En medio de un clima de incertidumbre económica y con una de las inflaciones más altas del mundo, los gobiernos de Argentina y China aceleran su relación comercial. El gigante asiático estableció en Buenos Aires una nueva cabeza de playa en Latinoamérica, algo que preocupa tanto a Estados Unidos como a la Unión Europea (UE).
Según datos oficiales, China es el segundo mayor proveedor de los bienes que compra argentina, con importaciones que en el primer trimestre de este año totalizaron los 3.158,7 millones de dólares.
Argentina no sólo aumentó la utilización de yuanes para el pago de importaciones desde China, sino que incentiva los gastos con tarjeta de los turistas chinos. El avance del comercio energético es otro de los ítems de la agenda comercial entre ambos países.
A principios de este mes, el Gobierno aplaudió el resultado del viaje a Beijing de una comitiva capitaneada por el ministro de Economía, Sergio Massa. Diferentes instituciones chinas acordaron avanzar con el financiamiento de grandes proyectos de infraestructura en la Argentina por 3.052 millones de dólares que incluyen obras ferroviarias, de tendido eléctrico, en litio, energías renovables y de saneamiento.
El paquete de obras parece monstruoso. Algunos de ellos son: el Proyecto AMBA 1 (ICBC y BOC), Belgrano Cargas 2 (CDB), Ferrocarril Roca (CDB), Cauchari (Eximbank) y Laferrere y El Jagüel (CITIC).
Sólo el primero, que contempla la construcción de una línea transmisión que beneficiará a ocho millones de usuarios de las distribuidoras Edenor, Edesur y Edelap, tendrá una inversión de 1.100 millones de dólares que financiarán los bancos chinos del ICBC y el Bank of China (BOC). La Repotenciación del Belgrano Cargas II, por poner otro ejemplo, representa una torta de 816 millones de dólares a través del banco China Development Bank. Otra de los proyectos es de explotación de litio y el parque solar en Cauchari IV y V, en Jujuy, que prevé una inversión de 250 millones de dólares a cargo del Eximbank.
Argentina se apoya en el yuan como tercera moneda
El aumento del intercambio en yuanes se dio luego de que a inicios de junio el Banco Central de la República Argentina (BCRA) y el Banco Popular de China firmaran un acuerdo para renovar y ampliar el “swap” de divisas (contrato bilateral que permite cubrir la exposición al riesgo) con China por un total de 130.000 millones de yuanes (unos 18.200 millones de dólares) por el plazo de tres años.
Según informó el último jueves el Banco Central, el uso de yuanes en el comercio bilateral fue de 1.075 millones de yuanes (150,5 millones de dólares) en mayo, mientras en los primeros diez días hábiles de junio se registraron operaciones por 2.045 millones de yuanes (286,3 millones de dólares).
El BCRA afronta serias dificultades para contener la pérdida de reservas monetarias y, de hecho, mantiene desde junio del año pasado restricciones al acceso de divisas para el pago de importaciones, lo que complica la actividad de empresas que necesitan importar bienes intermedios para la producción.
La estrategia, por parte del Gobierno del Frente de Todos, es frenar las mermas de capitales del Banco Central con el pago con yuanes y no con dólares estadounidenses de las importaciones desde China. Gracias al “swap”, las autoridades del BCRA consideran que también “pueden realizar operaciones en yuanes con motivos de estabilidad financiera” en el mercado cambiario argentino, que a menudo se ve sobresaltado por la fuerte demanda de dólares.
La autoridad monetaria afirmó que posee tenencias propias de yuanes. El acuerdo firmado a inicios de este mes le permite a Argentina activar otros 35.000 millones de yuanes del “swap” que se irán liberando a favor del Banco Central en la medida que se complete el uso de los primeros 35.000 millones ya disponibles y de que “las necesidades financieras y de fortalecimiento de las reservas lo requieran”.
Inundar el país de turistas chinos
Por otra parte, pero en la misma línea de alianza estratégica con China, el Gobierno dispuso que a los turistas chinos que visiten el país y realicen sus gastos con la tarjeta de crédito UnionPay se les aplique un tipo de cambio financiero, más conveniente que la cotización oficial en bancos y casas de cambios.
La medida fue adoptada por el BCRA, que habilitó a UnionPay, empresa china emisora de tarjetas de crédito, a implementar desde julio el tipo de cambio diferencial que ya se aplica en Argentina desde el año pasado para los consumos en el país de personas no residentes con tarjetas emitidas en el exterior.
“UnionPay es una marca de tarjetas de crédito con presencia en 182 países, cuyos clientes tienen a Argentina como uno de sus destinos predilectos”, destacó la autoridad monetaria en un comunicado. La decisión de sumar a UnionPay a tarjetas como Visa y MasterCard se da luego de la visita de Massa a Beijín.
Según datos oficiales, el año pasado Argentina recibió 7,4 millones de turistas extranjeros, de los cuales unos 75.000 llegaron desde China. Desde el Gobierno aseguran que el desarrollo del turismo chino en Argentina es uno de los “vectores estratégicos” para resolver el ingreso de divisas, es por eso que prevén que el país podría pasar de recibir un promedio de 70.000 turistas chinos al año a casi 500.000.
China impulsan el aumento del PIB del G20
El producto interior bruto de los países del G20 se aceleró en el primer trimestre del año hasta el 0,9 %, frente al 0,4 % del trimestre anterior, impulsado sobre todo por China e India, según información oficial de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El gigante asiático representa casi una cuarta parte del PIB del G20.
India fue otro importante motor del crecimiento (1,9 %, después de un 1 %), señaló la OCDE en su informe trimestral. Otros países registraron crecimientos destacados, sobre todo Brasil, cuyo PIB subió un 1,9 % tras un descenso del 0,1 % en el último trimestre de 2022, o México (1 % después de un 0,6 %).
Europa también quiere estrechar lazos con la región
Esta semana, la presidenta de la Comisión Europea (CE), la alemana Ursula von der Leyen, finalizó una gira por Latinoamérica, donde visitó Brasil, Argentina, Chile y México, con el objetivo de fortalecer los lazos económicos de esos países con la Unión Europea (UE). El principal mensaje que dejó durante las reuniones con los presidentes Lula Da Silva, Alberto Fernández, Gabriel Boric y Andrés Manuel López Obrador, fue el de integración comercial.
La UE es, como bloque, el tercer socio comercial de Argentina y el principal inversor externo. Von der Leyen maneja el órgano ejecutivo, políticamente independiente, de la UE, y es la única instancia responsable de elaborar propuestas de nueva legislación europea y de aplicar las decisiones del Parlamento Europeo y del Consejo de la UE.
Hasta el momento, la funcionaria alemana mantiene una crítica mirada sobre el avance de China, además de un duro enfrentamiento con el presidente ruso Vladimir Putin, como consecuencia de la guerra en Ucrania.
En Argentina se reunió con empresarios, a quienes les habló sobre la importancia de concluir cuanto antes las negociaciones para un acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur. Tal como se lo había dicho horas antes a Fernández.
“Tenemos la oportunidad histórica de dar el último impulso al acuerdo UE-Mercosur para completarlo. Estoy totalmente comprometida para concluir el acuerdo tan pronto como sea posible, espero que antes de que termine este año. Ése tendría que ser nuestro objetivo común”, afirmó Von der Leyen insistió ante los empresarios en la necesidad de
Tras dos décadas de arduas conversaciones, en 2019 la UE y el bloque que integra Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, alcanzaron un acuerdo político general para sellar un pacto de libre comercio, dejando pendiente la resolución de algunos aspectos técnicos. Pero esa discusión se complicó por la aparición de renovadas demandas a ambos lados de la mesa.
El último encuentro entre Fernández y Von der Leyen fue hace casi un año, durante la cumbre del G-7 que se desarrolló en Múnich, Alemania. En aquel momento repasaron temas de interés de la agenda bilateral, la problemática global del cambio climático, entre otros puntos. Pero el que más parece ser que le interesó a la jefa de la Comisión Europea es el de las relaciones en materia energética entre Buenos Aires y Beijín.