El presente de Luciana Salazar (44) está marchado por una guerra que tiene como protagonista el bienestar de su hija. Se la escucha decidida a ir hasta las últimas consecuencias. La historia todos la conocen: su enfrentamiento con Martín Redrado (63), y el reclamo económico hacia él es lo que termina de delinear parte de su día a día. Quienes no la conocen pueden decir que tiene una obsesión. Pero ella repite categóricamente que se trata de una situación a la que desea "ponerle punto final", a pesar de las trabas con la que se encuentra en la Justicia.
Mientras posa para Revista GENTE en una soñada tarde de verano, dispará sin cuidado contra el expresidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA): “Estamos hablando de una persona que de su boca me confesó que tiene problemas de inteligencia emocional. Eso te lo dice todo. Pero para el afuera la loca soy yo”. La causa entre ambas partes se encuentra hoy en la justicia civil, sin certezas sobre su resolución.
“Para mí todo es desgastante. Pero sé que mi hija lo va a valorar el día de mañana porque todo tiene que ver con ella. Lo que padezco es por Matilda. Yo vivo una violencia emocional y una manipulación económica horrorosas. Me cuesta entender cómo esta persona se va a dormir con la cabeza tranquila. Si yo fuera la pareja de Martín le diría que suelte, y jamás hubiese dejado que tuviera una deuda para con una menor. Como mujer optaría por no estar al lado de una persona que tiene problemas así. Creo que entorno le debe festejar toda las cosas que hace”, sigue.
Y continúa apasionada: “Mi gran lucha es que el día de mañana Matilda, cuando tome conciencia de todo y tenga poder de discernimiento, pueda darse cuenta de las cosas de las que su mamá se ocupó. Hablo tanto con los abogados que ya se los conoce a todos. Ella va a entender todo el sacrificio que estoy haciendo para proteger a sus derechos, que son los derechos con los que vino al mundo. Cuando una pareja decide traer a un hijo al mundo piensa en muchas cosas para poder concretar ese deseo".
“Estoy luchando frente a una persona que tiene dinero y poder y eso te deja en desventaja. La gente que tenemos en común dice que Martín hace esto por un tema emocional porque no puede soltar y por eso lo sigue dilatando en la justicia este tema”, relata.
"A ella se le están vulnerando derechos por parte de una persona que casi tiene 64 años, fue presidente del Banco Central y tuvo varios cargos políticos. Más allá de lo humano, que lo deja mal parado, tiene que dar el ejemplo. Nunca pensé que iba a traspasar el límite de meterse con Matilda. Conmigo sí porque es un despechado… y el hombre despechado es diez veces peor que la mujer. No puede soltar”, continúa.
Qué le reclama Luciana Salazar a Martín Redrado
“Todo estaba dirimido desde el día uno, cuando firmamos con un abogado el acuerdo. No es una cuestión de números porque eso ya estaba fijado en los acuerdos por ambas partes. El reclamo es por la cuota alimentaria, tal como lo define la Justicia. De hecho esta causa está en un juzgado de familia”, explica a Revista GENTE.
-El conflicto lleva tres años y la verdad es que la gente no termina de entender tu reclamo: ¿Por qué no te creen?
-Me choca que a la gente le pase eso. La gente maneja una falta de información tremenda. Estamos en un país que sigue siendo machista. Los medios manejaron muy mal al tema porque le creen a él, que mintió en todo. A mí me censuraron en canales y productoras por pedido de él. La verdad es la siempre dije y la estoy demostrando en la Justicia con pruebas contundentes. Siempre me quiso hacer quedar como la que fantaseaba cosas que no eran. La gente se pregunta por qué y para cada cosa hay una explicación.
-¿Cómo cual?
-El hecho de que siempre me dicen que él afirma no ser el padre. No me corresponde decir a mí por qué no lo es. Pero llegamos a esta situación (el método de concepción por el que nació Matilda) porque había una de las dos partes que no podía tener hijos de manera natural, y te puedo asegurar que yo lo podía hacer perfectamente. Él se hizo cargo de todo el tratamiento. Me obligó a mentir en ese momento diciendo que estábamos separados para que sus hijos no generaran un problema porque iban a pensar que Matilda era hija de él. Mira todo lo que tuve que soportar.
-A vos siempre te criticaron por no haber gestado a Matilda.
-El tema ése tiene muchas explicaciones. No sólo las que di en su momento. Eso lo tiene que saber primero mi hija. El día que yo o ella lo podamos contar, se les va a caer la cara a muchos de los que tuvieron el tupé de decir que no la quise llevar en mi vientre porque no quería que se me deformara el cuerpo. Ni se imaginan lo que estaba viviendo en ese momento.
-¿La sociedad tuvo un prejuicio con vos y tu reclamo?
-Claro que sí. Primero porque soy mujer y después por mi perfil profesional. Esta persona creo un relato falso que quedó en la gente.
-¿Hasta cuándo él cumplió con lo acordado?
-Hasta que Matilda tenía tres años. Hay pruebas contundentes que estoy aportando.
-¿Cuándo fue la última ves que hablaste con Martín?
-Hace unos tres años, a fines de 2021, cuando firmamos, acompañados de Ana Rosenfeld, una especie de bandera blanca. ¡Que después salió a desmentir! A pesar de que había fotos del encuentro y un documento con su firma.
-¿Qué tipo de situaciones vivías con él?
-El horror de que venga a ver a escondidas a Matilda. No se podía enterar nadie. Y, en ese contexto, cuando ya no estabamos juntos, quería tener relaciones conmigo.
-Si se hace cargo y te pide la revinculación, ¿aceptás?
-Muchas veces lo pidió. Casi me lo rogó. Yo no quise porque la abandonó varias veces. Un niño no es un envase descartable. Él a Matilda la tuvo así. Una vez la vio en el barrio privado, le sacaron una foto, se le armó lío en su entorno y no la quiso ver más.
-¿Ella te reclama por su figura?
-Matilda tiene memoria: se acuerda de todo lo que le pasaba desde que tenía un año. En más de una oportunidad ha preguntado por qué no lo veía más. Yo, dentro de lo que es una cabecita de una nena chiquita, le pude explicar. A medida que va creciendo se le explican más cosas. Matilda sabe que Martín se portó mal. “A mí no me hizo nada”, me contestaba. Pero yo le explicaba que hacer mal no era necesariamente un daño físico. Hoy ya puedo hablar abiertamente de que él no se hace cargo de un montón de situaciones que se tendría que hacer cargo, que recaen en mí y me generan angustia.
-¿Y no lo quiere ver?
-No. A veces ve que se habla de él así de pasada en la televisión y me dice “no quiero verlo”. Sabe que se comportó mal. Es triste porque a medida que pasa el tiempo va tomando más conciencia de lo que le hizo.
-¿Cómo la mantenés aislada a Matilda de lo que se comenta mediáticamente?
-No la pongo a ver televisión todo el día. No está en ese mundo. Sí, me pregunta cosas y noto que esos interrogantes que tiene cada vez se vuelven más profundos. No es lo mismo que cuando tenía tres años.
El estricto método de crianza que eligió para Matilda Salazar
“Yo no fui madre sola por elección. Fue a la fuerza. Me tuve que hacer cargo porque las situaciones me llevaron a eso. Me dedico mucho a la educación de Matilda porque soy su única familia”, comienza contando sobre el día a día de la menor.
Y apunta: “Soy muy exigente en cuanto a los modales, las formas y la educación. Todo el tiempo le remarco lo bueno, lo malo y lo que puede corregir. En su momento elegimos con Martín el colegio al que va, porque es de su nacionalidad y porque yo sabía que en ese lugar no iba a ser un número más”.
“Es un colegio cosmopolita, con todas las culturas. Yo quería que mi hija fuera una mujer abierta, que tuviera contacto con todas las razas y religiones. Es un colegio que contiene mucho a los chicos y cuenta con un nivel educativo imponente. Lo que lograron con mi hija es alucinante. Sabía que ahí no iba a vivir el bullying como iba a vivir en otro colegio por, por ejemplo, ser hija de un famoso. Martín eligió esta lugar por todo estos motivos que te explico”, agrega.
-¿Cómo podés definir a Matilda?
-Es una nena que tiene diagnosticada hiperactividad. Eso a veces le trae algún tipo de complicación, porque todo el tiempo quiere estar haciendo algo. Es difícil que se quede quieta. Es una nena solidaria que tiene carácter y personalidad marcados. Tal vez, quizás por el hecho de que es hija única, hay que trabajarle los límites. Pero lo que tiene es un corazón inmenso: se preocupa mucho por lo que le pasa a los seres que ella quiere.
-¿Qué herramientas le das para canalizar toda esa energía?
-Los deportes y las actividades extracurriculares en el colegio: baile, patín, gimnasia rítmica, acrobacia y entrenamiento de porrista. Tiene actividades todos los días. Le estamos encontrando cualidades que nos asombran.
-¿Cuáles, por ejemplo?
-Le decimos la “mini Carolina Herrera” porque tiene una idea impresionante del mundo fashionista. El otro día la encontré cociendo. Estaba con una aguja e hilo armando una ropa para una muñeca. Yo no podía creer su manejo ara hacer eso y su noción de las proporciones, para que le quede bien a la muñeca. Me impresionó.
-¿Te cuenta a qué se quiere dedicar cuando sea grande?
-Dice que quiere ser modelo y que le gustaría diseñar. También a veces salta con que desea ser cantante. Ella es muy artista. A veces la veo bailar o actuar frente al espejo. Tiene mucha facilidad con el arte.
-Si te dice efectivamente que quiere ser modelo, ¿qué posición tomas en base a tu experiencia en el medio?
-La acompañaría. Yo tuve una prueba de fuego con ella cuando a los cuatro años la llamaron para hacer una campaña de zapatillas. Nunca había hecho fotos profesionales comerciales. Ese día no la podían sacar del set. Si ella me lo pide, es una cosa. Sólo te pongo esto de ejemplo. Ahora es chica, lo que haga va a ser más lúdico.
-¿Cómo tomas las críticas que te hacen por cómo la vestís?
-¿Vos por qué pensas que es? Una nena totalmente sana, feliz, que juega con la mamá, que no hace nada ilegal, que está vestida como una niña… Suena feo que salga de mi boca. Pero acá las críticas pasan por otro lado. No me meto con nadie y soy una mujer libre que educa a una niña sola y, bueno, parece que eso es algo que molesta mucho.
Luciana Salazar habla de los problemas laborales que tuvo por Redrado
“Redrado le puso un freno a mi carrera. Es raro que antes estuviera convocada a un programa muy seguido, me dejaran de llamar y después apareció él. Hablo de una productora y de un canal con el que me vinculé mucho y que a la vez tiene mucha afinidad con él. El productor general, que armaba el proyecto y me quería, no me terminó llamando más. Hay cosas raras que me han comentado. Estoy como bloqueada por él. Igual, por como está la tele hoy, nada me llama la atención. En la tele no hay plata, los sueldos son malísimos. Mucho panelismo que no me interesa”, entiende.
-Cuando en el verano fuiste a la fiesta de GENTE en Punta del Este te hicieron una entrevista en la puerta que se hizo viral porque dijiste que te ibas a “hacer trámites” a Estados Unidos.
-Tendría que hacer un reality de mi vida porque veo mucha gente preocupada por saber qué hago, de dónde saco la plata. Me extraña. ¡Que importante soy! Hace un año que no trabajo en tele, pero no saben lo que hago para el exterior. Como el trabajo que tengo con Perú, que es muy bueno (detalla que se trata de uno "relacionado a una filmación") y por el que me pagan muy bien. ¿Yo tengo que pasar un parte de todo? ¿Por qué no se lo piden a los políticos?
-¿Y qué eran esos trámites?
-¿De verdad tengo que decir lo que hago de mi vida? Para mi era algo muy privado y no sé si tenía ganas de mencionarlo en una nota en Punta del Este, en la puerta de un evento y a las apuradas. El viaje fue a Estados Unidos, sí, y porque allá tengo mis embriones y óvulos congelados. Cuando firme la primera vez pedí que se desecharan después de un tiempo, y ahora cambié de opinión. Y viajé para hacer ese trámite, que debe ser presencial porque hay que firmar miles de papeles. Tal vez no tenía ganas de explicar eso en una nota como ésa. Yo no conocía la dinámica del chico que me empezó a grabar desde que me interceptó, sin que yo me diera cuenta de cuándo empezó la entrevista.
-Te noto enojada.
-Es que no me gusta estar contando cada cosa que hago. Me divierte saber que genero misterio en la gente. Siempre fui misteriosa con la intimidad de mi vida: la guardo para mi gente. Hay un morbo de querer hacerme quedar mal basado en resentimiento y envidia.
-Esto deriva en el día en el que Mirtha te preguntó de qué trabajas.
-Y por vez número mil vuelvo a decir que Mirtha preguntó eso porque la semana anterior una persona malintencionada instaló el tema. A esa persona (Yanina Latorre) la llevé a juicio por hostigamiento. Ni me interesa nombrarla. Todos sabemos que Mirtha es una persona que estudia a las personas que la visitan y justo esa semana salió en los medios esta situación. ¡A Mirtha hasta le hice homenajes cantándole en vivo…! Así que le contesté por respeto, pero quizás no lo tendría que haber hecho. Igual me importa un bledo lo que piense la gente. Nada.
-Ya que estamos en el “de qué trabajás”, ¿cuáles son tus proyectos actuales?
-Desde que arrancó el sitio Divas Play (la plataforma de suscripción para mayores de 18 años que conecta a creadores de contenidos con sus seguidores), me llaman insistentemente. Yo los vengo pateando, pero ahora me endulzaron mucho con la plata. Ni la tele maneja esos números. Así que lo estoy meditando para poder pagar el colegio de mi hija porque la cuota es elevada en dólares. Si bien no confirmé, lo estoy meditando. Ellos siempre buscan una figura fuerte: Wanda, Flor Peña, Cande Tinelli… y a mí, que me quieren desde el día uno. Llamaron hasta a mis amigos como Marcelo Polino para convencerme. Sigo en duda.
A 20 años de su estelar coronación en Viña del Mar
“Es una locura que hayan pasado dos décadas. Ese piscinazo fue emblemático. Fueron diez días muy intensos en Viña del Mar: en cada uno sucedía algo y salía en todas las tapas. Ni yo entendía lo que pasaba. Lo que se generó fue impresionante. Que hasta hoy lo sigan recordando es un orgullo.
-¿Qué queda de esa Luciana de hace veinte años?
-Todo. En ese entonces era más desfachatada. Yo soy así. Me encanta divertirme y pasarla bien en mi trabajo con la mejor onda. Ese espíritu lo mantengo siempre.
-¿Hay sueños laborales por materializar?
-Cumplí todos. Igual siempre existe algo más, porque si no no se seguiría soñando. El día de mañana me gustaría meterme en política, aunque hace tres años deje de tuitear porque todo está justamente muy politizado. Me encantaría el día de mañana estar en un programa político haciendo conducción. Me lo han ofrecido, pero no llegamos a los números.
-¿Y un cargo?
-Me ofrecieron también. Pero una persona que asume un cargo tiene una responsabilidad grande. No es que empezás a hablar de política y te postulás a uno.
-Un caso mediático podría ser el de Mariana Brey que, después de toda una carrera en espectáculos, se metió en la política y hasta se rumoreó que puede llegar a ser candidata.
-Si a ella le gusta está perfecto. Tiene voz y sabe defender lo que quiere. Creo que en la actualidad el periodista político perdió la objetividad. Lo digo en general. Me gustan los comunicadores que le pegan a todos y a los que no se les nota el fanatismo. Me cuesta encontrar "al" periodista independiente. Yo en ese lugar le pegaría a todos, más allá de cualquier bandera.
Fotos: Chris Beliera
Maquilló y peinó: Max Jara
Edición y retoque digital: Darío Alvarellos y Gustavo Ramírez
