"No somos para nada una familia racista”, había asegurado la corona británica luego de que los duques de Sussex, el príncipe Harry y Meghan Markle revelaran en una entrevista con Oprah Winfrey que los miembros de la familia había hecho comentarios racistas sobre el color de piel con el que nacería su hijo. Tres meses después de ese escándalo, la reina Isabel II (95) vuelve a estar envuelta en un nuevo conflicto por el estilo.
La noticia de que los “inmigrantes de color y los extranjeros” estaban vetados de los puestos administrativos del palacio de Buckingham hasta al menos finales de los años sesenta generó un nuevo revuelo gracias a una investigación publicada por The Guardian.
El diario británico reveló el negociado por el que la reina logró quedar eximida del cumplimiento de algunas leyes. El documento presentado por The Guardian consiste en un informe de 1968 en el que uno de los asesores de la monarca intentó por medio de una ley prohibir la discriminación de raza en el mercado laboral.
En dicho informe, al Palacio le preocupaba que se aplicara en la casa real, donde no se incluía la posibilidad de contratar “a inmigrantes de color o extranjeros” para puestos administrativos. Según revela el reporte publicado, esas personas solo eran consideradas para "trabajos domésticos".
La corona británica logró que la reina quedara eximida del cumplimiento de dichas leyes. Esa exención, que aún sigue vigente, impidió que personas de color o de minorías étnicas que trabajan en la casa real pudieran denunciar si sufrieron algún tipo de discriminación por su condición.
En 1990, tal como recuerda la publicación, el periodista y confidente de Diana de Gales, Andrew Morton, reveló al Sunday Times que ninguna persona de color había sido empleada por palacio para los puestos altos, y que eran muy pocas las personas de minorías étnicas contratadas en trabajos de oficina o domésticos. Esa actitud discriminatoria fue corroborada en 1991 en el libro Royal Fortune. El investigador Philip Hall recopiló allí todas las críticas que la casa real recibió al respecto de este tópico.
Según Buckingham esto no es cierto, ya que la política de empleo que sigue el palacio refleja la diversidad y que sí se contrataron minorías étnicas, que figuran en los registros de esa época. Un portavoz de la casa real dijo ayer: “Las afirmaciones basadas en el relato de conversaciones de hace más de 50 años no deberían ser usadas para inferir conclusiones sobre la manera de operar en la actualidad”.