"Sufrí en silencio la culpa de no poder disfrutar de mi hija Rafaela por el exceso de trabajo. Tras cuatro años, recién hoy siento que estoy cumpliendo mi rol como mamá", confiesa Lali González, actriz y conductora todo terreno y la última figura en sumarse al Bailando de Marcelo Tinelli.
Y lo hace en la flamante tapa digital de GENTE, donde habla, entre otros temas y en una larga recorrida periodística que incluye un shooting exclusivo, de los desafiantes proyectos que la trajeron de vuelta al país, el desarraigo y sobre los dilemas de poder sentirse realizada.
A su vez, Lali González decidió debutar una vez más, como lo viene haciendo desde aquel 2021 con su queridísimo personaje Rita, en la novela 'La 1-5/18', al participar por primera vez en una producción fotográfica con su hija Rafaela.
Producción extraordinaria que comienza a las 10 de la mañana del sábado en el hotel SLS Puerto Madero con la preparación de la actriz en solitario, mientras su hija disfruta un par de horas más de su cama.
"Dejémosla dormir un rato y empecemos ahora con las fotos porque, no bien llegue a la suite, va a querer que la cámara esté sobre ella", había advertido Lali al momento de fijar un horario para la producción, aclarando entre risas: "A Rafaela no le gusta compartir los reflectores conmigo".
Una vez delante de las cámaras, la paraguaya lo da todo. Al ritmo de Kylie Minogue con In my arms y de Foster The People con Houdini -pedidos expresamente por ella-, baila y juega con la cámara hasta que llega Rafa y justamente, tal y como lo había adelantado la actriz, todo se termina centrando en su hija.
Así, y con la aprobación de la nena de cuatro años respecto a su look, GENTE logra las fotos más tiernas y espontáneas de la orgullosa madre y su hija, quienes desde principio de año se radicaron en Argentina, lejos de su familia, para permanecer por lo menos hasta 2024.
-¿Creíste que tu debut en Argentina, interpretando a Rita en la ficción La 1-5/18: iba a ser el suceso que fue?
-Bueno, la misma televisión argentina me dio una llegada más masiva, en cuanto a popularidad y trabajo. Mi personaje pronto fue muy querido. Y la verdad es que ése es el sueño de todo actor. A mí nunca me había pasado. Aparte, con Rita tenía un miedo feroz. Vivía preguntándome "¿será que esto va a gustar?", "¿será que a la gente le va a gustar Rita’?".
-Hasta te valió una nominación a los premios Martín Fierro como Actriz protagónica…
-Así es, el personaje funcionó y me llenó de orgullo, pero no te voy a mentir: yo creí que después de Rita iba a quedarme a vivir en Argentina. Qué iban a surgirme propuestas de teatro o de actuación, pero no fue así. Me di cuenta que este es un mercado grande en el que hay mucha competencia.
-¿Esto fue lo que hizo que volvieras a Paraguay?
-Sí, porque se me terminó el contrato y allá está mi familia. Entonces regresé y y seguí con otros proyectos. ¿Por qué el suceso de Rita no se vio reflejado en trabajo en aquel 2021? Bueno, reconozco que el actor es un poco malcriado en este sentido, y suele creer que si la va bien con un papel, van a lloverle propuestas…
-¿Y en qué estadio profesional y personal te encontró la propuesta de debutar como conductora en el programa de eltrece De qué signo sos?
-Acababa de terminar de participar como jurado en Rojo, un programa muy famoso de Paraguay, pero en ese entonces había decidido dejar la televisión porque no estaba pudiendo ver a mi hija y compartir tiempo con ella.
-Y justo aparece Adrián Suar…
-Así es. Me llamó Adrián con la propuesta de conducir un programa en Argentina. Pero también te confieso que me sorprendió, porque si hay algo con lo que no conecto es la parte de la televisión. Porque en la tele me cuesta ser Lali, me siento más limitada en mis opiniones o la forma de hablar. Yo soy muy responsable de todo lo que digo. Así que me daba miedo.
-¿Te gusta cuidar los modos, las expresiones?
-Absolutamente. Porque todo lo que diga y haga iba a ser dicho por Lali, no por un personaje que tiene un guión y puede tomarse libertades. Por eso era una faceta a la que me resistí por mucho: no me sentía libre.
-Sin embargo, tu último proyecto en Paraguay te preparó para este desafío.
-Sabés que mucho me pregunté por qué estoy haciendo esto, si la televisión no era algo que me llamaba. Pero todas esas horas de vivo en Rojo me hicieron sentir que me preparaba para algo. Yo soy muy intuitiva, tengo como un sexto sentido y algo me decía que era una preparación para algo más grande…
-Si sentías que algo más grande venía, ¿por qué quisiste dar un paso al costado de la tele?
-Pasa que me consumía mucho tiempo, horas en las que podía estar con mi hija. Porque desde la tarde arrancaba a prepararme y a la noche era el vivo. A medida que empecé a notar que mi hija crecía en tamaño fue que me di cuenta que el tiempo estaba pasando y que yo no estaba ahí con ella.
-Comenzaban los replanteos…
-Los artistas a veces tenemos un ritmo de trabajo muy intenso. Sobre todo porque solemos pensar que debemos aprovechar el tiempo y las oportunidades. Entonces cuando me topo con esa realidad, el crecimiento de mi hija, decido dar un paso al costado de la televisión. Ni bien me mentalizo para poner un freno, me llama Adrián Suar (ríe).
-¿Te costó aceptar la propuesta? Tener que volver a la Argentina y mudarte nuevamente…
-Yo creo que mi decisión marca un poco esa inestabilidad que se produjo sin querer en mí después del suceso de Rita y de pensar que podía vivir en Argentina. Y que termina haciéndome volver, una vez que ya me había vuelto a acomodar en mi país, y hacer algo de lo que dije que iba a salir. Porque la televisión te exige tener un ritmo y un aguante físico y mental.
-¿Qué tan distinta fue ésta llegada comparada a la anterior?
-La primera vez fue bajo un contexto de pandemia: estaba yo sola con mi hija y su niñera de Paraguay. Las tres solas. Mi esposo venía cada vez que podía, pero las fronteras cerradas y los protocolos lo complicaba todo. Hoy estamos hablando de otro tipo de Argentina, una Argentina sin pandemia, que yo llamo "una Argentina más orgásmica", y es esto lo que empieza a atraerme.
-¿Qué otra cuestión te daba miedo de conducir?
-Yo le dije: "Adrián yo no tengo idea de esto. Nunca tuve el mando de un programa. Y manejar a doce figuras es mucho. Yo no sé si voy a poder".
-Sin embargo aceptaste...
-Un cagazo tenía... No hay otra forma de expresarlo. Ni bien acepté me pregunté: "¿En qué me metí?, ¿para qué acepté?, ¿qué hice?". Pero Adrián no me tuvo que convencer. Le pregunté si estaba seguro que me quería como conductora, me dijo que sí y acepté. Me dije: "¿Y por qué no?. Si él que es un gran productor y ve algo en mí, algo debo tener…"
-¿Cómo fue tu preparación? ¿Tomaste referencias de conductores de acá o de otros lugares?
-Practiqué y leí mucho, porque soy muy apasionada e intensa con lo que hago. De hecho, de tanto hablar con la astróloga del programa te puedo asegurar que hoy soy una astróloga amateur (ríe antes de acertar el signo del periodista: "¿Eres Tauro o Libra, verdad?", y sonreír ante la respuesta: "Tauro").
-Volviendo a la otra pregunta. ¿Estudiaste a los conductores de acá?
-La verdad es que no tuve que estudiarlos porque allá se consume mucho la TV argentina, y yo siempre los miré a todos los conductores argentinos. Así que los tenía. Pero cuando vine a hacer las prácticas del programa empecé a darme cuenta de que apenas me ponía a conducir relajada y distendida hacía reír a mis compañeros de cámara y productores. Fue entonces que me permití divertirme y reírme de mí misma en cada programa, a no ser tan correcta.
-En una etapa complicada en cuanto al rating en los proyectos televisivos, ¿dudaste en algún momento de tu desempeño en De qué signo sos?
-Mirá. A mí cuando me contratan me dicen que el programa es por seis meses, 100 programas. Si le va mal se levantaba a los tres meses y si le iba muy bien podía extenderse hasta un año. Y yo me preguntaba si iba a poder llegar, dudé mucho si iba a poder aguantar. Pero te digo que el tiempo se me pasó volando. Cuando llegó a su fin lo viví como el duelo de una pareja, aunque orgullosa de haber podido con este desafío. Además, me dio cancha y seguridad. Ahora hasta me siento una Mirtha Legrand (ríe).
-Era un equipo grande y conformado por 12 figuras. ¿Con quiénes pegaste buena onda?
-Me llevé muy bien con todos, Nico Maiques, Jorge Rey, Matilda Blanco, con todos. Pero si tengo que hablar de uno en particular, sería Aníbal Pachano. Él me recibió de una forma muy paternal y ahora es un amigo, un padre a quien quiero mucho y a quien sigo llamando hasta hoy. Tuvo gestos conmigo que no voy a olvidar y es alguien con quien sigo en contacto.
-Bueno es un gran productor, seguro que él también vio algo en vos…
-El conocía mi trabajo, me cuidaba mucho, y siempre me destacaba. Le decía a los compañeros que era una gran figura en Paraguay y me cuidaba como un león.
-¿Sentís que tras tu debut en la televisión argentina y en el teatro tus colegas te ven desde otro lugar?
-Mirá, en ese sentido mis colegas artistas siempre me trataron muy bien y con mucho respeto. De hecho, siempre me destacan mi trabajo en la película 7 Cajas’
El sueño más esperado de Lali González y la oportunidad menos pensada
En 2021 Lali González saltó a la fama argentina a través de la ficción argentina La 1-5/18, de Polka, junto a Agustina Cherri y Luciano Cáceres En una entrevista a GENTE en 2022 contó que le fue duro transitar la pandemia lejos de su familia, con su hija y la niñera "solas en un departamento". Sin embargo, siempre se mostró agradecida y sacó provecho de la oportunidad que le daba la vida.
Hace exactamente un año, la actriz confesaba que, tras la buena repercusión de su personaje, Rita, anhelaba muy pronto poder debutar en la Avenida Corrientes con su unipersonal de stand up. Si bien no fue del todo como se lo imaginó, pronto recibió la propuesta para hacer teatro con la obra: Las cosas maravillosas.
La obra de Duncan Macmillan y Jonny Donahoe que giró por el mundo y el año pasado se presentó en Buenos Aires con Peter Lanzani, y que este 2023 comenzó su segunda temporada con la actriz paraguaya como la protagonista.
-Por si fuera poco, en medio de tu travesía con la televisión, te llegó una propuesta para debutar en la Av. Corrientes.
-¡Sí! Mey Scápola me llamó y me comentó de la propuesta para hacer Las cosas maravillosas. Me dijo que creía que era un papel ideal para mí, pero yo estaba en duda porque hace como ocho años que no hacía teatro con guión y carecía de tiempo, por lo de la tele, una peli y una hija que criar. Pero ella me pidió que lea la obra original inglesa antes de tomar una decisión…
-¿Y fue ahí que te convenció? Porque hace un año me dijiste que era tu sueño hacer teatro en Corrientes…
-Totalmente, pero igual era algo que veía tan lejano. Pasa que después de ver la obra caí rendida y acepté. Sin embargo, cuando empecé con los ensayos fue que me pregunté nuevamente: "¿En qué me metí?" (recuerda efusiva).
-¿Qué te mortificaba?
-Primero, que ya estaba con la televisión muy concentrada en hilar tres palabras en unas oración, y que se me entendiera, y después la posibilidad de debutar en la Avenida Corrientes con un dramón como éste y sola, me provocaba dudas de si no era demasiado. Pero a su vez sentía que era ahora o nunca, porque no tenía idea cuánto tiempo iba a estar trabajando acá. Además se trataba de un lindo desafío. Me pasó como con el Bailando de Tinelli, tuve una corazonada que me hizo aceptar sin pensarlo mucho.
-¿Te sirvió la practica de la televisión a la hora de ensayar para la obra?
-Me costó demasiado la obra. Tuve que neutralizar aún más mi español, memorizar el guión, con decirte que en algún momento pensé en abandonarlo.
-¿Cómo hacías con tanto? ¿Cómo era un día común en tu semana?
-Era muy intenso, me acuerdo que bajé de peso porque, por primera vez en la humanidad, me olvidé de comer (ríe). A la mañana llevaba a mi hija al colegio, en el camino al estudio practicaba el guión y cuando salía del programa e iba camino al teatro para ensayar, seguía con el proceso de memorización.
-No parabas.
-Nunca. De hecho, por eso mi hija es muy celosa de mi trabajo, porque ella sabe que no estoy por él, y de alguna manera siente que compite por mi tiempo. De hecho, hoy te puedo confesar, a modo de reflexión, que trabajaba tanto que noté que el tiempo pasaba y mi hija crecía en manos de la niñera sin la presencia de su mamá. De repente muchas mamás no contamos esto, o nos da vergüenza y sufrimos en silencio. Esta obra, Las cosas maravillosas, me ayudó a reflexionar y notar que no siempre es bueno depender de otra persona para seguir trabajando.
Lali Gonzalez habla de los dilemas de poder sentirse realizada como artista y a la vez como madre
Si bien Lali González reconoce que no es que necesite trabajar para poder subsistir, admite que su movido y dramático primer semestre de 2023 es el resultado de los miedos de todo artista por tratar de no desperdiciar su tiempo y las oportunidades para verse realizados como tal.
Sin embargo, en una entrevista a corazón abierto, la actriz reconoce que sus ganas por superarse y avanzar en este arduo camino del mundo del entretenimiento, se ha visto, en muchas ocasiones, entre la espada y la pared en cuanto a su rol como mamá.
"Siento que recién ahora, con mi hija de cuatro años, estoy empezando a cumplir con mi rol de mamá", expresa la paraguaya, y señala: "De hecho, mi hija es muy celosa de mi trabajo porque siente que compite por mi tiempo".
-¿Pensaste dejar tu carrera para dedicarte a ser mamá?
-Sí. Después de seis meses trabajando en Argentina, se terminó una etapa de trabajo y me puse a pensar en dar un paso al costado y disfrutar de mi hija. Porque me di cuenta que desde los 18 años nunca había parado, pero me gusta tener tanto el control que no me permitía vivir eso de parar y no saber qué pueda pasar a futuro…
La inesperada llamada de Marcelo Tinelli y la tentación del Bailando
Aunque en una nota previa, no hace más de un mes, la actriz paraguaya había asegurado que no estaba interesada en participar en el Bailando de Marcelo Tinelli, no hace menos de una semana ya fue parte de la foto oficial y se convirtió en la última figura en cerrar su participación.
"Soy esto. Digo una cosa y hago otra", responde entre risas con cierta picardía, tras consultarle por su inesperada aceptación. Asimismo, González remarca que, tal como le pasó con sus otros proyectos, le vino como una corazonada de tener que debutar en la pista más importante de Latinoamérica.
"Voy por la final del Bailando", sentenció ni bien se le consultó por sus objetivos en el famoso certamen de baile. Respecto a cómo va hacer con su gran dilema, la crianza de su hija Rafaela, Lali contesta: "Por ahora los horarios están organizados y cuando empiece el show me la llevaré conmigo", aunque admitió que aún no le contó la buena noticia, que tal vez no sea tan buena para la pequeña.
-Sin embargo, la vida vuelve a ponerte en una encrucijada y aparece Tinelli y su famoso y soñado Bailando…
-Así es. Cuando creí que estaba lista para frenar, me surge. Y acepté porque tuve este impulso que me hizo olvidarme de todas las veces que dije que si me llamaban iba a decir que "no". De hecho, me acuerdo que a vos te dije en una nota anterior que no me sentía preparada o que me sumase. Pero aquí me tenés, siendo la última figura en sumarse.
-¿Hiciste algún tipo de petición para cerrar tu participación?
-Sólo le pedí una cosa a la producción, y les agradezco tanto la consideración. Les pedí que los ensayos sean en la academia que tenía debajo del departamento, que resultó ser la academia en la que estaban ensayando la apertura del programa. Cosa que también tomé como una señal de la vida.
-¿Cómo es la dinámica de este nuevo proyecto y cómo lo sobrellevas con la crianza de tu hija?
-La verdad que por ahora son sólo ensayos y a diferencia de la primera mitad del año, puedo manejar mejor mis tiempos, e ir a buscar al colegio a mi hija. Que es algo que me reclamó y fue un trato al que llegamos: ir a buscarla al colegio.
-Bueno hoy en la producción demostró que tiene mucho carácter con tan solo cuatro años…
-Ella tiene mucho carácter y es muy detallista. Por ejemplo, tiene un tock con la ropa y ella decide qué ponerse y si no le gusta no se lo pone, discutimos hasta por el pijama. Es una nena de otro planeta.
-¿Fue difícil cuando le dijiste que iban a volver a vivir acá?
-La verdad que no, porque como veníamos con la niñera de Paraguay, no tenía problema. Pero todo cambió cuando ella decide volverse a mi país.
-¿Se da un quiebre respecto a la adaptación?
-Sí. Cuando se va la niñera todo cambia. Porque tanto Rafa como yo atravesamos una gran pérdida. Ella hasta pensó que se fue porque ya no la quería más.
-Imagino que esto te empaña un poco cualquier tipo de éxito profesional…
-Pasa que detrás de Lali González la artista, hay una vida real, hay una mamá buscando una niñera, un colegio para su hija, esperando que su hija tenga nuevos amigos, una hija que te reclama tiempo, que te pregunta por qué estamos lejos de la familia, ¡y yo me encuentro con eso sola! De hecho es ahí cuando me vuelvo a replantear dejar mi carrera. Sin embargo, surge una ironía de la doble culpa: tanto profesional como maternal.
-¿De no sentirte realizada?
-Claro, de sentir culpa por no poder cumplir con Rafa como mamá por mi trabajo, pero a su vez, sentirme culpable profesionalmente por no haber aprovechado las oportunidades y haber crecido artísticamente.
-¿Cómo se tomó la noticia sobre tu participación en el Bailando? Algo con lo que no contaba…
-Todavía no se lo dije. Estoy esperando el momento, porque no es fácil para ella, y aunque no me reclama si me pregunta cuándo nos volvemos a Paraguay. Y eso es algo que me lastima.
-Tu trabajo parece suponer un dilema en tu vida personal. ¿Cómo sobrellevás el estrés de estos dilemas?
-Te admito que todo este tiempo me rehusé a acudir a un profesional y realizar terapia. Es algo con lo que espero avanzar pronto. Lo voy hacer con mi hija, que siento que va a ayudarla a atravesar y entender todo lo que le pasa en cuanto a mi trabajo y los cambios que implica.
-¿Si no fue con terapia, qué te ayudaba a desconectar?
-Las artes plásticas o las manualidades. Empecé a hacer pulseras artesanales, puedo hacerte hasta 30 en un día. Empecé a canalizar mi estrés y mis problemas mediante estas prácticas, que nunca imaginé porque no era algo que me gustase. Ahora hago tantas que hasta me lastimé el ojo, por la precisión que se necesita.
-Hablamos puntualmente de Rafa, pero todo esto también desencadena una crisis familiar, donde también forma parte tu esposo…
-Bueno, mi esposo siempre me apoyó en mi carrera, y eso es algo que siempre le destaco. Sin embargo, te mentiría si te digo que no hemos atravesado crisis de pareja este año. De hecho ahora tenemos que hablar y ver cómo vamos a afrontar esta otra mitad del año. Si viene a vivir acá y buscamos juntos un nuevo rumbo, o ver cómo hacemos.
-Es complicado venirse con una hija pequeña y sola a un país que no es el tuyo…
-La verdad que sí. Es difícil estar sola con tu hija, sin ayuda de su papá y mi familia. Hay veces que es muy frustrante sentir que uno no puede o que mi trabajo le afecta a tu hijo. Sin embargo siento que esto es una etapa de maduración profesional y personal. Porque sé que ambos queremos apostar a la familia y a la formación de Rafaela.
-¿Qué conclusión podés hacer de toda esta travesía?
-Siento que soy consciente de que tenemos que hacer lo que nos hace feliz, porque finalmente los hijos crecen y se van en busca de su camino. Entonces, o vivimos una vida por nuestros hijos y dejamos de vivir la nuestras, o encontramos en familia un equilibrio y aprovechamos las oportunidades. Yo te cuento esto sin miedo y sin culpa para que la gente sepa que hay una historia de familia y adversidad detrás de estas fotos lindas y cada proyecto en el que nos embarcamos como artista. Nada es gratis.
Fotos: Chris Beliera.
Video y edición: Rocío Bustos.
Producción y estilismo: Sofía Perez y Santía.
Dirección de Arte: Sebastian Vaca Mur.
Maquilló: Rocío Somoza para Sebastián Correa Estudio.
Peinó: Luis Romero - Max Jara, para Jara Taller de Pelo.
Agradecemos a Jorge Rey, Natalia Antolín, Melocotón, Cheeky y muy especialmente al hotel SLS Puerto Madero – Suites por la locación.
