Flor Peña cuenta cómo atraviesa sus 50 años, habla de la "crianza libre" de sus hijos y revela sus secretos de amor con Ramiro Ponce de León – GENTE Online
 

Flor Peña cuenta cómo atraviesa sus 50 años, habla de la "crianza libre" de sus hijos y revela sus secretos de amor con Ramiro Ponce de León

A punto de despedir su exitosa temporada en Mar del Plata con Mamma Mía! y prepararse para convertirse en Mujer bonita, repasa su carrera y su vida y cuenta cómo vive "las embestidas" que suele recibir desde afuera. "Mi solidez como artistas es proporcional a los golpes que recibo", reflexiona ante Revista GENTE.
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"Empecé a a pensar en la finitud", confiesa Florencia Peña a tres meses de haber cumplido 50 años. Como era de esperar, al momento de hacer balances por este aniversario de vida el saldo es mayormente positivo. En esta entrevista con Revista GENTE la artista hace un repaso por su vida que una y otra vez la regresa al presente que vive y del que disfruta en cada momento.

Fiel a su estilo honesto, también se hace cargo de las cosas negativas que vive y las analiza. Sin entrar en detalles, se refiere a las "embestidas" que recibió del exterior y revela como nunca antes de qué manera las vivió puertas adentro.

Florencia Peña, el personaje de tapa de este semana en Revista GENTE.

Además, habla en detalle sobre cómo se encuentran hoy sus tres hijos, Tomás, Juan y Felipe, del profundo orgullo que siente hacia ellos y de los métodos de crianza que aplicó para que reine la libertad y el humor en su familia.

A la vez se refiere a Ramiro Ponce de León, el abogado salteño que la enamoró hace doce años y con quien se encuentra casada hace tres. Sobre él, quien mantiene un bajísimo perfil, revela cómo la acompaña en sus momentos más difíciles y cuáles son los divertidos planes que tienen para mantener vivo su amor.

Florencia Peña habla sobre el fin de Mamma Mía!, el éxito teatral que conquistó a todos

A pocas semanas de concluir su trabajo en Mamma Mía!, el musical que conquistó las plazas más importantes del teatro argentino, la actriz se refiere a la importancia de este trabajo en su vida y del placer que le significól personificar a Donna, la gran protagonista de esta historia.

Como frutilla del postre, ella y el resto del elenco se despiden de los escenarios con cuatro Estrella de Mar. Por esta performance, Flor recibió el premio como Mejor Actriz de teatro musical. Además, Mamma Mía! fue premiada como mejor obra en su categoría, Alejandro Paker recibió el premio a Mejor Actor de teatro musical y José “El Purre” Giménez Zapiola, se llevó la estatuilla a Revelación.

—Obviamente recibir un premio por tu trabajo debe ser hermoso, ¿cómo lo viviste en esta oportunidad?

—Y sí, cuando venís haciendo un laburo que está bueno y la gente lo disfruta mucho, es hermoso... Nos dio muchas satisfacciones no sólo a nivel de público, sino a nivel del éxito personal. En lo que a mí refiere, la verdad es que tengo que estar muy agradecida porque fue uno de los trabajos que más placer me dio hacer. Y he tenido grandes críticas por mi trabajo en él.

—¿Qué lo diferenció de otros para que te genere ese placer extra?

—El principal es que soy una actriz más madura, por la edad que tengo. La capacidad artística y el talento tiene mucho que ver con la experiencia y con el camino atravesado. Sobre todo con el camino de la vivencia... Cuanto uno más se deja atravesar por la vida, ante más dolores que ha tenido, un mejor actor se convierte por atento. Yo hoy soy una mejor actriz que antes. Creo que con este laburo hice algo distinto a otras versiones en el mundo. Vi varias en otros países y ninguno se parece a la nuestra. 

"Yo hoy soy una mejor actriz que antes", asegura Florencia Peña a sus 50 años.

—¿En qué aspectos esta obra te modificó a vos?

–A mí me atravesó mucho el tema de la maternidad. Donna es una mujer bastante feminista, decide ser mamá soltera y lleva adelante su emprendimiento que es el hotel que tiene en Grecia. De alguna manera eso me atraviesa. No fui madre soltera, pero sí me atraviesa respecto a cómo crié a mis hijos. Además fue una obra en la que le encontré la vuelta tanto para hacer reír como para conmover. 

—Además el público los acompañó muchísimo...

—¡Fue un exitazo total! Eso quiere decir que tuvo magia desde el día uno. Para mí fue hermoso porque uno le pone la misma garra y la misma pasión a un proyecto que le va bien como a uno que le va mal. El resultado no nos pertenece. Uno espera que le vaya bien porque el esfuerzo es el mismo siempre. 

—¿Terminan la temporada en Mar del Plata o seguirán?

—Yo termino en Mar del Plata. Aún no sabemos qué es lo que va a pasar con la obra aún. Lo que sea que pase yo voy a estar involucrada. No en el protagónico, pero puede ser que en la parte de producción. Lo que te puedo decir es que yo termino el 4 de marzo y me despido. 

—Comentabas que estás muy encariñada con el personaje y la obra: ¿cómo pensás esta despedida?

—Hay trabajos que suelto más rápido y otros me cuesta más. En este me va a costar un montón. Ojo, yo me estoy moviendo porque quiero. Nadie me está obligando a dejar.

—¿Qué es lo que te mueve al momento de dejar un éxito tan grande?

—Ir en busca de otros rumbos. Siempre me mueve eso. También me parece que hay que irse bien arriba. Si no la sensación es de mucho desgaste. Creo que esta obra tiene mucha más tela para cortar, pero a nivel personal siento que todo lo que tuve que dar, lo di. Es tiempo de moverse. Algunos piensan que los éxitos no se abandonan. No siento que esté abandonando, pero está bueno cerrar un ciclo. 

—Cerrás un ciclo y rápidamente comenzás otro...

—Sí, me voy para Mujer bonita. Antes, me tomaré marzo para irme de vacaciones con toda la familia. Cuando laburás cantando dos horas y media necesitás estar descansado y con una alimentación equilibrada, hay que cuidarse mucho con las temperaturas... Son muchas cosas con las que uno debe estar muy alineado con su instrumento.

—¿Siempre fuiste muy cuidadosa con este tipo de cosas?

—Sí, porque soy una guerrera del teatro. Tengo que estar muerta para suspender una función. 

"Soy una guerrera del teatro", dice tras su éxito en Mamma Mía!

—¡Hiciste funciones con el pie quebrado!

—Fui quebrada, muda, de todas las maneras... Pasan cosas en la vida y hay que atravesarlas. Sí me parece que elegimos una profesión que no es en la que podés llamar y faltar al laburo porque estás con dolor de panza.

—También es el respeto al público, ¿no?

Siempre hay que tener respeto. Primero, por uno mismo y lo que significa el lugar que ocupa. También es una responsabilidad porque hay gente que juntó el mango para venir a verte o hasta viaja desde algún lugar lejano para asistir. Uno no sabe qué hay detrás de cada historia. No es liviano suspender funciones. Creo que en toda mi vida sólo suspendí tres. Yo suelo hacer espectáculos muy largos en los que el cuerpo y la mente están a disposición. Soy respetuosa de los espectadores y de mi propio laburo porque me gusta hacer las cosas bien.

Cómo será Mujer bonita, su próximo desafío teatral

Mientras transita sus últimas semanas al frente de Mamma Mía! la actriz ya se prepara para su próxima comedia musical. Junto al cantante Juan Ingaramo llevarán a las tablas la adaptación de Mujer bonita, la película de comedia romántica que fue protagonizada por Julia Roberts y Richard Gere.

—Te estás despidiendo de un éxito teatral y a punto de embarcarte en otro proyecto de esa magnitud, ¿cómo imaginás que será Mujer bonita?

—Arranco a ensayar en abril; el resto del elenco empieza antes. Calculamos que estrenaremos a fines de mayo en el Teatro Astral. Va ser una hermosura. Es una comedia muy divertida y graciosa. Además es una historia de amor de una perdedora... Te diría que es lo que más me gusta hacer (risas). Vuelvo a esa faceta que es en la que me muevo como pez en el agua.

—Mas allá de los personajes, ¿te sentís una perdedora en ningún aspecto?

—No, pero yo me río mucho de mí. Creo que hay algo en el reírse de uno que te pone en un lugar de perdedora. Yo tengo la vida, la profesión que elijo, formé una familia hermosa y cumplí mis sueños. En eso no soy una perdedora. Pero sí en hechos cotidianos. Mis hijos me gastan... Eso me divierte y por eso me gustan esos personajes que todo le van para atrás y vivir les requiere mucho esfuerzo. En eso me identifico porque me hice re de abajo. Fui creciendo de a poco en mi profesión, no tuve padrinos y mis padres no se dedicaban a esto. Crecí en un mundo donde no había redes sociales. Uno se ganaba su lugar a fuerza del talento y del laburo. Ahora todo cambió.

"Va ser una hermosura", adelanta sobre su próximo trabajo teatral.

—En Mujer bonita tu compañero protagónico será Juan Ingaramo que es músico, ¿cómo lo ves para este papel?

—No nos conocíamos de antes, pero mi exmarido le produce sus discos. A mí me encanta cómo canta y su manera. Me parece que le puede aportar al musical algo distinto y aires nuevos. Él no es acartonado y como viene de otro palo, puede traer cosas nuevas. Además me parece que es una bomba. Me encanta su mujer Violeta Urtizberea. Me encanta todo...

—¿Ya estuvieron practicando?

—Estuvimos cantando y haciendo algunas cosas. Creo que vamos a tener buena química en el escenario y que va a estar muy bien.

Florencia Peña analiza el presente de sus tres hijos

Además de ser una de las actrices más convocantes del país, Florencia es una madre muy presente de Tomás (23) y Juan (16), nacidos de su relación con Mariano Otero, y de Felipe (7), su único del matrimonio con Ramiro Ponce de León. En medio de la entrevista, la artista analiza cómo avanza el crecimiento de ellos y revela qué es lo que mayor orgullo le genera.

—En medio de tanto trabajo, ¿tu familia te exige un poco de descanso?

¡Son todos iguales a mí! No sabés lo que son. Mi hijo más grande es chef y está todo el día cocinando. Juan también es culo inquieto como yo. Mi marido también. Está bien en nosotros, que nosotros somos gente más grande, pero ellos son como era yo de chica: a la edad de Toto tenía cuatro trabajos. Amo lo que hago y por eso no freno.

—Tomás está a full con la cocina, ¿no?

—Sí y le va genial con su emprendimiento de dulces fit. Todo el tiempo está creando cosas nuevas. Lo que hace es maravilloso, es muy rico. Además es muy creativo en la cocina.

—¿Sos la catadora oficial?

—¡Re! Yo soy muy dulcera y él arrancó con pastelería. En su momento Donato y Betular probaron sus cosas y fueron muy buenos críticos a favor de lo que Toto hacía. Eso lo incentivó mucho. Se quiso dedicar a algo que no hacen muchos: encontrar recetas ricas, pero fit.

—¿De chico a él ya le gustaba cocinar?

—¡No! Ni ahí. De hecho a él en la secundaria le costó un poco entender qué quería hacer.

—En general cuando son hijos de padres artistas, se suelen abrir para ese lado...

—Sí, pero él cero. Toto siempre fue perfil bajo. Muchas veces lo confunden con Juan. Como él no se muestra mucho, la gente está confundida. Toto es el más grande y Juan parece grande. Yo siempre digo que tiene 15 para 45 (risas).

"¡Son todos iguales a mí!", sostiene entre risas sobre sus hijos.

—Juan ya está instaladísimo en los medios, ¿cómo lo ves en su presente?

—Yo siento que él se lleva puesto el mundo. Es un pibe con una determinación que a mí me asombra y enorgullece. Es completamente determinado. Pone el ojo y le da. Y mirá que yo soy una mina de acción, pero él tiene algo que yo no tenía. Siempre fui muy tímida, fui detrás de lo que quería pero con mucha timidez para acercarme a pedir. Lo lograba, pero me costaba mucho. Juan es arrollador. Además, lo quiere todo el mundo porque es bueno.

—Me imagino que eso es lo que te llena de mayor orgullo

—Sí porque Juan es educado y humilde. Es lo que le digo que no tiene que perder nunca. Entra a un lugar y saluda a todo el mundo. Es querido. Ayudarlos a ser buena gente es lo que mejor hice como mamá. Lo que ellos elijan hacer es hermoso y uno los admira, pero lo más lindo es que la gente me diga que son buenos. Nosotros compartimos mucho tiempo. Tenerlos cerca a los tres es re flashero.

—Felipe ya tiene siete años, ¿en qué anda?

—¡Está enorme! Va a entrar a segundo grado y crece y crece. Tiene una cosa: es muuuuuy gracioso. El humor en mi casa es la característica más preponderante.

—¿Manifiesta una inclinación hacia lo artístico?

—No, no sé, pero tiene mucho humor en la vida.  Además lo hace de forma adulta. Él juega con su hermano a la play y a veces le dice en chiste "Corré por tu vida". El otro día estábamos saliendo del teatro y había mucha gente... Me subí al auto y seguí en contacto con la gente. Había muchos fans... Felipe bajó la ventana y les gritó: "¡Corran por sus vidas!" (risas).

—Estás en plena temporada de trabajo y muy presente con tus hijos, ¿cómo hacés para lograr ese balance?

—Siempre fui igual. Soy de ponerle el cuerpo a todo y de tratar de estar en los lugares que considero fundamentales. Para mí pasar tiempo con mis hijos y estar con ellos es hermoso. Nosotros nos pactamos hacer un viaje grande por año juntos. Se pueden sumar novias, novios y amigos. Tenemos que poder compartir la vida más allá de lo cotidiano porque aún viven conmigo.

—¿Cómo es el día a día familiar?

—Cada uno tiene su tiempo. Nosotros comemos a la hora que se quiere, pero de forma individual. Si alguno quiere cenar solo, lo hace. Somos muy libres. Cuando compartimos tiempo es porque lo estamos eligiendo. Hay algo de la crianza que permite que nada sea forzado en nuestra relación.

"Para mí pasar tiempo con mis hijos y estar con ellos es hermoso", confiesa desde Mar del Plata.

Cómo está hoy su matrimonio con Ramiro Ponce de León

A tres años de su casamiento, que contó con una íntima fiesta en Salta y otra en Buenos Aires, Florencia habla de su vínculo con Ramiro Ponce de León. Si bien el abogado mantiene un bajísimo perfil y nunca se abrió al juego mediático, la actriz revela algunos detalles desconocidos de su matrimonio.

—El año pasado Ramiro tuvo un susto en su salud, ¿cómo lo viviste?

—Fue un momento sonajero... Fue un llamado de atención porque estábamos los dos pasados de tanto laburo. Yo venía de un año bravísimo y él también. Yo me quebré el pie y él terminó con un marcapasos. Por suerte estamos bien los dos.

—¿Te asustaste?

—Y, la verdad que un poco sí. Nos sirvió para poner blanco sobre negro. Nos dimos cuenta de que tenemos que hacernos la menos mala sangre posible. La vida es una y debemos disfrutarla y cuidarla.

—Además con Ramiro están juntos hace más de una década.

—Vamos a cumplir doce años. Se siente hermoso, realmente. Me gusta mucho tenerlo como compañero. Nos bancamos, compartimos, nos encanta hacer todo juntos. Miramos series, vamos a fiestas electrónicas, tenemos escapadas juntos o con los chicos... Si bien mi vida no es perfecta, intentamos que las vivencias estén por encima de otras situaciones.

"Me gusta mucho tenerlo como compañero", asegura sobre su marido.

—Vos tenés un perfil altísimo y él no da ni una nota, ¿cómo viven su intimidad cuando estás en el ojo de la tormenta?

—Me banca porque me conoció así, en pleno ojo de la tormenta (risas). En ese momento se había filtrado mi video... Fue todo un tema para mí. Estaba en un momento muy complejo y él la bancó sin problemas. Somos una pareja que atraviesa las cosas enfrentándolas. No nos hacemos los boludos. Lo tenemos aceitado y construido.

—Me imagino que después de haber formado semejante familia ambos se ponen fuertes para que el viento de afuera no mueva eso, ¿no?

—¡Jamás lo permitiríamos! Tenemos una estructura muy sólida de quiénes somos como pareja y como familia. Es como la casa de los tres chanchitos: somos la de cemento. No nos tira un vientito...

Su reflexión por sus 50 años y cómo vive hoy las "embestidas" del afuera

A pocos meses de haber cambiado de década, la actriz reflexiona sobre el paso del tiempo, la seguridad que fue ganando con los años y sobre el presente que logró conquistar. Pese a eso, asegura que el camino no fue fácil y reconoce que por momentos teme el efecto que puedan tener en ella las críticas y versiones que circulan sobre su persona en el mundo exterior.

—El año pasado cumpliste 50, ¿te pesa el número?

—Me pesó el número sólo en el sentido de empezar a pensar en la finitud. Se me pasaron estos 50 años volando. Con toda la furia me quedan 30... Este es un momento hermoso. Se resignifican muchas cosas y las más pelotudas quedan en el camino. En mi balance global y personal puedo decir que tengo una vida hermosa, con fracasos y éxitos como cualquier ser humano. Sé que todas las cosas que están en mi vida las estoy eligiendo.

"Este es un momento hermoso", dice sobre su presente.

—¿Sos de hacer balances?

—Sí, pero no sé si tiene que ver con un cambio de década. Me gusta conectar con los logros y con la mujer en la que me convertí. Me gusta agradecerme tanta lucha en varios aspectos de mi vida. Luché mucho para llegar hasta acá. Como te dije con la pareja, yo también tengo una templanza personal difícil de derribar. Lo siento con la gente y con el público. Cuando quisieron mentir sobre mí o enredarme con cuestiones que no tienen que ver con la verdad, la gente me bancó.

—Vos siempre fuiste muy sincera y eso es difícil de cuestionar

—Sí, soy muy genuina. Hace poco en una nota me mostraron archivo de cuando era muy joven y era la misma que soy hoy. Tengo el mismo pensamiento.

—¿En ese momento te dabas cuenta de eso?

—Creo que siempre fui honesta con lo que sentía y lo que quería para mí, para el mundo y para el país. Fui cambiando en muchos aspectos, pero no cambió mi manera de ver la vida. Siempre hablé de las mismas cosas. Incluso el que no piensa como yo me banca porque siempre estuve en la misma vereda.

"La gente me banca", dice con seguridad.

—Cuando pensás en la Flor Peña que arrancó a sus siete años y te comparás con esta actriz de 50, ¿cómo ves tu recorrido?

—Yo tengo una frase de cabecera que es: "La batalla más importante de la vida es la que uno libra contra uno mismo". El afuera no es tan importante en comparación con el adentro. No fui criada con la libertad con la que crié a mis hijos. Agradezco haber luchado contra mi misma. Luché contra mis limitaciones, enrosques y miedos.

—¿Cómo hiciste para llegar a eso?

—Tengo muchas herramientas porque me he analizado mucho. Trabajé mucho conmigo y me revisé mucho a lo largo de mi vida. Todo eso me llevó a poder sobreponerme a pesar de mis limitaciones. De todos modos, aún sigo teniendo.

—¿Cuáles son las limitaciones que hoy encontrás con vos misma?

—Mis inseguridades o pensar que no soy lo suficientemente fuerte para lograr determinadas cosas que me propongo. A veces creo que el afuera me va a ganar y que la falta de amor que recibo de algunas personas van a poder encontrar su lugar en mí. Después me doy cuenta que nada de eso es verdad. Siempre salgo fortalecida hasta de las cuestiones más injustas, aún cuando hay cosas que pasan que no tienen que ver con lo que doy. Soy una mujer que se ocupa mucho para estar en el lugar que quiero. No me ocupo de los demás.

"Siempre salgo fortalecida hasta de las cuestiones más injustas", entiende Flor a sus 50.

—Te llegaron golpes grandes del exterior, Pero pareciera que jamás te dejaste domesticar...

—¡Totalmente! Por eso cuando tengo pensamientos en los que creo que en esta vez lo van a lograr, ahí me tengo que sobreponer, me tengo que recordar que no hay nada de verdad en todo eso. Yo no le pido a la gente que viva como yo, que tenga mis creencias. Lo que le pido es que no me rompa las pelotas. Yo no me meto con la vida del resto. Mi libertad es mía y genuina y no le hace daño a otros. La libertad es una mentira cuando el que la propone piensa que puede decir lo que quiere aunque te destruya. Yo no afecto a nadie con mi libertad. En todo caso, lo que afecta es que no piense como esa persona. Yo aprendí eso, pero las embestidas, que cada vez son más fuertes, por momentos me hacen flaquear y dudar... La verdad es que los que me siguen y me bancan me demuestran una y otra vez que hay una construcción muy sólida. Es más, al contrario de lo que yo pienso cuando las embestidas son más fuertes, esos episodios hacen que la solidez que tengo como artista sea proporcional a esos golpes que recibo.

—¿Creés que tu respuesta a esas embestidas es posicionarte fuerte con tu arte?

—¡Total! Mi gran venganza es estar triunfando en el escenario. Mi venganza es que la gente pague una entrada para venir a verme. Mi venganza es salir a hacer lo que mejor sé hacer. Mi venganza es ganarme premios y tener hermosas críticas. Mi venganza es que hay un montón de gente que me banca aunque no piense como yo, y me diga: "No pienso como vos, pero no sabés lo que me gusta verte". Esto es una batalla ganada, pero me lo tengo que recordar todos los días.

PH @samuelganembeauty
STYLIST @maggiemellas
MAKE UP @cecivent
HAIR @daiflores_estilista
Outfits: Bikini Andressa, Accesorios Luna Garzón, Kimono Jess Camelino. El mismo look tiene el sombrero de Compañía de sombreros. Love África, Jess Camelino
Agradecemos al Parador Helena Beach Mar del Plata

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