Después del drama llegó la luz. Y tiene nombre y apellido. Julieta Prandi habla a corazón abierto sobre cómo el amor transformó su vida. La figura de Emanuel Ortega llegó para comenzar a sanar heridas del pasado que, a pesar de todo, hoy siguen abiertas. Y este proceso incluyó la publicación de su primera novela, Yo tendría que estar muerta, lo que es también el símbolo del famoso “cerrar etapas”. La modelo y conductora no duda en afirmar que hoy está "en paz", gracias a un trabajo que le llevó años. Sin embargo, y también lo enfatiza, el pedido de Justicia es inclaudicable.
En febrero de 2019 abandonó el hogar familiar tras diez años de relación con Claudio Contardi, a quien denunció "por haber sufrido abuso sexual y varios tipos de violencia. Aún no hay fecha de juicio. En agosto tenemos la audiencia preliminar (en el Tribunal en lo Criminal N°2 de Campana), que es donde se presentan los testigos y las querellas. Hay toda una cuestión de protocolo eterno en la Justicia. El proceso es muy lento. Mi esperanza es tener una idea después de esa audiencia”, cuenta en diálogo con Revista GENTE.
-¿Hoy cómo estás parada frente a esto?
-No te puedo decir que es mi mejor momento. Hay muchas cosas por resolver. Pero bueno, me encuentro bien y en paz. Estoy entera, fortalecida con mis terapias y abrazándome a full. Hubo tiempos en donde estuve enojada conmigo misma. Construyo mi día a día tranquila.
-¿Existieron momentos en los que te reprochaste algo?
-Cualquier persona que atravesó una situación como la mía en algún momento llega a culparse. "¿Cómo no me di cuenta?" "¿Cómo no salí antes?" "¡Qué estúpida fui!" Nadie va a poder cambiar el pasado. Al que no lo vivió le cuesta entender cómo en casos así uno tiene debilitado su amor propio y la confianza. Yo no podía darme cuenta de un montón de cosas. Tampoco es mi culpa lo que debí transitar. Tengo que agradecerme que pude salir de ahí, cuando muchas personas no pueden o no se lo permitieron. Hoy estoy acá para contarlo.
-¿Hubo una situación que te haya provocado el famoso click?
-No es para hablarlo en una entrevista. Existieron muchas situaciones. Hay un momento en el que te empezas a dar cuenta, pero no logras encontrar la salida. Hasta que diseñás el plan de escape, pasa el tiempo. Estás con miedo… Yo tenía dos hijos. No es tan sencillo. Los detalles de esto se van a a dirimir en un juzgado.
-¿Quiénes te ayudaron en ese plan de escape?
-Esto es lo que le pasa a la mayoría de las mujeres en estos casos: por lo general no pedimos ayuda. Mis padres viven afuera y estuve cuatro años sin hablarme con ellos. Es parte de todo el alejamiento de tus afectos que te genera una relación así. La verdad es que cuesta mucho entender el proceso de una víctima de violencia. Los que no lo entienden se preguntan por qué no pediste ayuda. Y no, no podés hacerlo porque estás atrapada en el miedo. La familia es la que se tiene que acercar, los amigos o un compañero de trabajo, porque la víctima no va a pedir ayuda. Hay que tomar acción porque el tiempo corre y, mientras corre, más grande es el peligro.
-¿Cómo se encuentran hoy Mateo y Rocco?
-Súper bien. Tienen estabilidad, una familia y están contenidos en un hogar con sus rutinas diarias y el colegio. El más chiquito es arquero en River y el más grande, para mí, está entre seguir periodismo deportivo o alguna carrera relacionada con la política y la historia.
El rol de Emanuel Ortega en la vida de Julieta Prandi
“A nivel personal estoy muy bien con mis hijos y convivo con Emanuel, el hombre que elijo desde hace cuatro años. Hemos armado una linda familia, un equipo. No desde los mandatos. Lo digo como una unión muy linda que se dio entre los dos”, cuenta Prandi a la hora de definir su vínculo con el artista. “Mi relación de pareja es muy de cuidarnos entre nosotros, y eso se traslada a todos los integrantes de la familia”, añade.
Y, sigue, narrando con mucho entusiasmo: “A mí me resultó inevitable amar a Emanuel. No tuve opción. La sensación fue ‘apareció y ojalá salga bien’. Así fue. No sé si alguna vez te pasó esto de que te pase algo y querer contárselo a alguna persona. Bueno, él es esa persona. Si tengo un día gris, estando abrazada de él me calmo. Sus consejos son clarificadores. Somos muy parecidos en nuestra calma. Lo que me falta lo encuentro en él”.
Esta historia de amor nació en plena pandemia, durante esos clásicos días en los que la virtualidad reinaba. Ortega le respondió a una foto que ella subió de unas vacaciones en Cuba. “Era uno de esos mensajes que podría no haber visto nunca porque cayó en spam. Pero lo vi. Me pregunté si era él o un perfil fake. Empezamos a charlar sin ningún interés de hacer nada, a los tres días estábamos hablando por teléfono y después comenzamos una especie de relación a distancia, hasta que él vino acá. Era plena pandemia, Emanuel estaba en Estados Unidos… difícil”, recuerda.
-¿Cómo fue volver a apostar al amor después de una relación tan traumática?
-No pensé que iba a pasar. Sin embargo, apareció Emanuel y me resultó imposible no creer y enamorarme. Uno no elige en qué momento le va a suceder. Fue una hermosa sorpresa. Cuando nos conocimos en persona fue como si nos conociéramos de otro tiempo, de otra vida. Nunca dudé. Tuvimos que adaptarnos entre mis procesos judiciales, mi historia e hijos. Fue un paso a paso. Las parejas son la construcción del día a día. Siempre fue importante el diálogo.
-¿Se casarían?
-No nos significa tanto eso como el hecho de realmente elegirnos en la relación. No nos quita el sueño.
-¿De qué manera se ensambló la familia hasta llegar a la convivencia y el famoso “los tuyos, los míos y los nuestros”, ahora que se sumó Bautista?
-Hace tres años que convivo con Emanuel. Creo que me llevo mejor con él desde que vivimos juntos que cuando cada uno estaba en su casa. En la convivencia no hay roces. Nos acompañamos más, aunque cada uno tiene su espacio. Es re lindo a la noche llegar, comer juntos y contarnos nuestras cosas. Y con nuestros hijos pasó lo mismo, y de forma natural. Son chicos que lo adoran y él a ellos.
-¿Cómo es tu vínculo con Bautista, el hijo que Emanuel tuvo con Ana Paula Dutil que ahora se mudó con ustedes?
-Sííí (con mucho entusiasmo). Tenemos una relación hermosa. Compartimos muchas reuniones familiares y ahora se dio que él está viviendo con nosotros. Para mí es un hijo más, lo adoro. Él esta muy cómodo y mis hijos ni te cuento, tienen un hermano más. Andan chochos.
-En una entrevista con GENTE, Bautista dijo que vos le hiciste muy bien a su papá.
-(Se emociona) ¡Ay, mi amor! ¡Qué lindo! Nosotros nos acompañamos mucho. Somos cuidadosos de la historia de cada uno. No voy a hablar de la suya, y entendés a lo que me refiero. Pero sí te puedo decir que nos nutrimos entre nosotros. Él me hace bien a mí y yo le hago bien a él.
-¿Sentís que lo cambiaste un poco a Emanuel? Hace unas semanas le dio una nota a Fer Dente, mostrándose muy suelto...
-Sin entrar en detalles, yo colaboro en todo lo que es positivo para él, como él lo hace conmigo. Hace mucho que Emanuel no daba una entrevista. Se dio que tenía que presentar Presa, y era necesario que se mostrara. Yo le dije que era el marco indicado, porque Fer es un amor y conduce un programa con mucha calma y música.
-... Que haya escrito un tema musical con tu historia muestra la unión que hay entre ambos.
-Claro. La canción habla de la historia del libro y de mi historia, porque me representa a mí, a Lucía (en personaje que cuenta la historia) y a todas las víctimas de violencia de género. En varios colegios la están usando para hablar de esta problemática. El otro día a Emanuel le escribió una mamá contándole que tiene una hija de 18 años que hace un año está en una relación así y no ven. Siente que la canción los representa porque en algún momento van a poder recuperarla. Es fuerte ver que en la vida real hay otras personas que sienten lo mismo en su propia piel.
-¿Cómo es ser parte de la familia Ortega?
-Es una familia que se cuida mucho, se apoyan y con talento desparramado entre nietos, hijos, sobrinos. Muchas personas distintas que se quieren mucho. A mis suegros los amo con todo el corazón.
-¿Cómo te recibieron Palito y Evangelina?
-De una forma increíble. Ramón es un ser humano de otro planeta, con una sencillez que encandila. Más allá de su vida y trayectoria, con lo que significa en la música argentina, se merece mi admiración como persona. Y Evangelina es un ejemplo de esposa, madre y abuela. De sas personas que está presente siempre, sabiendo escuchar… los cuida a todos. A los dos le digo gracias por el hombre que trajeron al mundo. Son seres hermosos que me abrieron las puertas de sus casas.
Cumplir un sueño y cerrar una etapa
“Es una novela basada en hechos reales”, es lo primero que aclara Julieta sobre el libro Yo tendría que estar muerta. La revelación llega gracias a que confiesa que el sueño de su vida es dedicarse a la escritura..., y que nunca imaginó desarrollar una carrera como modelo.
“Terminé el colegio y arranqué Ciencias de la Comunicación, pero de pronto me encontré en otro camino al que me llevó el trabajo. Pero eso no me distrajo de seguir buscando ese sueño. Disfruté plenamente todo lo que hice, porque fue una forma de comunicar. Sí, me parece que haber publicado mi libro es materializar mi primer sueño real, el más profundo de mi vida. Hoy tengo orgullo y felicidad por lograrlo”, detalla.
-Yo tendría que estar muerta es un título fuerte.
-Nace de una frase mía conversando con Marcela Citterio, dueña de la editorial The Orlando Books. En las charlas previas, mientras abordábamos el contenido de la novela y de mi historia, que sirve como inspiración, profundamente le dije “yo debería estar muerta”. Y ahí enseguida me dijo que ese era el título. Uno cuando abre su corazón no presta atención a las palabras que elige para expresarse, pero el otro se impacta con frases como ésta. Ella no se equivocó. Cada vez que menciono la frase genera muchas sensaciones y preguntas.
-¿Y por qué sensaciones atravesaste vos al escribir este libro?
-Fue una montaña rusa de vivencias, recuerdos y de historias que conozco. Por momentos era más fácil transitarlo, y por otros era muy difícil. Yo tenía una escritora que me iba asistiendo minuto a minuto durante los nueve meses que duró el proceso. Fue largo, pero también sanador. Cuando uno escribe va curando cosas. Al terminar el libro, la sensación que tuve fue de empoderamiento y libertad. Ahora voy más liviana por la vida. Todo lo que quería decir está dicho.
-¿Cuál fue el feedback?
-Muy fuerte. Es un tema que, más allá de que es una ficción, le toca a un número muy grande de mujeres que pasaron por esto o que tienen a una allegada viviéndolo. Siento que se generó una especie de efecto espejo. Todos los comentarios que recibí son de lectoras movilizadas. Muchas personas me vienen a buscar a la radio para pedirme ayuda. Si esta novela sirve para que al menos una mujer se de cuenta de que está sumida en una situación así, ya me sirve. Y está pasando. Celebro que muchas se den cuenta dónde están metidas.
-Más allá de ser una historia ficcionada, ¿tuviste miedo de exponer esos costados en donde Lucía encuentra un paralelismo con lo que te pasó a vos?
-No. Yo padecí miedo cuando vivía bajo el mismo techo con el padre de mis hijos, y desde que me fui de esa casa nunca más lo sentí. Todos los demonios, infiernos y pesadillas que pude haber tenido los enfrenté el día que pateé la puerta de casa y me fui. Yo estoy ahora en otra dimensión. Cuando me liberé, me liberé de verdad. Escribir sobre un tema así no es al azar. Uno escribe sobre lo que conoce. Por más que crees personajes, hay temáticas que uno transitó de determinada manera y por eso le es más fácil contarlas. Sin importar cuál sea. A la vida de Lucía la conozco, la entiendo y me costó padecerla.
-¿Cuánto tiene Lucía de vos?
-Es una mujer muy aguerrida e independiente a la que le costó llegar al éxito de su carrera. Ella está conduciendo el noticiero más importante de la televisión, pero para eso tuvo que luchar un montón. Me identifico también ahí porque a mí nadie me regaló nada, hasta este renacer me lo debo a mí. También tenemos en común la ingenuidad y la transparencia: para ser víctima de alguien así tenés que ser una persona más pura. A Lucía le puse algunos condimentos, como que escribe en un diario como yo y otros detalles que decidí regalarle como un homenaje que le quise regalar a mi abuelo.
-Si Julieta lee este libro y le quiere aconsejar algo a Lucía, ¿qué le recomienda en base a su propia experiencia?
-Ufff. Es muy difícil. Es querer hablarle a una persona que está atrapada sin salida, y decirle que salga corriendo. No es tan fácil. A Lucía me hubiera encantado alertarla. Cuando vos leés el libro querés salir a buscarla.
-Ella termina aislada.
-Sí. Llega un momento en el que está prácticamente sola en una situación muy dramática y oscura.
El shooting black white de Julieta Prandi en GENTE (y sus frases para GENTE)
Fotos: Chris Beliera (@chrisbeliera).
Estilismo: Ale García (@alegarcia360).
Retoque digital y armado de portada: Gustavo Ramírez.
Diseño de tapa: Darío Alvarellos.
Maquilló: @barbymencia para @veroluna.makeup.
Peinó: Sochi Herrera (@sochiherrera).
Agradecemos a: @fabianzirraofficial, @laspepasinst, @claraibarguren y @lachicadelosstilettos y muy especialmente a Charly Ronco (@charlyroncopr). .