Carmen Aub: “Superé las presiones sociales y aprendí a quererme como soy” – GENTE Online
 

Carmen Aub: “Superé las presiones sociales y aprendí a quererme como soy”

En el Íntimo de la Semana de GENTE, la actriz mexicana Carmen Aub (Niñas mal; El señor de los cielos) habla sobre el machismo en los medios, el impacto del #MeToo, la maternidad, el desafío de debutar como conductora y cómo impactó en su vida haber atravesado una masectomía.
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Carmen Aub (31) debutó en la televisión mexicana a los nueve años como extra en Plaza Sésamo, “como una niña más de relleno”, pero no fue hasta los 20 cuando realmente siente que comenzó su carrera al frente de Niñas Mal (2010/2013), la ficción adolescente de MTV en la que compartió elenco con Isabel Burr y Carlos Torres. La consagración le llegó como protagonista de El Señor de los Cielos, la serie de Telemundo en la que brilló como Rutila Casillas, “un personaje que me abrió muchas puertas”.

Después de destacarse en otras ficciones de su país como El Chema o Pasión Prohibida, la también hija del reconocido periodista Max Aub, encara un nuevo desafío. Al frente de Con Carmen, la actriz debutará en la conducción del nuevo talk show que E! Entertainment estrenará el 28 de septiembre y en el que tratarán tópicos como la diversidad, el empoderamiento femenino y cómo con su propia vida está ayudando a derribar estereotipos.

Es que hace poco compartió en su Instagram el resultado de la mastectomía con la que le retiraron los implantes mamarios que llevó en su cuerpo más de diez años. En lo que significó todo un mensaje de aceptación, Carmen mostró sin tapujos las cicatrices que le quedaron luego de la intervención a la que se sometió porque presentaba síntomas de la “enfermedad de trasplante de seno”. “¿Qué historia cuentan tus cicatrices?”, preguntó la actriz. Luego de un proceso en el que fue acompañada por su terapeuta, explicó: “Los mías son el mapa que me han llevado a quererme, qué irónico, ¿no?”. Es que para ella sus "imperfecciones” le sirven de recordatorio “de lo que fui y lo que soy”.

–¿Cuál fue el disparador por el que decidís sacarte los implantes mamarios, que terminaste convirtiendo en un mensaje de concientización?

–Obviamente todos nos queremos ver bien y eso nos da seguridad, con eso no pasa nada. Luego las niñas me decían: '¡Uy, yo justo me las iba a poner! Y yo digo, no me arrepiento de habérmelas puesto. Para mí fue un proceso y lo tenía que vivir. Y las gocé, todavía veo vestidos y digo ‘qué bonita se me veía en ese vestido’. Pero lo importante es que si vas a tomar una decisión que sea por tí, no porque el medio lo dice. Por ejemplo, fijate que me han llegado a decir. ‘Ay, qué bueno, ya no están de moda’. Y ahí está el problema, yo no lo hago por moda, y si se vuelve “a poner de moda” no es que me las volvería a poner. Yo lo decido. El mensaje es: ‘Lo natural es lindo y hay que querernos’. Pero si alguien cree que algo más les daría seguridad, adelante.

–¿Qué es lo que te alentó compartir en Instagram las imágenes de tu mastectomía, que fueron tan virales?

–Para mí fue un proceso personal que mi familia vivió conmigo. Porque cuando les dije ‘creo que me las voy a quitar’ hasta mi mamá me decía ‘ay, ¿estás segura?’. Porque ella me vio evolucionar con los implantes y conocía la seguridad que me dieron en su momento. Y hasta me decía, ‘cambiate por unas más chiquitas’… Pero yo quería volver a ser natural y ser congruente con la salud. Entonces pensé que como ya había tomado la decisión de hacerlo era mejor aprovecharlo para dar un mensaje. La última foto que subí era con las cicatrices y entendí que no pasaba nada, que era parte de mi historia y ya. Por qué no compartirlo. Vean que no todo es fácil, que cuesta trabajo pero lo que uno decida está bien.

–Si entramos en el tema de las presiones de la industria y de cómo debemos lucir, ¿cómo te afectó a vos al ser parte del medio?

–La verdad es que incluso grabar los capítulos del programa me hizo cuestionarme cosas. A pesar de que quiero ser congruente con lo que digo en las redes sociales y con lo que soy –cuando me retiré los implantes también he sido muy abierta– aún así me cuestiono. Por ejemplo, el hecho de ir todos los días al gimnasio a las cinco de la mañana por supuesto que lo hago por la salud y porque me hace sentir bien, pero inconscientemente, en parte es verdad que lo sigo haciendo porque siento que me tengo que ver de cierta forma para el público. Entonces la otra vez estábamos haciendo el programa de salud y yo decía: '¡¿Será que yo soy parte de lo que influye en el mensaje de que hay que cuidarse?!'. Y me cuestiono si en lugar de motivar a otros hago sentir menos a quienes no se ocupan de su cuerpo. Entonces se me hace muy interesante tocar este tipo de temas. Incluso cuando queremos ser positivos, hay un extremo en el aunque uno sabe que no lo hace por mandatos se pregunta si lo sigue haciendo porque la sociedad manda. El talk show va a hablar de estos temas y creo que va a valer mucho la pena.

Autoestima y aceptación: "Crecimos viendo protagonistas perfectos que no eran reales y eran inalcanzables"

–¿Cuándo cuando eras adolescente cómo impactaban en vos los estereotipos de belleza hegemónicos?

–Yo creo que esa presión se nos impone a las mujeres desde que agarrábamos una revista o veíamos programas de televisión. Veíamos protagonistas perfectos y divinos y no eran reales, eran inalcanzables. Si bien yo hice una cosita a los 9, no empecé hasta los 20. Así que no es que fue el medio artístico que me programó. Fue algo aún más triste, el ser una niña cotidiana influída por las revistas. Y yo creo que uno se vuelve muy autoexigente, dependiendo de la crianza que tengas. Son varias cosas que van jugando en la configuración mental de lo que vale más y lo que vale menos. Al mismo tiempo es irrelevante.

–Hablemos sobre la presión que implican las redes sociales y cómo nos afecta la percepción el uso de los filtros.

–Justo iba a decir eso. Ahora es peor que antes porque tenemos acceso al photoshop, a los filtros y a los tutoriales de maquillaje. –Esto es la magia de la televisión, aquí tengo una extensión– nos muestra durante el Zoom–. A mí también me encantan, los uso y me divierto, pero no por eso me voy a olvidar que yo no me veo así como en los filtros. Tengo que verme recién levantada al espejo y decirme ‘me amo’. Y mi valor no está en la perfección del exterior.

–¿La Carmen adolescente cómo fue aceptándose?

–Fue un proceso de toda la vida. Yo era una niña súper insegura, me lo pasaba diciéndole a mis padres ‘ay, estoy gorda’, y mis papás me decían que estaba hermosa. Pero es algo interno lo que pasa y aunque nos lo digan no nos lo creemos. Y a veces aunque digas ante el espejo que te querés, hasta que no lo sientas de verdad no lo vas  a poder cambiar y no lo vas a poder transmitir. Y eso viene con ayuda. Está bien pedir ayuda terapeútica sobre todo niñas que sufren algún trastorno alimenticio y son anoréxicas o bulímicas, o personas que dicen ‘necesito ir a terapia porque, por alguna razón, no me gusto y no me quiero'. Y al final eso va a modificar tu vida entera. Hay que normalizar el hecho de pedir ayuda.

–En una nota reciente te referías a las rutinas de cuidado directamente como “tortura”, esto de que las mujeres estamos acostumbradas a sufrir…

–Sí, y es un tema del que vamos a hablar también en el talk show. Del amor propio en lo físico y en la salud mental, que es tan importante. Esto de que estamos bombardeados permanentemente y no siempre somos felices, porque la vida de las redes sociales no es verdad. En el talk show vamos a tratar cómo las mujeres específicamente nos vemos “obligadas” por la presión social, mientras los hombres, si se cuidan, es simplemente porque sí. Que es muy distinta la intención y las consecuencias.

Machismo, desigualdad y el impacto del #MeToo

–¿Con el avance del feminismo, sentís que la televisión de tu país es más acorde al momento en que vivimos o que aún sobreviven ciertos sesgos machistas?

–Todavía existe mucho el machismo entonces es por eso que estos movimientos feministas son tan importantes. Yo creo que el feminismo y el empoderamiento viene con la diversidad, no se trata de decir si los hombres o las mujeres son mejores, se trata de aceptarnos, que haya igualdad, trabajar en equipo. Incluso las mismas mujeres a veces son machistas y sí, hemos evolucionado mucho pero aún nos falta. Por eso es que aún vemos que dicen ‘el metoo fue suficiente’, pero lo que ocurre es que lo seguimos viendo y viviendo en nuestra sociedad. Por eso creo que este programa puede hacer cuestionarse a hombres y mujeres y empezar un diálogo. No se trata de cambiar puntos de vista, sino de pensar ‘yo no puedo pensar lo que pensaba hace cinco años’. Es interesante ser curiosos y cuestionarnos todas estas cosas.

–El tema de la desigualdad en los medios se suele hacer sentir mucho. ¿Sentiste cierta subestimación por el solo hecho de ser mujer?

–Claro, sí, por supuesto. Eso de que tienes que probar más que sos talentosa y que sos más que un objeto sexual. Por ejemplo, muchas veces me invitaron a posar en revistas para caballeros, sin ropa incluso, y yo decía ‘no tiene nada de malo si quisiera hacerlo’. Pero como mujer de por sí ya te cuesta llegar a cierto respeto y yo sentía que tal vez iba a retroceder porque me iba a decir ‘claro, es que quiere subir escalones y no es talentosa’. Y no quiero que hablen por hablar. Es porque todavía existen esos viejos patrones. A una mujer de los medios siempre le dicen que está donde está porque estuvo con alguien. Y con los hombres, esas especulaciones o señalamientos ni existen.

–Volviendo a lo del #MeToo, ¿alguna vez sufriste acoso o abuso en algunos de tus trabajos?

–Por supuesto que tuve algunas situaciones incómodas pero la verdad es que, gracias a Dios, no ha llegado a un extremo en el que me hayan hecho sentir vulnerada o que se salió de control. He intentado marcar mucho los límites y he tenido mucho cuidado porque sabemos cómo funciona el medio, entonces yo me he protegido mucho. Y no digo que a las personas que sufrieron algo así no se hayan cuidado, para nada. Pero he tenido la fortuna de no haber llegado a estar en una situación más incómoda de las que he estado.

Los haters y la cultura de la cancelación

–¿Cómo manejás el sentido de la responsabilidad social en las redes siendo tan popular? ¿Cuáles son los límites?

–Siento que tengo muchísima responsabilidad social. Y también hay muchas cosas que uno quiere comentar pero cuido mucho que de lo que hable sean cosas que conozco y manejo. Las personas son muy invasivas y te bombardean con mensajes estilo haters y se ponen a comentar en el sentido de cancelar. Esto de la cultura de la cancelación de que todo lo que digas está bajo escrutinio. La verdad, también, es que me cuestioné en qué punto estoy en mi zona de confort en vez de usar mi plataforma para crear una conversación me termino quedando en la fácil de poner una selfie y un mensaje inspiracional, tener likes y ya. Por eso está padre decir vamos a empezar a crear conversaciones; me gusta la idea de invitar a las personas a dialogar.

–Siendo hija de un periodista tal vez tenés otra mirada al respecto, pero ¿alguna vez sentiste el asedio de los medios en tu vida privada y cómo lidiaste con eso?

–La verdad es que las veces que han salido incluso notas falsas he sabido darles la vuelta en los casos en que son cosas difíciles; en el resto simplemente las ignoro y me da igual. Creo que más que la prensa me han costado más los mensajes de los haters en las redes sociales. Al principio les contestaba y me quería defender porque me afectaban mucho en mi autoestima. Hasta que aprendí que es parte de lo que es y qué feo que de mil mensajes que puedas recibir se te queda el que es negativo. Aprendí a ponerle más atención a los mensajes positivos. Al final a la gente le gusta hablar y siempre van a criticar.

Sus comienzos como extra y su éxito en el Señor de los Cielos

–Tuviste un comienzo en un programa tan icónico como Plaza Sésamo, ¿cómo recordás esa experiencia de ser extra?

–Ese momento en Plaza Sésamo, donde yo era una extra, una niña más jugando ahí, me ayudó a darme cuenta que sí era lo que yo quería hacer. Que se requería una disciplina, que eran jornadas largas, que iba a tener que esperar mucho tiempo en un camerino pero que a pesar de todo eso yo quería lograr mi sueño que era actuar. Creo que por eso yo tenía que estar en ese momento de mi vida.

–¿Cómo te marcó tu personaje Rutila en el Señor de los Cielos y que es lo que más nostalgia te da de esa época? 

–Rutila Casillas me abrió muchas puertas y fue el personaje que más me dio a a conocer, cosa que agradezco. Por otro lado me ayudó a crecer como actriz y como persona, porque estuve rodeada de grandes actores, de quienes aprendí y absorbí todo como una esponja, como si fuera una escuela. También me ayudó a que el público me viera crecer, algo que fue muy importante para mí. Porque cuando uno empieza haciendo personajes de chavitas, como hice en Niñas mal, en MTV, dices, ‘¿cómo haces para pasar a mostrarte como mujer y que te tomen en serio?'. Me dio la oportunidad de ser la niña dulce o tierna que era pero que también tenía su carácter. Pude demostrar también que soy ruda y que también tengo todo este otro lado. Rutila me regaló muchas cosas y para mí cerrar ese ciclo después de siete años fue enorme y me costó bastante trabajo. Pero estoy muy emocionada con lo que se viene ahora.

El amor y la maternidad: "Si llega la persona correcta, me encantaría"

–¿Cómo te describís en el amor y qué es lo más importante a la hora de elegir un compañero de vida? 

–Me describo como una buena novia, detallista, de las que les gusta estar ahí para las personas. Si me preguntás qué se necesita, la verdad es que antes, ya sabes, decía ‘que me quiera y que tenga buen sentido del humor’ y ahora creo que más que hacer la lista de lo que buscas, hay que conocer lo que no vas a soportar. Siempre sabemos que hay cosas que no nos van a gustar y en las que va a haber que trabajar. Creo más importante estar atenta a lo que no voy a soportar y a lo que no se va a poder negociar nunca. Para poner el ojo en los redflags y no perder tu tiempo. De esa forma podés amar a alguien incondicionalmente. No que te exijan: ‘tienes que hacer esto para que yo te quiera’. Y eso es lo que yo busco también, poder ser yo, que no me juzguen, que me apoyen, que sean cómplices y que mi amor no esté condicionado. El regalo más grande que le podés dar a alguien es darle libertad y aceptarlo como es.  

–¿Cómo te ves respecto a la maternidad? ¿Desearías ser madre más allá de tener o no una pareja?

–Sí quiero ser madre. Por ahora soy madre de mi perrito (Risas) pero si llega su momento y llega la persona correcta, me encantaría. Yo creo que los procesos son muy personales para las personas que deciden ser madres. Las que deciden no serlo, las que quieren adoptar, las que piensan en congelar sus óvulos... todo es válido mientras sea decisión propia.

–Cada vez más hay ejemplos de mujeres que congelan sus óvulos para poder decidir ser madres por fuera del reloj biológico. ¿Lo considerarías?

–Yo en lo personal no quiero congelar mis óvulos porque si soy mamá no me gustaría serlo muy grande. No tiene nada de malo, tengo amigas que fueron madres a los 40 años y están felices. Si llego a ser mamá tiene que ser en un futuro próximo, no, tampoco tan próximo. Pero la verdad me gusta este rollo de que las mujeres tenemos el control de decidir sobre nuestro cuerpo y lo que queremos.  

Agradecemos a E! Entertainment Latinoamérica y Boca PR.

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