El 2022 es el año de María Becerra (22) y ella lo supo desde siempre, desde el día en que decidió tatuarse su número favorito, que luce con orgullo en la mano derecha, y escogió para ilustrar la portada de su primer álbum de estudio 'Animal'. Ese fue el disco que la terminó de posicionar como una artista que llegó para quedarse.
Criada en el barrio de Quilmes, con apenas unos años de trayectoria, pero mucho recorrido, hoy es la cantante argentina más escuchada del país. "No tengo días normales, siempre son muy a mil", detalla en diálogo con GENTE, convirtiéndose en la figura del Íntimo de la Semana, mientras asegura que 'es difícil no perder el eje', pero que sabe cómo resguardarse.
Es la tarde de un miércoles nublado y Mari - como le dice su entorno - llega rodeada de su equipo de trabajo a una antigua fábrica textil del barrio de La Paternal para entregarse de lleno a la producción del Íntimo de GENTE con temática de 'pintora'. Sin miedo a arremangarse, 'La nena de Argentina' se calza el mameluco y comienza a juguetear con los pinceles mientras tararea sus propias canciones.
"Yo no creo pintar bien, pero me gusta hacerlo para descargar. Nunca pienso en hacer algo lindo, solo pienso en hacer algo. De chiquita pintaba en cuadernos, pero ahora estoy construyendo en mi casa un cuartito de inspiración", revela mientras hace el conteo de los objetos que allí va a tener: alfombras, almohadones en el piso, muebles bajos y una mesita ratona. "Quiero que sea una onda medio japonés. Voy a tener mi mini estudio, con piano, y una esquina con un bastidor y pintura para despejar un poco".
Mientras habla, es inevitable recordar aquellos videos de su antiguo canal de YouTube en donde hacía un recorrido por los distintos espacios de su casa y su habitación se destacaba por tener las paredes 'escrachadas' con aerosol. "En casa, hay unos cuadros que yo pinté y se los regalé a mi mamá y la verdad que son bastante lindos (se ríe). Mi mamá los guarda con mucho amor, los tiene colgados", recuerda.
La importancia de la familia en la vida de María Becerra
La familia Becerra está compuesta por seis integrantes: los papás Irene (64) y Pedro (63), y los hermanos Geraldine (30), Juan (29), María (22) y Ailín (20). Con raíces humildes, Irene y Pedro dedican sus vidas al cuidado de la salud, ella es enfermera y él es médico cardiólogo. Sin embargo, a pesar de no tener ninguna relación con el mundo del espectáculo, María nació para brillar y, tras reiterados intentos fallidos por encontrar su camino en el ambiente artístico, su vida tomó un giro de 180 grados.
-¿Qué dice tu familia del éxito que estás viviendo?
-Están re felices, ya está todo muy aceitado. Se acostumbraron a mis ritmos, fue todo muy rápido y de golpe, pero yo pude equilibrarme y ahora, no te digo que los veo todos los días, pero una vez por semana los veo. Hablamos todos los días, hay bastante comunicación, ellos están siempre para mí y en las cosas importantes yo estoy. Saben que me las tienen que avisar con tiempo y yo me guardo ese lugar. Ellos están re orgullosos.
-El día que te presentaste en el Lollapalooza con Lola Indigo, te fuiste volando porque tenías el casamiento de tu prima...
-¡Es cierto! (se ríe). Para mí la familia es muy importante. Ya me ha pasado de estar en épocas de mucho trabajo donde los descuidé. No me gusta para nada. Siento que me desencuentro conmigo misma, que me falta ese cable a tierra. Estoy en una vorágine todo el tiempo y a veces no me doy cuenta de lo mucho que los necesito.
María Becerra: una estrella de barrio
Con una risa inevitablemente contagiosa y una simpatía que le emana de los poros, La Mari concluye con la sesión de fotos e invita al equipo de GENTE a continuar la charla en su auto, rumbo a su hogar, tras una extensa jornada. "Yo soy muy tranquila, a veces parezco estar muy en la mía y tildada, pero es porque cuido mi energía. No me olvido que es trabajo también", asegura mientras bebe su jugo con proteínas de frutilla que Vivi (la mujer que trabaja en su casa) le preparó.
"La amo con todo el corazón, ella (Vivi) siempre se preocupa porque coma bien. Es como una segunda mamá, me prepara mi vianda para que la lleve a todos lados. Como yo soy vegana es complicado. Le doy mucha bola a comer bien", dice desde el asiento del acompañante, mientras Nerina, su socia y confidente, maneja.
-¿Qué pasa cuando regresás a tu barrio en Quilmes?
-No estoy mucho por el barrio cuando voy. Me quedo en mi casa todo el día. Donde sí voy mucho es a la plaza, porque tengo una sobrina chiquita y ella ama la plaza y cada vez que viene quiere ir. Entonces vamos, pero siempre full encapuchada, porque cuando se enteran que estoy ahí van a la casa y eso no me gusta. No me gusta que molesten a mi familia, que les toquen el timbre, entonces ni me muestro cuando estoy allá.
-¿Cómo manejás tanta exposición?
-Tengo mis días como cualquier persona. A veces salgo a la calle hecha una pordiosera, como diría mi mamá, y no tengo ganas de que me pidan fotos porque salgo así nomas (se ríe). En general me visto mucho así, no invierto tiempo en producirme si voy a comprar o a ensayar, entonces hay días que estoy de humor, otros que no... Pero siempre con respeto, si me piden una foto me la saco con la mejor, pero la verdad es que hay veces que no tengo ganas obviamente. Hay veces que estoy muy cansada y quiero volver a mi casa. Pero es mi normalidad, ya estoy acostumbrada.
-¿Es difícil preservar a tu familia?
-Sí, y trato de cuidarlos mucho. Les dije a cada uno que me gustaría que sus redes sociales sean privadas, hablamos con ellos de cuidados que deberían tener, como por ejemplo: nunca sacar fotos donde se vea la ubicación de la casa, por cuestiones de seguridad. Ellos no hablan de mí, se resguardan de todo. Mi familia es gente normal: van a su trabajo, van en bondi, caminando y no me gustaría que empiecen a perder eso. Me pasó con mi papá que es médico y sacaron turno con él solo para decirle que le querían pedir un video mío saludándolos.
-¿Vos qué cosas perdiste?
-Inevitablemente perdés mucho la privacidad, no poder ir a comer a algún lado con alguien sin que te saquen una foto. Ponele que quiero tener una cita, no lo puedo hacer. Es muy difícil, terminás exponiendo a la otra persona. Por ejemplo ir al cine, es otra cosa que hace muchos años no hago.
-Siempre tuviste en claro que querías ser artista y entiendo que sabés que esto es parte...
-Obvio, yo no me quejo. Si yo quiero que mi música sea conocida en todo el mundo, entonces a mi me va a conocer todo el mundo. La gente reconoce mi cara, a veces me ven camuflada y me reconocen por los ojos o la forma de caminar. Es una locura. Cuando voy con mi sobrina a la plaza, aunque me encapuche mucho, siempre alguien se da cuenta. Yo estoy súper agradecida de que me conozcan tanto, es un flash, pero tomo precauciones porque no está bueno que después te sigan a tu casa o te saquen fotos.
-¿Seguís manteniendo amistades del barrio o del colegio?
-Me llevo bien con quien era mi mejor amiga del colegio, hablamos bastante, es una divina. La aprecio mucho porque es muy buena persona. No nos vemos nunca, cada una tiene su vida, pero son esas amistades que a pesar del paso del tiempo sigue habiendo la mejor onda. La quiero mucho, la re banco y me gusta estar en contacto con ella. Cuando hablamos es un re cable a tierra.
-¿Quiénes son los amigos y amigas que la música te dio?
-Neri y Belén son mis mejores amigas. Yo vivo con Belén. Después tengo muy buenas amigas como Tini, Lola, Cazzu, todos los chicos obviamente. Nos bancamos mucho, nos damos lugar entre nosotros, no hay envidia ni ganas de pisarnos las cabezas. Somos todos re guachines, pero somos súper responsables, trabajamos y nos apoyamos. Siento que es algo de esta generación.
La Becerramanía: el fenómeno de 'La Nena de Argentina'
Hay quienes la siguen 'desde Cemento', lo que se traduce a 'desde YouTube', y quienes llegaron a ella como consecuencia de su música. Minuciosamente, María se convirtió en un ícono de esta generación, y tanto es así, que hasta se festejan cumpleaños temáticos en su honor. "A veces tienen tortas con mi cara, el souvenir mío, las bolsitas. ¡Es tremendo! Y me mata cuando se producen y personifican como yo. De repente veo a las nenas con los peinados con las trenzas y el delineado que me hago yo, y me muero de amor. Es como si fuera un ejemplo a seguir para ellas", reflexiona.
Yendo por la General Paz, con la luna de las 21 horas sobre nuestras cabezas -o el capot del auto-, María, pensativa, mira por la ventana y afirma: "Hay gente que viaja kilómetros para ir a verme en shows, que se pagan un hotel, que se quedan durmiendo en la puerta de los predios. Hace un tiempo toqué en Calafate y vino un chico desde Chile, otra chica de Bolivia, había un papá que manejó 2 mil kilómetros con la nena para traerla. Yo lo vi y lo compartí en Twitter porque él hizo un hilo con toda la experiencia", explica con sorpresa.
-¿Qué es lo más loco que un fanático hizo por vos?
-Hay un chico que siento que realmente me ama y me sigue hace mucho tiempo. En la pared de su cuarto tiene todas fotos mías y tiene una página de fans en Twitter e Instagram. Yo siento que me dedica su vida, me fue a ver al Teatro Rivadavia ¡y me esperó en la puerta de los 22 shows!. Siempre estaba cuando yo entraba y cuando yo me iba. Entonces un día le dije a Nata (Natanael, su manager) que yo quería subirlo a él a cantar, porque en 'Dime como hago' siempre subo a una persona. Entonces cuando le dijimos se largó a llorar, temblaba, no lo podía creer... Y yo no podía creer lo que él sentía por mí.
-¿Sentiste eso por alguien?
-No, a ese nivel no. Es muy zarpado tener ese amor. Me pasa que a Rihanna y Ariana Grande las admiro un montón y las amo, pero a ese nivel nunca me pasó. Cuando él chico se subió a cantar fue el mejor día de su vida ¡y yo sé que fue así!. Saber que lograste eso, que le cumpliste el sueño a alguien... después subió un hilo a Twitter con cosas que yo le dije ¡y lo vi todo! Él se moría (se ríe). Hasta el día de hoy me apoya de la misma forma y siento que va a ser así siempre.
María Becerra y la exposición
María y Nerina crearon 'La casita', un espacio de confianza e intimidad absoluta, en donde Becerra se siente cómoda y puede ser 'ella misma'. "Por ejemplo estamos en un hotel y hay mil personas gritando afuera toda la noche, entonces nosotras nos tomamos el tiempo de ver una serie, de acompañarnos. Somos el cable a tierra de la otra. Cuidamos nuestra intimidad, nuestros momentos... cuidamos 'La Casita'", explican ambas durante el viaje, y añaden que el mate es algo que nunca puede faltar en este círculo de amistad.
-La exposición también trae críticas, sobre todo en esta era de redes sociales ¿cómo te parás frente a eso?
-Ufff (suspira) ya estoy acostumbrada. Siento que tienen un odio muy selectivo conmigo.
-¿En qué sentido?
-Siempre me bardean por algo. Siento que me tienen entre ceja y ceja (se señala la cara), hago cualquier cosa y les molesta. Yo ya estoy curada de espanto. No me puedo hacer cargo de la gente. No te voy a negar que no me afecta, obvio que si, lleva tiempo lograr que no te interese.
-¿Leés las cosas que te dicen?
-Si, re, lo leo. Inevitablemente te cruzás con eso. En Twitter sigo muchas fans mías y de repente ellas están prendidas fuego peléandose con alguien que me está bardeando, entonces yo entro y veo de lo que me defienden... Y es una paja, ellas también se angustian. Pero siempre alguien me dice algo: o los portales de chimentos, o en Twitter o en Instagram, siempre en algún lado me tiran. Pero entiendo que también es parte. Sé que soy bastante conocida y hoy en día se habla de mí.
-¿Te desconectás cuado te pasa algo así?
-Si. Por ejemplo, cuando me indispongo, yo estoy muy sensible. Demasiado. Y en ese momento todo lo que leo me daña el triple, me pongo súper emocional, lloro y tengo mis etapas donde desinstalo Twitter, o no quiero ni tocar las redes y les pido a mi equipo que publiquen cosas por mí. De repente me ausento por salud, por protegerme, a veces hay que pegar esas desconectadas.
-¿Hacés terapia?
-No, estaba haciendo, pero perdí la constancia, como siempre (se ríe). Igual hago mucha terapia con amigos, conmigo misma. Internamente me pregunto siempre cómo me siento, si estoy feliz o no. Habló mucho con Neri (la mira y sonríe), debatimos mucho. Cuando estamos de gira tenemos nuestro rato para sentarnos a tomar mate, ella es mi compañera de vida, real. Estamos 24x7 juntas, en casa, en ensayos, giras... ¡me acompaña a todos lados!.
María Becerra y la maternidad: "Sueño con ser mamá"
Becerra es tía de dos nenas: Catalina, rebautizada como 'La Cata', hija de su hermano Juan, y Ámbar, hija de su hermana Geraldine. De vez en cuando, Mari deja ver algunas tiernas postales de las pequeñas en sus redes sociales, cuando viaja a visitarlas o cuando comparten algún encuentro familiar. "Las amo con todo mi corazón. Son dos nenas hermosas, lo más lindo del mundo", dice, mientras sus ojos se iluminan.
-¿Cómo sos como tía?
-Me pasa que estoy con esas pequeñas personitas y no puedo creer lo que sacan de mi. Sacan el lado más lindo, creo que nadie sacó eso de mí. Ni una pareja ni nadie. Siento que tengo en mis manos pura inocencia, es algo tan lindo. Yo quiero estar bien por y para ellas, y que ellas sean felices. Me sale el escudo protector. Me conectan mucho conmigo misma, les agarro las manitos... Me matan.
-¿Te gustaría ser mamá en algún momento?
-¡Yo sueño con ser mamá!. Desde chiquita siempre dije que quería ser madre, me encantaría tener nenas, pero bueno, lo que Dios quiera (se ríe). Siento que voy a ser una madraza. Estaría bueno, obviamente, tener una pareja estable, pero si en unos años eso no llega.... Me encantaría adoptar o hacer lo que sea, porque yo me muero por ser mamá.
-¿Tendrías una familia numerosa?
-Si, re. Yo creo que tener hermanos es lo más lindo. Los hermanos son compinches, de repente tu hermana es tu mejor amiga también. Siento que la vida con hermanos es preciosa.
María Becerra y el amor: "Enamorarse es algo que no se controla"
"Estoy muy enfocada en mí misma, me siento muy cambiada en mi forma de ver las cosas, me estoy cuidando... pasa mucho cuando estás en pareja, viste, que te descuidás un montón. A veces das mucho para el otro y eso no está bien", decía María Becerra al momento de hacer esta nota, recalcando que lo importante es quererse a uno mismo. "Me ocupo de mi trabajo, mi autoestima... Estoy full amor propio".
En las últimas horas, la popstar compartió en sus redes sociales una imagen entrelazando las manos con un joven que, según se pudo ver en videos, sería su colega el artista J Reii, con quien habría iniciado una relación hace pocas semanas.
Al ser consultada sobre la posibilidad de enamorarse nuevamente, en ese momento, Becerra no cerró las puertas a esa idea. "Eso es algo que no se controla, pero siento que por el momento no lo permitiría. Si me estuviera enamorando, me alejaría. Una relación te consume tiempo y es una paja estar enamorada y de viaje, las distancias... es todo un tema. Estando tan a mil creo que no sería responsable meterme en una relación. Quiero priorizar estar bien yo, ahora no me siento lista para una relación. Hay que estar bien con uno mismo para poder estar bien con otros", expresó.
-¿Qué aprendiste de los vínculos afectivos?
-Aprendi a entender los tiempos de las otras personas. Que los tiempos míos no son los mismos que los del otro. Aprendí a no hacerme expectativas, ilusiones a idealizar a una persona. A veces esperás que alguien se convierta en tu pareja soñada cuando no lo es. Hay que aceptar, no querer cambiar a la gente y no cegarse tanto. Yo siempre fui de cegarme en una idea y creer que alguien podía convertirse en eso que yo esperaba.
María Becerra y sus metas por cumplir
María Becerra ya es una artista consagrada con récords históricos que avalan su talento -como haber sido la única argentina en cantar en los premios Grammy. Conquistó a miles de personas alrededor del mundo y su carrera demostró no tener techo. Entre risas y delirios, y casi llegando a su casa, tras un viaje que recorrió todos los paisajes de su vida, asegura que tiene pendiente cantar con Karol G y que hacerlo con Rihanna "es un flash que se permite fantasear".
-¿Te quedan sueños por cumplir?
-¡Uy! Un montón de cosas. Un sueño muy lejano que tengo es hacer un Super Bowl, sería tremendo (se ríe) ¡Quiero hacer conciertos en Estados Unidos!. Después, tengo sueños personales: me quiero comprar una casa, le quiero comprar una casa a mis viejos... Yo ahora alquilo, pero dentro de poco, si se da, me voy a comprar un terrenito y me quiero hacer una casa de cero. Me va a llevar años porque la vamos a diseñar de cero, pero la verdad es que estoy chocha.
-¿Qué te gustaría que se sepa de vos, que no se sepa?
-Quiero que sepan que yo escribo mis canciones, creo que no lo sabe todo el mundo. Eso para mí es súper importante y siento que te da otra visión cuando escuchás a alguien. No digo que valga más o menos, pero siento que es diferente, porque estás escuchando algo que el artista escribió y es un flash. Yo cuando escuchaba canciones de artistas y me enteraba que las hacían ellos conectaba más. Quiero que sepan que lo que escuchan de mí, soy 100% yo.
Fotos: Chris Beliera
Asistente de fotografía: Verónica Lizio
Video: Manu Adaro
Producción: Roxana Harris
Asistente de producción: Gime Bright
Styling: Belén Gandara
Asistente de styling: Martina Pereira
Make up: Violeta Murphy
Peinado: Mora Burset
Asistente periodístico: Elizabeth Correa
Agradecemos a: Natanael Real (manager de María Becerra), Emilse Benítez y Justa Osadía
Locación: @espaciosbalux
Catering: @dulcemente_bk y @sabores_yalgomas