La reconocida actriz de cine, teatro y televisión Mercedes Funes, intérprete de memorables personajes como Tita Merello en 'Yo soy así, Tita de Buenos Aires'; Luz Inchausti de 'Casi Ángeles'; su gran Alicia Ferreira en 'Argentina, tierra de amor y venganza' (ATAV), o Paula, su más reciente trabajo sobre las tablas en la comedia 'Me Duele Una Mujer', es la elegida para protagonizar el Íntimo de la Semana de GENTE.
En ese marco, la actriz, que viene "de una familia de artistas" en el que la música, la poesía, la literatura y la pintura la rodearon y acompañaron siempre desde muy chica, optó por rendir homenaje al arte en su máxima expresión y, precisamente por ello, eligió realizar la producción de fotos en el increíble Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.
Mercedes Funes, quien se encuentra actualmente también participando de la ficción de Telefé 'El primero de nosotros', recordó aquellas comidas en familia en las que no faltaba la música o la poesía como pilar fundamental de las charlas en la mesa. Asimismo, la artista se abrió con GENTE y en una extensa entrevista habló de su trabajo, la relación amorosa con el periodista Cecilio Flematti, y el feminismo en el país, entre otros temas.
-¿Cómo se vincula el arte con tu labor como actriz?
-No sé si se vincula directamente. Siento que tiene que ver más que nada con que el arte está en mi ADN, fue parte de toda mi vida. Yo vengo de una familia sencilla y humilde, pero muy artística. En mi casa siempre hubo mucha música, mucha poesía y literatura.
-¿Qué recordás de esa vivencia con el arte?
-Recuerdo que mi padre escribía, era cantautor entre tantas otras cosas. Mi madre era actriz, cuando era joven trabajaba en la compañía de teatro de la San Francisco de Córdoba, ahí conoció a mi padre. Por otra parte, en la familia de mi papá, el que no tocaba la guitarra cantaba, el que no cantaba componía y el que no hacia ni una de las dos pintaba. De hecho, tengo una tía que pintaba maravillosamente bien.
-Bueno por lo que contás, era algo muy natural en tu familia...
-En casa el arte siempre atravesó mi aspecto familiar, casi que se volvió natural. En mi casa todos saben tocar la guitarra, y cuando nos juntamos a comer siempre alguien agarra la guitarra y se pone a cantar. Es algo que fue y está muy vinculado a mi hogar.
-Además de la actuación, ¿En qué otra rama del arte te ves?
-A esta altura de mi vida me es difícil imaginarme haciendo algo más, pero creo que todo lo que tenga que ver con la pintura me fascina. Pero no como pintora, sino como estudiosa de la materia. Creo que me gustaría estudiar historia del arte o ser curadora. Quizás no para ejercerlo pero simplemente para enriquecerme, tener ese conocimiento. Lo relaciono más con el placer, como una especie de hobbie.
-Qué tipo de pintura te fascina
-De toda índole. Aunque me quedo más con las pinturas que están más relacionadas a lo humano. A todo lo que tenga que ver con el retrato, el hiperrealismo. Me gusta mucho cuando encuentro humanidad en las pinturas. Entre mis pintores favoritos tengo varios, quizás son un poco cliches, pero me fascina: Caravaggio, me encanta la profundidad, la oscuridad. El museo ideal para mí es el Del Prado, en Madrid, España. Me pareció fascinante. Hay algo del arte hispánico que me fascina. El 'Jardín de las delicias' de El Bosco, me parece increíble. El tipo pintaba extraterrestres futuristas, es una cosa que no se entiende, mezclado con algunos cuadros del Goya. 'Las Meninas' de Velasquez también me gustan mucho.
-La pintura o el arte se entiende o se aprecia...
-Para mí se siente. Igual, cuando conoces un poco más la historia del cuadro lo entendés y lo apreciás a un nivel completamente diferente. Si vos miras un Guernica por ejemplo, cuando entendés de qué se trata en realidad, y ves que te está contando un episodio histórico puntual, además de los simbolismos de cada una de esas imágenes que encontrás dentro de la obra, es como si estuvieras mirando una película, un cuento. Eso es lo que me fascina de la pintura, que son relatos, son un montón de niveles. Es un mundo interesante a descubrir. Son relatos super ricos, no solamente una imagen pintada.
-¿Tenés amigos o relaciones con pintores o figuras del mundo del arte?
-No, la más cercana es la hermana de mi papá, mi tía Maria Luisa. Ella daba clases de pintura mientras atendía las cosas del hogar. Era una persona muy sencilla, humilde y cálida. Una mujer preciosa que tenia un talento para la pintura increíble. Todos en la familia tenemos un cuadro de ella. Maria Luisa sería mi referencia más cercana en relación al arte. Tengo algunos cuadros de ella que atesoro. De hecho, creo que deberíamos juntar todas sus obras y hacer una muestra, es algo que hablé en algún momento con uno de sus hijos.
La dura experiencia del desamor
Respecto a lo laboral, Mercedes Funes retornó en enero a la calle Corrientes con la comedia 'Me Duele Una Mujer', bajo la dirección de Manuel González Gil. Una obra basada en el desamor en el que Mercedes interpreta a Paula, personaje que abandona a su novio Miguel Sánchez, interpretado por Nicolas Cabré, y lo deja totalmente afectado y dolido. "La obra toca este tema desde una mirada de burla y parodia en el que es imposible no sentirse identificado", expresó la actriz a quien el desamor le parece un absurdo. "Pero a quién no le ha pasado", se preguntó entre risas.
-Entonces... ¿Tuviste episodios de desamor?
-Me ha pasado, obviamente, como toda persona que sale a la vida, y utiliza su corazón pasé por esta experiencia. Sin embargo, me parece que esto se da más que nada cuando uno lo transita en una etapa más adolescente. Ese amor de jóvenes que es más fatalista de emitir.
-¿Cómo vivís el amor, sos intensa, relajada...?
-Creo que fui modificándome con el pasar de los años. Es algo que definitivamente va de la mano del amor propio. Sin duda, me parece que la búsqueda de una compañía que te de amor en tu vida es lo más sana posible si vos primero te querés mucho a vos mismo. Igualmente, el quererse es un ejercicio, y es algo que uno va adquiriendo con el tiempo. Calculo que con la vida, y de si te preocupas por quererte cada ves más.
-Respecto a esto qué decís, ¿Cómo viene tu ejercitación?
-Yo he hecho un trabajo muy amoroso para conmigo. Hoy por hoy, ni por un segundo me movería un pelo alguien que no me demuestra que siente mucho y bello amor hacia mí. Afortunadamente estoy casada y mi amor está completamente satisfecho y pleno con Cecilio [Flematti]. Pero al margen de eso, no me fijaría en alguien que no se fija en mí. No me llama la atención, creo que es un sinónimo de sanidad en ese aspecto.
-¿Tuviste alguna relación tóxica?
-No sé si tuve alguna relación tóxica, pero quizás si pasé por relaciones en las que no me quería tanto, y permitía que me ubicaran en lugares que no eran felices para mí. Cuando uno sede cosas de uno, y empieza a renunciar a cosas que nos hace felices, en nombre de que el otro de algún modo te lo pide, me parece que eso nunca está bueno.
-Y con el tiempo, ¿A qué tipo de amores te abriste?
-Por suerte, luego llegaron otros amores a mi vida, y amores hermosos que me enseñaron algo. Yo le doy la bienvenida a un amor que venga a decirme: 'Vengo a tu vida a sumar, no vengo a quitar nada de lo que hay. Que lo que hay está buenísimo, por eso me acerco a vos'. Pero bueno, hay muchos que llegan y después te dicen: 'Esto sacalo, esto cambialo, esto es vomitivo. Entonces viste que la gente empieza a querer cambiar al otro. En ese sentido, yo siendo más chica y endeble, me he encontrado corriéndome de mi misma. Pero con los años en la vida uno aprende
Un amor tan honesto como genuino
Cabe recordar que, Mercedes Funes se volvió a vestir de blanco a los 40 años para tomar como esposo al periodista Cecilio Flematti, de 45 años. Tras haberse conocido hace cinco años en un programa de radio y mucha perseverancia, finalmente la pareja anunció su matrimonio dos años después de haber formalizado su noviazgo.
En ese marco, la artista pasó por el registro civil el 30 de septiembre de 2019 acompañada por el círculo íntimo de ella y su esposo. Asimismo, la feliz pareja festejó dos meses después en La Posada Multiespacio, en Benavidez, con familiares y amigos en una gran celebración. Entre las personas que fueron, se lo vio a Guillermo Francella; Agustina Cherry; Marynés Breña; Facundo Arana; Delfina Chaves; y Gonzalo Heredia junto a Brenda Gandini.
-Lo mencionabas más adelante... ¿Cómo empezó tu historia de amor con Cecilio?
-Mi historia de amor con Cecilio es muy linda, muy honesta si tengo que ponerle un adjetivo. Lo conocí una vez que fui de invitada a su programa de radio, uno que él hacia en aquel entonces en 'El caño vale doble', me entrevistó y ahí nos vimos por primera vez. Él dice que cuando me vio le gusté: 'Me mando la parte diciéndolo porque él lo dice (se ríe con cierta vergüenza).
-¿Y vos qué pensaste cuando lo viste?
-Yo me acuerdo que me dije: 'Que guapo'. Pero ya estaba, seguí con mi vida en ese momento. Luego pasó más de un año y me volvió a convocar para un programa de televisión. Recuerdo que estaba terminando de filmar, estaba de viaje, casi que no voy porque no encontraba espacio en mi agenda. Pero finalmente fui, y me volvió a parecer super atento, agradable. Muy centrado y cálido.
-¿Qué te llamaba la atención a diferencia de otros casos de figuras del medio?
-Yo fui a su programa, y a veces los hombres se ponen en un plan de: 'Acá estoy yo', como medio mandándosela, y a mí eso no me gusta nada. Él por el contrario, es un tipo muy centrado, cálido, y eso me gustó y pensaba: 'Mira que calidez que tiene este hombre'.
-En este segundo encuentro... ¿Llegó a avanzar la situación?
-Después de que terminó el programa él me dijo nuevamente que le gustaba y yo quede como: 'Wow' (se ríe nerviosa). Me invitó a tomar algo, pero bueno, le dije que no de nuevo, y él se lo tomó bien, me dijo que no pasaba nada. Luego con el tiempo, muy amablemente y simpáticamente me volvió a escribir un par de veces recordándome que cuando guste había una copa de Champagne pendiente: 'Si usted quiere (siempre hablándonos de usted, aclara), pero yo le volvía a decir que no (se ríe).
-¿Y cuándo le dijiste que sí?
-Un día que estaba con un amigo y recibo nuevamente un mensaje de él que decía: 'Cuando quiera ya sabe', y este amigo me anima y me dice que no tenía nada que perder, que por qué no iba: 'Te cae bien, es lindo, agradable, simpático'...
-¿Cómo estabas del corazón en ese momento?
-Yo estaba sola. Pero venía de terminar una relación muy importante en mi vida y larga. No me sentía, ni por casualidad, preparada para conocer a alguien. Sin embargo, cuando conocí a Cecilio sentí una familiaridad hermosa.
-¿Cómo fue ese encuentro con él?
-Siempre los encuentros con Cecilio son muy lindos, entre dos personas grandes que no están jugando, es todo muy honesto, muy genuino y directo. No se esconden los sentimientos. Y eso es una de las cosas que yo valoro de él y que también me conmovieron. No me gusta la gente que cambia en las relaciones humanas y no entiendo a la gente que es estratega en el amor. Me parece que es ridículo, esa actitud de mostrar desinterés: 'No le voy a llamar, voy a esperar. Le voy a clavar el visto'. Esas boludeces. Con él fue todo lo contrario, fue super honesto. Hay que aprender dejar el estúpido orgullo de lado y si el otro te dice que no, no pasa nada.
-Hay una cuestión de egos o inseguridades...
-Repito, creo que todo se circunscribe al amor propio. Si vos estás bien con vos, no tenés problemas de mostrarle al otro tu corazón, y si el otro te dice no, no pasa nada, listo, no es que te cambia la mirada sobre vos mismo.
-¿Cómo es su relación desde lo laboral, con los tiempos acotados, cómo lo sobrellevan?
-De alguna manera nos la ingeniamos, a nosotros nos gusta mucho estar juntos, pasar tiempo uno al lado del otro, lo disfrutamos un montón. De hecho, la etapa de cuarentena profunda de pandemia estuvimos en casa todo el día juntos. Etapa de la vida que separó a muchas parejas (se ríe). A nosotros nos dio un disfrute, una felicidad y union que fue genial. Fue como un reencuentro, aunque nosotros siempre nos la ingeniamos y encontramos el hueco para vernos. Él cuando puede pasa a buscarme al teatro, o yo si veo un hueco en la agenda paso por la radio y me quedo ahí. Tratamos de acompañarnos el uno y el otro. Es más, cuando yo hago giras, muchas veces Cecilio se organiza y se escapa para pasar el fin de semana conmigo. Cuando uno quiere puede.
-¿Cómo llevás las relaciones con tus ex parejas?
-No me voy a poner anecdótica. Pero sí te digo, que para mí, que se termine el amor romántico no implica que se termine el cariño. Creo que el cariño con esa persona se lo puede conservar toda la vida. Siempre fui partidaria de eso. No siempre ha sido recíproco, pero las veces que sí lo han sido me pareció maravilloso. No concibo que uno tenga que hacer como que esa persona murió, desconocerlos y nunca más hablarles. Es absurdo, es una persona con la que tuviste un vínculo, que conoce lo mas profundo de vos.
-A veces no se puede...
Bueno, a veces la realidad es distinta. También depende de los finales de cada relación, en las que se evalúa muchas cosas. Como darte cuenta que tus valores y los valores del otro no son iguales. De todas maneras, yo siempre trato de quedarme con lo mejor.
-¿Supiste del accidente de Nico Vásquez en Estados Unidos?, ¿Hubó algún llamado?
-Sí, fue horrible lo que pasó. La verdad que debió haber sido espantoso, pero no, no hablé, yo no tengo un vinculo con él. Igual, está todo bien con Nico, pero no hablamos. De todos modos, supe que gracias a Dios, que tanto él, como Gimena [Accardi], están bien.
Paz y estabilidad
Tras su magistral interpretación de Alicia Ferreira en la popular novela de El Trece, ATAV, Mercedes Funes retorna a la pantalla chica con Soledad González, uno de los personajes principales en la nueva ficción de Telefé, 'El Primero de Nosotros', en la que forma parte del elenco junto a: Benjamín Vicuña, Paola Krum, Luciano Castro, Jorgelina Aruzzi y Damián de Santo.
Soledad, el personaje que da vida nuestra protagonista del Íntimo de la Semana de Gente trata de una mujer que llega a la mediana edad y empieza a experimentar problemas existenciales en los que a sus 40 años siente culpa y frustración. "Lo que me gustó de Soledad es que visibiliza el tema de la equidad entre el hombre y la mujer en distintos aspectos", analizó Mercedes sobre su papel en el nuevo proyecto del VIS.
-¿Qué conflictos existenciales te aparecieron a los 40 años?
-Creo que ademas de la edad, pasó con el 2020 lo del coronavirus, que nos hizo a todos hacernos preguntas existenciales. En mi caso, fue eso y sumado el hecho de cumplir cuarenta. Tenia un conocido que solía decir: 'Ahora empiezan los peores 40'. Y recuerdo decirle que no coincidía. Que por lo contrario, no sé si son los peores cuarentas. En ese sentido, haciendo un juego matemático, si el numero va hacer 80, yo quiero que sean mis más despiertos cuarentas. Los más aprovechados.
-¿Qué te gustaría en esta etapa de tu vida?
-Yo lo único que quiero es paz y estabilidad. Sé que no estoy pidiendo poco (se ríe), porque no es fácil la estabilidad en estos tiempos, menos en este país. Pero, también pienso que ya todo lo que pude llegar a ambicionar ya está. Estoy viviendo lo que he ambicionado toda mi vida. Estoy trabajando donde me gusta, soy amada por una persona preciosa a quien amo, tengo salud. Tengo todo lo que deseo, soy consciente de eso y me siento muy afortunada. Asimismo, sé que nada es para siempre, pero simplemente digo que quiero quedarme acá y tratar de cuidar esto, abrazarlo y disfrutarlo cada día.
-¿Cómo te ves como actriz, persona, mujer?, ¿Cómo está la Mercedes de hoy?
Me veo más genuina. Siento que me saqué unas cuantas capas de cebollas de encima. Me veo con menos prejuicios para conmigo misma, aceptándome más. Incluso a contraposición de que por ahí mi cuerpo, mi piel, mi aspecto, lo que quieras desde lo más superficial era mejor a los 30 que a los 40, siempre estaba pensando o haciéndome más problemas por si tenia 3 kg demás o si la ropa me quedaba bien. Hoy, sin embargo, soy esto y estoy muy cómoda conmigo misma. Y tiene que ver que con los años uno aprende a quererse o terminar de quererse. Y entender que la vida es algo que se pasa, que cuando sos más chico no tenés demasiado registro de eso. Creo que hoy soy, quizás, demasiado consciente de eso. Pero no lo padezco, no es que vea los años pasar y que lamente que me voy a morir. Pero, si soy consciente de que la vida pasa, y ser consciente de eso me hace estar bien conectada a mi presente.
-¿Pensás mucho en el futuro?
-Aprendí a intentar evitar que la mente no navegue y no se ponga ansiosa pensando en el futuro o el pasado. Antes pensaba mucho en el futuro y en el pasado. (Se ríe y canta: 'Atormentada por amor'). Siempre fui muy mental, muy analítica y hoy estoy más entregada a disfrutar el día a día.
-Respecto a la maternidad, ¿Qué pensas al respecto?
-Es interesante ver cómo el tema de la maternidad es como un ítem que uno debiera llenar y detenerse a comunicar. Es interesante, porque en todo este tiempo me di cuenta de que ese ítem está precisamente porque es un mandato establecido. Como bueno, sos mujer, todavía no sos madre, estas en pareja, te casaste y el bebé todavía no. Parece que son pasos por los que hay que transitar, y son los mismos pasos que yo tenia internalizados, incluso como un deseo genuino. En fin, la realidad muchas veces dicta otras cosas. En mi caso nunca sucedió, hasta el momento, ni con otras parejas, ni con Cecilio. Hice varios tratamientos para que suceda y no, tampoco sucedió. Después me di cuenta que no quería estar forzando nada.
-Ya no lo ves como una asignatura pendiente...
-Tiene que ver con esta cuestión de la bisagra de los 40 y los mejores y peores 40 que te decía. Lo que a mí me quede por delante, no quiero estar dentro de esta búsqueda establecida. Lo dejo más a que si tiene que pasar pasará y si no pasa no me voy a detener en eso. No me va a quedar como una cuestión pendiente, o sí, pero hay miles de cosas que pueden quedar pendientes y está bien. Yo vivo y habré vivido lo que tenga que vivir, y solo yo sé cuan satisfecha estoy o no, es mi vida. Quién de afuera puede decirme que si yo no pasé por determinadas situaciones, complete o no complete "los casilleros" que estipulan si viví o me realicé como persona. Dicen: 'Bueno dejá un legado'. Pero, qué es dejar un legado. A quién se lo dejás, a quién le importa. Cuando yo no esté a quién le va a importar, a nadie. Por qué tengo que pensar en eso.
El sentido de cada día
-Tal vez tu legado pasa por tu arte, por todo lo que venís trabajando hasta ahora y que va a perdurar
-Me parece un tanto narcisista pensar en un legado. No sé. En realidad, los legados son subjetivos, lo que los demás tomen de mí ni siquiera yo lo sé. Yo no puedo manipular eso. Hoy lo único que me importa o a lo único que trato de dedicarme es a ver cómo vivo yo mi vida para mí, y de que manera la capitalizo lo mas positivamente para que tenga un sentido cada día.
-Tu personaje en la novela visibiliza cuestiones de equidad entre parejas...
-Este personaje de Soledad González pone a la luz el tema de la equidad entre el hombre y la mujer en relación a los espacios laborales, los ingresos económicos, las oportunidades socioculturales. Como también, al manejo en conjunto del hogar. Eso me gustó, porque, lo cierto es que en muchos casos, sobre todo en mujeres +40, que son mujeres que son hijas de mujeres que han sido alumnas de una enseñanza patriarcal, que son nuestras madres, quienes, a su vez, nos han transmitido esa enseñanza, y estas mujeres ocupan un rol como el de Sole en sus vidas.
-¿Creés que ahora los padres educan de una forma menos machista?
- Y.... no sé. La realidad es que todavía en los hogares las tareas no son repartidas equitativamente. Yo te puedo decir muchísimos ejemplos de mujeres de distintos estratos sociales que conozco, profesionales o no profesionales, con hijos la mayoría, en su hogar ellas hacen el 80% del trabajo y el compañero el 20. Y de eso no se habla. Me parece que está bueno hablar de eso, porque digo, parece que son las pequeñas cosas, desde ver quién lava los platos todos los días, quién hace las compras, baña a los chicos, entre otras pavadas de las que no se hablan, siguen siendo un espacio donde hay mucho funcionamiento patriarcal. Y me gustó que desde el mundo de Sole se muestre. Una chica que tiene amigos que son gente moderna, profesionales, pero en los que sigue pasando este problema.
-¿Te escriben personas que se sientan identificadas?
-Me escribe una cantidad enorme de mujeres y me dicen: 'No sabes lo identificada que me siento con vos [por su personaje, Soledad González]. Por eso me parece que está bueno hablarlo.
-Respecto al feminismo. ¿Cómo te agarró este cambio de paradigma, de pensamiento en las generaciones de mujeres más jóvenes?
-Yo siempre trabajé de actriz, y siempre fui, incluso hasta de mi familia, muy independiente y autosuficiente. Me fui a vivir sola a los 19 años y manejé mí economía desde entonces, una pequeña economía pero era la mía. Siempre decidí por mí, entonces en ese sentido ya venía viviendo con esa filosofía. Pero respecto a temas de parejas, a veces me he encontrado incomoda ocupando lugares que no me gustaban. Pero yo siempre tuve la lucidez de saber qué no, por lo que sabía poner un límite y defender mi lugar.
-¿Te pasó de tener que enseñar a colegas u hombres de tu entorno cosas respecto a estos cambios?
-Me he encontrado, no sé si educando, pero sí, re educando a algún que otro masculino en relación a enseñanzas con las que venían ellos. Y me he encontrado poniendo puntos. Quizás a otras mujeres les resulta difícil poner esos puntos, o tal vez hasta aceptan no ponerlos.
-¿Te considerás una feminista o cómo lo vivís?
-Creo que el feminismo es necesario. Yo no soy una feminista combativa, pero porque no es parte de mi personalidad. No soy una persona que sepa funcionar yendo al choque, no saco lo mejor de mí. Soy torpe a la hora de la batalla y de la disputa y de levantar el brazo y la voz. Me considero mucho más hábil a la hora de conciliar a través de un dialogo más tranquilo. Sin embargo, creo que son necesarias, las feministas que van al choque, y que hacen ruido. Gracias a esos ruidos a veces hay cosas que definitivamente se hacen ver. Para romper ciertos muros hay que pegar martillazos, patadas, mazazos. Así rompés una estructura tan fuerte como esta. La verdad es que me siento muy agradecida hacia esas mujeres combativas.
-¿Qué te pasa con los entre dichos y fuego cruzado entre las feministas con personas del medio como Amalia Granata o Viviana Canosa(...)?
-Pienso que perdemos con todo eso. Divide y reinaras, quien sea que quiera "reinar" sobre las mujeres, lo logra dividiéndonos. Convenciéndonos de que tenemos que seguir sosteniendo un modelo que supuestamente es un modelo que acompaña a la estructura familiar. Yo no creo que haya una familia sana si se construye sobre violencias. Por lo contrario, creo que cualquier ser humano tiene una psiquis sana si crece entre el amor y el respeto de los miembros de su familia. Ya sea su mama su papá, su mamá o su tía, su abuela, no importa quién, pero que haya siempre amor y respeto. El buen trato y la gentileza es indispensable, un ser humano me parece que tiene las mejores herramientas cuando se le enseña a ser amable y cuidadoso con el otro.
-¿Qué opinás de la intolerancia en el país?
-Nosotros, no sé si el mundo, pero particularmente en Argentina, nos enseñaron que si sos de algo entonces el otro es el enemigo. Por ejemplo, si sos peronista y el otro radical entonces el otro siempre es una "mierda". Siempre nos enseñaron que el que no piensa como vos es tu enemigo. Hay un nivel de intolerancia, y esa intolerancia social es lo que nos ha hecho pasar por situaciones espantosas y desgraciadas en la historia de nuestro país. Y si sumás esa intolerancia en los medios de comunicación, me parece alarmante y peligroso.
-¿Pueden convivir todos, aun con pensamientos tan radicales y opuestos?
-Con respeto todos pueden convivir. Respecto a los distintos pensamientos, la verdad es que cada ser humano tiene un pensamiento distinto. Yo seria una autoritaria si me pongo a decir que aquello que no me gusta no tiene que existir. Hay un único limite claro, indiscutible, que no dañe al otro, que no se meta con el otro. Es tan fácil y sencillo, el limite de uno empieza y termina cuando empieza y termina el respeto con el otro. En ese sentido, el feminismo proclama el respeto hacia la entidad del otro, no solo es hacia las mujeres. Es en función del lugar, del respeto al que han tenido que ser sometidas las mujeres durante todos estos años. Pero es ante cualquier ser. Porque todos somos iguales ante la ley.
-¿Cuál es tu opinión frente a las denuncias de abuso en estos tiempos?
-Creo que estamos en vías de cambio en la Justicia, donde una mujer puede denunciar un abuso, acoso o maltrato laboral con mayor facilidad. Por suerte.
El valor de los derechos ganados
-Respecto a la industria, ¿Sentís que hubieron cambios en las formas de trabajo dentro de las producciones?
-En realidad, cuando los actores tenemos escenas violentas, o eróticas, de sexo, todo lo que tiene que ver con la intimidad o con acceso al cuerpo de otro, por una cuestión de cuidado de uno y del compañero, todo se pacta previamente. Porque corresponde. Siempre estamos absolutamente atentos a cuidar el bienestar de los actores y todos dentro de la producción.
-En lo cotidiano, ¿Tenés la misma percepción?
-Creo que en lineas generales, no solo en el ámbito de la actuación, sino que, en cualquier espacio laboral, hoy cualquiera que se sienta vulnerado siente que tiene mas colchón a la hora de poder decirlo y ser escuchado, eso me parece que es un derecho ganado, y no importa quienes son los que levantaron la bandera. Igual, en un mundo ideal, lo que corresponde es que nadie te vulnere.
-¿Te pasó de tener alguien cercano a vos que haya pasado por alguno de estos episodios?, ¿Qué opinás de la justicia tardía?
-Sí, por supuesto. Creo que todos conocemos alguna persona que ha sido vulnerada de alguna manera, lamentablemente. Respecto a la Justicia, creo que como todos, está empezando también a aggiornarse a estos nuevos tiempos. Los tiempos que corren hoy son distintos a los de hace años atrás. Confío en que el rugir social efectivamente va a servir, y que la Justicia va a tener que detenerse a escuchar todo tipo de denuncia. Incluso hasta las que no son tan fáciles de demostrar.
-Desde lo artístico, qué balance se puede hacer
-Si nos pones a mirar hacia atrás, en el humor de antes, había como una especie de letra chica en relación a los chistes, respecto a la que se ponía una pollerita corta, o la colegiala que te ratonea. Esto no era más que una fotocopia de nuestra idiosincrasia como sociedad. Sin embargo, hoy, ya no estamos poniendo la mirada en esa pollerita corta, ni tampoco se pasa por alto cuando se hace algún chiste machista ofensivo sobre la mujer, me parece que esta cambiando el corazón de la sociedad y la mirada. Al cambiar la mirada todo se comunica distinto.
Fotos: Chris Beliera.
Producción y estilismo: Sofía Pérez y Santía.
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