yo le dije: "¿Qué van a ser tus primas?".  Las chicas se sacaron una foto conmigo y me decían: "Ay, Moria, qué churro que es, ¡cuidalo!".

—Me imagino que no sos celosa...

—¡Para nada! Me encanta que lo elogien. Me parece súper seductor y divino. Nos tenemos mucho respeto mutuo. Yo lo acompaño en esta etapa de su vida porque tiene una historia dura.

Moria se divierte con un pequeño ventilador recostada en la terraza del Hotel Hermitage.

—¿Te imaginaste que te podía pasar algo tan genial como lo que te sucede con Pato?

—Yo antes de él había conocido a un hombre y me fui a casar a Florencia. Duró tres días el casamiento con Humberto Poidomani. Él es un artista plástico extraordinario. Me lo presentó Graciela Borges. Al otro día me envió una escultura, lo llamé para agradecerle y al segundo día me invitó a cenar y me dijo: "Me quiero casar con vos". Me fui a Italia y me casé por medio de una ceremonia... 

—¿Siguen en contacto?

—Hablo poco, pero nos queremos muchísimo.

—¿A Pato no le da celos?

—Y.... No se mete mucho en eso. Siempre le pareció que era una locura. Cuando empecé a hablar con Pato no pasaba nada con él. Dejé de verlo un tiempo y apareció Poidomani... Yo no había cagado a nadie. 

—Hace poco contaste que Pato tuvo un episodio de salud, ¿te asustaste?

—Yo sabía que le iba a pasar algo. Ese día le dije que no iba a ir a su casa porque él necesitaba estar tranquilo y yo necesitaba estar con el final de la temporada de Brujas en Buenos Aires. Ese día estaba particularmente intranquila. Lo llamé a la mañana y me dice: "Me parece que me desmayé". Inmediatamente llamé a toda su familia y lo llevaron al médico... A veces tengo miedo de que se muera.

"Tiene mucha luminosidad", dice Moria Casán sobre su pareja.

—¿Pensás en eso?

—No pienso mucho... Él duerme tan tranquilo que parece que no respira. Todo el tiempo estoy midiendo su respiración. Nosotros dormimos agarrados de la mano... Es rarísimo... 

—¿Cómo es la dinámica en Buenos Aires?

—Todos los días hablamos dos o tres veces por videollamada. Él viene a casa, pero a mí me gusta quedarme en la casa de él. Es la primera vez que me quedo en la casa de un hombre. A mí me encanta estar en la casa de él.

—¿Qué encontrás en la casa de él que te dan ganas de estar ahí?

—Lo primero que encontré fue que me compró un cepillo de dientes (risas). Encontré calidez... Tiene una casa divina... 

—¿Él te atiende cuando estás en su casa?

—¡No! Él no hace nada, pero es muy limpio y lava todo. Yo le digo "trapito" porque estás comiendo y te va sacando las miguitas. Yo soy medio caótica...

—¿Hay roces en la convivencia?

—Y... Yo la otra vez estaba buscando un zapato y sin darme cuenta lo había puesto en la heladera. Lo tenía adentro de una bolsa y lo metí con unas masitas que había llevado. Entonces ahora si me falta algo me manda a la heladera a buscarlo. Él es impecable. 

"Somos dos adultos extremos", dice con orgullo al hablar de su relación con Fernando "Pato" Galmarini.

—Siendo tan distintos, ¿le decís algo por cómo es de estructurado?

—Le dije que se relaje y que por lo menos termine de comer y después lave las cosas... Es un fanático del orden y yo estoy tratando de aprender. Yo soy súper limpia, pero cuando llego del teatro ya estoy cansada y meto toda la ropa por ahí. Yo llego después de la función con la comida para los dos y nos sentamos a comer y a charlar del día.

—¿En ese momento te das cuenta que estás viviendo algo muy especial?

—Sí, porque además comparto mucho con la familia de él y solemos ir a almorzar con ellos. Él tiene 5 hijos y 11 nietos. Son todos divinos.... 

—¿Tus nietos y los suyos se cruzan?

—Sofía nunca fue a la casa de él. So lo adora y está feliz. Nunca me cuestiona a mis parejas. Nos respetamos muchos y estamos muy amigas con Sofía.

Cómo está hoy su relación con Sofía Gala

"Yo no me decidía a tener hijos porque no me interesaba ni casarme en la catedral de blanco ni tener anillos", sentencia a 38 años del nacimiento de Sofía Gala Castiglione. "Traer una gran persona al mundo es una gran responsabilidad", dice con una seriedad contundente.

Con tranquilidad recuerda a Mario Castiglione, quien le hizo cambiar de parecer respecto a la maternidad: "Yo tengo una familia armada solo por mí. El padre de Sofía salió de nuestra vida y no tengo nada para reprocharle porque fue un buen hombre y existió para darme una hija".

Moria Casán y Sofía Gala conforman una de las relaciones de madre e hija más conocidas del país. Las idas y vueltas en su vínculo cobraron gran relevancia mediática, pero ya todo quedó en el pasado. Hoy la diva argentina se muestra en paz con su relación y presume los fuertes lazos que construyó con ella.

Moria Casán recordó a Mario Castiglione, el padre de Sofía Gala.

—¿Están en otra etapa de madre-hija?

—Sí, totalmente. Nosotras charlamos mucho. Además tenemos nuestras reuniones bohemias. Ella tiene un proyector en la casa y vemos películas. Invita a los chicos y hacemos debates. Otros días leemos poesía... Ahora Sofía está cantando. 

—¿Se va a lanzar como cantante?

—Necesita expresarse. Me decía que el teatro le está quedando chico para expresarse. Hace poco fui a la casa a escucharla y me pareció muy piola. Ella es muy genial. Además tiene un grupo de amigos muy variados: cineastas, escultores, directores de arte... Nos reunimos y hablamos del arte y la vida.

—Sentís mucho orgullo por ella...

—Sí, es "hija de..." pero se armó su nombre. Ella salió de acá y siempre va a ser mi hija. Sofía me da mucho orgullo porque construyó una carrera genial. Hace muchas cosas muy piola. Creo que lo que hice bien fue no poseerla.

Cómo vive Moria Casán su "adultez extrema"

Tal como vivió sus primeros pasos en el teatro, Moria Casán decide vivir su presente sin tapujos. Cerca de sus 80 años no pone reparos al posar en traje de baño y hasta propone realizar parte de la sesión fotográfica en una piscina climatizada. A "La One" se la ve exuberante, enérgica y con ganas de seguir desafiando algunos límites preestablecidos.

"Me sigue conmoviendo mi niña interior. Es mi escudo y está siempre firme para mí. Me enternece la niña que sigo siendo. Tengo cierto candor pese a toda la vida vivida y eso no lo pierdo nunca. Es una cosa rara porque soy un poco extraterrestre", dice entre risas mientras toma un licuado de frutillas semi recostada en un sillón.

"Me sigue conmoviendo mi niña interior", dice con sinceridad.

—Últimamente estás usando mucho el término "adultez extrema", ¿qué significa?

—Lo que estoy viviendo yo. Al mismo tiempo es una mezcla con la adolescencia. Hoy estoy en plenitud... Es parte de mi construcción. 

—¿Te pesa el paso del tiempo?

—No me pesa la edad porque soy una persona muy sana y no tengo pensamientos catastróficos. Siempre fui muy consciente de la finitud, pero, a medida que crecemos, queremos que nada termine. A mí me gustaría ser inmortal. No me asusta ni pienso en la muerte, pero me gustaría seguir viviendo para seguir disfrutando y no perderme nada. No es que quiero tener menos edad. Quiero tener lo que tengo y seguir así con la cabeza y salud que tengo. En 50 años no falté al teatro ni me enfermé.

"No me pesa la edad porque soy una persona muy sana ", declara con orgullo.

—¿Llevás algún tipo de alimentación o ejercicio en particular?

—La alimentación que tengo es la retroalimentación que hago con mi propio abastecimiento. Yo siempre trabajé en mi construcción. No es que me pesa la edad, pero veo personas que van cayendo...

—¿Y eso qué te genera?

—Nostalgia. No todas las personas con las que estoy están decadentes, pero ves un deterioro lógico. No me da miedo porque pienso en qué le habrá pasado a esa persona para estar así. No me lo cuestiono yo y no me asusta en mí.

—Hace un rato me dijiste que sí te daba miedo que a Pato le pasara algo...

—Me da cosita... Yo ese día no lo veía bien de semblante y tuvo ese episodio. Enseguida desdramatizo. Yo no pienso ni en la muerte ni en las enfermedades. Decreto y tengo una actitud muy metafísica... 

—¿Los cambios físicos te afectan?

—Y sí, me rompe un poco que se te caigan las carnes, pero hago todo para estar divina. Nado veinte piletas por día, no tomo ascensores y hago todo por escalera. Tengo el culo tipo Sol Pérez. Después todo lo pienso por la salud. Hago medicina anti-age... Además tengo 0 sedentarismo de todo tipo: mental y físico. Hay que salir siempre de la comodidad. Esto de venir a Mar del Plata se trata de eso. Si vamos a darle un cierre a Brujas tiene que ser acá y tiene sus riesgos porque sabemos que las cosas no están fáciles. Las entradas son amigables, pero cuestan $28.000. 

—Tiempo atrás habías hablado de la despedida de Susana en el teatro y dijiste "se despidió en un hotel en Uruguay" y ahora elegís que Brujas terminé en el lugar donde nació…

—Yo no me comparo con nadie. Me parece que una despedida de una estrella como Susana no es lógico hacerla así. Y no es que tenga nada con Uruguay, eh. Ella es ciudadana uruguaya-argentina. Debe sentir que su lugar de comodidad es la tele.

"Yo no me comparo con nadie", declara Moria Casán desde Mar del Plata.

—¿Alguna vez Susana se comunicó por vos por algunas de las cosas que has dicho?

—No, no nos hablamos. Fuimos buenas compañeras en la década de 1980. Ella se despidió en el teatro en Uruguay y está perfecto. Yo digo que está en su retiro impositivo, pero son boludeces e ironías. Le tengo una gran simpatía y nunca nos peleamos. Yo tengo una lengua karateka que si me preguntan cosas de ella las contesto. A partir de ahora no voy a contestar más porque hablar de Susana atrasa.

—Fuera de ella, ¿alguna vez te arrepentiste lo que dijo esa lengua karateka?

—¡No! Nunca me arrepentí. Digo lo que pienso y me chupa un huevo. No tengo filtros y nunca digo algo para herir. Lo que pasa es que yo tengo mucha riqueza de lenguaje porque soy una mina que lee mucho. Yo creé el término "Bozal legal" y frases que han quedado en el imaginario popular. Yo soy una intelectual que está en otro packaging. Todos mis años de vida se enriquecieron con todo lo que hice, pero sobre todo soy trabajadora...

—¿Hasta cuándo te imaginás trabajando?

—Por siempre... Yo retiro no puedo hacer ni aunque sea espiritual. Yo podría no trabajar más hace rato, pero para mí el trabajo no es un sacrificio. 

—¿En ningún momento antes de ir al teatro te dan ganas de quedarte haciendo otra cosa?

—¡Para nada! Estoy feliz y esperando la otra función para ir al teatro a ver lo que sucede. Es una magia que decreta uno con sus ganas y actitud.

—¿Te imaginás como Mirtha que sigue en la tele a sus 97 años?

—¡Sí! Me parece que va a ser bárbaro. Me parece que voy a trabajar toda la vida.

Fotos: Rocío Bustos
Agradecimientos: Maxi Cardaci, Galo Sotto y Hotel Hermitage.
Looks: Capri, Francisco Ayala, Carmen Steffens.

Arte de tapa: Darío Alvarellos
Retoque: Gustavo Ramírez

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